RAIGAMBRE

Revista Cultural Hispánica

lunes, 15 de septiembre de 2014

LA EUROPA REVOLUCIONARIA. LAS GUERRAS CIVILES QUE MARCARON EL SIGLO XX


Portada del libro: "La Europa Revolucionaria" de S.G. Payne"


Ficha Técnica:
Título: “La Europa Revolucionaria. Las guerras civiles que marcaron el siglo XX”
Autor: Stanley G. Payne
Editorial: Planeta, “Temas de Hoy”, 2011
Traducción: Jesús Cuéllar
Páginas: 414
Luis Gómez

            Stanley G. Payne es un hispanista de reconocido prestigio. No vamos a entrar en si es mejor o peor que éste o aquel, pues como suele pasar en estos temas, la cuestión está en el gusto. Lo cierto es que nadie dudará de su buen hacer, su investigación seria y rigurosa, y que sus libros están llenos de citas, bibliografía y un profundo conocimiento de lo que dice.

            Lo cierto es que, en lo concerniente a la Guerra Civil española se ha escrito tanto, y desde tantos puntos de vista (algunas veces simplemente puras mentiras con tintes propagandísticos) que de puro repetir uno ya debe estar más que aburrido del tema.

            Habrá que decir con antelación, que uno de los escritores españoles que antes que nadie puso los puntos sobre las íes en el tema de la Guerra Civil y el Alzamiento fue D. Ricardo de la Cierva. Escritor éste de pluma ágil y con una gran cantidad de información privilegiada y de primera mano, al cual le tocó mantener viva la llama de la veracidad de ciertos hechos históricos ocurridos durante esos años, justo en la etapa más difícil, cuando todo el mundo se hacía pasar por “progresista” y se dedicaba a escribir libros al dictado de los intereses revanchistas de los grupos políticos de la izquierda española. Esa época fue dura, y se inundó el mercado con libros en los que sólo se esgrimía la “sacro-laica” legitimidad del gobierno Republicano y la “fascista” (sic) actitud de los “golpistas” que vulneraron –según su propaganda- toda legitimidad y se instalaron en una dictadura.

            Ese ha sido el “catecismo ideológico-propagandístico” que se ha seguido durante los últimos años, y sólo a finales de los años noventa, algunos autores osaron “revisar” el tema, y puntualizar algo sobre el particular. Muy pocos citaban a D. Ricardo, pero casi todos seguían sus teorías y sus puntualizaciones. César Vidal, Pío Moa, (con la abismal diferencia que existe entre D. Pío y César Vidal) fueron quizás, de los más comerciales y de los nombres que más han sonado en el mercado literario.


            Pero España, que es así desde que la parieran sus primeros pobladores, nunca ha llevado muy bien el que alguien de su misma sangre le diga que es la verdad (o la mentira), en cambio, si el que escribe lleva un apellido extranjero, entonces la cosa cambia. Se levantan banderías y se establecen grupos de seguidores o detractores, y los comentarios de dichos escritores son llevados de aquí para allá –algunos se los tatuarían en el alma- como si de parábolas bíblicas se trataran.  


Stanley G. Payne

Pero no divaguemos más y vayamos al libro que nos ocupa. “La Europa Revolucionaria. Las guerras civiles que marcaron el s. XX” es un manejable ejemplar que relata las contiendas y operaciones militares que marcaron la Europa del s. XX. Evidentemente hace hincapié en la I GM y en los albores de la IIGM, pero donde más se detiene el autor es en los sucesos acaecidos en la España de los años 30 y posteriores, incluyendo y analizando la Guerra Civil.

            S. G. Payne no nos dice nada nuevo en el libro sobre lo que ocurrió en España, pero es de agradecer el que se vuelva a leer ese trozo de nuestra Historia como país, sin las tergiversaciones y aquiescencia propias de otros autores.   

Payne hace un breve repaso por los aconteceres políticos de esa España convulsa. Habla sin tapujos de la visceralidad y radicalidad de la República. De la cobardía o connivencia de los gobernantes republicanos.
           
            “Historiadores como Edward Malefakis han reconocido la existencia de una cierta situación prerrevolucionaria” (p. 236) dice Payne en su obra. Continúa diciendo: “Después de perder por completo cualquier posición de fuerza institucional, las formaciones políticas derechistas estaban divididas y se encontraban inermes (…) los partidarios de la Corona carecían de apoyos dentro de España (…) el pequeño movimiento fascista, Falange Española, había sido ilegalizado en marzo, pero devolvió los golpes de los revolucionarios (…) Pese a todo, el movimiento clandestino carecía de capacidad para alumbrar una insurrección” (p.237). Como se puede ver, la situación no era favorable para nadie. En la República, ese espejismo político al que con tanta fuerza se agarran las formaciones actuales de izquierdas, no era sino la antesala de una revolución violenta y sin garantías ningunas para el ciudadano. El asesinato de Calvo Sotelo, cuyo catalizador fue la muerte del Teniente Castillo, es una prueba evidente. “No fue tiroteado en una esquina, como Castillo y muchos otros, sino que fue detenido ilegalmente y asesinado por un contingente policial, que, por otra parte, tenía una composición irregular, ya que lo integraban agentes izquierdistas, unos de servicio y otros no, además de revolucionarios socialistas, lo cual recordaba ligeramente a la utilización que en sus primeras semanas en el poder había hecho Hitler de miembros de las SA y las SS como Hilfspolizei”. (p. 238)

            En definitiva. S. G. Payne no viene en su obra a ilustrar o decir nada nuevo que no se haya dicho ya. No es que desvele en este pequeño capítulo de su libro datos novedosos que enriquezcan la ya de por sí rica información que hay sobre este tema, pero si podemos afirmar que es un soplo de aire fresco para el lector, ya que en los libros que sobre esta temática existen en los anaqueles de las librerías, la visión cabal e imparcial de lo sucedido durante la contienda civil española, están en franca minoría sobre los propagandistas

            Hubo atrocidades por ambas partes. Se cometieron crímenes horribles en ambos bandos, pero hasta la presente, sólo los de una de las facciones, reconocen ese hecho. La otra, aún a día de hoy, se niega a reconocer sus crímenes.

            “La Europa Revolucionaria” es pues, un ejemplar que puede servir tanto de consulta, como de amena lectura. Su estilo es agradable y no cansa. Imprescindible para aquellos que quieran aventurarse en ese periodo de la historia y teman empezar otros volúmenes más enjundiosos.

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