RAIGAMBRE

Revista Cultural Hispánica

lunes, 30 de junio de 2014

SIN RECORTES PARA EL ORGULLO GAY

 
 


 

 

CONCHITA WURST EN MADRID... CONTANTE Y SONANTE.

 
Manuel Fernández Espinosa
 

Recortes en sanidad. Recortes en educación. Deplorable realidad en toda España (y, sobre todo, en las grandes urbes) que no es menester exponer al detalle, pero sí que recordar. Cuando gran parte de españoles (y madrileños) viven en la indigencia, cuando no en la incertidumbre ante el horizonte, sin trabajo ni expectativas, toda austeridad es poca. Se ha insistido en la austeridad, nos la han recomendado, lo ha hecho el gobierno y lo han repetido todos sus mamporreros periodistas de los corrinchos televisivos. Sin embargo, una cosa es predicar y otra dar trigo. Aquí el trigo se lo dan a los de siempre y a los demás, nos van dando por saco. Madrid, gobernado por el Partido Popular, se dispone a ser escenario del festival del orgullo gay que tendrá lugar del 2 al 6 de julio, reservando el 5 para su cabalgata.

                                    
 
Este año la diva (¿o el divo? Es que ya me he perdido -y no quiero faltarle el respeto a nadie) será Conchita Wurst, vencedor (o vencedora) del Festival de Eurovisión. Según algunas fuentes periodísticas, se estima que el contrato de Conchita Wurst ascenderá de 10.000 a 20.000 euros por su presencia en la carnavalada matritense (ver aquí). Sabiendo que las administraciones son tan generosas con las minorías, quisiéramos saber la aportación que el ayuntamiento de Madrid, regido por el Partido Popular (que no es el PSOE ni IU), realizará sufragando la intervención estelar de esta bizarra (en sentido etimológico: barbuda) estrella de la canción.
 

El lema de los organizadores para este año es: “Nos manifestamos por quienes no pueden”. Huelga decir que con él no se refieren a los parados de larga duración, ni a los jubilados, ni a todos los que están esperando las prestaciones sociales por “ley de dependencia”, ni a todos los españoles que tienen que emigrar por no ser contratados en España. Dudo mucho que la izquierda proteste esta vez, como sí lo hace en otras ocasiones, por este nuevo derroche del ayuntamiento madrileño del Partido Popular.
 
 

No nos hagamos ilusiones: en España no existe “izquierda” que verdaderamente se preocupe por los trabajadores ni por los desempleados… Y en España no existe “derecha” que le quede “valores”. Ambos se sienten como peces en el agua en el elemento que les es común: el nihilismo de la astracanada y la barraca de feria.

"LA DERECHA NO TENÍA NINGUNA IDEA" - JERRY RUBIN





LA TIERRA INCÓGNITA DEL ÁREA PATRIÓTICA ESPAÑOLA

Por Manuel Fernández Espinosa

 

Un intercambio de impresiones con un buen amigo italiano me inspiró un artículo estos días atrás; un artículo sobre la llamada Revolución de Mayo del 68. Me puse a buscar libros en mi biblioteca, leídos hace muchos años. Y revisando uno de esos libros encontré una entrevista que hacía Dany Cohn-Bendit (1945) a Jerry Rubin (1938-1994).

Uno y otro, el entrevistador y el entrevistado, fueron líderes de esa revolución. Dany, conocido como Dany el Rojo ha terminado con sus posaderas en el Parlamento Europeo: en 1994 se convertía en eurodiputado y en 2004 sería reelegido, representando a los Verdes, asimismo es portavoz del Partido Verde Europeo, pese a haberse visto involucrado en escándalos de pedofilia (ver aquí): no podrá quejarse de la posición que ocupa, demasiado privilegiada (tampoco del sueldo) para ser, tal y como él se presenta, un bastardo; y empleo la propia palabra que él se aplica: un "bastardo" (*).

Jerry Rubin, por su lado, hizo la revolución en Estados Unidos de Norteamérica, acaudillando las protestas contra la guerra de Vietnam y fundando, con Abbie Hoffmann (1936-1989) el "movimiento" de los Yippies (Partido Internacional de la Juventud). Rubin y Hoffmann discreparon con el curso de los años. Durante su último tramo de vida, Abbie y Jerry se encontraban en la Universidad de Filadelfia, ante un auditorio estudiantil, para debatir. Abbie seguía en sus trece (un "idealista" con canas) y Jerry Rubin se había convertido en un próspero hombre de negocios. Pero tampoco se sabe que el "idealista" Abbie rehusara los 1500 dólares que le daba la Universidad de Filadelfia por estos duelos con su antiguo "compañero de viaje": su contrincante percibía, es obvio, la misma cantidad de dólares.

La entrevista que Dany el Rojo le hace a Jerry Rubin tiene, entre otras perlas, una cita que no me he podido resistir a traer a colación. Dice así Jerry Rubin:

"En los años 60, la izquierda tenía todas las ideas. El debate se centraba en el interior de la izquierda. Se debatían todos los temas importantes: la familia, el matrimonio, el sexo, la creatividad, la política, la política extranjera... La derecha no tenía ninguna idea. Sólo mascullaba unos cuantos tópicos sobre Dios, la Madre, la Patria y el Militarismo. En los años 70 esto se invirtió lentamente. Hoy la izquierda ha quebrado, y es la derecha quien desarrolla las ideas interesantes. Al pronunciarse contra el éxito, simplemente porque el éxito era un valor de derechas, la izquierda creó las condiciones de su propio fracaso. Se desintegró a finales de los años 60. A causa de la filosofía antileadership (ya sabes, cuando la gente dice: "¡Rechazo la autoridad del líder porque me domina!"...".

En principio, conociendo la trayectoria de Jerry Rubin, podríamos interpretar este párrafo como una justificación de su mutación diríamos que alquímica: de un andrajoso líder revolucionario a un exitoso empresario. Sí, puede ser. Pero en lo que dice Rubin hay mucho más. Denuncia que la filosofía anti-liderazgo fue la causante del desmoronamiento de la izquierda de los años 60 y revela que uno de los elementos que más acariciaba la izquierda revolucionaria: el desprecio por el éxito (por entenderse que el éxito era de burgueses)... condenó la revolución al fracaso.

En efecto, el "romanticismo" supérstite con el que siempre ha encandilado la izquierda (al menos a la juventud, utopista e ilusa) es un cáncer en cualquier actividad política. Y, de hecho, también hemos de darle la razón a Rubin en que cualquier organización que carece de líderes con autoridad se convierte en la negación de toda organización: en la desorganización.

Esto pudo pasarle a la izquierda de los años 60... O no tanto. No importa. Lo que sí importa es la lección.

Pienso que la dicotomía clásica de izquierdas y derechas es un convencionalismo vacío. En España, las cosas están claras: si existe algo... Es la izquierda y la derecha brilla por su ausencia. El Partido Popular se declara "liberal", "conservador" o "centro-reformista", dependiendo del electorado al que pretenda captar, pero si hubiera que calificar el signo de su política, éste signo es el de centro-izquierda. Y todo lo demás está a la izquierda. La situación que describe Jerry Rubin puede aplicarse a nuestra "derecha" nacional: "La derecha no tenía ninguna idea. Sólo mascullaba unos cuantos tópicos sobre Dios, la Madre, la Patria y el Militarismo". Y haríamos bien en suprimir, como tópico de nuestra derecha, la invocación a "Dios" (tan poco laicista y políticamente incorrecto), a la "Madre" (puede que se ofendan los homosexuales), a la "Patria" (¿eso qué es? -se preguntan mirando su cuenta bancaria) y, por supuesto, faltaría más... al "Militarismo" (ellos son pacifistas como las gaviotas).

Lo que en España llaman derecha (el Partido Popular, aunque se vista de seda) cumple la descripción de Rubin: si algo tiene es "ninguna idea".

Pero, ¿hay algo más... a la "derecha" del Partido Popular? Si hay algo más, amigo lector, es tierra incógnita. Eso que algunos llaman "área patriótica" viene perpetuando un "romanticismo" estéril, como el que cultivó la izquierda sesentayochista. El éxito parece que no se cohonesta con sus perspectivas en extremo idealistas, pareciera que se regocijaran en su propio aislamiento de la sociedad; dándose los unos a los otros, cada cual en su capilla, el santo y seña del próximo fracaso. Y, por si fuese poco, ese "área patriótica" también muestra el síntoma que acusaba Jerry Rubin: el anti-liderazgo. Cada cual se cree a sí mismo el mejor intérprete de la Patria, de la Tradición, de la política social, de los valores no negociables, de los valores eternos, de la "comunidad de destino en lo universal" y... ¡hasta de Dios!


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(*) "Bastardo" se llamaba a sí mismo el propio Dany Cohn-Bendit, esta es la cita literal: "Nacido en Montauban en 1945, hijo de judíos emigrados alemanes, ni francés ni alemán, soy, como suele decirse, un bastardo". ("La Revolución y nosotros, que la quisimos tanto", Dany Cohn-Bendit, Círculo de Lectores, Barcelona, 1997. El libro reúne unas entrevistas realizadas para una serie de televisión: "Nous l'avons tant aimée, la révolution", producida por Ludi Boeken, Blebo Films, con coproducción con FR3, NOS y INA, realizada por Steven de Winter a partir de una idea de Dany Cohn-Bendit.

jueves, 26 de junio de 2014

HONESTIDAD, VERDAD Y COMPASIÓN


Imagen de armonte.wordpress.com

"Nunca tengas miedo de levantar la voz por la honestidad, por la verdad y por la compasión, contra la injusticia, la mentira y la codicia. Si la gente de todo el mundo hiciera esto, cambiaría la Tierra". 

William Faulkner

domingo, 22 de junio de 2014

ATEOS IDÓLATRAS


*Imagen de 1000kitap.com

"El hombre no puede vivir sin arrodillarse. Si rechaza a Dios, se arrodilla ante un ídolo. No hay ateos sino idólatras."

Fiodor Mijailovich Dostoyevski

viernes, 20 de junio de 2014

"LA VITA SEGRETA DEL MEDIOEVO", DE ELENA PERCIVALDI

La historiadora italiana Elena Percivaldi

LOS ASPECTOS DE LA INTRAHISTORIA DE LA EUROPA MEDIEVAL

Manuel Fernández Espinosa

Nacida en Milán el 3 de mayo de 1973, Elena Percivaldi es una de las historiadoras que florecen en Europa. Se doctoró en la Universidad de Milán y es docente, ensayista y periodista en ejercicio, además de tener en su haber una bibliografía que ofrece el mejor perfil de su línea de investigación: del año 2003 es su libro "I Celti. Una civiltà europea" ("Los Celtas. Una civilización europea" que, por cierto, fue traducido al español y publicado por la Editorial Susaeta, asimismo este libro también conoció una edición alemana: "Das Reich der Kelten"); en 2008 realizó una traducción del latín al italiano de la preciosa Navegación de San Brendán ("La Navigazione di San Brandano"), introduciendo, comentando y anotando la obra original medieval. En 2013 dio a la estampa "La vita segreta del Medioevo" y "IN HOC SIGNO VINCES. L'eredità culturale e spirituale della "Rivoluzione Constantiniana" (313-2013 d. C.). "La vita segreta del Medioevo" pone de relieve que la Edad Media, tan a menudo identificada desde el Renacimiento como una "Edad Oscura" y "Milenio de la Superstición", fue a pesar de los prejuicios que todavía se mantienen contra ella una época en la que embrionariamente se contenían muchos de los aspectos que determinan la Europa Moderna. Después de tanta leyenda negra contra la Edad Media, parece que va abriéndose paso entre los historiadores europeos una idea bien distinta de la Edad Media y esto ha venido a ser así gracias a historiadores como Johan Huizinga o Régine Pernoud. En el siglo XXI una nueva saga de historiadores europeos, como Elena Percivaldi en Italia, han seguido la estela y contribuyen con su ciencia a desmitificar la imagen negativa de la Edad Media. 

El libro de Elena Percivaldi, con el fondo de los conflictos entre Imperio y Papado, nos invita a sumergirnos en la vida cotidiana medieval, poniendo de relieve los aspectos más desconocidos y curiosos de la época, mostrando la manera como se pasaba el tiempo libre, lo que se comía y de qué manera, cómo se vestía, el amor, la fiesta, la religiosidad en las más diversas capas sociales que componían aquel mundo del que procede Europa.

El libro puede obtenerse para su lectura, todavía en italiano, cliqueando este enlace "La vita segreta del Medioevo".  


 

jueves, 19 de junio de 2014

EL ENIGMA RUSO: DE LA LATENCIA A LA PATENCIA



Nikolái Berdiáyev (1874-1948)


UN FRAGMENTO "DE MOSCOVIA LAS MURALLAS.
MEDITACIÓN ESPAÑOLA ACERCA DE RUSIA";
PRÓLOGO DE
MANUEL FERNÁNDEZ ESPINOSA,
AL LIBRO
"EL NUEVO IMPERIO RUSO. HISTORIA Y CIVILIZACIÓN"
DE
SERGIO FERNÁNDEZ RIQUELME


"Reinando Alejo I de Rusia (1629-1676) el patriarca Nikon plantea el año 1654 una reforma litúrgica con la pretensión de aproximar la iglesia ortodoxa rusa a la iglesia ortodoxa griega. El amparo estatal a la reforma de Nikon impone ésta, pero no sin una resistencia que emerge de los fondos del pueblo ruso: el cisma de los “raskólniki” (los “cismáticos”, por otro nombre llamados “viejos creyentes”) que acaudilla Avvakum. Con anterioridad, en el año 1511 el monje ruso Filoteo había escrito al Zar Basilio III que, tras la caída de Bizancio (segunda Roma) y la anterior caída de la primera Roma (propiamente dicha), Rusia era la Tercera Roma. Esa creencia está profundamente arraigada en los ortodoxos rusos y se ha mostrado operante en muchas ocasiones cruciales de la historia de Rusia. Los “raskólniki” creían en la Tercera Roma y no querían trato con los ortodoxos griegos, por este motivo se mostraron insumisos a la reforma de Nikon y, por más que ésta viniera impuesta por la misma autoridad del monarca, se enfrentaron a la línea oficial por extranjerizante. El resultado fue el que era de esperar: persecución, masacres, destierros y marginación de los “raskólniki”. Como bien escribiera Nicolás Berdiaev, al hilo de este episodio histórico de Rusia: “A semejanza de la ciudad de Kitezh, el reino ortodoxo se vuelve invisible. Los disidentes huyen de las persecuciones y se esconden en la selva; los más fanáticos y exaltados se echan a las llamas”.

La evocación que hace Berdiaev de la “ciudad de Kitezh” merece una aclaración, puesto que se trata de una de las constantes más dignas de notar en el imaginario colectivo ruso. Según una antigua leyenda, la ciudad de Kitezh se sumergió bajo las aguas lacustres para no caer en las crueles manos de los invasores tártaros. Los “raskólniki” vieron en esta leyenda un símbolo del estado de latencia al que los condenaron las persecuciones del poder oficial. Evocar la “ciudad de Kitezh” era como decir que la Santa Rusia se ocultaba para no ser corrompida por el poder hostil que con sus reformas pretendía desfigurarla. El tema de la ciudad de Kitezh se convertiría en un perenne motivo para abrigar las esperanzas de una renacencia de Rusia incluso en las peores circunstancias. Siempre que Rusia se veía amenazada en su ser más profundo se ocultaba, como la ciudad de Kitezh, para preservarse de quienes pugnaban por corromperla: los eslavófilos (otra de las constantes rusas), los poetas simbolistas rusos, la resistencia silenciosa de millones de almas rusas oprimidas por el terrible marxismo… todos hallarían en la legendaria ciudad de Kitezh la imagen de su resistencia frente a las circunstancias más adversas y desfavorables. El gran compositor Nicolás Rimski-Korsakov inmortalizaría este mito ruso en su ópera “La leyenda de la ciudad invisible de Kitezh y la doncella Fevróniya”, estrenada el año 1907.

Rusia se ha caracterizado siempre por conservar celosamente su carácter. Si en el siglo XVII los “raskólniki” se alzaron frente a una reforma litúrgica que entendieron como una intromisión griega, con el siglo XVIII y la entrada en escena de los ilustrados, la resistencia rusa a occidente volvería a reeditarse; en el siglo XIX serían los eslavófilos frente a los liberales de cuño occidental y europeísta. Pero, prescindiendo de las particulares circunstancias de cada episodio de esta larga y constante resistencia a ser occidentalizados, ¿qué es lo que opera para que Rusia se resista una y otra vez a “occidentalizarse”?".
Manuel Fernández Espinosa
 
Para adquirir el libro "El nuevo imperio ruso. Historia y Civilización"
de Sergio Fernández Riquelme, contactar en: CROMÁTICA IMPRESIÓN DIGITAL.

lunes, 16 de junio de 2014

NO AL TRAPO TRICOLOR


Por Antonio Moreno Ruiz


Es difícil encontrar una moda que no sea estúpida. Con todo, si hay una moda estúpida en nuestros días es la evocación de la mediocre y criminosa II República y su bandera (la I República siguió usando la bandera roja y gualda). Un régimen que jamás llegó por el voto popular, pues éste se decantó por las formaciones monárquicas (hasta que Alfonso "XIII" pegó la "espantá", dejando en la estacada a tirios y troyanos), y cuyo significado vexilológico constituye un error histórico que provoca risa, resulta que es presentado como la solución a todos nuestros problemas... Nada más y nada menos.

