RAIGAMBRE

Revista Cultural Hispánica

domingo, 13 de julio de 2014

"LA PICIA DE DUPONT" Conferencia sobre los héroes de Las Navas y de Bailén 2014



Cartel de la conferencia

CONFERENCIA SOBRE LA BATALLA DE BAILÉN, PRONUNCIADA EN JAÉN EL 11 JULIO DE 2014 POR D. LUIS GÓMEZ.

“LA PICIA DE DUPONT”

Antes de nada, dar las gracias a la Asociación cultural “Iberia Cruor” de Jaén y al Centro Social “Bernardo López García” por haberme invitado a dar esta conferencia, así como a su presidente D. Mario Martos, y a todos los asistentes, pues es de agradecer que en una tarde, tan calurosa como la que hoy se ofrece, haya gente interesada en actos culturales y con ganas de aprender algo.


Mucho es lo que ya se ha contados sobre la BATALLA DE BAILÉN. Al conmemorar su bicentenario el pasado año 2008, se tuvo la oportunidad de conocer nuevas biografías, libros exclusivos así como una cantidad ingente de publicaciones y de noticias relacionadas con la heroica batalla, y es por ello que me resulta muy difícil el pronunciar una charla sobre este tema ante un auditorio, que estará expectante por conocer algo novedoso sobre ese asunto, y me sabe mal  el desilusionarlos, pues las aportaciones que realizaré a lo largo de esta tarde, no son del todo innovadoras, aunque si creo que arrojarán un poco más de luz sobre algo que considero muy importante, que son, los errores que cometieron tanto Napoleón Bonaparte como su subordinado Dupont en los episodios acaecidos durante la invasión de España y la posterior Batalla de Bailén sucedidas durante el periodo histórico español conocido como “Guerra de la Independencia”. 





D. Luis Gómez en un momento de la Conferencia”

Comencemos por el principio.

Napoleón Bonaparte era, al finalizar el siglo XVIII un joven oficial del ejército francés. Su país estaba inmerso en guerras con enemigos exteriores y al mismo tiempo destrozado por la Revolución interna. Aún así las coas, ese joven oficial supo demostrar un gran talento en el arte de la guerra, y llevó a los soldados franceses a grandes victorias, producidas muchas de ellas, frente a ejércitos más numerosos y oficiales y generales más veteranos que el propio Napoleón.

Pierre-Antoine Dupont de l'Étang es, junto al general Castaños, son los personajes más conocido de los que intervinieron en la famosa “Batalla de Bailén” (con el permiso de Reding, claro está).

Dupont no era un advenedizo en el arte de la guerra. Sus triunfos y su capacidad para comandar las legiones francesas estaba más que demostrado en el campo de batalla. Napoleón le tenía en gran estima, y no era Napoleón un sujeto fácil de convencer en esos aspectos. Fue el propio corso el que le otorgó el título nobiliario de conde, y el que lo promovió a altos grados en el escalafón militar.  Entonces, ¿a qué se debió el estrepitoso fracaso militar en Bailén? Recordemos que las tropas españolas no estaban preparadas para enfrentarse en un combate de igual a igual con los franceses. Y por mucho que nos pese reconocer, la veteranía de los soldados gabachos, probados en más de cien batallas, superaba en mucho la justa pretensión de los españoles de defenderse del invasor. Pero lo que ocurrió fue algo sin precedentes. A los combatientes españoles ese día se unió la casualidad, la fortuna y el valor, y además, hubimos de sumar otros factores condicionantes, como lo fueron unas condiciones atmosféricas muy favorables y la merced que nos propició el propio Dupont, gracias a sus muchos errores tácticos.

Todo eso ya lo sabemos, pero el mayor error, el catastrófico y garrafal error de Dupont, fue obviar una de las estrategias más usadas por Napoleón unos años antes, y que Dupont, por avaricia, no llevó a la práctica en esas jornadas.

El genio militar

Napoleón, antes de ser el “demonio” que llegó a ser en los campos de batalla de toda Europa, había sido relegado a Egipto por sus propios compatriotas. Éstos sabían del ansia de poder del jovencito corso, y sabían así mismo el peligro que suponía para sus intereses, por lo que los políticos franceses optaron por retirarlo bien lejos de los centros de influencia y de poder parisinos para que no pudiera aprovechar ni su fama ni su ascendencia en el ejército y desplazar de la política a los que ocupaban los sillones en ese entonces. Pero la guerra, que es insaciable, acosaba a Francia, y se necesitaba del héroe de Áusterliz para enderezar la situación. Napoleón, en un gesto sin precedentes, abandona a sus soldados en Egipto, se embarca para el continente y llega a París. Toma el mando de las legiones y emprende una rauda y veloz sucesión de victorias frente a los enemigos de su nación. ¿Por qué gana tan rápidamente Napoleón a otros ejércitos igual de preparados y de curtidos en mil combates?

Napoleón había estudiado mucho la cuestión militar. El fue un pionero de lo que en la II GM se denominará la blitzkrieg o guerra relámpago. Hitler la pondría en práctica con posterioridad, pero fue Napoleón el que la usó antes que él.  Y tal y como dirán de él los estudiosos de su estrategia militar, (Von Clausewitz, David Chadler, et)  Napoleón no innovó nada en ese aspecto, sino que adaptó de forma magistral lo que otros generales y comandantes de la antigüedad (Julio César, Alejandro Magno, etc) ya habían hecho, pero adaptándolo de forma magistral a un ejército moderno como eran los que se formaron en el s XIX

Los ejércitos decimonónicos eran pesadas combinaciones de soldados y carros con los abastecimientos necesarios para el soldado y mandos. Los “trenes de carros” llevaban la comida, la ropa, pertrechos, pólvora, pero además llevaban forjas para herrar caballos o reparar las armas, panaderos con hornos portátiles para cocer el pan, sastres, cocineros etc. En definitiva llevaban todo lo necesario para que un contingente de soldados más o menos considerable pudiese practicar la guerra allí donde se le destinase. Este tipo de líneas de aprovisionamiento obligaban a los generales a planificar muy bien el desplazamiento de las tropas sobre el terreno, pues los carros no podían ir a mucha velocidad ni transitar por cualquier tipo de terreno. Por otra parte, la mayoría de los carros eran de civiles, los cuales habían recibido del ejército o del gobierno un estipendio por su colaboración. Cuando las cosas se complicaban, los civiles se negaban a marchar, temiendo perder sus posesiones: los carros. Las dificultades de la orografía o la climatología adversa, obligaban a retrasar las marchas de manera considerable, y eso era algo que Napoleón no estaba dispuesto a permitir. Es por ello, que una de las primeras medidas que adoptó como Primer Cónsul en 1800 fue la de que todos los carros deberían ser conducidos por soldados profesionales, no por civiles. Con ello se aseguraba menos retrasos, mejor eficacia y profesionalidad de los transportistas, (ya que recibían órdenes directas de los mandos) y una no menos importante ventaja, como era la de tener que destinar menos soldados a la vigilancia de la retaguardia e impedimenta. Un gasto considerable en algunas ocasiones.

Él Genio de Córcega fue uno de los que suprimió en la medida de lo posible ese problema. Llevaba por una parte los trenes de artillería con sus pertrechos, pero a los soldados de línea de los ejércitos napoleónicos se les obligaba a caminar con lo mínimo e indispensable. Sus armas y bayonetas, sus tiendas de campaña y capas para dormir al raso y poco más. Napoleón quería que el soldado viviese del terreno, por lo que sería la zona ocupada la encargada de mantener, alimentar o dar cobijo a sus soldados. Nada de lujos. En cuanto al botín o la rapiña, se habría de producir, siempre que la victoria estuviese asegurada.

Las legiones francesas conseguían de esa manera una movilidad sin igual. Sus tropas se movían hasta cuarenta o cincuenta kilómetros en una jornada. Ese tipo de velocidad sin precedentes en la época no se había visto nunca antes en tropas terrestres hasta la fecha. Los enemigos hacían los cálculos sobre el mapa. Calculaban las distancias y lo que se tardaba en recorrer (con los carros de la impedimenta) una determinada distancia. Escogían un lugar para descansar al final de la jornada y preparaban así el asalto o el combate para la jornada siguiente. La presencia inesperada de las águilas gabachas descolocaba a los enemigos, quienes no se lo esperaban, y quedaban desconcertados cuando sus exploradores o los soldados de avanzada  informaban a los superiores que los franceses ya estaban a las puertas del campamento listos para el combate o algo mucho peor, que se encontraban a la retaguardia de sus filas, donde casi nunca se colocaba defensa suficiente 





“Un aspecto del auditorio. Al frente en la mesa, de izquierda a derecha, D. Manuel Fernández, D. Mario Martos y D. Luis Gómez”

Bien. Pues eso que parecía algo tan obvio y que Napoleón llevó a la práctica en numerosas ocasiones, es algo que el “codicioso” Dupont no previó ese día de hace 200 años.

Ansioso por pacificar Andalucía y por demostrar su superioridad militar, Dupont, siguiendo órdenes, avanzó hacia el sur de España con ímpetu sin igual. Fue venciendo a todas aquellas localidades que se oponían a su paso u obediencia. Cada vez que esto ocurría, se daba licencia a los soldados para que saquearan a placer la población. La manchega Valdepeñas fue ejemplo de esto.

El descenso fue rápido y sin contratiempos. Algunas avanzadillas que intentaron entrar en Jaén capital por primera vez, para avituallarse, fueron repelidas. Esta vez no se tomaron represalias. Caminaron sin descanso por la orilla derecha del río Guadalquivir, llegando a Andújar, pasando por Montoro y al llegar a Alcolea, tuvieron el primer encuentro serio con los patriotas españoles.

En un artículo que tuve el gusto de publicar en la revista Cultural ÓRDAGO de Torredonjimeno y con posterioridad en  LA RAZÓN HISTÓRICA, comenté lo que sigue sobre lo que ocurrió en Alcolea días antes de la gloriosa jornada de Bailén en 1808. Las todavía invictas tropas del general Dupont, marchan veloces camino del sur peninsular. Su destino es Cádiz, donde se encontraba reunido el Gobierno Provisional español. Su marcha era meteórica, ya que ninguna fuerza nacional podía hacer frente al disciplinado y profesional ejército napoleónico. El historiador Carlos Canales Torres comenta ese suceso en su libro al decirnos:

 “El 5 de junio (Dupont) concentró a sus tropas en Aldea del Río (en realidad la localidad se llama Villa del Río), y el 7 llegó al Puente de Alcolea. Entre tanto la Junta de Sevilla había intentado apoyar a los cordobeses con tropas regulares que se unieron a los 15.000 voluntarios mal armados e indisciplinados agrupados por el teniente coronel Echevarri. Al llegar al Puente de Alcolea, y para su propia sorpresa, las tropas francesas se encontraron con una concentración de tropas regulares españolas que se enfrentaron sin vacilar a los franceses”.

 Al parecer, las tropas francesas no esperaban resistencia en su camino hacia Córdoba, y les sorprendió el encontrar a soldados españoles y patriotas armados en las inmediaciones de Alcolea. Lógicamente, la falta de instrucción y la irregularidad del armamento de los españoles, hacían que la posición fuese muy difícil de defender, pero el objetivo principal era ganar tiempo, para que el resto del ejército español, aún disperso, se fuese reorganizando y pudiese dar la batalla al francés.

 “La lucha fue intensa, -nos sigue diciendo el mismo autor- duró más de dos horas y tras combatir incluso en las casas del pueblo, las tropas españolas se retiraron a Córdoba ordenadamente. Tras intentar negociar con los defensores de la ciudad, unos disparos contra los escoltas del general francés desencadenaron un asalto feroz seguido de un brutal saqueo. Las violaciones, robos, asesinatos y asaltos no pudieron ser contenidos por los oficiales…”

Otro autor, Ricardo García Cárcel, en su libro “El Sueño de la Nación Indomable” dirá sobre los patriotas allí apostados que:

Turba de gente mal montada y peor armada”, “Armas de varios siglos desde la daga al espadín”, “confusa ordenación”.

Serán algunas de las frases con las que el autor trate de explicar lo que allí se apostó frente al ejército profesional francés comandado por Dupont

Las noticias de que tropas españolas pretendían tomar el paso de Sierra Morena intranquilizaron al gabacho, quien dio media vuelta y puso rumbo a Bailén. Aquí es donde tomamos otra vez el curso de la narración y vemos lo que antes trataba de explicar. Las fuentes hablan que Dupont llevaba un tren de carros interminable. David Chadler, en su mencionada obra “Las Campañas de Napoleón” habla de hasta 500 carros de bagajes y hombres frutos del saqueo. Otras fuentes citan que estaba saliendo el último carro de la ciudad de Córdoba, cuando la cabeza del ejército francés llegaba a la localidad cordobesa de Montoro, distante más de 40 km de Córdoba capital. Ese tipo de exageraciones trataban de enfatizar en el volumen del saqueo producido sobre los cordobeses durante el asedio y asalto de la capital de la provincia.  

Sus tropas habían arrasado Córdoba, y se habían llevado la plata, telas, grano, vino y todo lo que de valor había en las casas y templos de la ciudad. Se habían violado a todas las mujeres de Córdoba, muchas delante de los hermanos, esposos o hijos. Se asaltaron y se forzó a las monjas de los conventos de clausura, se degolló sin piedad a todo aquel que opuso resistencia. Durante tres días, el Infierno se instaló en Córdoba. Fruto de todo ello fue el botín ingente que se obtuvo, y eso provocó la ralentización de Dupont.

Sabedor de que los españoles le opondrían alguna resistencia, pero que no eran nada frente a sus experimentados soldados permaneció allí quieto demasiado tiempo.  Ese error le llevó a tener un exceso de confianza, y a no planificar bien el posible combate que se avecinaba.

Obligado como estaba a mandar tropas de manera rápida a Sierra Morena para que persiguieran a Reding y controlasen así el paso de Despeñaperros, y por otra parte, sabedor que Castaños y más soldados caminaban por la otra orilla del Guadalquivir, Dupont se vio obligado a retener más soldados de lo normal para vigilar el kilométrico tren de carros fruto del robo y la rapiña.

Manda soldados a Jaén capital, que esta vez sí es arrasada y sometida. Dupont, el general que compartió con Napoleón las glorias de innumerables batallas en los campos de Europa, divide sus fuerzas en tres grandes grupos. Algo impensable. Napoleón dirá de él tras la derrota, que:
 “Fue un gran General de División, pero un pésimo General en Jefe” (David Chadler, “Las Campañas de Napoleón. De Tolón a Waterloo

Pero no sólo debemos achacar los errores tácticos a Dupont. Napoleón, ese “petite cabrón” como lo denomina el novelista Arturo Pérez Reverte en su novela “La sombra del Águila”, también había dejado escrito que, para evitar desgastes innecesarios de tiempo y de hombres, lo mejor para invadir un país era provocar un choque frontal con el ejército enemigo. Sabedor de su superioridad táctica en el campo de batalla, Napoleón confiaba en derrotar a los ejércitos de su época, pero en el caso de España realizó otra estrategia totalmente distinta.

Viendo el lamentable estado político en el que se encontraba la nación, donde los monarcas, padre e hijo, borbones ellos, se esforzaban un día sí y otro también por humillarse ante su consular figura, los cuales le ofrecían en mano la corona del Reino de España y el control de las colonias americanas, y viendo la lamentable política que llevaban a cabo personajes como Godoy, creía hacer un favor al pueblo español al librarlos de esa mala influencia y poner en su lugar el modelo de gobierno francés o un rey nuevo, como su hermano José Bonaparte.

Es por ello que engaña al pueblo. Envía tropas a España con la excusa de conquistar Portugal o luchar contra los ingleses, pero en realidad lo que hace es invadir el país. No acomete un combate frontal contra un supuesto ejército español. Tanto era lo que Napoleón minusvaloraba a nuestra nación, que no sólo no la atacó de primeras, sino que encima, envió a tropas bisoñas o extranjeras sin preparación para dominarla. Polacos, suizos o jóvenes franceses sin experiencia fueron los que se adentraron por los Pirineos para dominar a España.  

El resultado ya lo sabemos. Fracasaron en la toma de Gerona, no tomaron Zaragoza, fueron repelidos de Valencia y fracasaron en Bailén.  Así que no hace falta dar más explicaciones.

Conclusiones

Si Dupont no hubiese sido tan avaricioso. Si no hubiese tenido un contingente de pertrechos tan grande, y sus soldados hubiesen sido movidos con celeridad, el resultado hubiese sido muy probablemente otro. Si por otra parte, Napoleón, fiel a sus postulados, hubiese obligado al pueblo español a batirse en igualdad de condiciones, ejército contra ejército, en vez de traicionar o engañarlos con subterfugios (por muy acertadas que fueran sus apreciaciones sobre la calidad moral de sus reyes y dirigentes) la población civil no se hubiese rebelado de la manera en la que lo hizo. Al sentirse engañada, al verse ultrajada y vejada por soldados extranjeros, España enseño al mundo lo que era el concepto de la guerra total. Cada francés sólo era dueño del palmo de tierra que pisaban sus botas extranjeras, pero si esas botas se extraviaban del camino, si el soldado se perdía o se retrasaba en la retaguardia, los paisanos, encolerizados y llenos de sed de venganza, los acuchillaban sin piedad y mostraban su ira frente a ellos.  En el libro “Guerrilleros” de Rafael Abella y Javier Nart se puede leer la siguiente nota:

No tengo casa, no tengo ligámenes. No me queda más que mi país y mi espada. Mi padre fue raptado y fusilado en la plaza mayor de mi pueblo: nuestra casa fue quemada. Mi madre murió de pena; mi mujer, violada por el enemigo, pudo encontrarme (yo era voluntario de Palafox) y murió en mis brazos en el hospital de Zaragoza. Yo no sirvo a ningún jefe en particular. Soy demasiado miserable y me siento poseído, asaltado por los deseos de venganza para aguantar cualquier disciplina. Yo voy hacia donde oigo hablar que hay una acción. Si soy pobre, a pie, si el azar o el saqueo me han hecho rico, a caballo: yo soy para el jefe, el hombre más valeroso. Pero he jurado no plantar una viña, ni arar un campo, hasta que el enemigo sea arrojado de España

Contra semejantes adversarios, ningún ejército es capaz de luchar, vencer o permanecer por mucho tiempo en un país. Eso es lo que España tuvo que padecer y gracias a ellos, enseñar a Europa como se ha de luchar frente a un invasor.

Muchas gracias por la invitación y espero, que esta humilde charla, les haya servido de algo.  

BIBLIOGRAFÍA:
ABELLA, R. Y NART, J. “Guerrilleros” Temas de Hoy, 2007
MARTÍNEZ LAÍNEZ, F. “Como lobos hambrientos” Ediciones Algaba, 2007
CANALES TORRES, C. “Breve Historia de la Guerra de la Independencia” Nowtilus 2006
GARCÍA CÁRCEL R. “El sueño de la Nación Indomable” Temas de Hoy Historia, 2007
CHANDLER D. “Las Campañas de Napoleón” La Esfera de los Libros, 2005.
VON CLAUSEWITZ, C. “La Campaña de Rusia” RBA 2006
BARBERO, A. “Waterloo” RBA 2006
ESDAILE CH. La guerra de la Independencia” Crítica, 2006

viernes, 11 de julio de 2014

EL MATRICIDIO OCCIDENTAL




De la columna de opinión A FUCIA (El Contemporáneo).


06/07/2014.
Manuel Fernández Espinosa
 
 
 
De todas las teorías conspirativas (algunas son verdaderamente delirantes) hay una que sí que estoy convencido de su certitud: la que afirma que existe una organización (llámesele como se quiera) que ha establecido el control de la natalidad. No escapará a nadie que siga con inteligencia las noticias que esa voluntad de control natalista no se recata y algunos sabrán que se explicitó el 22 de marzo de 1980 cuando, en el punto más alto del condado de Elbert (Georgia, EE.UU.), se erigió un extraño monumento megalítico en granito, que allí se halla para turistas: se le conoce como las Piedras Guías de Georgia. Por si fuese poco, esas piedras mandó labrarlas y erguir un tipo enigmático que dijo llamarse R. C. Christian, que compró el terreno, pagó al contado todas las obras e hizo mutis por el foro sin que nadie lo haya identificado a día de hoy. En esos bloques de granito quedaron grabadas en varios idiomas las “diez guías” que -se supone- debieran ser directrices para la humanidad, según los postulados de quienes enviaron a Georgia al tal R. C. Christian como emisario de sus designios. La primera guía dice: “MANTENER A LA HUMANIDAD BAJO LOS 500.000.000”.
 
La natalidad les preocupa. Están empeñados en controlarla, aunque se nos escapen las razones de tanto empeño. Sabiendo esto comprenderemos mejor toda la política abortista y anti-conceptiva que se despliega por toda la redondez de la tierra, comprenderemos el inusitado apoyo que los poderes fácticos (y sus encomenderos políticos) ofrecen al movimiento homosexual (movimiento que, con la excusa de salvaguardar los derechos de los homosexuales -como si no estuvieran salvaguardados lo suficiente por su condición humana-, fomentan las relaciones uránicas y sáficas), comprenderemos el fundamentalismo feminista que, en su extremismo radical, constituye sin ocultarlo toda una conspiración contra la maternidad… Y así están las cosas.
 
Para mantener al planeta con una población por debajo de los 500.000.000 se chantajea a los gobiernos iberoamericanos y africanos para que detengan la natalidad así o asá, se establecen leyes abortistas y redes de abortorios, se instala en todos los países la “ideología de género” y los países que la rechazan, como Rusia, son “castigados”: creándoles una leyenda negra de “intolerancia”… Y sometiéndoles a un continuo estado de tensión, próximo a la guerra (el caso de Ucrania no solo tiene razones económicas).

En las Piedras Guías de Georgia se plasmó en piedra, con una altanería típicamente luciferina, lo que esos siniestros grupos de poder están dispuestos a hacernos. La conspiración contra la humanidad ha elegido hace tiempo a su víctima y ésta es la mujer y, en concreto, la maternidad. Estos días hemos podido ver cómo el capricho y el dinero de dos homosexuales había contratado un “vientre de alquiler”: la fotografía ha dado la vuelta al mundo. En la intención de su difusión está mostrar a uno de los homosexuales llorando “tiernamente”, para conmover al tonto que no sabe leer entre líneas; entre líneas de esa noticia hay una realidad nauseabunda que debiera indignarnos a todos, que es ésta: en occidente, las mujeres han devenido en vacas paridoras a las que se les arrebata el fruto de su vientre para ponerlo en brazos de gente que, para empezar, cree que todo se consigue “pagando”: como si un bebé fuese una mercancía. Los Estados que están permitiendo estas aberraciones reeditan con ello nuevas formas de esclavitud infantil y femenina… Y apenas hay reacción.
 
 
De la columna de opinión A FUCIA* de EL CONTEMPORÁNEO Diario Digital


*"A fucia": es un arcaísmo castellano que significa "en confianza".

jueves, 10 de julio de 2014

LECCIÓN DE CONFUCIO

Confucio
 
EL HOMBRE QUE SABÍA QUE NADA PODÍA HACERSE... PERO QUE LO HIZO
 
Por Manuel Fernández Espinosa*
 
José Ortega y Gasset creyó descubrir semejanzas entre Andalucía y China; las expone, con mayor o menos acierto, en su “Teoría de Andalucía”, aparecida en “El Sol” allá por abril-mayo de 1927. El filósofo madrileño pensaba que podían establecerse comparaciones entre China y Andalucía. Empezaba haciéndolas recordando las culturas antiquísimas que en Andalucía como en China tuvieron su sitio, pasaba más tarde a comentar esa actitud que Ortega atribuyó a chinos y andaluces; lo que calificó como el sustento de la cultura china y andaluza: “la cultura andaluza vive de una heroica amputación; precisamente de amputar todo lo heroico en la vida –otro rasgo esencial en que coincide con la China”; esto venía a explicar, a juicio de Ortega, que “los chinos se han dejado conquistar por todo el que ha querido” y “Parejamente, Andalucía ha caído en poder de todos los violentos mediterráneos”. Según Ortega, chinos y andaluces coinciden en la táctica: “la de ceder y ser blanda”. Pero ambos pueblos pueden permitirse ese “lujo” en virtud de algo fundamental que apunta el filósofo: “Andalucía, que no ha mostrado nunca pujos ni petulancias de particularismo; que no ha pretendido nunca ser un Estado aparte, es, de todas las regiones españolas, la que posee una cultura más radicalmente suya. Entendamos por cultura lo que es más discreto: un sistema de actitudes ante la vida que tenga sentido, coherencia, eficacia”. Nos consta que el artículo “Teoría de Andalucía” no genera simpatías entre las mentes cerriles, pero -pese a plausibles errores de enfoque orteguiano- hay que admitir que muchas de las cosas que en él se dicen son perfectamente aplicables a Andalucía… Y a China.
China conserva para los españoles digamos que una imagen de hermetismo harto considerable. Es lógico que sea así, dadas las distancias y la extrañeza que provoca la cultura china, empezando por su lengua y escritura. Sin embargo, muchas son las concomitancias entre China y España: bástenos referirnos a cosa tan sencilla como su posición geográfica: China y España son los dos extremos de Eurasia. La milenaria civilización china es prácticamente desconocida por el común de los españoles, su historia, su literatura, su música, su cultura, sus religiones nos quedan tan remotas que apenas hay noticia de personalidades como Lao tzu o K’ung-fu-tzu, al que a partir de ahora vamos a llamar con su nombre españolizado: Confucio.
Confucio nació el año 551 y falleció en el año 479 a. C. Todavía nos parecerá más extraño que alguien tan lejano en el espacio como remoto en el tiempo pueda ser de nuestra incumbencia. Y sin embargo considero que Confucio merece la atención y que su vida y obra pueden resultarnos asaz interesantes.
¿En qué medida nos puede interesar a nosotros, españoles, el mensaje de Confucio? En estos tiempos que corren, cuando en el mundo occidental gana terreno el rechazo al cristianismo y se abre paso eso que se llama “nueva era”, mencionar a Confucio puede deslizar el equívoco de pretender difundir el “confucianismo”; pero eso está lejos de nuestra intención. Confieso públicamente que soy católico y no tengo, precisamente, inclinaciones ecumenistas, que tan impresentables me parecen en su forma y contenido. Si Confucio me interesa, me interesan ciertos aspectos de su filosofía: en el confucianismo ni entro ni salgo, además de saber lo complejo que es este fenómeno religioso. En el “Diccionario de las Religiones” de Mircea Eliade y Ioan P. Couliano, sus autores declaran: “Resulta difícil llamar “religión” a este culto formal ejecutado mecánicamente por gentes que no son sacerdotes y destinado a quienes no son dioses y en los que no se cree”.
Es frecuente presentar el confucianismo como una especie de “religión estatal” que, por eso mismo, no tiene ningún mensaje revelado que ofrecer. Pero esto está por ver: grandes sinólogos europeos, como Richard Wilhelm (1873-1930), han puesto de relieve el lado místico de Confucio, aunque precisando que, a diferencia de otros maestros, Confucio era harto reservado en sus declaraciones sobre lo divino; sin embargo, se refería a Dios como Shangdi (Señor de lo Alto) o Tian (Cielo), siempre hizo gala de una confianza en los “mandatos del Cielo” y se sabe que tuvo ciertas comunicaciones con algunos antepasados, a las que se refería humildemente como “sueños”. Richard Wilhelm, a diferencia de otros sinólogos, pudo percatarse del “misticismo” de Confucio, gracias al maestro nativo que le inició en el confucianismo: Lau Nai Süan. Con una guía como la de Lau Nai Süan pudieron salvarse las diferencias que a primera vista parece que existen para los occidentales entre el “universo” de Confucio y el otro “universo” del Taoísmo, inspirado en el gran maestro chino Lao-tzú. No son tan diferentes como pareciera a simple vista.
A mi modo de ver, lo más interesante de la figura y obra de Confucio es su actitud íntegramente tradicionalista y la realización de lo qué entendió ser su misión. Confucio fue, en una época sombría y decadente como aquella en que le tocó vivir, el gran transmisor de todo el patrimonio de la antigüedad china que estaba al borde de su desaparición y él, con piadoso celo, trató de conservar, interpretar y transmitir: se convirtió así en el último gran civilizador. Uno de esos hombres que pertenecen a las postrimerías de un ciclo y que realizando un ímprobo esfuerzo (a veces incluso con el riesgo de su vida), acopia todo aquello que considera digno de ser conservado para que otros, si no puede ser él mismo y sus contemporáneos, puedan restaurar la civilización; la misma civilización que se descompone por un sinfín de transgresiones morales, tanto en la moral individual como en la colectiva: oscuridad maligna que afecta tanto la vida personal como la vida política. Confucio organizó toda una escuela, como -salvando las distancias- fundaría la suya el religioso mozárabe Esperaindeo (Espera en Dios) en la Córdoba califal; a la escuela cordobesa de Esperaindeo pertenecerían San Eulogio de Córdoba y Álvaro de Córdoba. Confucio a una mayor escala y Esperaindeo son, a mi modo de ver, hombres fundamentales que transmiten las tradiciones, aquel mundo todo que está en peligro de desaparecer: San Agustín de Hipona fue otro de estos hombres, uno de los más grandes entre ellos: es todo un tipo humano cuya misión, cada cual la suya en su circunstancia, no puede ser entendida sin recurrir a los designios de la Providencia divina.

Confucio pretendió ser un reformador, pero su acción política quedó bastante limitada. Como en la de cualquier otro hombre, en su vida hubo épocas de bonanza y épocas adversas; pero todas las depresiones las enfrentó con esa confianza que tenía depositada en el Señor de lo Alto. A veces gozó del temporal favor de los gobernantes y otras caía en desgracia, teniéndose que ver obligado a abandonar la escena pública y dedicarse en lo privado a su gran obra: la cuidadosa compilación del saber antiguo con ese amor profundo que sentía por todo lo ancestral y venerando. La conclusión de Richard Wilhelm es elocuente:

“Tuvo que abandonar el mundo. Tuvo que abandonar el presente. Entonces se dirigió al porvenir, al que transmitió el secreto de cómo se construye y forma la cultura. Convirtióse así en el gran sembrador, que va sembrando palabras y escritos en el campo del tiempo, esperando que llegue el momento y el lugar en que surja el hombre que, reuniendo el poder y la sabiduría, realice esas doctrinas, y dé origen a la época de la gran unidad en que reine la paz en la tierra y los hombres se coloquen en orden”.

El mismo Confucio expresó la esencia de su misión con meridiana claridad:

“Transmitir y no crear, ser fiel y amar la antigüedad; en ello me atrevo a compararme con nuestro viejo P’ong”.

Los sinólogos piensan que ese P’ong era Lao-tzú.

Y su grandeza nos parece más colosal cuando en una simple anécdota, uno de los taoístas de los que frecuentemente lo incordiaban en sus viajes, lo describió perfectamente:

-¿Es éste el hombre que sabe que nada puede hacerse y sin embargo prosigue?
 
En efecto, ese era Confucio.

Por nuestra parte, algún día también proseguiremos esta "Lección de Confucio"... Aunque sepamos que poco puede hacerse; tal vez nada.

miércoles, 9 de julio de 2014

"EDUCACIÓN SEXUAL", POR PÍO MOA


Imagen de cazadebunkers.wordpress.com


"Me ha sorprendido oír a Pepe García Domínguez, de ordinario tan agudo, explicar que él es partidario de la educación sexual, que la recibió ya estando en la escuela, que es conveniente conocer el propio cuerpo y que no le ha causado ningún trauma, más bien al revés...

Pero el argumento no me parece muy consistente. La experiencia particular cuenta poco cuando hablamos de asuntos generales. Hay quien se ha criado en un hogar con el padre borracho y la madre prostituta y ha salido un tipo sensato y talentoso, sin que ello aconseje criarse en una familia así. Cuando tratamos de la educación sexual o de cualquier otro tipo, debemos fijarnos en sus consecuencias generales.

Así, ¿cabe negar una correlación entre esa educación o lo que sea, y los altos índices de fracaso matrimonial, de fracaso familiar, de fracaso escolar, aborto y otros fenómenos relacionados, como la expansión de la droga, el alcoholismo, etc.? A mi juicio existe una correlación bastante clara. Porque la educación sexual no es, como se presenta, una enseñanza por así decir neutra, sino un adoctrinamiento en una determinada concepción ideológica de la sexualidad. Prácticamente se está adoctrinando a los niños en la idea de que la sexualidad consiste esencialmente en actos placenteros que da igual cómo se realicen, entre hombre y mujer, entre hombres, entre mujeres, en definitiva también con animales o con niños. Todas las formas de sexualidad, afirman, son equiparables en la medida en que proporcionen placer y responden a las inclinaciones de cada cual... Es la ideología típica de un dueño o dueña de burdel, la que cabría esperar de la "puta vieja Celestina", presentada como paradigma de progreso y liberación. Por supuesto, tales educadores no olvidan soltar algún rollete sobre la responsabilidad, el cariño y esas cosas, que quedan bien pero en ese contexto son solo adornos justificativos y sin efecto real.

Tal "educación" sexual se llamaba en otros tiempos perversión de menores, y no se da solo en las escuelas: toda la televisión basura, es decir, la mayoría de la televisión, constituye otra escuela a gran escala de tales enseñanzas. Hoy, una proporción muy elevada de los niños ha dejado de recibir ninguna educación significativa de sus familias, cuyo papel educativo ha sido sustituido por esa televisión, auxiliada por los emancipados profesores de enseñanza sexual, que además van de científicos por la vida, al modo como solían ir los marxistas.

Me recuerda la exposición de Tocqueville sobre el despotismo democrático: "un poder inmenso que busca la felicidad de los ciudadanos, que pone a su alcance los placeres, atiende a su seguridad, conduce sus asuntos procurando que gocen con tal de que no piensen sino en gozar". "Un poder tutelar que se asemejaría, a la autoridad paterna si, como ella, tuviera por objeto preparar a los hombres para la edad viril; pero que, por el contrario, sólo persigue fijarlos irrevocablemente en la infancia".

Una "educación sexual" en manos de delincuentes como los políticos actuales no me parece, francamente, que pueda producir otra cosa que delincuentes semejantes, ojalá me equivoque; en todo caso va enfocada en esa dirección, no podría ser de otro modo."

martes, 8 de julio de 2014

LA IZQUIERDA PATRIOTA QUE NO PUDO SER

Estatua de Vercingétorix, en Burdeos (Francia)
 
PIERRE JOSEPH PROUDHON Y LA FEDERAL
"SAGRADA TIERRA DE LA GALIA"
 
 
Por Manuel Fernández Espinosa
 
En los siete volúmenes que forman su magna obra “La historia del pensamiento socialista”, George Douglas Howard Cole (1889-1959) comenta que en el siglo XIX, cuando los movimientos obreros irrumpen en la historia, el Estado sería percibido por los revolucionarios socialistas como “un poder externo superpuesto a sus súbditos, y no como un organismo que representa la amplia masa de los ciudadanos”. Si el Estado era percibido a manera de un poder externo y artificial y el liberalismo decimonónico había optado por identificar Estado liberal con Nación, el resultado era previsible: la Nación tenía que ser rechazada con la misma fuerza que el Estado (sería la posición de los anarquistas) o había que conquistar el Estado sin parar mientes en la Nación (fue la posición de los marxistas). Anarquistas y marxistas estarían de acuerdo en algo: la lucha era internacionalista y no tenía que reparar en nación ni patria: Nación y Patria no son conceptos equivalentes, pero tenían la misma resonancia; y así fue como anarquistas y marxistas formaron conjuntamente en la Asociación Internacional de Trabajadores (I Internacional), fundada en Londres el año 1864, y caminaron juntos al menos hasta el V Congreso de la I Internacional (1872), año en que las disensiones entre los partidarios de Bakunin y los secuaces del tándem Marx-Engels fueron tan fuertes que llevaron a la ruptura. Pero el internacionalismo no fue la raíz de esa escisión. El movimiento obrero podía estar formado por distintas familias, con diferentes análisis y criterios sobre el modo de enfrentar la lucha obrera, pero que la lucha obrera era internacionalista (y, por ende, apátrida) estaba más que aceptado por todos.
Sin embargo, uno de los más grandes teóricos del anarquismo, se mantendría al margen de esa tendencia: me refiero a Pierre Joseph Proudhon (1809-1865). Su autodidactismo, su independencia de pensamiento y sus desavenencias con Karl Marx podrían explicar ese desapego por el internacionalismo obrero, pero Proudhon no sólo se mantuvo al margen de la corriente general del movimiento revolucionario (de signo internacionalista), sino que se manifestó sin ambages como un auténtico y sincero patriota.
Marx le había cursado una invitación, en 1846, para escribir en una revista alemana que dirigiría Marx desde Bruselas, pero Proudhon (por las razones que fuesen) despreció la propuesta y Marx, rencoroso y vengativo, se lo apuntó en la cuenta y le pasaría factura. Cuando Proudhon escribió en 1843 una de sus obras más ambiciosas (“El sistema de las contradicciones económicas o la Filosofía de la Miseria”) Marx respondió con todo su veneno al año siguiente con el burdo panfleto de “Filosofía de la miseria”. Eran incompatibles: el judío alemán (a sueldo de los poderes fácticos) y el obrero autodidacta francés no podían estar en el mismo barco. Cuando Marx insistía en un golpe de mano revolucionario (a veces incluso con grave auto-contradicción de su doctrina), Proudhon respondía: “Creo que […] no debemos plantear en absoluto la acción revolucionaria como medio de reforma social, pues este pretendido medio sería simplemente una apelación a la fuerza, a la arbitrariedad, en suma, una contradicción”.
Y por si fuese poco, Proudhon no era internacionalista. Tampoco era nacionalista, es cierto. Pero era patriota. Nos lo dice uno de los especialistas españoles en anarquismo, Diego Abad de Santillán (pseudónimo de Sinesio García Fernández, anarquista español y estudioso del anarquismo de reconocidísimo prestigio): “Era un patriota –nos dice Abad de Santillán-, pero de ningún modo un nacionalista: amaba su región natal y se integraba en ella como la parte en un todo; en ella se reponía de sus males físicos y de sus depresiones espirituales”. Y así lo deja claro el mismo Proudhon, cuando escribe: “No tengo otra fe, amor, esperanza que la libertad y la patria. Por eso me opongo sistemáticamente a todo lo que me parece hostil a la libertad y extraño a esta tierra sagrada de la Galia”.
En la sectaria interpretación marxista este “patriotismo” se ganaría a no más tardar la acusación de “pequeño-burgués”, pero Proudhon no fue nunca un pequeño-burgués, sino un trabajador (que, por cierto, también conoció el desempleo y la miseria), incomodidades -y más que eso- que Karl Marx supo esquivar con la ayuda de sus "amigos".
El genuino patriotismo de Proudhon explica que no cayera en el internacionalismo que tendía a disolver todo patriotismo en una Internacional; ese era el movimiento obrero que animaba la inmensa mayoría de los socialistas libertarios o autoritarios. Pero, ¿cómo podía conciliarse el estar a la vanguardia de la problemática social y en permanente confrontación con los poderes opresores de la usura, el capitalismo y la política y... apartarse de los internacionalistas?

Proudhon tuvo en esto una ventaja: entendió que tanto la Nación-Estado como la Internacional eran dos abstracciones hostiles a la naturaleza humana: la primera, homogeneizando lo que por razones naturales (geográficas) e históricas (culturales y por tradición) era diverso: las realidades regionales… La otra: homogeneizando todo, anulando las tradiciones patrias que abarcaban esas realidades regionales. Para escapar de la Nación-Estado (recordemos las palabras de Cole, aplicadas para el Estado: “un poder externo superpuesto a sus súbditos, y no como un organismo que representa la amplia masa de los ciudadanos"), Proudhon identificaba lo que para él era la “patria” con la “sagrada tierra de la Galia”, mientras que el Estado-Nación lo asocia a Francia. Por eso, uno de los capítulos de su libro “El principio federativo” (del año 1863), se titula “Tradición jacobina: Galia federalista, Francia monárquica”.
Con frecuencia empleamos coloquialmente los términos “Galia” y “Francia” como sinónimos, pero si queremos hilar más fino habría que tener en cuenta que el celtismo había invadido la historiografía romántica francesa antes de la revolución de 1830. El fenómeno había eclosionado en la historiografía francesa por esos años, pero tenía su genealogía en la Revolución de 1789, cuando los revolucionarios establecieron una división en términos binarios: la aristocracia (a la que profesaban el odio más furioso fue interpretada por los revolucionarios como heredera de los “francos” de Clodoveo: "poder externo superpuesto"), mientras que el pueblo revolucionario se entroncaba gustosamente con unos supuestos ancestros galos (Vercingétorix). Estas genealogías, bien es verdad, podrían ser inexactas o estar equivocadas para el escrupuloso historiador, pero poco importaba la falta de correspondencia de estas teorías con la historia, pues como escribió Jorge Luis Borges:
“Todas las teorías son legítimas y ninguna tiene importancia. Lo que importa es lo que se hace con ellas”.
Es, en definitiva, el factor “mítico” de todo movimiento político lo que permite comprender y activar los cambios políticos. Proudhon entendía que la Galia era constitucionalmente una realidad federativa, mientras que Francia se había superpuesto sobre la Galia como una Monarquía con su aparato estatal de opresión; los jacobinos no lo habían solucionado, centralizando el Estado surgido tras la Revolución. Y es aquí adonde pudo venir Charles Maurras (1868-1952), más tarde, a descubrir lo que llamó “país real” y “país legal”. Lo cierto es que el federalismo propugnado por Proudhon fue mucho más sano que el postulado en España por Francesc Pi y Margall (1824-1901), que estudió a Proudhon e incluso lo tradujo. Pero no solo Pi y Margall se empapó de las teorías proudhonianas, más próximo a Proudhon que Pi y Margall estuvo el gallego Ramón de la Sagra (1798-1871) que colaboraría estrechamente con Proudhon allá por el año 1840, ayudando en la creación del “Banque du Peuple” (uno de los proyectos más ambiciosos de Proudhon); sin embargo, el federalismo español encontró en Pi y Margall a su máximo teórico y las razones últimas del federalismo pimargalliano estaban muy lejos de ser las que animaban a Proudhon… Pero eso, como decía aquel escritor… Es ya otra historia.

ESCÁNDALO PEDÓFILO EN LA ELITE POLÍTICA BRITÁNICA

En la fotografía, Geoffrey Dickens, antiguo boxeador, más tarde
político británico por los conservadores.
Realizó una valiente cruzada contra la pedofilia y la pornografía infantil, autor del
"Westminster paedophile dossier" en 1984.


 
REDACCIÓN RAIGAMBRE
 
Las sospechas sobre la existencia de una red de pedófilos en Westminster, allá por los años 70-90, ha vuelto este fin de semana al candelero, tras descubrirse la desaparición de un centenar de informes sobre este tema. En el Reino Unido se multiplican las reclamaciones que demandan una más amplia investigación de este escándalo.
 
¿Se ha abierto en el Reino Unido la caja de Pandora en lo que atañe a la perversión pedófila de sus élites? Si la investigación de delitos sexuales que implican a dos estrellas de la BBC (el difunto Jimmy Savile y australiano Rolf Harris) está en marcha, ahora ha tocado el turno a la clase política, puesta ahora en el punto de mira. En 2012, un laborista elegido denunció la existencia de una red de pedofilia en la que estaban involucrados diputados y hasta miembros del Gobierno. Tales acusaciones han reaparecido este fin de semana después de saberse que hubieran desaparecido en el Ministerio del Interior como un centenar de expedientes sobre este tema. El origen de este nuevo escándalo podría poner a Westminster incluso en peor situación de lo que ha puesto a la partitocracia británica el reproche público por el sueldo de los Diputados.
 
El informe "Westminster paedophile dossier" es el informe que en la época Thatcher realizó el parlamentario conservador Geoffrey Dickens, allá por el año 1983, poniendo como unas 40 páginas en las manos de Leon Brittan, entonces Ministro del Interior. El informe que Dickens describe coloquialmente como "explosivo" detallaría los abusos sexuales perpetrados por ocho miembros de la élite política británica, entre los cuales estaría el liberal demócrata Cyril Smith. El escándalo también recuerda las actividades del lobby "Paedophile Information Exchange2 (PIE), un grupo de presión pedófilo que trabajó en 1974 en orden a legalizar las relaciones sexuales entre menores y adultos en el Reino Unido.
 
 
 
 
 


domingo, 6 de julio de 2014

DEL ÁFRICA ESPAÑOLA (VI)

Por Antonio Moreno Ruiz 


*Imagen de www.todocoleccion.net


DE NADOR

Nador mi cuna,
rifeña mi temible raza,
flor de los bereberes;
una vez en la harka,
seré el más destacado,
de los moros de España.

De los mogataces soy
el más fuerte y bravo,
así que luciré mi turbante,
con semblante africano,
contra los feroces sin Dios,
me lanzaré arriscado.

No temo a los que queman iglesias,
no temo a los que bombardean mezquitas.
¡No temo a nada ni a nadie!
Alá cuidará de mi vida,
y si tengo que caer, seguro
que caeré mirando hacia arriba,

con mirada de legionario,
aferrado a la media luna,
que me protegió de la metralla,
y me acompañó desde la cuna.
¡No obstante, yo tendré mi lucero,
el bereber de Nador no se arruga!







LA IZQUIERDA Y EL ÁFRICA ESPAÑOLA


SOBRE THOMAS STEVEN MOLNAR Y SU LEGADO

Molnár Tamás (Thomas Molnar) nació el 26 de julio de 1921 en Budapest y falleció en Richmond, Virginia, el 20 de julio de 2010. Filósofo, historiador y teórico político católico tuvo una especial relación con España. Don Alfredo Sánchez Bella (1916-1999), ministro de Información y Turismo, editó en la década de los 70 algunos de los libros de Molnar, difundiendo su pensamiento. La revista "Verbo" con Eugenio Vegas Latapié y Juan Vallet de Goytisolo también lo acogió, colaborando frecuentemente con dicha revista católica. Sin embargo, su pensamiento (como el de tantos grandes) se ha ido eclipsando en España. Es por ello por lo que lo traemos a RAIGAMBRE, con el propósito de llamar la atención sobre su amplia obra. Y lo hacemos traduciendo un texto de uno de los más reputados especialistas en el pensamiento de Molnar, el Doctor Balazs Mezei, Profesor de Filosofía en la Universidad Católica Húngara.

