RAIGAMBRE

Revista Cultural Hispánica

miércoles, 2 de julio de 2014

"AMÉRICA Y LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL", DE EZRA POUND (VERSIÓN COMPLETA Y ANOTADA)



Ezra Pound,
voz que clamaba en el desierto

 
 
UN BREVE BOSQUEJO DE EZRA POUND

Introducción, traducción y notas
a cargo de Manuel Fernández Espinosa.

 
Ezra Weston Loomis Pound nació el 30 de octubre de 1885 en Hailey, Idaho (EE.UU.) y falleció en Venecia (Italia) el 1 de noviembre de 1972. Su obra poética constituye una de las cimas de la poesía universal, pero además de poeta, fue erudito, músico y crítico. Pertenecería a la llamada “Lost Generation” (Generación Perdida). En esta Generación Perdida figurarían autores norteamericanos como John Dos Passos, William Faulkner, Ernest Hemingway, John Steinbeck o Francis Scott Fitzgerald, pero Ezra Pound mantendría más relaciones con escritores y artistas europeos que con sus compatriotas. Vivió en Londres hasta el término de la Gran Guerra y durante su estancia en Inglaterra entabló amistad con W. B. Yeats y con el poeta T. S. Elliot, también norteamericano y afincado en Inglaterra. En 1920 se trasladó a París donde entró en contacto con el dadaísmo y el surrealismo: Tristán Tzara, Marcel Duchamp. Cuatro años después se estableció en Italia, en donde se convertiría en un admirador de Benito Mussolini. Poco antes de estallar la Segunda Guerra Mundial Pound regresó a Estados Unidos, pero retornó a Italia por motivos ideológicos y desempeñó tareas propagandistas a favor de las potencias del Eje. Con la derrota de Italia, Pound fue detenido y puesto en manos de las autoridades norteamericanas, siendo juzgado en EEUU bajo el cargo de traición. Se le declaró loco y fue de esta forma como escapó a una más que probable pena de muerte. Se le internó en el frenopático de St. Elizabeth, donde permaneció durante doce años (1946–1958), trabajando incansablemente en su obra. En 1958, cuando se le concedió la salida, regresó a Venecia donde murió el 1 de noviembre de 1972.

El presente ensayo data del año 1944, aunque fue revisado posteriormente por su autor; el mismo constituye uno de esos textos que, escritos en Italia en el curso de la conflagración mundial, le valió a Ezra Pound la vitola de "traidor" para el gobierno de USA: el texto que traducimos es una de las piezas que acarreó la persecución de su autor. Pound fue contemplado como un colaboracionista del fascismo y de la Repubblica Sociale Italiana; sin embargo, con el paso de los años y la perspectiva que da el tiempo, leyendo este texto entendemos que Ezra Pound había llegado a una comprensión del problema estadounidense que justifica su desapego por el gobierno norteamericano; lejos de traicionar a su patria, lo que el gran poeta tenía muy claro era que el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica no representaba a la nación, por estar intervenido en la sombra por los tenebrosos poderes de la plutocracia (la “usurocracia”) y así, de esta guisa, la democracia no era otra cosa que apariencia, sombras chinescas. Hemos traducido el título del original, pero forzándonos un tanto a nosotros mismos, dado que entendemos que América no es, como insinúa el título, exclusivamente los Estados Unidos de Norteamérica, sino también la América de nuestros países hermanos de lengua portuguesa y castellana; nos hemos resarcido en el cuerpo del texto, donde siempre que apareció "America" hemos precisado que se trata de USA. Sin embargo, no hemos querido alterar el título en su literalidad por respeto al texto y al autor. Recomendamos el aparato de notas por lo exhaustiva que ha sido nuestra búsqueda que, siempre que se emprendió (incluso con los personajes más insólitos) se vio colmada con la felicidad de encontrar datos que arrojaran luz sobre ellos. Creemos que el lector hispanohablante, ajeno a la cultura anglosajona, tendrá a su disposición en las NOTAS todas las claves para interpretar esta pieza maestra de Pound.

 
AMÉRICA Y LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
 

POR EZRA POUND

Los principales eventos tratados en este ensayo son:

1. La supresión de la emisión de papel moneda en Pennsylvania (1750)

2. La Revolución Americana (1776) y sus traiciones posteriores.

3. La caída de los Estados Unidos bajo el control de la usurocracia internacional durante la Guerra Civil, sobre el año 1864.