Y no contentos con eso, muchos, cayendo presa de esta moda, aluden a un republicanismo bicolor con una ilusión que se antoja tan infantil como farsante.

En fin, resumiendo, que es gerundio:

-El régimen actual poco o nada se diferencia de una república. Con todo, tenemos muy cercano el ejemplo de nuestros hermanos portugueses e hispanoamericanos con respecto a las repúblicas. Una república per se no soluciona absolutamente nada. La república portuguesa, ruina de nuestros hermanos de allende el Guadiana, es más cara que el presupuesto de Juanca y compañía. Y eso por no hablar de repúblicas como la italiana o la francesa.

-El color morado no tiene ni sentido ni lugar en nuestra bandera. Primero, que ciertos masones del XIX evocaran a los comuneros (al igual que lo hacen ciertos dizque tradicionalistas actuales) resulta esperpéntico. La revuelta de las Comunidades (también ramificada por Galicia y Sevilla) no luchaba por ninguna "revolución libertaria": Fue un conflicto civil liderado por nobles y apoyado por buena parte de la comunidad judía; y aunque en principio estaba cargado de razón, acabó como el rosario de la aurora precisamente por el desorden entre ellos mismos. Luchaban por echar de la Corona de Castilla a los extranjeros, cosa que según el criterio progresista actual, sería xenófobo como mínimo... En fin, luchaban por poner a otro rey, ya fuera la madre o el hermano de Carlos I. Y jamás utilizaron un pendón morado. En el siglo XVII, el conde-duque de Olivares, uno de los paladines del absolutismo, usó un pendón de este color; y en el siglo XIX, Isabel "II", puesta en el poder por un golpe militar apoyado por la alta nobleza y el imperio británico, también. Pero ni los comuneros, ni Castilla la Vieja, ni la Corona de Castilla, usaron este color. Por ejemplo: En Salamanca (que no es Castilla la Vieja, sino reino de León) se conserva un pendón comunero y es carmesí... ¡Y con flores de lis!

Asimismo, resulta histriónico que los republicanos tricolores, tan filoseparatistas ellos, agiten este símbolo, puesto que los jacobinos del Ateneo de Madrid (entre ellos, Manuel Azaña, Alejandro Lerroux o José Ortega y Gasset), harto centralistas, creyendo ver otro morado en Castilla (en verdad por una bandera que estaba en mal estado, roja en el original), predicaron que Castilla era la médula de España. Sobre este terreno: Una cosa es Castilla la Vieja y otra la Corona de Castilla, en la cual nos insertábamos desde gallegos a andaluces y murcianos. ¡Pero es que esta institución es rechazada por muchos simpatizantes republicanos, como "andalucistas" y nacionalistas "vascos"! Entonces, ¿en qué quedamos? ¿No era Castilla la malvada, la culpa de todos nuestros males?  Cazada esta flagrante e hipócrita contradicción, vamos más allá: ¿Acaso la Corona de Aragón no fue médula de España? ¿Acaso no ayudó hasta la reconquista de Murcia y no extendió su influencia por África en particular y el Mediterráneo en general? O Navarra... ¿Acaso no estuvieron en la batalla de las Navas de Tolosa, que derrotó a los almohades y abrió el valle del Guadalquivir para la España cristiana?

No señores, el trapo tricolor, que sólo ha ondeado oficialmente cinco tristes años en nuestra historia (contra la voluntad de buena parte de nuestro pueblo), no tiene sentido se mire por donde se mire. Ni histórico, ni político, ni popular, ni nada de nada. Y ese trapo, al igual que ese supuesto "entusiasmo republicano", no es sino un símbolo de nuestra decadencia. Frente a ello, enarbolemos el orgullo de nuestra tradición, el pasado en marcha que nos hará renacer de nuestras cenizas.




¡DESPERTA FERRO!

¡JAUNGOIKOA ETA LEGE ZAHARRAK! 

¡SANTIAGO Y CIERRA ESPAÑA!







NO AL TRAPO TRICOLOR

¡VIVA ESPAÑA! 

VIVAN LAS ESPAÑAS Y SUS BANDERAS 

domingo, 15 de junio de 2014

CASA PEPE EN DESPEÑAPERROS: UN ENCLAVE DE REFERENCIA NACIONAL

 
LA POSADA QUE NO SE RINDE
Luis Gómez
 
EVOCACIÓN DE DESPEÑAPERROS
 
 
Cada vez que alguien menciona el nombre de Despeñaperros o Sierra Morena, trae a mi memoria gratos recuerdos de mi infancia. En primer lugar por el hecho de haber tenido que pasar por ese angosto desfiladero en multitud de ocasiones camino de La Mancha, y eso cuando no había autovía ni desdoble de carretera ni viaductos ni nada por el estilo.
 
De pequeño, cuando uno andaba en las aulas infantiles y los maestros se esforzaban por hacernos entender cuál era la diferencia entre una cordillera montañosa y una sierra, siempre se recurría al ejemplo de  identificar a la sierra con los dientes de una sierra de carpintero. Los picos de las montañas se recortan en el horizonte y simulan parecer ese instrumento. Al pasar por Sierra Morena, a mi se me venía el alma abajo. No veía picos altos y puntiagudos en las montañas, antes bien, me parecían bastantes romos y achatados esos montes, y no entendía bien el porqué había de llamarle “sierra”. Tampoco entendía el porqué de llamarla “Morena”, pues a mis ojos bien verde que estaba. Sólo los incendios que cada verano asolaban algunas laderas de Despeñaperros, podían quitarme de la cabeza el que en vez de Sierra Morena” debería de llamarse “Sierra Verde”
 
Con el paso de los años pude aprender los muchos nombres y la cantidad de historia que encerraba cada uno de esos cerros que pueblan Sierra Morena. Los “Montes Marianos”, les llegaron a denominar antaño, y  aquí también tuve mi pequeña confusión, pues yo, iluso de mí, creí que el sobrenombre de “mariano” era debido a que en estas montañas se le apareció al pastor de Colomera la “Reina de Sierra Morena”, la “Morenita”, nuestra venerada Virgen de la Cabeza; pero tampoco era por este motivo, sino que se debió al general Mario, romano que apaciguó la comarca de bandoleros de la época. Otro apelativo por el que se la reconoció es el de “El Muradal”, por el muro que representaba la sierra y que separaba Andalucía de la Meseta.
 
Pero dejémonos de etimologías. El traspaso de Despeñaperros desde el Sur hacia el norte, era una  odisea. Los camiones atestaban la carretera, y los coches, caminaban en procesión tras ellos, despacio, muy despacio. A ambos lados, entre curvas de ciento ochenta grados y barrancos profundos, se colocaban los puestos de miel y alfarería que los vendedores ambulantes de las localidades vecinas tenían instalados por allí. De vez en cuando, se divisaba la línea de ferrocarril, y si había suerte, se veía el tren pasar por ella. El verde y el agua del río que atraviesa por esos parajes hace de ese recorrido uno de los mejores parques naturales con los que cuenta Jaén.
 
Con tanto ajetreo y viaje, de vez en cuando, uno paraba para reponer fuerzas. Los viajes eran muy largos, y no había tanta prisa por llegar al destino como hoy en día.
 
Si el recorrido se hacía desde La Mancha hasta Jaén, la cosa estaba clara. El punto de parada era “Los Jardines de Despeñaperros”. Allí, se disfrutaba de una estupenda zona verde, con sus fuentes de agua clara y albercas con carpas de colores, que hacían que los turistas y los viajeros nos apeásemos de nuestros coches para deleitarnos con nuestros bocadillos de tortilla o filetes empanados. Al otro lado de la carretera, subiendo un empinado terraplén se encontraban los restos arqueológicos del Santuario prerromano de “Collado de los Jardines” en el que los antiguos pobladores de esos montes realizaban sus ofrendas y depositaban sus exvotos.
 
Con el paso de los años, ya con mi vehículo y con sustanciales mejoras en la carretera, subo  y bajo por Despeñaperros y contemplo los muchos cambios que se han producido en el entorno.
Ya nada es igual. Nada, salvo el irreductible y acogedor mesón de Casa Pepe.
 
CASA PEPE
 
Es este restaurante una vieja posada en mitad de la ruta aunque modernizada con el paso de los años, pero aún así y todo es un hito histórico en toda regla. Se podría decir que es un nuevo santuario para peregrinos colocado en medio de todo ese fragor y vegetación que rodea el contorno.  
 