El Profesor Balázs Mezei (Budapest, 1960) es filósofo, escritor y profesor de la Universidad Eötvös Loránd, así como Doctor de la Academia Húngara de Ciencias: especialista en fenomenología y filosofía de la religión, son muchas las obras publicadas por el Profesor Balazs Mezei, quien fue amigo personal de T. Molnar y quedó a cargo de custodiar el inmenso legado bibliográfico y documental del filósofo húngaro afincado en USA. En este artículo, Balazs Mezei nos presenta a Thomas S. Molnar, trazando un perfil bio-bibliográfico y comenta los proyectos para preservar el legado del filósofo húngaro. RAIGAMBRE, por su vocación divulgativa, ha considerado oportuno ofrecer al término del artículo un aparato de notas biográfico de las figuras mencionadas en el texto, a fin de facilitar el conocimiento de muchos de los autores que son citados. Agradecemos la amable colaboración del Profesor Balazs Mezei y del Thomas Molnar Research Center que nos han facilitado gentilmente  todas las ventajas, animándonos a recuperar el conocimiento y estudio en España de esta gran figura húngara del pensamiento tradicional: Thomas S. Molnar que, nuevamente, reaparece de nuestra mano en España. La traducción del inglés al castellano corre a cargo de Manuel Fernández Espinosa, también las notas biográficas.
 

 
 
 
SOBRE THOMAS STEVEN MOLNAR Y SU LEGADO
Autor: Balazs Mezei, Profesor de Filosofía en la Universidad Católica Húngara.
Traducción al español: Manuel Fernández Espinosa.
 
"Sin religión, no hay cultura
Sin cultura, no hay religión."
(Thomas Steven Molnar)
SOBRE MOLNAR
Thomas S. Molnar nació en 1921 en Nagyvarad en el seno de una familia húngara. Se desplazó a Budapest en 1941, más tarde a Bélgica en 1944. Fue encarcelado y enviado por los alemanes al campo de concentración de Dachau en 1945, tres meses antes de la llegada de las tropas estadounidenses.
Estudió en la Universidad católica de Lovaina entre 1945 y 1949; en 1949, a través de una carta personal, solicitó al Presidente Eisenhower un visado de inmigración para pasar a los Estados Unidos de Norteamérica; le fue concedido el visado y se trasladó a Nueva York ese mismo año. Estudió en la Universidad de Columbia entre 1949 y 1951 y defendió su tesis doctoral en lengua francesa y literatura el año 1957. Su trabajo sobre Bernanos fue publicado en 1959. Fue profesor de la SUNY (Universidad Estatal de Nueva York) en las sucesivas décadas.
El Doctor Molnar se hizo un nombre con sus interesantes artículos, bien documentados intelectual, filosófica y teológicamente, en los periódicos y revistas conservadoras líderes en las postrimerías de la década de los 50. Molnar publicó un número de libros influyentes en inglés (The Decline of the Intellectual, 1961; Utopia: The perennial Heresy, 1977; Theist and Atheists, 1980; The Church: Pilgrim of Centuries, 1990, etc). Algunos de sus libros aparecieron en español, alemán y francés. Durante la década de los 70 y 80 se convirtió en una figura destacada en la vida conservadora francesa con sus publicaciones, especialmente con su aguda crítica de las culturas francesa y alemana (Sartre: ideologue of our time, 1967; Le Dieu immanent: la grande tentation de la pensé allemande, 1982; L’éclipse du sacré: discours et réponses, 1986).
Después de 1989 realizó una carrera adicional, por así decirlo, en la tierra de su lengua vernácula, tras el colapso del Comunismo, en Hungría. Allí dirigió no sólo un número de publicaciones , sino que también recibiría los más altos honores de Estado por los gobiernos y por la Iglesia Católica de este país. Mi papel ha sido fundamental en la difusión del Doctor Molnar en Hungría; nos conocimos por vez primera en Zurich en 1989. Fue entonces cuando traduje tres de sus libros al húngaro y los presenté en los ambientes filosóficos y teológicos de mi país nativo. Mantuvimos la amistad durante las últimas décadas, esa es la razón por la que me pidió que cuidara de su legado tras su muerte.
Virtud principal del Doctor Molnar es su combinación de vastas consideraciones históricas con cuestiones filosóficas, culturales y políticas; él es un “écrivain” de primer rango. En sus opiniones políticas es más bien conservador, aunque en un sentido universal como puede hallarse en Europa; en su filosofía está cerca de los tomistas sin el a-historicismo de muchos tomistas estadounidenses; su formación centroeuropea lo sitúa en la vecindad de pensadores como Voegelin (1) y Eliade (2).
Su legado está compuesto de aproximadamente unos 5000 libros principalmente en inglés, francés, alemán y español y una buen cantidad de manuscritos originales. Este legado vale la pena cuidarlo. Sus manuscritos también son dignos de ser estudiados y, al menos, en parte, publicados poco a poco a su debido tiempo. El Intercollegiate Studies Institue (ISI) cuenta con un historial de publicaciones del Doctor Molnar y actualmente está preparando un Thomas Molnar Reader. La Loyola Library tiene en su catálogo 17 libros de su autoría; la Johns Hopkins Library tiene 11; la Biblioteca de Notre Dame University posee no menos de 27 libros escritos por él.
El Doctor Molnar vive ahora en Richmond, Virginia, con su esposa, Ildiko Molnar. Ellos no tuvieron hijos. Ya está muy mayor y no puede andar. Él me pidió personalmente actuar en su nombre como custodio de su legado (3).
EL LEGADO MOLNAR Y LA IDEA DE UNA COLECCIÓN “THOMAS MOLNAR”
Si una institución llegara a albergar el Legado Molnar, me propongo iniciar la fundación de una institución para trabajar en este patrimonio intelectual de Thomas Molnar y también sobre el legado de tradiciones vinculadas a pensadores conservadores de origen húngaro. Estos pensadores se ven influidos sustancialmente con frecuencia por el tomismo y el neo-tomismo como –el más importante- el filósofo Bela von Brandestein (4) que salió de Hungría en 1945 y vivió en Alemania hasta 1989. Brandenstein fue amigo de Josef Pieper (5) y sus libros muestran una profunda concomitancia con el pensamiento tomista. El elenco de nombres relevantes lo forman desde Stanley Jaki (6)  a M. Polanyi (7), y lo componen A. Kolnai (8), A. Koestler (9), J. Kekes (10), John Lukacs (11), Dénes Farkasfalvy (12), etcétera.
En esta institución, los legados de importantes intelectuales conservadores podrían ser recogidos, investigados y publicados, trabajando principalmente en inglés y alemán; podrían celebrarse conferencias y simposios, etcétera. A su debido tiempo la Colección Thomas Molnar podría convertirse en un importante centro de investigación con el estatuto de “Centro de Estudios Avanzados sobre Tradiciones Intelectuales Católicas”.
La Universidad de Notre Dame ha venido siendo el hogar de intelectuales católicos que abandonaban su patria nativa en Europa; muchos de ellos vinieron de Centroeuropa, a menudo de Hungría. Sacerdotes húngaros y eruditos desempeñaron algún papel en la historia de la Universidad de Notre Dame. Permítaseme mencionar siquiera el nombre del escultor Imre Körösi (13) que esculpió la mayor parte de esculturas de los edificios de Notre Dame antes de 1960 (su nombre puede leerse en algunas de ellas y su estilo se reconoce en otras).
Así la Universidad de Notre Dame, particularmente su Centro Maritain, podría ser el lugar idóneo para la Colección Thomas Molnar. En este lugar podrían ser acopiados y cuidados los importantes fondos documentales, con el consiguiente rescate de estos libros, epistolarios y manuscritos, evitando su dispersión por todo el mundo o salvándolos de la aniquilación.
 