Estos hechos deben considerarse en relación con la Segunda Guerra Mundial.

EL PROCESO HISTÓRICO

El proceso histórico ha sido comprendido en varias ocasiones, pero esta comprensión que de él ha hecho una minoría diligente que lucha por el bien común es una y otra vez arrinconado, hasta solaparse y desaparecer de la superficie. En 1878 mi abuelo decía las mismas cosas que estoy diciendo yo ahora, pero la memoria de sus esfuerzos ha sido borrada. Lo mismo se aplica a las revelaciones de hombres como Calhoun (1), Jackson (2) y Van Buren (3). Hace cuarenta años Brookes Adams (4) reunió algunos muy significativos hechos, peros sus libros no fueron muy leídos. Él no tenía vocación de mártir –confesó con ironía.

Me llevó siete años para hacerme con una edición de “Las obras de John Adams” (5), publicadas entre 1850 y 1856 en diez volúmenes, editadas con una biografía del autor a cargo de Charles Francis Adams, bisnieto del Padre de la Nación. Además, estas obras son en parte ininteligibles para cualquier persona que no disponga de algún conocimiento de economía o, más concretamente, de cuestiones monetarias.

Si se pudiera entender la causa (o causas) de una guerra, se podría entender la causa (o causas) de varias –y tal vez hasta de todas. Pero las causas fundamentales de una guerra han merecido poca publicidad. El misterio de la economía ha sido guardado más celosamente que los misterios de Eleusis. Y el Banco Central de Grecia estaba en Delfos.

Esta presente guerra es parte de la secular guerra entre los usureros y los campesinos, entre la usurocracia y todos aquellos hombres que honestamente se ganan el pan de cada día con su propio talento o con las manos.

En el siglo XIX el público más o menos creía que la economía política la había inventado Adam Smith (6). Cátedras Regias fueron fundadas para falsificar la historia y enseñar liberalismo progresista (7). E incluso era sólito entre los monarcas de la Casa de Tudor hablar de “afinar los púlpitos” (8).

El hecho cardinal de la Revolución Norteamericana de 1776 fue la supresión, en 1750, del papel moneda usado en Pennsylvania y otras colonias, pero la historia que se enseña en Estados Unidos de Norteamérica habla de asuntos más pintorescos, como del Tea Party de Boston.

La ética surge con la agricultura. La ética de los nómadas no va más allá de la distinción entre mis ovejas y tus ovejas. Si el estudio de Aristóteles y Demóstenes no se ha suprimido efectivamente, como poco pudiéramos decir que se ha sido minimizado debido a razones perfectamente deliberadas y concretas. Ciertos autores clásicos hablan con demasiada franqueza para los oídos de los Grandes Señores de la Usura.

La terminología de las operaciones financieras ya fue otrora estudiada y expuesta con una seriedad poco común por Claudius Salmasius (9) (“De Modo Usurarum” y “De Foenore Trapezitico”, Leyden, 1639 y 1640). Pero hasta las enciclopedias que mencionan su nombre tienden a ignorar esos dos libros.

Lo que constituye la base sólida del crédito ya era conocido y afirmado en los albores del siglo XVII por los fundadores del Monte dei Paschi de Siena (10). Era (y es) la abundancia o capacidad productiva de la naturaleza, tomada en conjunto con la responsabilidad del pueblo entero.

Cito estos hechos aparentemente inconexos para indicar que ciertos delitos graves no se deben a la negligencia de un montón de eruditos y tampoco pueden atribuirse a la ignorancia de la humanidad entera, pero sólo pueden ocurrir a causa de la ignorancia de la gran mayoría.

Lo que los sabios entendieron fue registrado, pero las inscripciones desaparecen. Los libros decaen, mientras que la publicidad usurocrática inunda la mente del público como una marea cenagosa, y la misma codicia, las mismas iniquidades y monopolios se yerguen otra vez para someter el mundo a su dominio.

Los decretos del Emperador Federico II (11), Rey de Sicilia, tenían la costumbre de comenzar invocando al Eterno Dios y la Creación del Mundo. Este estilo medieval rechaza toda idea de que los factores sociales sean cualquier cosa desarraigada.

