Es una actitud muy conservadora eso de decir “hijo, tú no te destaques, no te signifiques”; o “no te metas en política”. Y es que los conservadores no se enteran que, por mucho que uno esconda la cabeza como el avestruz, las cosas acaban afectando, y que “política” viene de “polis”, y que esta actitud miedosa e individualista no hace sino favorecer a quien al menos quiere creer en algo, al contrario que ellos, que no creen en nada. El hecho de que suban la luz y el agua ya es política, y lo que le pase a tu vecino, mañana te puede pasar a ti. ¿O es que uno se quedaría igual por “no significarse” si se enterase que su hermana ha sido violada? Con eso de “no te metas, no te destaques”, se pierde completamente la noción de la importancia y de la realidad. Hay que coger el toro por los cuernos, y comienza a estar muy en boga en nuestro tiempo eso de la Cuarta Teoría Política que viene siendo trabajada por el profesor ruso Alexander Duguin, el cual parece no pasar indiferente ante tirios y troyanos: O bien halla adhesiones fulgurantes, o bien se cruza ante odios fulminantes. Y comoquiera que muchos hechos acaban siendo globales a la fuerza, a pesar de que España ni está ni se le espera más allá de la confusión y el surrealismo, creemos que debemos estar atentos ante corrientes que, gusten más o gusten menos, se acaban sucediendo por nuestro entorno, y que si no hallan observaciones y respuestas, quedarán a la absoluta merced de los frutos que recojan otros, tal y como ha pasado en muchos episodios de nuestra desgraciada historia reciente, donde no se ha preparado una respuesta intelectual y cultural adecuada a muchos desafíos que han pasado delante de nuestras narices, máxime en épocas cruciales para nuestro devenir.
Con todo, vemos que por desgracia, es común que cuando literatos rusos se han referido a España, lo han hecho adoleciendo de conocimientos sobre nuestra verdadera historia, sobre nuestro verdadero ser. Hasta un grande como Dostoyevski cayó en ciertos tópicos sobre la Leyenda Negra. No es exactamente el caso de Duguin, viajero infatigable y conocedor de nuestro idioma y de algunos aspectos de nuestra cultura (1). Mas, porque nos interesa muchísimo lo que pasa en Rusia y porque estamos desarrollando eso en el “misterio hispano-ruso” (2), creemos de recibo aportar apuntes hispánicos ante esta corriente que irrumpe con fuerza.
Como diría Jack el destripador, vamos por partes;
CONCRETANDO EN LA CUARTA TEORÍA POLÍTICA
Sobre la Cuarta Teoría Política poco podemos añadir a lo que dice el propio Alexander Duguin. No obstante, le reconocemos cierta honradez y humildad, pues según el propio autor, no es algo que esté terminado, sino que constituye una hipótesis de trabajo abierta a constantes aportaciones. Por tanto, reiteramos que sobre la Cuarta Teoría Política, más praxis que teoría, en todo caso hay que ir siguiéndola según la boca del propio autor y del llamado Movimiento Euroasiático.
Yo personalmente pienso que como españoles, poca Cuarta Teoría Política nos falta. Ahora bien, es posible que en Hispanoamérica, una praxis de este sentido sea conveniente en tanto y en cuanto a modelo de trabajo, no como fin absoluto. Y decimos esto porque, al contrario de lo que ocurre en la Europa occidental, en buena parte del complicado mundo, no existen unos clichés ideológicos que en seguida forman estereotipos. Al contrario, si por algo siempre se ha caracterizado la política, y más en el caso de las relaciones internacionales, ha sido por la transversalidad. Y es de cuestionarse en este mundo postmoderno que avanza hacia una hegemonía económica liberal-capitalista de progresismo “cultural” si realmente están sirviendo los bloques ideológicos tal y como se entendían hasta la Guerra Fría. O más aún: Es cuestión de si sirvieron realmente alguna vez.
Por ello, creemos que la Cuarta Teoría Política puede dar mucho juego, sobre todo en determinadas zonas. Mas como no hay nada definitivo en ello, lo dejamos como apunte interesante, siempre a revisar, siempre en lo que poder aportar.
