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Hace años que en la feria del libro de Punta Umbría
(Huelva) adquirí una edición bilingüe en castellano y gallego de Cantares
gallegos. Fue uno de esos muchos veranos empapados de literatura. Por aquellos
entonces un servidor comenzaba a escribir poesía, y mirando algunas de esa
época, casi que siente uno vergüenza. Luego, en la librería "El Giraldillo",
casi en frente del Rectorado de la universidad hispalense, adquirí a módico
precio En las orillas del Sar.
Rosalía, dentro del Rexurdimento, es una poetisa de la intuición, el lirismo y el
dolor. Casi compartiendo cartel con otros poetas galaicos como J. Manuel Pintos
o Evaristo Martelo Paumán, sus letras reflejan en muy buena medida su dolorida
vida, su expresión intimista, sus dificultades, sus preocupaciones y anhelos,
su sentimentalidad a flor de piel. Es una poetisa costumbrista que nos sitúa sobre
la naturaleza y el sentimiento. A mi juicio, emite un juicio harto injusto en
sus descripciones de Castilla y los castellanos en Cantares gallegos; así
como creo que exagera un poco al responder a “La gaita gallega. Eco nacional” del dilecto Ventura Ruiz Aguilera.
Con todo y con eso, es Rosalía una muestra más de que el tronco lírico
peninsular se halla en lo galaico-lusitano, y es importante que Alfonso X el
Sabio situara este tronco romance como el más apto para la lírica en su corte.
No es algo que venga de ahora, como ya avistó Menéndez Pelayo, situando este
tan particular y agradable "estilo" en los confines del Amadís de
Gaula.
Con Gustavo Adolfo Bécquer, Rosalía de Castro ha sido
situada en la onda de los post-románticos. No sé si esto es del todo acertado.
Sí sé que ambos hacían una fulgurante poesía, y que figuran en mis poemarios de
cabecera.
Antonio Moreno Ruiz
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