Mi ignorancia, la suya y la del público que nos rodea no es hoy un fenómeno natural. Por encima y más allá de la ignorancia natural, se difunde una ignorancia artificial, arteramente creada.

Entre las definiciones de la palabra “banquero”, recogida por Georg Obst (12), encontramos:

-un banquero es alguien que compra el dinero y deudas, para crear otras deudas.

-un banquero es alguien que pide prestado dinero para prestarlo de nuevo con un beneficio. (es decir: a una tasa de interés más alto).

La etapa avanzada en el desarrollo de la astucia tiene un hito en la fundación del Banco (privado) de Inglaterra y fue registrada claramente en el prospecto de Paterson (13): “El banco tiene en beneficio de los intereses sobre todo el dinero que se crea de la nada”. Paterson, en otras palabras, propuso prestar no el dinero, sino billetes, jugando sobre la muy posible probabilidad de que solo un sector de “depositantes” quisiera en algún momento retirar su dinero al mismo tiempo.

El truco se trabucó y a lo grande. Pues los cuáqueros de Pensilvania estaban empezando a entrar en competencia “pro bono publico Pennsylvanico”. Es decir, que prestaron su papel moneda a los granjeros a efectos de la recuperación de tierras hasta un importe igual a la mitad del valor de la finca en cuestión, requiriendo el pago en diez cuotas anuales.

El banco en la madre patria, a través del Gobierno británico instrumentalizado, tenía esta competencia beneficiosa, por la que había traído prosperidad a las colonias, suprimida en 1750.

Luego de otras vejaciones varias, las colonias declararon su independencia que lograron merced a su posición geográfica y al estado de perturbación en que se encontraba Europa.

Durante los últimos treinta años, los quioscos de prensa y las librerías han puesto en sus mostradores y vendido un número considerable de trabajos que más o menos aproximadamente detallan los asuntos de varios monopolios: el del petróleo, el de los metales, etcétera. Pero la gran novela policíaca del dinero nunca apareció entre ellos.

En cierto sentido, Brooks Adams la escribió, pero su “Law of Civilization and Decay” (14) carece de un formato popular.

La revelación moderna del mecanismo usurocrático se mantuvo en el punto alcanzado por Adams hasta que Arthur Kitson (15) ofreció sus pruebas ante el Comité Macmillan (16), cuando trazó la curva que muestra la relación entre la deuda y el crédito después de las guerras napoleónicas, después de la Guerra Civil Norteamericana y su curvatura hasta el periodo posterior al Tratado de Versalles.

TRAICIÓN

Toda revolución es traicionada.

La victoria de los ejércitos americanos, la rendición de Lord Cornswallis (17), etcétera., no puso fin a la guerra secular entre el productor y el usurero, sino que ésta prosiguió, aunque subrepticiamente, sin la tregua más leve.

La idea de que una guerra nunca podría haber suprimido los intereses sobre la deuda era mirada con ironía por uno de los “Padres de la República”.

Jefferson (18), quien se opuso a las maniobras de Hamilton (19), fijó su fe sobre el Ministro de Hacienda, Gallatin, de origen “suizo” (20). Una cierta sospecha se levantó contra Gallatin, pero Jefferson insistía que él era “el hombre más capaz en la administración después del Presidente”(es decir, después de él mismo).

Jefferson declaraba no entender de agricultura (a lo que añadía con deferencia Mr. Madison (21): “Pero él lo hace”). Afirmó una cierta ignorancia sobre economía. Insistió en que el banco era útil porque le daba “ubicuidad” el dinero de Gallatin. Y, de hecho, el banco prestó esa omnipresencia. Dar ubicuidad al poder adquisitivo es una de las funciones perfectamente legítimas y muy útiles de los bancos.

Hace como diez años tuve la ocasión de condensar el estudio introductorio de la historia de los Estados Unidos de Norteamérica en un “libro” de menos de treinta líneas. Este libro muestra que Jefferson era menos ignorante en asuntos de finanzas y dinero de lo que presumía en su modestia. He aquí mis cuatro capítulos:

I CAPÍTULO

“Todas las perplejidades, confusión y angustia que surgen en los Estados Unidos no provienen de defectos en su constitución o confederación, ni por falta de honor o virtud, sino más bien por la abierta ignorancia de la naturaleza del dinero, el crédito y la circulación” (John Adams). (22)

II CAPÍTULO

“…y si las cuentas nacionales emitidas basadas (como es indispensable) sobre las promesas de impuestos específicos para su recuperación, dentro de determinadas épocas y de modo moderado, siendo denominadas adecuadamente para la circulación, no sería menester aplicar interés sobre ellos, porque podrían responder a cada uno de los efectos de la moneda metálica retirada y sustituida por ellos” (Thomas Jefferson, carta a Crawford (23), 1816)

III CAPÍTULO

“…y le dio a la gente de esta República la bendición más grande que hayan tenido –su propio papel para pagar sus propias deudas”(Abraham Lincoln). (24)

IV CAPÍTULO

El Congreso tendrá facultad:

Para acuñar monedas y determinar su valor, y el de la moneda extranjera y fijar la norma de pesos y medidas.

Constitución de los Estados Unidos, Artículo I Departamento Legislativo, Sección 8, cláusula 5.

Dado en la Convención, por unánime consentimiento de los Estados que concurren el decimoséptimo día de septiembre del año de Nuestro Señor de mil setecientos ochenta y siete y duodécimo de la independencia de los Estados Unidos de América. En fe de lo cual hemos suscrito abajo nuestros nombres. (George Washington (25) –Presidente y Diputado de Virginia).

Si hubiera que señalar que sólo el último de esos documentos se halla en una publicación de fácil acceso para la gran mayoría de los ciudadanos, nos daríamos cuenta de lo grande, pero desnaturalizada, que es nuestra democracia.

La Constitución de los Estados Unidos de Norteamérica, de la que se toma dicho fragmento, se escribió en un estilo poco atractivo para el lector medio. Las frases clave se encuentran tras recorrer un largo camino desde su inicio y el ciudadano se aburre antes de llegar a ellas. Desde hace años, hogaño también, el Congreso ha hecho caso omiso de las competencias con las que fue investido por el presente documento. De vez en cuando, algún estrafalario de Nebraska o Dakota levanta la voz ruda para exigir un poco de la libertad proclamada por los Padres de la República, pero el fragor de las rotativas pronto ahoga estas rústicas vociferaciones.

Un buen día, pensando en el trabajo que me había costado exhumar estos cuatro “capítulos”, le pregunté al jefe del departamento de historia americana de la Biblioteca del Congreso si existía alguna historia de América, bien en un volumen o en diez, que contuvieran esos cuatro capítulos o la síntesis de los mismos.

Después de reflexionar un rato me respondió que en lo que a él se le alcanzaba, yo había sido el primero que había reunido y relacionado entre sí los cuatro nombres de los cuatro más grandes presidentes de la República.

Lincoln fue asesinado después de que hiciera la declaración más arriba citada. El gesto histriónico del asesino no explica cómo pasó que escapara de Washington, después de que se cundiera la alarma, por la única carretera que no estaba vigilada; tampoco explica la sincronización de este magnicidio con el atentado fallido de Seward (26), el Secretario de Estado, ni otros detalles del asunto. El hecho es que Lincoln había asumido una posición de clara confrontación frente la usurocracia.

Los usureros, derrotados por las operaciones de Jackson y Van Buren durante el decenio de 1830-1840, dirigieron su foco cegador sobre la cuestión de los negros esclavos –o “esclavitud móvil”, como se le llamaba. Las potencialidades dramáticas y sentimentales de este problema eran muy superiores a los inmediatamente visibles de la lucha bancaria.

Durante la fase anterior a la guerra civil norteamericana, los debates en el Congreso revelan una percepción extremadamente penetrante por parte de los congresistas más inteligentes. Pero después del asesinato de Lincoln las discusiones perdieron gran parte de su claridad. El endeudamiento del Sur con la ciudad de Nueva York pasó a un segundo plano. El sujeto pierde su valor como noticia.

La usurocracia había descubierto que el sistema esclavista era menos rentable que el de la mano de obra “libre”. Cualquier persona que poseía un esclavo tenía que mantenerlo con vida y en condiciones oportunas para trabajar. Esto costaba más que la explotación de la mano de obra “libre”, pues en el sistema capitalista el que emplea no tiene en absoluto responsabilidad alguna concerniente a esos costes de manutención y vivienda. La derrota de los propietarios de esclavos ya estaba decidida, su suerte estaba echada.

Tal vez los elementos de “conciencia moral” e “idealismo” no jugaron nunca un papel tan importante en la preparación de una guerra como en la que estamos tratando. El problema de la emoción de las masas no es un problema ni matemático ni monetario, pero cuando las pasiones de la muchedumbre son excitadas ciertos elementos se aplican a explotar la situación.

El conde de Vergennes (27) tenía toda la razón de su parte para decirle a John Adams que los periódicos gobernaban el mundo.

El bisnieto de John Adams (28) tenía toda la razón de su parte para escribir que, después de Waterloo, el poder de los usureros no encontraría ninguna severa derrota.

Manuales de texto universitarios, a lo largo de todo el siglo de la usura, conocido como el siglo XIX, fueron escritos para mantener la dominación de la usura y para mantener a los profesores en sus butacas. Un libro como “Financial History of the United States”, de D. R. Dewey (29), contiene una ingente cantidad de hechos irrefutables, pero omite los que realmente son relevantes y reveladores. Estos hechos cardinales, en los que está envuelto el problema, se encuentran en panfletos que circulan burlando el control o en obras fundamentales para cuyo descubrimiento se requiere gran paciencia al lector: a razón de tres renglones reveladores después de haber leído un centenar de páginas.

La sabiduría reside menos en los medios que en la afirmación de los fines. Si existe la voluntad de alcanzar el fin, se encontrarán los medios. Si el fin es pérfido, de ninguna manera pueden tener los medios en sí mismos ninguna virtud inherente capaz de evitar la perversión de la justicia.

Frente a esto, se puede observar que ciertos sistemas y ciertos mecanismos de los medios, han sido inventados deliberadamente para generar la confusión y con el fin de inducir a error al público: para mantener a la gente ignorante de los hechos de la historia y de los mejores medios de crear y mantener la justicia social. La batalla ideológica y propagandística tiene que ser dirigida contra este obscurantismo.

En las últimas centurias el oro ha sido utilizado principalmente como un instrumento para la creación de la escasez –una escasez, en primera instancia, de oro en sí mismo que afecta a una determinada localidad, nación o naciones, estratégicamente determinadas.

Se emplearon todos los regateos ingeniosos habidos para manipular las formas actuales de dinero en el caso de que apareciera cualquier nuevo tipo de dinero.

En este sentido, los conservadores que se quejan clamando: “¡No hay que hacer monerías con el dinero!"... Lo hacen con toda razón.

Pero el fraude fundamental es el monopolio. Es menester darse cuenta de que Napoleón y otros grandes Jefes de Estado han estado luchando contra las mismas trampas y escollos, contra el mismo engaño.

Un resumen de la infamia de la Sociedad de las Naciones está contenida en “Politica económico-sociale in Italia”, de Odon Por, Anno XVII-XVIII (30).

El ataque de Stalin contra el capitalismo en su libro “Los Fundamentos del Leninismo” (31) merece atención. Él entiende a fondo la iniquidad de los diversos Roosevelt, Churchill, Blum y demás. Pero el bolchevismo se rebajó a los métodos de la guerra económica, inundando los mercados extranjeros; y con la compra de acciones del Canal de Suez se ha embarcado en una abierta guerra financiera.

El bolchevismo se ha aliado con el liberalismo hasta las cachas y ha consensuado con los liberales la exportación de “fuerza de trabajo”, "mano de obra" (esto es: de seres humanos) a cambio de alimentos. Stalin dispuso “cuarenta camiones de material humano” para ponerse manos a la obra con el canal. La única diferencia entre ellos está en detalles económicos: la enorme perversión es común a cada tentáculo del monstruo.

1: Las guerras son hechas para crear deudas.

2: La guerra es la forma más alta de sabotaje.

3: Una nación que no quiera hundirse en la deuda enfurece a los usureros.