TRADICIONALISMO
En cuanto al término “tradicionalista”; ya señaló cierta problemática en su día nuestro insigne polígrafo Marcelino Menéndez y Pelayo en tanto y en cuanto que, allende los Pirineos, “tradicionalista” había virado a otras consideraciones muy distintas de lo que podemos entender por tradición en el mundo hispánico. Y es que en España, el tradicionalismo (3), en puridad, es cristiano y aparece con el carlismo bajo el trilema Dios, Patria y Rey, unificando los valores tradicionales y la justicia social frente al liberalismo usurpador y golpista -ayudado principalmente por el imperio británico- desde 1833 como genuino movimiento contrarrevolucionario del Viejo Mundo; referente para legitimistas de toda Europa. Como dato curioso, valga reseñar que Rusia fue acaso la nación europea que más apoyó la causa carlista. A principios del siglo XX, D. Jaime de Borbón, Jaime III de España como rey legítimo, al ser vetado en el imperio austrohúngaro, pudo sin embargo hacer carrera militar como húsar del zar Nicolás II, participando, entre otros, en la Guerra de los Boxers, y llevando el uniforme de húsar con orgullo durante toda su vida. Fue el rey más completo de la dinastía legítima: Religioso, tradicionalista, patriota y abanderado de la justicia social; antiliberal integral, respetuoso de la diversidad regional pero fiero antiseparatista; conocedor de varios idiomas y de muchos países; tan aventurero como serio; siempre llevando sus largos años en Rusia en el corazón. Otrosí, en la Guerra Civil Española, un nutrido contingente de voluntarios rusos blancos ingresó en el Requeté, la milicia de la Comunión Tradicionalista, llevando sus banderas y sus popes al frente. Dizque entraron por Francia y cuando vieron a españoles con boina roja, pensaron que eran comunistas; pero le dijeron que no, que eran soldados que luchaban por Dios, la Patria y el Rey. Y en seguida pidieron alistarse, porque su lema en Rusia había sido Fe, Zar y Patria. Y no hace mucho, conmemorando a aquellos voluntarios, se levantó una cruz rusa en el Cerro del Contadero, en Guadalajara, como conmemoración de aquellos heroicos voluntarios; oficiando el padre Kordochkin, responsable de la parroquia rusa de Santa María Magdalena, en Madrid. (4)
D. Jaime, con el uniforme de húsar del zar.
Imagen de
Creemos que a muchos patriotas rusos de buena voluntad les gustaría indagar en esta entrañable hermandad tradicionalista ibero-eslava, de la cual no se sabe mucho a priori, pero que constituye toda una digna epopeya que literariamente bien podría recrear algún Miguel Strogoff tradicionalista.
Por otra parte, en España hay gente que se ha acercado al tradicionalismo y ha coincido mucho doctrinalmente aun sin ser carlista, como han sido los casos de Donoso Cortés o Menéndez Pelayo. Empero, no creo que en España, teniendo este maderamen, nos interesen mucho “otros tradicionalismos”, ni “otras vías” para una tradición que en verdad está muy clara. Nuestra patria se reafirmó desde la lengua y el Derecho de Roma al Reino Visigodo de Toledo, y fue la invasión berberisco-musulmana la que truncó la confirmación de la incipiente nación hispánica; empero, el levantamiento de Don Pelayo en Asturias comenzó la batalla por recuperar la España perdida, con la cruz de la victoria como máximo símbolo. Fue la cruz, nuestro temperamento indígena (5) y el complemento romano-visigótico lo que nos hizo recuperarnos como identidad, y si bien no volvimos a reproducir el pasado reino visigodo en la exactitud del pasado, fue la vuelta a la Cristiandad lo que nos unió. Pero eso: La vuelta a la Cristiandad (que no al paganismo ni al esoterismo) la defensa de la Cristiandad frente al islam, además, como baluarte del Viejo Continente. Nosotros en Occidente, Rusia en Oriente.
Imagen: Primera bandera de la resistencia cristiana de Asturias. "Con este signo se defiende al piadoso, con este signo se vence al enemigo". Extraída de
Con respecto a “otros tradicionalismos”, no nos compete entrar aquí en un pormenorizado estudio sobre Evola y Guénon, de los cuales Duguin se declara discípulos. Otrosí, ni Evola ni Guénon eran cristianos, y creemos que hay confusiones y errores importantes en su doctrina que pueden desembocar en tragicomedias en la práctica tal y como fue la conversión al islam de Guénon.
De todas formas, dado el desconocimiento abismal que el español medio tiene sobre su herencia filosófica, política y cultural, más creemos que le valdría ponerse al día con lo suyo antes que meterse en ciertos exotismos que, reiteramos, no vemos necesarios. Porque incluso si se trata de escudriñar en raíces anteriores, el mundo clásico del cual formamos parte se nos abre de par en par, además, en conexión con el cristianismo. En ese sentido, como dice el bibliófilo Joseph Pearce, literatos ingleses como Roy Campbell o John R. R. Tolkien se interesaron por el paganismo que tenía más conexión con Cristo, no por el que aleja de él. Y es que acaso ellos iban en la línea anunciada por San Agustín de Hipona, de que la salvación había sido anunciada a los paganos de otras formas; por la “cultura de la imagen” que diría el mentado Tolkien. Ese camino sí lo consideramos correcto. “Otras vías”, como que no. Ya dijo nuestro gran literato Ramiro de Maeztu (admirador de Dostoyevski, por cierto), que el camino de España no tenía pérdida posible; y así, subrayamos la herencia grecolatina que continúa en lo hispano-católico, incluyendo la "catolicidad civil", como dice el filósofo Juan Bautista Fuentes. (6)
Eso sí, reconocemos que en otros puntos de la Hispanidad, determinados ideales se pueden tropezar ante senderos mucho más sinuosos, máxime en contextos geográficos o culturales donde están muy vivos los procesos sincréticos de todo tipo. En buena parte de los Andes, nunca se dejó de adorar a la Pachamama, así como a Brasil y al Caribe llegaron cultos animistas africanos que continuaron un desarrollo "independiente" en el Nuevo Mundo. Y por si fuera poco, la irrupción de la Teología de la Liberación fue letal, pues si con la independencia el liberalismo y las logias masónicas se enseñorearon definitivamente del continente, el desorden acaecido en la segunda mitad del siglo XX, con una táctica revolucionaria muy bien preparada por universidades belgas y holandesas y por el aporte de la KGB soviética (7), la situación espiritual hispanoamericana se veía entre el marxismo cultural y la continua injerencia liberal-protestante de los Estados Unidos. Si bien antes había sincretismo, por lo menos había algunos referentes claros; mas roto el sentido de la autoridad, perdidos los referentes que podían coincidir entre lo hispánico y lo prehispánico; en fin, destrozado todo sentido sagrado latente, con unos curas que se empeñan en sacar a la gente de la iglesia a patadas; pareciera que estamos ante un páramo. Y a pesar de todo, las iglesias no están vacías, lo cual no deja de tener harto mérito.