Es un lugar estupendo para hacer una parada y tomarse un café con media tostada de jamón serrano y tomate de huerta.  El lugar está siempre a rebosar de viajeros, y en eso influye mucho lo peculiar de la decoración del establecimiento.
 
Poco antes de llegar, ya llama la atención los colores de su fachada con su amarillo y rojo de la bandera nacional por sus paredes. Al entrar, dos toneles hacen las veces de veladores para los que desean fumarse un pitillo mientras degustan el café, pues debido a las nuevas normas que impiden fumar en el interior de los establecimientos ésta es la única solución.
 
Penetramos en Casa Pepe y una vez que la vista se adapta a la tenue y cálida luz del interior, dejando atrás la luminosidad de la calle, nos vemos sorprendidos por una decoración abarrotada, casi barroca. Detrás del mostrador, insignias de las fuerzas armadas grapadas a la pared, de todos los colores y para todos los gustos. De tierra, mar y aire. Los hay de la Guardia Civil, de la Policía Nacional e incluso alguna insignia de un agente municipal de algún pueblo de España. Esos son los nuevos exvotos…
 
Si uno consigue hacerse un hueco en la larga barra, puede ver la indumentaria de los camareros, con sus polos ribeteados con la bandera nacional. Es más: si uno está interesado en adquirir alguno, allí puede hacerlo. En la tienda aledaña, el viajero pude adquirir todo tipo de figuritas, banderas, toallas, recordatorios, pulseras, comida típica de la zona, etc. Eso sí, cada cosa va adornada con la bandera de España. En ninguna falta la bandera nacional.
 
Mucho antes que el fútbol hiciera que la gente sacase la bandera nacional a los balcones, o se colocase en pulseritas y llaveros, mucho antes que la moda pusiera sus comerciales ojos en los colores rojo y amarillo, ahí estaba ya Casa Pepe para vender esos abalorios sin ningún tipo de problema.
 
Es curioso pues, cuentan las leyendas, que en plena gobernanza del socialismo zapateril y mucho antes cuando regenteaba España el socialismo felipista, los viajeros que más visitaban esta posada eran esos mismos socialistas que no querían ver el pasado español ni en pintura. Y es que el “santuario de Casa Pepe”, además de tener la bandera nacional por todas partes, es un local nostálgico donde los haya y en sus paredes también se encuentran retratos de Franco en días de caza o almanaques de José Antonio Primo de Rivera. Más de uno cuenta como anécdota, que algún senador o diputado socialista (e incluso de IU) se ha realizado una instantánea a las puertas del local. Eso sí, en compañía de sus seguidores y familiares.
 
Para ellos, esa foto supone la verdadera victoria de la Memoria Histórica. Es el trofeo de caza más preciado…
 
Pero Casa Pepe, permanece impasible desde 1923. Allí, no importa nada más que atender al que entra por la puerta. Da igual quien sea. Las posadas en el camino están para eso mismo, para atender al viajero, refrigerarlo y ayudarlo a reponer fuerzas y luego, quizás, poder contar en el lugar de destino alguna anécdota curiosa o divertida.
Si uno para en Casa Pepe no le faltará ni lo uno ni lo otro, y para demostrarlo, nada mejor que llevarse de la tienda algún recuerdo como testigo de que uno estuvo allí, para que todos los amigos lo sepan.

sábado, 14 de junio de 2014

REIVINDICACIÓN DE ROMÁN PERPIÑÁ: ECONOMISTA Y GEOPOLÍTICO ESPAÑOL

Román Perpiñá Grau



Manuel Fernández Espinosa.

 
Licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación. Escritor y diplomado en Ciencias religiosas (España).

 
Resulta hasta cierto punto indignante que, mientras los maestros hispánicos de cualesquiera ciencias son por lo frecuente olvidados, ninguneados y desconocidos, la supuesta elite intelectual se entregue con fervor a seguir cualquier paradigma procedente del extranjero. No me cabe la menor duda de que es éste uno de nuestros males endémicos: en España se es secuaz de cualquier botarate que proceda del extranjero, mientras que nuestros más preclaros genios son arrinconados en vida y póstumamente olvidados. Y eso lo será por muchísimos factores: psicológicos, ideológicos, religiosos... Pudiendo constituir un complejo nacional.
 
En las Ciencias Económicas, como en muchos otros ramos del saber, España ha contado con eminentes economistas a lo largo del siglo XX: Antonio Flores Lemus, Enrique Fuentes Quintana, Juan Velarde Fuentes y Ramón Tamames son nombres que han alcanzado una considerable repercusión en las Ciencias Económicas y que pueden darse por satisfechos, pues todavía se les menciona. Sin embargo, en la misma área científica, una de las figuras a nuestro juicio más interesantes y notables de la Economía por sus estudios, por su labor docente y por su incuestionable patriotismo, no ha tenido tanta suerte en cuanto a su fama póstuma: esa figura es la que quiero reclamar con este artículo que no va más allá de una rápida semblanza, esa figura es la del catalán Román Perpiñá, maestro a la sazón de los susodichos Fuentes Quintana, Velarde Fuentes y Tamames. Creo que por justicia y por lo útil que además puede resultar para los nuevos economistas y sociólogos, merece la pena llamar la atención sobre Román Perpiñá y el magisterio que nos ha dejado en sus libros: su figura y obra merecen ser reivindicadas, tras décadas de injusto soslayamiento.
 
Román Perpiñá es uno de esos catalanes cuyos servicios a España están todavía sin retribuir por los españoles: el abyecto vicio atávico de la ingratitud y el complejo nacional contra los que más arriba advertíamos se han cebado sobre su figura, sepultando su obra bajo el polvoramen y el silencio de las bibliotecas. Como todos los españoles que les tocó vivir la Guerra Civil, el estallido de ésta supuso para la vida y el pensamiento de Román Perpiñá un punto de inflexión.
 
Había nacido en Reus (Tarragona) el año 1902 y estudió en Bilbao, cursando exitosamente Ciencias Económicas en la Universidad de Deusto; más tarde pasó a la Escuela Superior de Comercio. Merced a una beca de las que otorgaba la Junta de Ampliación de Estudios pudo estudiar en Alemania, realizando su tesis doctoral bajo la guía del profesor Robert Liefmann (1874-1941)y presentándola bajo el título “Sociedades de promoción de empresas en Alemania”. El magisterio del profesor Bernhard Harms (1876-1939)orientará los estudios de Román Perpiñá hacia lo que será uno de los conceptos económicos neurálgicos de toda su producción: el de “infraestructura económica”. Román Perpiñá mantendrá fecundas relaciones con el mundo académico alemán, sobre todo con el Instituto de Economía Mundial de Kiel (Schleswig-Holstein), y este buen entendimiento verá sus frutos el año 1935, cuando el mentado Instituto germano publique en su prestigiosa revista de economía (“Weltwirtsches Archiv”) una de las obras más destacables de la vasta producción de Perpiñá: “De economía hispana”.
 
Perpiñá fundó el Seminario de Estudios de CHADE, mientras colaboraba con Francesc Cambó. En 1930 se había instalado en Valencia, donde permanecerá hasta 1936 al frente del Centro de Estudios Económicos Valencianos que también había fundado y dirigía. En 1936, cuando estalla la Guerra Civil, el profesor Román Perpiñá tiene que escapar de Valencia, debido a la persecución que desata contra él un alumno resentido que aprovecha la confusión para tomarse la revancha por haber sido suspendido por el profesor Perpiñá. Habiendo pasado las líneas se pone a disposición del bando nacional como teniente auxiliar del Estado Mayor, prestando sus servicios como asesor en asuntos relativos a información. Con la victoria de Francisco Franco, Perpiñá desarrollará una gran labor en el campo de la formación de cuadros de mandos y propaganda del Movimiento. También será Consejero de Economía Nacional, desarrollando una meritoria labor de estudio de las condiciones infraestructurales de las todavía colonias en posesión de España. Estos estudios se desarrollaría “in situ” y quedaron plasmados en sus obras: “De colonización y economía en la Guinea Española: investigación sobre el terreno de la estructura y sistema de Colonización en la Guinea Española” (1941), “Preeconomía en la Guinea Española” (1942), “La economía marroquí: aportación al estudio de la economía marroquí referida especialmente a las zonas españolas” (1943), “De colonización africana en especial referencia a los factores económicos de Guinea” (1944) y “De colonización y economía en la Guinea Española: (misión Económica durante el segundo semestre de 1941)” (1945). Desarrollará también su labor docente en la Universidad Pontificia de Salamanca y en la Complutense de Madrid.
 