POSTSCRIPTUM

Lo que ha faltado, particularmente entre los hombres prácticos, entre los industriales grandes como pequeños, entre los hombres de negocios (no sólo en los de pequeños negocios) es un estudio comprensivo del mecanismo usurocrático, un conocimiento de las relaciones entre las transacciones comerciales, de las relaciones entre la dirección de una factoría o negocio y el sistema monetario internacional, no a un corto plazo, a intervalos trimestrales o por trienios, sino en períodos de siglos y siempre con el mismo objeto: el lucro. Y siempre con el mismo mecanismo asimismo, a saber: la creación de deudas por la extorsión del interés, del de los monopolios de modo tal que ellos puedan mantener continuamente los precios fluctuantes, incluyendo los precios de unidades monetarias, de varias divisas nacionales.

Lo que sigue son algunas de las fuentes en las que el estudioso puede satisfacer un poco la curiosidad que espero que este ensayo haya estimulado.

Georg Obst: “Das Bankgeschaft”, C. E. Poeschel Verlag, Stuttgart.

Aristóteles, “Política”.

Claudius Salmasius: “De Modo Usurarum”, Elzevier, Lugd. Bat. (Leiden), 1639.

Claudius Salmasius: “De Foenore Trapezitico”, Joannis Maire, Lugd. Ba., 1640.

“Historie Générale de la Chine ou Annales de cet Empire, traduites du Tong-Kien-Kang-Mou”, par le feu père Joseph Anne-Marie de Moyriac de Mailla, 13 volumes, Paris, 1777-1785 (32).

T. Louis Comparette: “The Reorganization of the Municipal Administration under the Antonines”, American Journal of Philology, Vol. XXVII, No. 2. (33)

The Works of John Adams, Second President of the United States: with A Life of the Author, notes and illustrations, by his Grandson, Charles Francis Adams, Little, Brown & Co., Boston, 1850-1856.

The Writings of Thomas Jefferson, Memorial Edition, XX volumes, Washington, 1903-1904.

The Autobiography of Martin Van Buren, escrita en 1860 aproximadamente que permaneció manuscrita hasta su publicación como volumen II del “Annual Report of the American Historical Association for the year 1918”, Govt. Print. Off., Washington, 1920.

Claude G. Bowers, “Jefferson and Hamilton”, Houghton Mifflin, Boston, 1925. (34)

Willis A. Overholser: “A Short Review and Analysis of the History of Money in the United States”, publicación del autor, Libertyville, Illinois, 1936. (35)

Odon Por: “Politica economico-sociale in Italia. Anno XVII-XVIII”, Florencia, 1940. Traducción al inglés de Ezra Pound: “Italy’s Policy of Social Economics 1939-40”, Bergamo, 1941.

Y para una panorámica más amplia del proceso histórico:

Brooks Adams: “The Law of Civilization and Decay”, primera edición en Nueva York, Macmillan, 1896, también reeditado en Vintage Books, Nueva York, 1955.

Brooks Adams: “The New Empire”, Macmillan, Nueva York, 1902.

Arthur Kitson: “The Bankers’ Conspiracy”, Elliot Stock, Londres, 1933.

Nota: En todos los estudios económicos e historiográficos es menester clarificar la terminología. Incluso un autor como Obst que se toma el cuidado de definir sus vocablos, ha fracasado al establecer una terminología completa y hacer todas las distinciones que uno hubiera querido. Una distinción más clara entre un medio de ahorro y un medio de intercambio podría arrojar algo de luz sobre diversos puntos oscuros que se subjetivan en varios autores rigurosos.

FINALE ENFATICO

Espero que el lector no haya “entendido todo del tirón”. Me complacería que retornara a los hechos mencionados y pensara sobre su significado por sí mismo, bosquejando sus propias conclusiones. En caso de no haber sido lo suficientemente claro, repito:

Tras la muerte de Lincoln el poder real de los Estados Unidos pasó de las manos del gobierno oficial a las manos de un maligno contubernio. El sistema democrático finiquitó. Desde ese momento se hizo inútil hablar de los Estados Unidos como una entidad autónoma. El momento preciso en que se hizo inútil y absurdo hablar del Imperio Británico como una entidad autónoma está todavía por determinar.