Por ello, nos gustaría decir que si bien concordamos plenamente con Duguin en que el liberalismo es un Anticristo social (¡acertadísima la definición del profesor ruso!), no todo lo que se diga antiliberal es necesariamente bueno. Esto sería caer en la misma, fallida y manida lógica del anticomunismo. El llamado “socialismo del siglo XXI” que comenzó Hugo Chávez en Venezuela no ha supuesto ningún cambio ante el mundo liberal, y lleva ya casi dos décadas. No son comparables a algunos líderes del mundo árabe que, por las circunstancias, fueron sus aliados, puesto que ni en la República Árabe de Siria ni en la Libia de Gadafi sus ciudadanos pasaron las necesidades y calamidades que están pasando en los países gobernados por esta “vía”, que aplican un sistema capitalista ramplón que está llevando a Venezuela, uno de los países más ricos del mundo, a pasar hambre sin producir nada, sin formar bien a su gente, teniendo tratos vergonzosos con el narcoterrorismo y endeudándose hasta las cejas. Y que no se olvide: Siendo Estados Unidos su principal comprador de petróleo; de un petróleo que ha estado malvendiendo, cuando no regalando, para extender una política que no ha llevado a ninguna parte.
Tampoco se olvide que si bien es descarado el intervencionismo angloamericano en la región, Chávez fue golpista en 1992, y fracasó; y cuando triunfó, no dudó en apartar al politólogo argentino Norberto Ceresole, que había sido su asesor, para dar paso a la izquierda más rancia y sectaria.
Otrosí, el indigenismo inyectado de estos movimientos, lejos de buscar las verdaderas raíces de los pueblos indios, o lejos de ahondar en sus tradiciones, no es sino una táctica de odio alimentada por ideologías modernas nacidas en las universidades europeas, acaso como continuación lógica de la Teología de la Liberación, que lejos de optar por los pobres, no ha supuesto sino una lanzadera politiquera, una “voluntad de poder” que en nada ha contribuido a mejorar la situación social de muchas comunidades que, de hecho, están todavía peor de lo que estaban antes. Y desde luego, esta onda sí ha contribuido a apoltronar a mucho indeseable. Curas que cambiaron la sotana por “trajes de paisano”, subvencionados líderes dizque sindicales, la liturgia convertida en un circo al más puro estilo moderno-protestante… Y se escoge como icono a Simón Bolívar, un oligarca mantuano descendiente de explotadores esclavistas, un dictador masón, individualista y liberal al que el mismísimo Karl Marx denostó con todas sus fuerzas (8) y que predicó salvajemente el odio a su propia sangre y cultura; tal y como lo hicieron buena parte de ilustrados y liberales del XVIII al XIX, y tal y como el marxismo recogió ese fruto podrido a principios del XX. Odio al blanco, odio a España. Y sin embargo, se empecinan en hablar la lengua de Cervantes, al igual que los separatistas ibéricos…
(CONTINUARÁ...)
NOTAS:
(2) "El misterio hispano-ruso", extenso artículo escrito por un servidor: El misterio hispano-ruso. - Inicio - Jimdo
(3) Salvo algunas contaminaciones importantes, especialmente venidas de Francia y muy acertadamente señaladas y denunciadas por el profesor Manuel Fernández Espinosa:
Asimismo, sígase:
(4) Sobre la presencia rusa en el carlismo:
Voluntarios Rusos Blancos Requetés)
Premín de Iruña: Los requetés rusos
Premín de Iruña: Los sanfermines de 1939, primeros tras la ...
(5) Véase: RAIGAMBRE: DE GODOS Y BIZANTINOS ...
(6) Sobre el filósofo Juan Bautista Fuentes: Juan Bautista Fuentes dice ahora: sobre España «en lo ...
(8) La opinión de Marx sobre Bolívar: