RAIGAMBRE

Revista Cultural Hispánica

miércoles, 29 de mayo de 2013

LA CONTRA-REVOLUCIÓN EN EL ABATE LORENZO HERVÁS Y PANDURO (2ª PARTE)

Hervás y Panduro

LORENZO HERVÁS Y PANDURO Y SU OBRA "CAUSAS DE LA REVOLUCIÓN DE FRANCIA"
Luis Gómez López



La religión de los filósofos: El ateísmo.

Los filósofos, señor mío, han dogmatizado el ateísmo y la rebelión a los soberanos con sus libros y con estos han corrompido la mente y las costumbres de innumerables personas y han formado inmenso partido para arruinar el altar y el trono”. El abate conquense ya lo tiene claro en esas tempranas fechas. El objetivo de los filósofos, los calvinistas, los jansenistas y los masones es la destrucción de los pilares fundamentales de la sociedad de su época. Para los filósofos, la razón es su dios, y el Dios de los religiosos no es más que un estorbo para sus fines. Sólo les impide avanzar más deprisa una cosa: la educación. Sobre este aspecto nos indica el autor: “Más este modo de obrar de los ateístas les parecía lento, y por esto pensaron en apoderarse de las escuelas públicas para hacer con facilidad y seguridad innumerables prosélitos”. La fuerza de esta observación hecha en el s. XVIII es incuestionable.

En la actualidad podemos ver en España este problema casi de continuo en los telediarios, donde los partidos políticos se afanan en “adoctrinar” a los jóvenes estudiantes mediante la inserción de asignaturas como Educación para la Ciudadanía, o la tergiversación histórica que se realiza en los manuales de estudio de algunas comunidades autónomas, donde se falsea la asignatura de Historia para adecuarla a los intereses de los partidos nacionalistas separatistas. 

Según nos adelanta D. Lorenzo, en el año 1786, el elector bávaro-palatino se apoderó de ciertos papeles pertenecientes a un individuo que profesaba en una logia “de los llamados iluminados francmasones”, y descubrió que éstos, “después de la destrucción de los jesuitas, se habían apoderado de sus cátedras o maestrías públicas, y fundaron después las famosas escuelas llamadas normales para corromper en ellas la juventud”. El Krausismo haría acto de aparción décadas después, ya en el siglo XIX, en España. Esa forma de “enseñar” sería propalada por Francisco Giner de los Ríos (1839-1915) a través de la Institución Libre de Enseñanza, y aún hoy en día, se puede decir que goza de cierta aceptación por parte de individuos de izquierda. 



Orígenes de la francmasonería.

Lorenzo Hervás dedica en su obra un amplio análisis a desentrañar los orígenes de la francmasonería, a explicar –someramente- los grados, los tipos, y como se organizan dichos sectarios. Para el jesuita conquense, los francmasones iluminados, son originarios de Alemania. “Este parecer (sobre dicho origen) se funda en un documento nuevo poco conocido, que es una carta erudita de Graudidier, en la que tiene usted noticias fundamentales del origen de los francmasones. La secta, pues, de éstos debe su principio a la junta o unión que los albañiles de Strasburg hicieron a mitad de siglo XV, y que después perfeccionaron con estatutos y aun con jurisdicción que les concedió el magistrado de Strasburg”.

Nuestro autor se equivoca al conceder a Strasburg (Estrasburgo) la nacionalidad alemana. Dicha localidad se unió a Francia en tiempos del rey Luis XIV en el año 1681. Bien es cierto que la localidad volvería a manos alemanas una vez concluida la guerra franco-prusiana, y ya no volvería a ser francesa hasta después de la I Guerra Mundial. Los “Iluminados de Baviera”, a los que parece hacer alusión Hervás, fueron creados por Adam Weishaupt (1748-1830) corriendo el año 1776 y según los historiadores, la causa fundamental de la creación de dicha asociación fue el “odio” que Weishaupt sentía por lo clerical, fundamentalmente por los jesuitas. En la universidad de Ingolstadt, donde impartía clases, el sistema educativo era jesuítico, y todos los profesores, menos él, participaban de la forma de impartir clases de los jesuitas. Adam creó un “club de lectura anticlerical” donde fue reuniendo a los alumnos más aventajados, y a los que fue instruyendo en sus principios y visión ilustrada de la sociedad a los adeptos.

Pero según la opinión del abate Panduro, los albañiles de otras ciudades de Alemania siguieron el ejemplo de Strasburg, se agruparon y dicha agrupación recibió el nombre alemán de haupt-huete, cuyo significado viene a ser el de lonjas, “… y de este nombre ha provenido el llamarse lonjas a las escuelas de los francmasones” aunque habríamos de decir que el nombre con el que mejor se las ha llegado a conocer por los estudiosos de este tema ha sido el de logias.

Los alemanes optaron por divisa de su asociación la libertad, y por emblemas los de su oficio. Según el abate, estos serían copiados por los ingleses en visitas posteriores. Panduro rechaza la teoría de que Cronwell fue el fundador de la masonería, así como el que ésta naciese en Francia (aunque ya hemos visto que bien pudo ser así, pues el propio autor la hace originaria de Estrasburgo). De las opiniones del falso conde Cagliostro (se cree que bajo ese nombre se esconde la personalidad de José Balsamo, 1743-1795, quien utilizaría el alias de Conde de Cagliostro y que ejerció como médico, alquimista y fue un gran masón Rosa Cruz además de propiciador de otras corrientes masónicas con rituales propios) desconfía, y se aferra más a esta hipótesis alemana como la más plausible. Sobre los orígenes de la masonería y sus ritos iniciáticos en España, la máxima autoridad sobre masonería es D. Ricardo de la Cierva, quien tiene publicado numerosos libros y trabajos al respecto.