Resulta una enorme pérdida de tiempo hablar lo mismo de tal o cual “democracia”. El gobierno real era (y es) el que está tras las bambalinas. El sistema funciona de la siguiente manera: dos o más partidos se presentan ante el público. Como una mera cuestión de forma y para tranquilizar a los simplones, se permite a algunos hombres honestos hacer un poco de trabajo limpio, siempre y cuando no se toquen las grandes palancas. Las mayores palancas son las de las finanzas y la monopolización, incluyendo la monopolización del mismo dinero en sí mismo, tanto dentro de la nación como en combinación con las distintas divisas extranjeras.

Todavía con antelación a la Primera Guerra Mundial, Anatole France (36) irónicamente informaba a sus lectores sobre el funcionamiento de las guerras “comerciales”, en “L’Ile des Pingouins”:

“-Ciertamente –respondió el intérprete- hay guerras industriales. Las naciones desprovistas de comercio e industria no tienen ninguna razón para ir a la guerra, pero las naciones comerciales se ven forzadas a adoptar una política de conquista. Nuestras guerras deben, por necesidad, aumentar en número al paso del incremento de nuestra actividad industrial. Cuando una de nuestras industrias no logra encontrar una salida para sus productos, hemos de disponer una guerra para abrir nuevos mercados. Este año, de hecho, hemos tenido una guerra de carbón, una guerra de cobre y una guerra de algodón. En Zelanda hemos masacrado a dos tercios de los nativos para forzar al resto a comprar paraguas y aparatos”.

Este libro de France fue increíblemente popular alrededor del año 1908, pero el mundo no aprendió la lección.

NOTAS:

(1) John Caldwell Calhoun (1782-1850) abogado y líder político sureño, convertido en 1810 en representante en el Congreso Federal de los Estados Unidos. Defendió con resolución la esclavitud, oponiéndose al abolicionismo y sus posiciones serían más tarde reclamadas por los secesionistas sureños contra los estados del norte.

(2) Andrew Jackson (1767-1845), séptimo presidente de los Estados Unidos de Norteamérica desde 1829 a 1837.

(3) Martin Van Buren (1782-1862), octavo presidente de los Estados Unidos de Norteamérica desde 1837 a 1841; el primero de origen no anglosajón.

(4) Son dos los hermanos Brooks Adams: Peter Chardon Brooks Adams (1848-1927) y Henry Brooks Adams (1838-1918). Ambos desempeñaron un notable papel en la intelectualidad norteamericana de su época. El primero, Peter Chardon fue historiador norteamericano y crítico del capitalismo: Pound citará en este ensayo la obra "The New Empire" de éste, pero todo hace pensar que al que aquí se refiere es a Henry Brooks Adams, por su obra "The Law of Civilization and Decay" que fue mucho más severo en sus dictados contra las manipulaciones bancarias y, en concreto, judías.

(5) John Adams (1735-1826), segundo presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, desde el año 1797 a 1801. Uno de los Padres de la Nación.

(6) Adam Smith (1723-1790), famoso filósofo y economista escocés, teórico de la economía clásica.

(7) Whiggery: a falta de un término hispano que recoja los sentidos que tiene el vocablo en la cultura anglosajona, hemos traducido: “liberalismo progresista”. La “Whiggery” a la que se refiere Ezra Pound es un determinado enfoque de la historiografía en el mundo británico que presenta la historia como una inexorable progresión a la libertad y la ilustración para culminar en la democracia liberal y la monarquía constitucional, ideas que sostenían en el mundo académico los historiadores miembros del partido político británico de los “Whigs”.
 
(8) “Tuning the pulpits”: literalmente traducimos“afinar los púlpitos”, es una expresión que se remonta a Isabel I de Inglaterra que instituyó predicadores religiosos en Londres y otros puntos estratégicos, siempre dispuestos a acomodar sus sermones a los designios del monarca.
 
(9) Claudius Salmasius (Claude Saumaise) nació el 15 de abril de 1588 y murió el 3 de septiembre de 1653. Fue un humanista francés de confesión protestante, estudió en la Universidad de Heidelberg, bajo el magisterio del jurista Denis Godefroy. En 1631 ocupó la cátedra de Leiden (conocida en latín como “Lugdunum Batavorum”, Holanda), donde publicó las dos obras que cita Pound.

(10) Monte dei Paschi di Siena: pasa por ser el banco más antiguo del mundo, pues data del año 1472 cuando la Magistratura de la ciudad de Siena decidió crear un “monte de piedad”. Sigue en activo.
 