Sin embargo, sus muchos y brillantes servicios a los intereses nacionales no serán correspondidos, pues en 1955 el profesor Román Perpiñá pierde sus oposiciones a la primera cátedra de Estructura Económica de la Universidad Complutense y en perjuicio del catalán, que tantos méritos acumula, se alza con la plaza José Luis Sampedro (sí: el novelista, el autor de “La sonrisa etrusca” que al final de su vida sería uno de los iconos de la izquierda española contemporánea). La resolución de las oposiciones a favor de Sampedro estuvo envuelta en la controversia, puesto que el mismo Perpiñá confesó que, con el tiempo, se enteró de que la cátedra fue otorgada a José Luis Sampedro en el despacho del ministro. Y es oportuno que recordemos que cuando Sampedro se convierte en catedrático de Estructura Económica no tenía en su haber ni mucho menos el currículo y la trayectoria de Perpiñá y además de eso tampoco ha de olvidarse que José Luis Sampedro, durante la Guerra Civil, había sido combatiente republicano en un batallón anarquista; sin embargo, no parece que su militancia republicana fuese obstáculo para ganar las oposiciones (y mucho peor todavía: “ganarlas” por graciosa concesión de un ministro franquista); más tarde, en 1969, cuando todo presagiaba el final del régimen de Franco, José Luis Sampedro abandonó la cátedra, justo a tiempo para no ser confundido con un prebendado del régimen franquista. A consecuencia de este fracaso académico de 1955, Román Perpiñá proseguiría sus estudios económicos, pero apartado de la universidad oficial y trabajando en centros e institutos al margen del mundo universitario. En 1981 Román Perpiñá restañaría muchos de sus amargos tragos, cuando recibiera el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales.
 
En 1988, después de vivir treinta años en la Residencia de Estudiantes, Román Perpiñá abandonaba Madrid para irse a vivir con sus sobrinos a su Cataluña natal. En 1991 fallecía este gran patriota y economista español, maestro de economistas.
 
Lo que más resalta del perfil intelectual de Román Perpiñá es que era un hombre con una formación cultural muy amplia. A diferencia de esos especialistas que no saben nada más que de lo suyo, Perpiñá (como hombre de su época) tenía una sólida cultura humanista, lo que le permitía leer a los clásicos griegos y latinos en su lengua original; y fueron precisamente sus estudios clásicos los que le aportaron los instrumentos adecuados para escribir libros como “Origen y ocaso de las talasocracias” (publicado por el Instituto de Estudios Políticos el año 1965). En sus estudios económicos siempre prevaleció un interés geopolítico, tan descuidado por otros economistas, lo que indica una firme voluntad de engrandecer a España. En “Las constantes de Europa” (publicado por el Instituto de Ciencias Sociales, en 1969) ahondó en la oposición de pueblos continentales (Epirocracias) y pueblos marineros (Talasocracias), estableciendo una caracterología aplicable a las Epirocracias y las Talasocracias. Para las Epirocracias (potencias continentales), el profesor Perpiñá establecía una serie de notas idiosincrásicas, como eran: dioses inaccesibles y justicieros; templos grandiosos; príncipes guerreros; nobleza por concesión real; grandes pompas públicas; fueros, privilegios y honores por concesión; clases sociales estáticas; tendencia a someter por la guerra de conquista e imponer su derecho en los territorios conquistados; agrícolas y ganaderos; espíritu autárquico; literatura marcadamente guerrera, heroica y mística; sentido burocrático y centralizador; grandes empresas bajo patronato estatal; los habitantes son súbditos, vasallos. Así podemos esbozar aquí las señas de identidad de las Epirocracias, según Perpiñá, mientras que las Talasocracias (potencias marítimas) se han notado –según el profesor catalán- por características distintas, como son: dioses antropomorfos; templos a medida humana; príncipes con virtudes y vicios humanos; aristocracia por reconocimiento; lujos privados; prestigio por quehaceres individuales y no de clase; clases sociales dinámicas que consagran la laboriosidad; flexibilidad para adaptarse a las coyunturas; espíritu de lucro; contribuciones pactadas con el Estado; el valor dominante es la empresa; los habitantes son ciudadanos, pragmáticos y regidos por leyes consuetudinarias; cultura del pacto; comerciantes e industriales; libre competencia; literatura en la que predominan los libros de viajes, epopeyas marítimas y cortesano-burguesas; arte a medida humana; individualistas en lo empresarial y percepción del mar como aventura y riesgo para lucrarse.
 
Sería empezar y no acabar si tuviéramos que elaborar un exhaustivo análisis de las aportaciones de Román Perpiñá, no sólo en el terreno de la economía, sino en el de la geopolítica. Hasta tal punto que un tanteo de geopolítica española sería muy deficitario sin volverse a los estudios de Román Perpiñá. Pero no es la intención del presente artículo ir más allá, sino que éste se conformaría con haber suscitado el interés por la personalidad y la obra de un gran español. Para dar por acabada hasta aquí esta semblanza con tan superficial recorrido por la obra de este maestro de maestros digamos que, ya en 1988, soltero, con 85 años y en posesión de todas sus facultades, el maestro Perpiñá se mostraba muy crítico con la sociedad española, a la que veía declinar: cuando fue preguntado por un periódico por la opinión que le merecía la “beautiful people”, Perpiñá declaró que: “las enfermedades han existido siempre en las personas y en las sociedades; algunas son divertidas, y otras, escandalosas, que son la que menos duran, afortunadamente” y se mostraba en extremo crítico con el papel que desempeñaba España por aquellos años, alegando que España se había convertido en una colonia económica de Europa del Norte. Creo que la opinión que en 1988 expresaba Román Perpiñá en lo que concierne a la presunta elite denominada con ese vil anglicismo, así como la valoración que hacía de la situación de España en Europa, son suficientes como para llamar la atención sobre un hombre de convicciones que mantuvo hasta el final una coherencia filosófica digna de elogio en un mundo donde medran (y pretenden pasar a la historia) todos los oportunistas que, cuando escrutan los signos del tiempo, barruntan la mudanza de las circunstancias políticas y ágilmente cambian de bando.
 
 
Para una información con más detalle de la singular obra de Román Perpiñá sugerimos la lectura de sus libros y como introducción los estudios especializados que al eminente economista catalán ha dedicado D. Juan Pablo del Río Disdier.
 
Publicado en la Revista LA RAZÓN HISTÓRICA, Revista Hispanoamericana de Historia de las Ideas. Número 26. MEMORIA E HISTORIA. Mayo-Agosto 2014. Enlace aquí.

LOS BOMBARDEOS DE BARCELONA



TERCIAMOS EN UNA DISPUTA HISTÓRICA

Manuel Fernández Espinosa


Don Francisco Pérez Abellán es uno de nuestros más reputados periodistas criminólogos. A él debemos una formidable obra de investigación: "Matar a Prim" (2014). Conste nuestra simpatía personal por el Señor Pérez Abellán. El otro día pudimos verlo intervenir brevemente en 13TV exponiendo una serie de desafueros que se habían cometido, con motivo del Primer Centenario del General Prim. Juan Prim (1814-1870) nació en Reus (Tarragona) y fue un heroico militar, es cierto, como no menos cierto es que fue un intrigante político, conspirador laborante. El hecho de ser catalán y ser, a su vez, una de las figuras más notables de la política española del siglo XIX es algo que a los nacionalistas catalanes no parece gustarle; lo cual es lógico. Es así como podemos entender la excasa difusión que le han concedido a la conmemoración de su primer Centenario. Pérez Abellán ha estudiado a fondo la muerte de Prim, como ha demostrado en su libro "Matar a Prim" y no oculta sus simpatías por el personaje histórico. Para Pérez Abellán resulta intolerable que, por ejemplo, algunos historiadores universitarios, como Emilio de Diego o Borja de Riquer Permanyer, hayan, según el criterio de Pérez Abellán, mancillado el nombre del General Prim. No nos extrañaría ver la mano de la manipulación histórica allí donde existen intereses políticos tan manifiestos como en el nacionalismo separatista. Pérez Abellán ha llegado a decir:  "Borja Riquer Permanyer, que confunde al de Reus [se entiende que el General Prim] con Baldomero Espartero y afirma sin ciencia que Prim bombardeó Barcelona en 1843, cuando precisamente estaba persiguiendo a Ametller de Girona" (este pasaje entrecomillado puede leerse aquí).
 
Pues, bien, aunque tenemos un sincero respeto y verdadera simpatía por Pérez Abellán es la hora de terciar en este asunto y aclarar un poco las cosas. Y aunque le llevemos la contraria a Pérez Abellán, vamos a intervenir en este asunto para tratar de arrojar luz; y lo vamos a hacer aunque tengamos que darle la razón a Borja de Riquer (del que no tenemos razones para tenerle hasta la presente simpatía alguna, ni lo contrario). Si Borja de Riquer ha dicho que Prim bombardeó Barcelona, no le falta razón; aunque será bueno que expliquemos con mayor precisión lo que ocurrió. Pérez Abellán también lleva razón: Baldomero Espartero, en efecto, sí que bombardeó Barcelona. Pero, entonces...
 