Balazs Mezei,
Profesor de Filosofía en la Universidad Católica Húngara.
 NOTAS
1 Erich Hermann Wilhelm Vögelin (1901-1985), politólogo y filósofo alemán, refugiado desde 1938 en USA. Allí fue profesor de Ciencia Política en las universidades de Luisiana y Stanford. Entre las obras de Vögelin traducidas al español cabe destacar “Los movimientos de masas gnósticos como sucedáneos de la religión” (1966) y recientemente se publicó (en 2006) “La nueva ciencia de la política: una introducción”.

2 Mircea Eliade (1907-1986), filósofo e historiador de las religiones rumano, miembro del Círculo Eranos (con Carl Gustav Jung). Su obra ha sido ampliamente traducida al español y apenas necesita presentación para cualquier especialista en religiones.

3 El texto que traducimos es anterior al fallecimiento de Thomas S. Molnar, que tuvo lugar el 20 de julio de 2010 en Richmond, Virginia (USA) donde residía.

4 Béla Freiherr (Barón) von Brandenstein (1901-1989), profesor universitario de Filosofía, entre sus obras se hallan traducidas al español “Cuestiones fundamentales de la filosofía” y “Problemas de una ética filosófica”.

5 Josef Pieper (1904-1997), filósofo alemán de orientación tomista, profesor en la Escuela Superior de Pedagogía de Essen y más tarde profesor de Antropología Filosófica de la Universidad de Münster. Muchas de sus obras han sido traducidas al castellano, como “Justicia y Fortaleza” (1968) y “Las virtudes fundamentales” (2007).

6 Stanley L. Jaki (1924-2009), benedictino de origen húngaro, historiador y filósofo de la ciencia, doctor en Teología y físico. De entre su obra cabe destacar “Fundamentos éticos de la bioética y otros ensayos” (2006) así como “Ciencia y creación: Desde los ciclos eternos hasta un universo oscilante” (1974). Como dato curioso decir que falleció en Madrid cuando se encontraba de viaje de regreso a Estados Unidos donde residía.

7 Michael Polanyi (1892-1976), erudito húngaro que desarrolló su labor docente e investigadora en Inglaterra, teniendo como campos de investigación algunos tan diversos como la Fisicoquímica, la Economía y la Filosofía. Miembro del Merton College de Oxford y de la Royal Society. Destaquemos de su producción bibliográfica “The Tacit Dimension” (1967).

8 Aurel Kolnai (1900-1973), filósofo de tendencia fenomenológica y teórico político húngaro de origen judío. Al español se ha traducido “Asco, soberbia, odio. Fenomenología de los sentimientos hostiles”.

9 Arthur Koestler (1905-1983), novelista, ensayista, historiador y filósofo social húngaro de origen judío. Había participado de lleno en la revolución liderada por Béla Khun, más tarde fue sionista e ingresó clandestinamente en el Partido Comunista. Le sorprendió la Guerra Civil estando en España cuando residía aquí como corresponsal del “News Chronicle”, detenido por los sublevados fue encarcelado y condenado a muerte, salvándose de la ejecución por un canje de prisioneros. En la Segunda Guerra Mundial también sería capturado por los nazis y volvería a salvar la vida gracias a sus vínculos con los servicios de inteligencia británicos, siendo liberado del campo de concentración de Vernet d’Ariège. Mencionemos alguna de sus obras como “El espíritu de la máquina” (1968) o “Las raíces del azar” (1974).

10 John Kekes (1936), de origen húngaro desarrolló su labor en el extranjero, como casi todos los mencionados. Es profesor emérito de Filosofía en la Universidad de Albany (USA), doctorado por la Australian National University. Considerado como un pensador conservador en la estela de John Rawls y Donald Dworkin, sus trabajos sobre Filosofía Política incluyen: “Against Liberalims” (1988), “The Illusions of Egalitarianism” (2007).

11 John Adalbert Lukacs (1924), nacido en Hungría es un historiador estadounidense, profesor de Historia en el Chestnut Hill College desde 1947 a 1994 y visitante de varias universidades estadounidenses y europeas. El mismo Lukacs se describe como historiador reaccionario. Son muchas sus obras: desde 1953 como “The Great Powers and Eastern Europe” hasta “A Short History of the Twentieth Century” (2013).

12 Dennis Fakasfalvy (1936), teólogo cisterciense húngaro, uno de los especialistas mundiales en las Sagradas Escrituras. Entre sus obras mencionemos “L’inspiration de l’Ècriture Sainte dans la théologie de saint Bernard” (1964) o en 2010 “Himnuszok” (Himnos). También ha sido traductor de R. M. Rilke al húngaro.

13 Imre Körösi, escultor húngaro.

sábado, 5 de julio de 2014

CON TODAS SUS EXIGENCIAS



Foto: ABC.es
 
Damos la bienevenida a David Guerrero González que se suma a RAIGAMBRE y que, desde la columna CLARO Y SENCILLO. REFLEXIONES A LA INTEMPERIE que publica EL CONTEMPORÁNEO. Diario Digital desarrolla una labor periodística caracterizada por la claridad y el rigor en la opinión. Nos complace poder contar con él y leer sus reflexiones, además de en EL CONTEMPORÁNEO, ahora también en nuestra bitácora RAIGAMBRE. 
 

CON TODAS SUS EXIGENCIAS
 
 
Por David Guerrero González.
 
Escuchaba el otro día a un sacerdote decir, en su homilía, que “hay que vivir la Fe con todas sus exigencias”, y aquí creo que está la clave del porqué el catolicismo español ha perdido toda su influencia social y en la vida pública.
 
Vivimos momentos de un agresivo laicismo y de pérdida de moral colectiva, todo eso es verdad, pero la Iglesia española debe hacer examen de conciencia y sanearse interiormente, para después poder llevar el mensaje de Cristo al resto de esta desnortada sociedad.
 
Basta mirar a nuestro alrededor para darnos cuenta que la mayoría de nuestros hermanos no viven con coherencia la Fe que dicen profesar. Con demasiada frecuencia escuchamos a muchas personas de Misa dominical, e incluso miembros de Hermandades y Cofradías, defender postulados contrarios al mensaje católico y a la Doctrina Social de la Iglesia, y lo hacen, en muchos casos, de manera pública, causando un daño tremendo a los principios y valores cristianos y a la imagen del Cuerpo Místico de Cristo. Es decir, sufren una especie de “trastorno de doble personalidad” entre lo que dicen creer y lo que después hacen.
 
Otro grave problema es la comodidad, el aburguesamiento de muchos fieles. He repetido en varias ocasiones que cuando el sacerdote despide la Misa con aquello de “podéis ir en paz”, no quiere decir que salgamos por las puertas del templo olvidándonos de todo hasta el siguiente domingo, todo lo contrario, si tenemos el alma preparada y dispuesta, lo que hay que hacer es predicar aquello que acabamos de vivir.
 
Urge una ardua tarea de formación en las parroquias, para lanzar a las calles a católicos comprometidos íntegramente con el evangelio, pero tampoco lo olvidemos, urge de la misma manera la presencia de sacerdotes y Pastores que, con valentía y dando un paso al frente, sean ejemplo y denuncien las atrocidades del mundo moderno, y desgraciadamente tampoco hay mucho de esto.
 
En definitiva, no vale quejarnos de la deriva degradante de nuestra sociedad, sino hacer frente en todos los ámbitos: cultural, religioso, periodístico y político. Y no vale hacer frente de manera “pastelosa” y “ñoña”, sino con entusiasmo y pasión, teniendo siempre presente que Cristo nos acompaña en el combate y que en sus manos hemos de ponernos. La batalla está ahí, solo debemos elegir trinchera.

DAVID GUERRERO GONZÁLEZ.