"Leónidas Andréyev"
Andréyev
(o Andreiev) fue uno de los más conocidos autores de la literatura rusa de finales
del s. XIX y principios del XX. Estudiante de derecho, abandonó pronto la
abogacía para dedicarse a la su verdadera vocación, la literatura, de la cual
se convirtió en un prolífico autor.
Nacido
en la rusa localidad de Oriol, que fundara el su día Iván IV. Andréyev vino al
mundo en los cálidos días del verano de 1871 finando su existencia con apenas
cuarenta y ocho años de edad, en la finlandesa localidad de Mustamäki, en
septiembre de 1919. Pese su temprana muerte, Leónidas, tuvo una vida plena,
casándose con la aristócrata Wielhorska. Ésta era hija del también artista y
precursor de la literatura ucraniana moderna Tarás Shvechenko. Fruto de este
matrimonio, les nacería un hijo, Daniil Andréyev, quien andando el tiempo sería
autor de la controvertida y mística novela “Roza
Mira”, donde el autor trata de realizar un sincretismo entre las grandes
religiones del mundo, como son el hinduismo, el budismo, el cristianismo, el
judaísmo y el zoroastrismo.
Las
primeras publicaciones literarias de Leónidas apenas si eran conocidas por el
gran público, pues Andréyev se dedicaba a escribir en periódicos locales como
articulista, y aprovechaba los mismos para publicar sus relatos y sus cuentos.
Su conocimiento por el gran público fue merced a Máximo Gorki, quien lo
descubriría y le daría publicidad.
Sus primeras obras fueron éxitos de ventas, (“Risa roja”, “Judas Iscariote”, “Anatema”,
“El diario de Satanás”, etc) y muy
pronto se vio entre los grandes escritores de la Rusia pre-revolucionara. Con
el existo literario también vinieron sus excentricidades, que casi le otorgan
mayor popularidad que sus novelas.
Con
el paso de los años, Andréyev se vuelve crítico con la deriva política de su
Rusia natal, y es que los movimientos bolcheviques le suponen un gran trauma
personal y existencial. Debido a ello, decide exiliarse a la vecina Finlandia,
y desde allí, amén de seguir escribiendo, se dedicará a una profusa labor de
publicidad y denuncia de los excesos de los bolcheviques. Es esa pena, -la de
los crímenes cometidos en su país, así como su destierro voluntario- junto con
otras dolencias, hacen que termine su
vida prematuramente cuando se encontraba en plena madurez literaria.
Su
estilo ha sido considerado como expresionista, más la obra que traemos hoy a
esta bitácora, enlaza perfectamente con las narraciones fantásticas del mejor Allan
Poe o de las insuperables “Leyendas”
del español Béquer.
"Portada del libro de la Colección Austral de Espasa Calpe"
Leónidas,
atrapa al lector con la descripción de sus ambientes, donde se recrea en la
visión de los paisajes nevados y la presencia de personajes atormentados. La aparición
de fantasmas o espectros, anunciadores de presagios o de tragedias futuras, nos
llevan a imaginar que nos encontramos con los viejos “fantasmas shakesperianos”, más éstos no hablan, sino que ante su
muda presencia, el protagonista se desespera y los sigue en pos de respuestas.
Esas son las cautivadoras páginas del
primer relato de esta obra de Espasa Calpe, titulada, “El Misterio” cuyo desenlace no desvelamos para mejor incitar a su
lectura.
Le
sigue otro relato mas breve, titulado “La
Marsellesa”, el cual es un alegato en el que Andréyev trata de alertarnos
de la terrible suerte que corren los que son diferentes, aquellos que no son,
en principio, aceptados por el grupo mayoritario. La frescura de este relato
denota así mismo la juventud en la que fue escrita, pues como hilo conductor
está el desprecio humano ante los aparentemente débiles. La alienación que el
grupo mayoritario somete al diferente, al pequeño, al menesteroso, y como al
final, éste, en sus últimos momentos vitales, es capaz de dar una lección
ejemplarizante al grupo.
El
relato “El sueño” nos lleva a la agobiante sensación del no saber si lo vivido
es un sueño o es realidad. El autor nos mezcla y nos relata una situación
tensa, donde lo trivial da lugar a la sofocación. Donde se mezcla el no saber
si se está en un sitio soñando que se está en otro, o precisamente soñamos con
estar en otro sitio por evadirnos de donde estamos.
En
el relato “Sobremortal” nos
encontramos con un joven aviador que, cual Ícaro, trata de huir de las ataduras
terrenales en una ascensión sin límite hacia el infinito espacio, hacia el
radiante Sol. Abajo, en la tierra, quedan los espectadores que observan el
vuelo del aparato, las cosas mundanas, las ataduras humanas.
El
relato, que recuerda en cierta manera al personaje, y aviador también, que el
escritor estadounidense Richard Bach retrató en su conocidísima obra “Ilusiones”, donde además de tener pasión
por volar (Richard Bach era piloto) el personaje buscaba “ser feliz” tal y como se lo habían mandado. En el relato de
Andréyev, es esa felicidad la que se tornará en tragedia, en final inexorable
para el protagonista, al mismo tiempo que se nos transmite un mensaje
contundente, pues si para conseguir la felicidad, es necesaria la inmolación,
Leónidas no duda en optar por ella. Vivir a medias no es vivir, y la vida hay
que vivirla plenamente al coste que sea.
Otros
relatos que también compone esta obra de Austral son: “Lázaro”, “Bargamot y Garaska”, “El amor al prójimo”, “Ante el
tribunal”, “Un extranjero” y “El capitán Kablukov”, completándose así
una obra deliciosa, que se lee con facilidad y que proporciona un inusitado
placer para los amantes de los relatos cortos y llenos de misterio.
Luis Gómez
AUTOR: Leónidas Andréyev
EDITORIAL: Espasa Calpe – Colección
Austral Nº 1226
AÑO: 1954
PÁGINAS: 162
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