Es que se trata de dos sucesos distintos: El bombardeo de Barcelona, propiamente dicho, fue el que ordenó Baldomero Espartero. La razón fue una sublevación barcelonesa motivada por la política librecambista de Espartero, que beneficiaba a los intereses comerciales de Inglaterra mientras perjudicaba severamente los intereses textiles de la Ciudad Condal. La sublevación del vecindario forzó al ejército a refugiarse en el castillo de Montjuïc y desde allí, por orden de Espartero, el Capitán General Van Halen ejecuta la orden, emprendiendo el bombardeo cuando era el día 3 de diciembre de 1842, a las 11:15. Se emplean unos 1014 proyectiles y se estima que el resultado final fueron 462 edificios destruidos o dañados y unas 20 o 30 víctimas mortales. A las 24:30 del 4 de diciembre, después de la negociación realizada entre dos comisiones de ciudadanos, enviadas a tal efecto por la Junta Revolucionaria, y la autoridad militar gubernamental, los sublevados se rinden incondicionalmente y cesa el bombardeo.

Mosén Jaume Balmes, el gran filósofo catalán, dejó constancia de la consternación y la rabia que el bombardeo de Barcelona produjo en todos los españoles. No fue España, señores nacionalistas, la que bombardeó Barcelona: fue Baldomero Espartero, el gran amigo de Gran Bretaña. Así escribió Balmes sobre el regreso de Espartero a la villa y corte de Madrid, tras saberse en toda España que el Regente había bombardeado la Ciudad Condal: "A su vuelta en Madrid encontró [Espartero] una acogida fría y desdeñosa, a pesar de los amigos que por diferentes causas se había granjeado en la Corte: tanta era la fuerza de los acontecimientos, que no fué posible no diremos excitar el entusiasmo, mas ni siquiera la apariencia de la más ligera simpatía. Habiendo entrado por la puerta de Atocha, no obstante la concurrencia atraída por la curiosidad y la hermosura del día, no pudo el bombardeador de Barcelona recabar algunos vivas de la multitud [..] La multitud se mantuvo silenciosa y sombría, y fuerza le fué al Regente cesar en sus saludos y trocar su semblante risueño en aspecto grave y disgustado [...] Tan fría acogida, tan chocante diferencia entre la entrada de 1840 [Balmes se refiere a la entrada de Espartero en Madrid, tras sellar con Maroto la Traición de Vergara: los madrileños vitorearon a Espartero, agradeciéndole el término de la Primera Guerra Carlista, al menos en Vascongadas] y la de 1843 revelaban con bastante claridad que el Regente estaba desconceptuado aun entre los mismos progresistas, los que no querían ya lisonjear a un hombre que tenía contra sí el anatema de la nación" (Jaime Balmes, "Espartero" en "Biografías", tomo XII de las Obras Completas, Biblioteca Balmes, Durán y Bas, 11. Barcelona, año MCMXXV).
 
En efecto, la cita de Balmes nos pone en el zaguán de lo que será la caída de la dictadura, encubierta de Regencia, de Baldomero Espartero. El bombardeo de Barcelona indignó incluso a los correligionarios progresistas de Espartero y a éste no le quedó más apoyo que los de la facción llamada de los Ayacuchos (sus conmilitones más leales que le profesaban devoción ibérica): en el parlamento, incluso los progresistas le recriminaron su actitud tiránica y Juan Prim, militar progresista y catalán, pero antiesparterista, se unió a la conspiración que se urdía entre los militares. La llamada Orden Militar Española promovió en 1843 algunos alzamientos en Andalucía que culminaron el día 17 de Julio en Sevilla. En Julio de 1843, Prim y Milans del Bosch se pronunciaron en Reus contra Espartero; Narváez, del partido moderado (la derecha del sistema liberal), Concha, Pezuela y Fulgorio se levantaron en Valencia y Serrano lo hizo en Barcelona. Los militares progresistas anti-esparteristas, al frente de una coalición de progresistas anti-esparteristas y el radicalismo barcelonés habían pactado con los moderados que acaudillaba Narváez. Espartero se vio obligado a abandonar España, embarcando en el "Malabar" rumbo a Inglaterra, donde recibiría un excelente recibimiento en pago a sus desvelos por favorecer la economía inglesa en perjuicio de la catalano-española.
 
Y ahora viene cuando Prim bombardea "en" Barcelona. Espartero ha salido de España, pero la coalición que le jaqueó y lo había empujado a exiliarse de España no duraría: estaba formada por elementos muy heterogéneos. Así nos lo cuenta Gabriel Carmona: "Los progresistas en el gobierno resultaron desgastados por el ala izquierda de su propio partido. Los radicales pretendieron sustituirlos por una Junta General, se alzaron en armas, secundados por la guarnición de Barcelona y resistieron más de dos meses en la capital catalana y en Figueras casi cuatro, atacados por el Ejército gubernamental, al mando de generales de derechas acompañados por el mismo Prim que reprimió ferozmente a los obreros sublevados en Barcelona" (Gabriel Carmona, "El problema militar en España", Historia 16, Madrid, 1990).
 
En efecto, en Barcelona había rebrotado la revuelta de la Jamancia (vocablo que procede del caló gitano y significa en castellano "comer"),  esta revuelta estaba protagonizada por soldados que estaban en el batallón para asegurarse las lentejas y que, como difuso motivo político, esgrimían su malestar por la centralización excesiva que imponía el sistema liberal desde Madrid. El 22 de septiembre de 1843, Juan Prim bombardea en Barcelona a los jamancios (con los que estaban algunos de los antiguos camaradas que formaron en las filas de Prim contra Espartero) y lo hace, según el historiador Joan Pallarès, desde el muro donde estaba la masía de Cal Borni, más o menos en la actual calle del Pare Manyanet. Incluso todavía a día de hoy existe, como reliquia de aquel bombardeo, un proyectil incrustado en la fachada de una casa: la de la Cansaladería Puig (antiguamente Can Arestá).
 
Valorando estos acontecimientos históricos con la perspectiva actual podemos terminar concluyendo que el liberalismo español decimonónico (en sus variopintas formas) ha sido una de las peores lacras de nuestra historia. Estos señores: Espartero, Narváez, el mismo Prim... Por mucho que pueda decirse de su presunto talento militar y político, incluso de su heroísmo militar, vivieron en una confusión ideológica por la cual todo estaba permitido: también bombardear la ciudad de Barcelona. Comparando los dos bombardeos (el de Espartero y el de Prim) salta a la vista que el de Espartero es a todas luces repugnante, en cuanto que se hace para sofocar una revuelta causada por la política anti-española y pro-británica del Regente Espartero; éste bombardeo se realiza sin escrúpulos sobre el caserío y la vecindad barcelonesas. En el caso del que se le atribuye a Prim, el bombardeo es consecuencia de las tensiones entre facciones liberales, y se bombardea de un modo más selectivo a los rebeldes opuestos al gobierno, pero no a la población civil que nada tenía que ver con las hostilidades litigantes entre gobierno y rebeldes.
 
Que los historiadores nacionalistas utilicen estos hechos históricos para presentarse como víctimas nos parece una manipulación inadmisible, pero tampoco vale (para defender a figuras catalanas de acendrado patriotismo español) que ocultemos la verdad histórica. Si los españoles aparcáramos a un lado nuestras trifulcas domésticas y serenamente condujéramos nuestra mirada a nuestra historia del siglo XIX, tendríamos que terminar concluyendo que el liberalismo decimonónico es la raíz de todos nuestros males: la raíz de los problemas de articulación territorial, el gran enemigo centralista que falta el respeto debido a las particularidades de los pueblos de España, el cómplice de potencias extranjeras (como Inglaterra) a las que sirve como cipayo, el generador del capitalismo y la pobreza... etcétera. 

jueves, 12 de junio de 2014

EL "FEMINISMO SATÁNICO. LUCIFER COMO LIBERADOR DE LA MUJER EN LA CULTURA DEL SIGLO XIX"

Portada del libro de Per Faxneld, "Satanic Feminism"
 
