Los ingleses a finales
del siglo XVIII y principios del XIX, comenzaron con una serie de políticas agresivas
encaminadas a favorecer sus expansiones coloniales y a proteger sus rutas
mercantiles por la vía de la fuerza y de la política de hechos consumados. De
ahí la usurpación de Gibraltar y de
otras plazas en el Mediterráneo. Más no se queda ahí la cuestión, pues como es
obvio, el control marítimo del Mediterráneo pasa por dos puntos estratégicos, a
saber, uno en la zona del Canal de Suez que regula el control de las mercancías
que llegan o van hacia Oriente, y otro la puerta que controla el Estrecho de
Gibraltar, con el Peñón por un lado y Ceuta y las pequeñas islas aledañas por
otro, que regulan el tránsito mercantil del Mediterráneo hacia América. En éste
último caso Gibraltar, Ceuta, Melilla, los peñones Vélez de la Gomera, Perejil,
etc., han sido de España desde tiempos inmemoriales (véase el artículo de Antonio
Moreno Ruíz sobre la política Transfretana (http://movimientoraigambre.blogspot.com.es/2013/07/del-africa-espanola-iv-politica.html)
en este mismo blog. Pero ello no ha sido óbice para que en todo tiempo y lugar,
los británicos tratasen de ocuparlos por
la fuerza o por medio de rastreras maniobras seudo-diplomáticas. En el “Diario de Madrid” de mayo 1808, podemos
leer lo siguiente:
“Tánger
26 dé abril.
Habiéndose apoderado los ingleses de una pequeña
roca, llamada la isla del Perejil, inmediata á la montaña de los Monos, han
reclamado los cónsules de esas naciones aliadas contra la Inglaterra y contra esta
violación de un territorio considerado hasta ahora como neutral. Aunque este
gobierno protexta haberse hecho sin su consentimiento con todo eso parece que la isla fue cedida á los ingleses
por el emperador de Marruecos. Han mandado ya tropas a ella y trabajan a toda
prisa en fortificarla. Es esta isla sin ningún valor en sí misma, pero como
posición militar puede ser muy útil a los intereses de los ingleses en sus
operaciones en el Estrecho.
Se espera aquí dentro de pocos días á nuestro baxá,
que viene de Larache con un exército de 200 a 300 hombres. Los moros dicen que
su objeto es atacar á Ceuta, que los ingleses han prometido a Mulei Solimán, pero este es todavía es un
misterio, pues parece que subsiste aún
la mejor harmonía entre los cónsules español y francés, y el gobierno de este
país. El baxá ha regalado últimamente al señor Oruano un hermoso caballo árabe
con otros objetos de menor válor. Estamos con todo eso en la mas penosa
incertidumbre, porque parece que el partido inglés ha adquirido una
superioridad decidida en e1 gobierno”.
Como se puede
comprobar la voracidad colonial de los británicos, les ha llevado siempre y en
todo tiempo a la realización de este tipo de acometidas hacia la
territorialidad extranjera, burlándose de las alianzas, de los tratados y
aprovechando la mentira el engaño y la traición para sus fines. Ni el Sultán de
Marruecos ni los ingleses tenían autoridad para apropiarse de Perejil, y aún
así y todo, lo intentaron. No sería ésta la última vez, pues a lo largo del s.
XIX, los ingleses pretenderían ocupara la isla en varias ocasiones, desplazando
para ello tropas desde Gibraltar con la pretensión de ocupar este pequeño
islote. Hasta los americanos solicitaron establecer un punto de abastecimiento
de carbón en Perejil, y serían los ingleses los que protestarían y lo impedirían,
pues ello les hubiera restado capacidad de hegemonía en el tráfico mercantil
del Mediterráneo.
La política de
Gibraltar para con España siempre ha sido la de aprovechar la división interna
de los españoles durante los conflictos internos que padecimos en el s. XIX, y
cuando esto no era así, se ocupaban de alimentarla ellos mismos de forma
perversa para sus intereses. Durante las sublevaciones acaecidas en nuestro
país en los años 1820 a 1822, los ingleses daban “palo al banco y palo al negro” que diría el nefasto rey Borbón
Fernando VII. De una parte, con los constitucionalistas, apareciendo ante ellos
como aliados, pero de otra, dando apoyo a los que eran perseguidos por ser absolutistas
y encontraban refugio en Gibraltar. Con ello se conseguía que la debilidad de
España fuera extrema y que en caso de haber un bando vencedor, Inglaterra
siempre pudiera alegar que había ayudado en lo posible a ese bando vencedor. En
el diario “El Universal” de 1822 se dice:
“Algeciras 5 de octubre.
Noticias de Gibraltar.—Según los avisos recibidos de nuestros
corresponsales, parece que del 1.° al 2.°, del corriente se hizo a la
vela, La Ville de Rouen en el iban a Marsella, Grimarest, Laguna y
varios oficiales carabineros y guardias que sin duda van a reforzar el estado
mayor del ejército ultra de la fe. Un tal Juan Martínez Torres el Jerezano (alias
botones de oro) implicado en la causa del referido Grimarset y en la d e Z al d
i v a r, es el que corrió con las diligencias del embarque de dichos pajarracos,
y el que hace de ayudante del Padre Palomo. Sobre el muelle de Gibraltar está
siempre el que hizo de fiador del general Laguna (bajo nombre de Rodríguez; el
cual es el corredor Agustín Ramayon, quien
chalanea a todos los que son detenidos en el muelle, preguntándoles si son perseguidos por la constitución, y ofreciendo
auxilios y protección a los que van a refugiarse por enemigos del sistema.
Siempre en Gibraltar ha habido una policía cruel, y
castigos horrorosísimos a los que entren con nombres supuestos y a los que los
abonen, y en el día, parece que el
gobierno inglés ha olvidado la conducta tan diferente que observó el gobernador
de dicha plaza el año 14”.
De parecida
características a la anterior es esta otra noticia publicada en el diario “El Restaurador” con fecha agosto de 1823
donde se aprecia cierta ironía por parte del periodista. Dice así la noticia:
INGLATERRA.
Londres 30 de junio. Un diario de esta mañana
asegura que Madama Riego mujer del general de este nombre, y su hermano el
señor Miguel Riego no habían sido recibidos con mucha hospitalidad en
Gibraltar, y que solo se les había concedido por el Alcalde de esta ciudad
pudiesen permanecer por solos ocho días. Se cita por testo gordo una carta del
Señor Miguel Riego. Su fecha el 29 de junio. En esta noticia hay sin duda mucho
que descontar. Primeramente no hay Alcalde en Gibraltar y además solo se
acostumbra dar permisos temporales de permanencia que luego se renuevan, y
últimamente tenemos a la vista
una carta de San Lucar del 13 que contiene lo siguiente: “Madama Riego, y el
señor Miguel Riego hacen un papel brillante en Gibraltar, de donde salí poco
ha, gracias al dinero que dieron á su marido los diputados de los estados
insurgentes de la América meridional para formar la revolución del ejército de
Andalucía en 1820, cuya suma está computada en setenta mil duros." Al
citar la tal carta no podemos menos de advertir que tiene los visos de calumnia
pues sabido es que los liberales nunca
toman dinero; pero también es constante por otra parte que esta señora con su
cuñado vivían con gran lujo y esplendor en Gibraltar quince días después de la
fecha de la carta.”
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