Por su parte, la obra “Causas de la revolución de Francia” puede servir de complemento, ya que como advertimos al principio de este somero estudio, D. Lorenzo Hervás y Panduro fue coetáneo de muchos de los personajes que se supone grandes indicadores del movimiento masónico en Europa. Además, las lecturas de ciertos manuscritos o libelos, realizados por el abate, eliminan del lector las interpretaciones que segundas personas puedan haber hecho de ellos, formándose así una mejor opinión sobre lo expuesto y sobre el tema.    

De hecho, las conclusiones a las que llega el jesuita conquense sobre la masonería iluminada, son harto reveladoras. A lo largo de las sucesivas páginas, el abate llega a presuponer, no sin razón, que de haber triunfado en un principio los postulados de los masones en Europa “habían llegado ya a tal poder, que un profano (este nombre dan al que no es francmasón iluminado), por más insigne que fuese su ciencia y en sus obras, no sin suma dificultad llegaba a lograr un empleo”. Está claro que andando el tiempo, ciertas cuestiones masónicas parece que se han hecho realidad, y a día de hoy, en determinados puestos institucionales europeos, si uno no es de determinado “partido”, por muy docto que se sea, es imposible acceder al puesto de trabajo.  Por otra parte, queda claro para el autor, que las tres grandes fuerzas que convergen para destruir el trono y el altar son los filósofos (ilustrados), los masones y los jansenistas. Cada uno de ellos, actúa por su interés, pero confluyen en multitud de puntos, y juntos aúnan esfuerzos para conseguir sus objetivos. Para evitar el avance de la secta masónica, Panduro ofrece como alternativa la de preservar en la educación religiosa de los infantes y adolescentes durante la educación, así como la prohibición de las lecturas perniciosas que éstos masones puedan hacer o introducir en los Estados. 


Conclusión.

Don Lorenzo Hervás y Panduro escribió su obra siendo consciente de que la Revolución Francesa no fue una acción casual en el tiempo, sino que había por parte de ciertos sectores de la sociedad, una predisposición a que este tipo de hechos ocurriese. El excesivo énfasis que el autor de “Causas de la Revolución…” hace sobre el jansenismo es evidente en toda la obra. En esos años, los detractores de los jesuitas eran legión, y quienes más hicieron en Francia por oponerse a la Compañía de Jesús fueron sin lugar a duda los calvinistas y los jansenistas.

Por otra parte, el espíritu revolucionario estaba a flor de piel, y los masones con sus logias, se convirtieron en mensajeros de ese espíritu por todo el occidente conocido. Los enciclopedistas o ilustrados, sentían gran aversión por lo religioso. Estamos en el siglo de la razón, y por ello, el ateísmo, bien por moda o por convicción, se convirtió en droga que era consumida secretamente en los palacios y cortes europeas. Las posibilidades que esta nueva visión del mundo abría a los hombres poderosos e influyentes era muy grande. Por el hecho de pertenecer a una de las ramas de la secta, se accedía a información, a puestos de trabajo, a ascensos en el ejército, a influencia, y exclusividad. Todos pagaban gustosos el precio por entrar en una logia…, muchos no pudieron pagar el precio por salir de ellas y eso les costó la vida.

Con el paso del tiempo, el estudio de la masonería y sus implicaciones en las revoluciones de los siglos XVIII y XIX ha resultado más que evidente. En los EEUU de América, la gran mayoría de los fundadores de esa nueva nación eran masones iluminados, desde George Washington a Benjamín Franklin, pasando por muchos otros después.

En las provincias españolas de ultramar ocurrió tres cuartos de lo mismo, y la masonería jugó un papel importantísimo en la generación de revueltas o en la proclamación de líderes, que perteneciendo a la masonería, consiguieron sublevar y encabezar una revuelta local, siendo apoyada por sus hermanos masones europeos (Francia e Inglaterra principalmente) con el objeto de conseguir así el hundimiento de España como potencia y conseguir acceso a las rutas marítimas y obtener materias primas de los países latinoamericanos.

A día de hoy, hablar de masonería, se ha convertido en algo banal y sin importancia. La gente es incrédula o apática cuando menos sobre este asunto, pero se sabe con certeza que ciertos gobiernos y ciertas instituciones europeas, están dirigidas por masones de alto grado.

Por otra parte, el ataque que la religión católica y el papado reciben continuamente de ciertos lobbies de poder, es una clara y evidente continuación de un proyecto empezado hace siglos, y que espera la mejor oportunidad para asestar el golpe definitivo que termine la obra que otros iniciados ya comenzaron. 










BIBLOGRAFÍA

LEONARD GEORGE. “Enciclopedia de los herejes y las herejías”, Ediciones Robinbook, Barcelona, 1998.
HERVÁS Y PANDURO, LORENZO. “Causas de la revolución de Francia”, Ediciones Atlas, Madrid 1943.
MENÉDEZ Y PELAYO, M. “Historia de los Heterodoxos Españoles” Editado por la B. A. C. Madrid 1956
DE LA CIERVA, RICARDO “La Palabra Perdida. El triple secreto de la masonería. Orígenes internos, Constituciones y rituales masónicos vigentes nunca publicados en España” Editorial Fénix, Toledo, 1994
VV.AA, “Las enciclopedias en España antes de l´Encyclopédie” C.S.I.C. Madrid, 2009

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