 
MASSIMO INTROVIGNE INFORMA SOBRE EL LIBRO DE PER FAXNELD
 
 
Por Manuel Fernández Espinosa
 
 
La ideología de género va extendiéndose sin que parezca que nadie le haga una eficaz resistencia, sirviéndose de todos los resortes políticos, sociales, educativos, culturales se implanta por doquier. Y lo hace con la insolencia típica de las ideologías totalitarias. Sin embargo, por mucho que hagan por imponerla, sin apenas obstáculos, no lograrán silenciar la voz de muchos intelectuales honestos que -conscientes de la íntrínseca malignidad de esta ideología- se le oponen con la autoridad que otorga el conocimiento. Una de las voces más autorizadas de Europa es nuestro amigo italiano, Massimo Introvigne (Roma, 14 de junio de 1955). Sociólogo, fundador y director del Centro de Estudios sobre Nuevas Religiones (Center for Studies on New Religions: CESNUR), uno de los observatorios sociales más aptos para interpretar lo que se llaman "movimientos de nueva religiosidad" (por un nombre más siniestro, lo que conocemos como "sectas"), es también autor de la "Enciclopedia delle religioni in Italia", así como miembro de muchas instituciones que son referentes europeos y mundiales para el análisis y resolución de conflictos religiosos. Introvigne ha sido también ponente ante la OSCE (Organization for Security and Co-operation in Europe) del informe "Representative on combating racism, xenophobia and discrimination, with a special focus on discrimination against Christians and members of other religions" y el mismo gobierno italiano ha contado con sus inestimables servicios para orientar la dirección de algunos conflictos religiosos a escala mundial. Estamos hablando, pues, de una autoridad intelectual europea, especialista en sociología de las religiones, que rinde un gran servicio a la convivencia social, denunciando el racismo, la xenofobia y la discriminación religiosa. Y por eso será que en España es tan poco conocido y hemos de presentarlo, dado que en España los "intelectuales oficiales" están ocupados en otras cosas, las que les ordenan los poderes a los que sirven dócilmente. 
 
Ayer mismo, "La Nuova Bussola Quotidiana" publicaba un artículo de Introvigne que consideramos imprescindible para comprender la raíz de la "ideología de género", su título: "Gender, le origini sataniste di un'ideologia". Por la importancia de la información que ofrece en este artículo escrito originalmente en italiano, nos ha parecido interesante para nuestros lectores ofrecer una síntesis del mismo en castellano. Se trata de la recensión de un libro recientemente publicado, como vamos a explicar más abajo, mientras hacemos una síntesis del artículo de Introvigne. Pero también añadiremos algo que nos ha parecido que puede enriquecer en datos al lector más inquieto.
 
Afirma Introvigne que muchos de los artífices del feminismo, del homosexualismo y de la ideología de género (también del socialismo) han reclamado a Satanás como el padre de sus ideas, como se desprende de la reciente tesis doctoral (de unas setecientas páginas) de un investigador sueco, Per Faxneld. Esta tesis ha sido publicada como libro bajo el título de "Satanic Feminism.  Lucifer as the liberator of woman in nineteenth-century culture" (Molin & Sorgenfrei, Estocolmo, 2014).
 
Faxneld pasa por ser uno de los indiscutibles especialistas internacionales en satanismo. Faxneld se declara moderadamente feminista y muestra simpatía por algunos de los personajes que presenta en el fruto de su investigación. Desde una perspectiva histórica, Faxneld demuestra que socialistas, comunistas y anarquistas (en sus textos) tomaron a Satanás como agente y motor de la rebelión contra el orden tradicional, la religión y la propiedad privada. Mijail Bakunin, Pierre-Joseph Proudhon y otros menos conocidos son citados en la tesis doctoral del investigador sueco. A esto habría que añadir al texto de Introvigne que lo mismo que Satanás o Lucifer, la mítica figura de Prometeo también ha sido recurrentemente invocada por algunos ideólogos revolucionarios, como Roger Garaudy y también queremos añadir que Proudhon (del que pueden, ciertamente, leerse pasajes en los que resalta el papel del rebelde primordial) es a su vez un autor que no escatima alabanzas para muchos aspectos sociales que reconocía como avances debidos al cristianismo; vaya esto por delante.

Después de estos tanteos -prosigue Introvigne- Faxneld llega al tema central de la obra: el "feminismo satanista" y el nacimiento de la ideología de género. La literatura romántica decimonónica proclamó que Satanás, en el Jardín del Edén, propuso a Eva la posibilidad de liberarse del control patriarcalista de Dios y de Adán. por lo que algunas de las tempranas feministas empezaron a encontrar en Satanás una figura liberadora. Satanás instruye, según esta interpretación, en la doctrina por la cual los seres humanos pueden elegir libérrimamente su identidad de "género" y es Satanás el que imprime su sello en lo que hoy llaman "opción homosexual". Las brujas medievales, según este enfoque, son presentadas como mujeres libres, a menudo capaces de reinventar su identidad sexual como hombres y afirmar su lesbianismo. Jules Michelet (1789-1874) haría una contribución a este enfoque con su libro "La Sorcière" (La bruja) del año 1862; el tema emerge también en la poesía sáfica de la francesa Renée Vivien (1877-1909) que era el pseudónimo de Pauline Mary Tarn; también hallamos el tema en la novelista estadounidense, a su vez lesbiana, Mary MacLane (1881-1929); y con Sylvia Townsend Warner (1893-1978) el mismo enfoque aparece en Inglaterra. Estas escritoras, hoy prácticamente olvidadas, pero de una enorme influencia en su época, son los nexos que se establecen entre la adoración a Satanás y la ideología de género. Introvigne está haciendo una recensión del libro de Faxneld y lo considera una enciclopedia en la que hay material abundante a partir del cual puede desarrollarse por muchos otros cauces (como son la moda, lo lúdico y la cultura popular) el tema en cuestión. El feminismo, la ideología de género y la promoción de la homosexualidad -tanto la que afecta a mujeres como a hombres- han brotado de un terreno en que el culto al diablo era algo generalmente admitido. Lucifer, el ángel rebelde y proto-revolucionario, aparece así a una nueva luz: como un heroico rebelde que se enfrenta al orden establecido por Dios. Los revolucionarios del siglo XIX encontraron en Satanás el símbolo de su rebelión, aunque muchos de ellos no creyeran efectivamente que Satanás existiera. Pero, sin embargo, a fuerza de invocarlo tanto, no pocos terminaron creyendo en él y poniéndose conscientemente a su servicio.
 
Lo que parece fuera de toda duda, tras la lectura del libro de Faxneld, es que las ideologías revolucionarias que irrumpieron durante el siglo XIX (saturadas de romanticismo), tales como el feminismo y el homosexualismo, cultivaron con frenética dedicación un satanismo simbólico y más que simbólico. Por nuestra parte (recuérdese que estamos haciendo una síntesis de un artículo de Massimo Introvigne) no queremos terminar sin citar algunos casos que no son mencionados por Massimo Introvigne y que podrían añadirse a la nómina de los que el prestigioso intelectual italiano ha traído a colación (suponemos que Faxneld, el autor del libro que Introvigne comenta; y que todavía no hemos leído) no habrá dejado en el tintero a los que ahora vamos a referir abajo.
 
Nietzsche, por ejemplo, ha sido considerado como homoerótico por Rüdiger Safranski. Y no podemos olvidar al escocés John Henry Mackay (1864-1933) que pasa por ser uno de los pioneros del movimiento homosexual. Mackay sería uno de los divulgadores más destacados del pensamiento anarcoindividualista del alemán Max Stirner; también contribuiría mucho a difundir a Nietzsche en el ámbito anglosajón. Tampoco sería ajeno a la filosofía de Stirner el alemán Adolf Brand (1874-1945), otro de los activistas del movimiento homosexual que lanzó la revista "Der Eigene", considerada la primera de las publicaciones dirigidas a homosexuales. Los colaboradores de Brand, como Benedict Friedlaender (1866-1908) o Elisar von Kupffer (1872-1942) ni que decir tiene que compartían la misma tendencia homosexualista. El sexólogo judeo-alemán Magnus Hirschfeld (1868-1935) estaría en contacto con este grupo que se movía alrededor de Brand; y no es un dato ocioso decir que Hirschfeld fue, recordémoslo, uno de los sistematizadores más tempranos de la teoría del "tercer sexo", aunque la expresión sea anterior y en su teorización hubiera que citar también a Karl Heinrich Ulrichs (1825-1895): la teoría del "tercer sexo" que se lanza en el siglo XIX anticipa lo que más tarde, en nuestros días, será la "ideología de género". Y cerremos por hoy la lista de homosexuales (varones o mujeres) que son invocados como los primeros activistas del homosexualismo militante. No podemos asegurar que todos ellos profesaran el satanismo, para ello tendríamos que leer el libro que nos recomienda Massimo Introvigne: "Satanic Feminism", de Per Faxneld. Simplemente, llamamos la atención sobre un asunto que es muy probable que el lector no encuentre en otros medios de comunicación de masas. Y que de no ser por nosotros, pasaría desapercibido para el público hispanohablante.
 
Artículo original de Massimo Introvigne: "Gender, le origini sataniste di un'ideologia" en  LA NUOVA BUSSOLA QUOTIDIANA 
 
Libro de Per Faxneld: "Satanic Feminism. Lucifer as the liberator of woman in nineteenth-century culture": enlace pinchar aquí.

miércoles, 11 de junio de 2014

ES PREFERIBLE MORIR CON GLORIA A VIVIR CON VILIPENDIO


*Imagen de batiburrillo.redliberal.com

« Lo repito, mis espaldas son anchas; yo acepto con gusto y no desdeño ninguna de las responsabilidades que se puedan derivar de actos que yo realice, y las responsabilidades ajenas, si son para bien de mi patria y para gloria de mi España, las acepto también. ¡Pues no faltaba más! Yo digo lo que Santo Domingo de Silos contestó a un rey castellano: 'Señor, la vida podéis quitarme pero más no podéis'. Y es preferible morir con gloria a vivir con vilipendio. »

José Calvo Sotelo



*Imagen de www.elmundo.es

martes, 10 de junio de 2014

LA INCREÍBLE HISTORIETA DE LAS MONJAS MALVADAS


 
 
PATRAÑAS ANTICLERICALES EN UN MUNDO DE ABORTISTAS

Por Manuel Fernández Espinosa


Las campañas mediáticas contra la Iglesia Católica (también contra nuestros hermanos ortodoxos) no cesan. En todas las historias que se publican o publiquen siempre hay un tufo de malicia que se aprovecha de la tontería humana que, cada día, parece ganar más adeptos. Nadie puede suponer (y haría mal en suponerlo) que la Iglesia Católica esté compuesta por seres angélicos que no pueden equivocarse o que no pueden pecar; la tentación es grande en todo tiempo y lugar, y los que caen en ella y no se arrepienten, terminan siendo infieles e ingratos a Dios y, no correspondiéndole a la gracia, incluso podemos decir que un cristiano viciado es peor que cualquiera que no sea cristiano, pues no en balde, de siempre se ha dicho, que: Corruptio optimi pessima (La corrupción de los mejores es la peor de todas).


En 2012, la historiadora local Catherin Corless publicó un artículo en que llamaba la atención sobre supuestas irregularidades cometidas en una casa de acogida para madres solteras. La casa de acogida, llamada "El Hogar", se ubicaba en Tuam, un enclave del condado de Galway (oeste de Irlanda). Desde 1926 a 1961 este lugar albergó a madres solteras con sus hijos y el centro era regentado por la Congregación de Hermanas de Bon Secours (congregación fundada por Josephine Potel en la Francia de la primera mitad del siglo XIX). A instancias de Ciarán Cannon, líder del partido irlandés Progressive Democrats (partido que pertenece a la Alianza de Liberales y Demócratas Europeos, de la que también forma parte Convergència Democràtica de Catalunya), así como por presiones exteriores, como la ejercida por Amnistía Internacional, se ha destapado otra caja de los truenos que tiene, como no podía ser menos, a la Iglesia Católica como objetivo a derribar. Es por ello como, sirviéndose de toda esta triste historia, se aprovecha para pintar con los colores más siniestros el centro de asistencia regido por las monjas hasta su clausura en el año 1961.
 
Los restos humanos se descubrieron en 1975 en un tanque séptico (siempre según la prensa tendenciosa), el vecindario dio por sentado que las víctimas lo eran del Hambre que estragó Irlanda del año 1740 al 1741. Ahora lo que se está tratando de averiguar es si los restos humanos corresponden, como sostenía el artículo de Catherin Corless en 2012, a los niños de aquellas madres acogidas en el Hogar y que (siempre las fuentes "oficiosas") remachan que fueron arrojados a un tanque séptico sin mayor consideración ni entierro digno, después de una supuesta desatención y malnutrición. El "Irish Times" ha publicado la carta de un lector que trata de poner las cosas en su punto; pero, en cambio, este testimonio no ha tenido apenas repercusión comparado con la tremenda campaña que está aprovechándose de esta truculenta historia para culpabilizar nuevamente a instituciones católicas. En esa carta publicada por el "Irish Times" dice su autor que el lugar donde fueron hallados los cadáveres no se trataba exactamente de un "tanque séptico", sino de un tipo de fosa muy empleada dentro de los recintos hospitalarios de toda Europa durante los siglos XIX y XX, lugar excavado para acoger los cadáveres de recién nacidos muertos poco después del parto y otros menores de las inclusas. Sin embargo, la versión dominante es la más negativa para la Iglesia.
 
Y uno no sale de su estupor: ¿es posible que a gente que le importa un bledo la suerte de millones de fetos humanos abortados, ahora se ponga a lloriquerar por una fosa común de niños que nacieron y que, por desgracia, murieron? Sí, estamos en el mundo de "fabricamos su compasión a medida", en un mundo increíblemente cínico que persigue a las monjitas y ampara la impunidad de cuantos se lucran con el abortismo.
 
Nunca he estado en Irlanda, ni sé la clase de historiadora que será la tal Corless. Lo que sí he oído, sin moverme de España, es decir a muchos malpensados y mejor maldicientes que cuando se acometían obras en los conventos femeninos, era maravilla que en todos se terminara exhumando cadáveres de recién nacidos y menores. Dicho esto -que bien podría ser verdad- el que contaba la historia (casi siempre la misma historia) pasaba a interpretar la razón por la que en un convento de monjas había esqueletos infantiles. Entonces, entre impúdicas sonrisas y guiños, el propagandista venía a decir que esos cadáveres eran los mismos frutos de las sacrílegas relaciones sexuales de las monjas (con sus amantes: aquí el difusor de basura podía incluso suponer que el amante era el cura). Se trata de una vieja táctica de la propaganda anticlerical, perfectamente pautada en las logias masónicas del siglo XIX. Con estos bulos se arrojaba una calumnia sobre la vírgenes consagradas, así como se jugaba diabólicamente con la sospecha de que nadie puede mantenerse ni virgen ni célibe (algo muy propio de un lascivo es pensar que no hay nadie que no sea tan cerdo como él). Este cuento anticlerical lo llevamos escuchando desde hace cientos de años (el Marqués de Sade, correligionario de todos estos propaladores de basura anticlerical, era muy proclive a imaginar fantasías sacrílegas en su satanismo delirante: ver también nota abajo).
 
Lo cierto es que, en efecto, en los conventos antiguos (no sólo de las monjas, sino también de los frailes) podría encontrarse sepulturas en las que puede haber restos óseos de niños. La razón de ello no se debe a la leyenda negra de relaciones pecaminosas de los religiosos, sino que los conventos eran lugares en los que se solía dejar abandonadas (en el torno de las monjas) a las criaturas recién nacidas que, por muchas y diversas razones, no podían ser criadas por sus progenitores. Si a esa costumbre le añadimos la alta mortalidad infantil de los siglos XX, XIX, XVIII, XVII... etcétera (de la que hay sobrada constancia en los libros de sepelios de cualquier archivo parroquial); si tenemos en cuenta que los cementerios extra-muros, en España, son cosa de principios del siglo XIX (aunque las pragmáticas fuesen de Carlos III, la costumbre no se generalizó, observándose puntualmente, hasta Fernando VII)... Si tenemos en cuenta factores como estos, la historia cambia mucho. Pero entonces estaríamos hablando de historia y no de perversos rumores que se aventan con el maligno propósito de difamar, condenar y desprestigiar a las instituciones eclesiásticas.
 
 
NOTA: Otro de los agitadores profesionales anticlericales del siglo XVIII, me refiero al panfletista Denis Diderot, escribiría en 1760 una novela titulada "La Religieuse". En esta novela panfletaria Diderot no llegaba a los extremos sacrílegos de Sade, sino que se conformaba con darle la vuelta a la realidad. A saber: la trama de la novela es la forzada entrada a un convento de una joven que, por presiones familiares, se ve en el claustro conventual, sufriendo dentro del mismo un sinfín de abusos, maltratos, etcétera. Sin embargo, uno de los mejores conocedores de la Francia del siglo XVIII, me refiero a Jean de Viguerie, ha demostrado que, frente a la versión popularizada por los deístas, jansenistas y ateos dieciochescos, como Diderot, lo que el estudio atento de los archivos arroja al investigador es que: "Cerca de la mitad de las religiosas que entraron en la Visitación durante el siglo XVIII tuvieron que vencer la resistencia de sus padres [...] Las gentes no comprenden que alguien se quiera recluir durante toda la vida en un claustro, apartándose del mundo" ("La religión y la Iglesia en Francia durante los últimos años del Antiguo Régimen (1780-1789)", publicado en "Cristianismo y Revolución", de Jean de Viguerie, Ediciones Rialp S. A., Madrid, 1991).