(11) Federico II Hohenstaufen (1194-1250), rey de Sicilia, Chipre y Jerusalén y Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, fue excomulgado varias veces y sería conocido como “Stupor Mundi” por su carácter excéntrico y rupturista, así como por su voraz curiosidad científica. Sus continuos encontronazos con el Papado produjo que muchos católicos lo vieran como el “Anticristo”.

(12) Georg Obst (1873-1938), profesor alemán de administración de empresas en la Universidad de Breslau. Sus obras alcanzaron una gran difusión

(13) Sir William Paterson (1658-1719), comerciante y banquero escocés, según algunos en su mocedad fue también pirata. En 1694 promovió la fundación del Banco de Inglaterra concebido al principio como banca privada, pero anhelante de obtener privilegios de la banca oficial y, a la postre, los logró: pudo así imprimir papel moneda y Paterson fue designado como uno de sus directores. En 1695, Paterson fue retirado de su cargo por escándalo financiero. Escribió “Una breve reseña del Banco de Inglaterra”, el “Prospecto” del que toma la cita Pound, que lo mencionará en más lugares de su obra: por ejemplo, en sus “Cantos”, 46; 27, Ezra Pound se refiere otra vez al prospecto de William Paterson. Sin embargo, se piensa que esta cita es apócrifa, pues no se halla en el prospecto ni en ningún documento de Paterson.

(14) “The Law of Civilization and Decay” (La ley de la Civilización y la decadencia) es un interesante libro escrito por Brooks Adams en 1895 al que Pound se refiere copiosamente. Con este libro, Brooks Adams se proponía demostrar que la ascensión y caída de las civilizaciones se deben a ciclos definidos de centralización y decadencia, lo que parece anticipar hasta cierto punto “La decadencia de Occidente” del alemán Oswald Spengler; Adams estudiaba en este libro las épocas de la historia occidental centrándose sobre todo en aspectos económicos y sociales.

(15) Arthur Kitson (1861-1937), teórico monetario e inventor británico, formó parte del Comité Macmillan. En 1933 la editorial Ellito Stock de Londres le publicaría un interesantísimo libro titulado “The Banker’s Conspiracy”, libro que maneja Pound.

(16) Macmillan Committee: (Comité Macmillan) fue conocido oficialmente como Comité sobre Finanzas e Industria, compuesto por economistas y formado por el gobierno británico tras el crash de la bolsa de 1929, para determinar las raíces de la crisis económica del Reino Unido. El Comité estaba dirigido por Hugh Pattison Macmillan que le daría nombre. Y entre los componentes, además del citado Arthur Kitson, figuraban eminentes figuras de la economía del siglo XX: John Maynard Keynes o Reginald MacKenna.

(17) Lord Cornwallis: Charles Cornwallis (1738-1805) fue militar y gobernador de las colonias norteamericanas. Pasó a la historia por su rendición a las tropas independentistas norteamericanas y sus aliados franceses, tras la batalla de Yorktown el 19 de octubre de 1781. Su rendición no le impidió continuar en el servicio activo, sirviendo al imperio británico en Irlanda e India.

(18) Thomas Jefferson (1743-1826), tercer Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, presidencia que ocupó desde 1801 a 1809 y Padre Fundador de la Nación.

(19) Alexander Hamilton (1755-1804), también considerado Padre Fundador de la Nación, fue economista, político, escritor, abogado y militar. Sus muchas desavenencias con Jefferson y con James Madison (ver abajo) provenían de dos temperamentos muy antagónicos: Jefferson era partidario de dar más poder a los gobiernos estatales, mientras que Hamilton apostaba por una mayor centralización. En las cuestiones económicas (que son las que refiere Pound) tampoco estaban de acuerdo: Jefferson era partidario de la agricultura y el comercio, mientras que Hamilton era acérrimo de la industrialización.

(20) Abraham Alfonse Albert Gallatin (1761-1849) ocupó el cargo de Secretario del Tesoro de los USA cuando Jefferson resultó elegido Presidente de los EE.UU y permaneció en este cargo durante trece años. Pound ironiza sobre el origen “suizo” de Gallatin: en efecto, Gallatin había nacido en Ginebra, pero se había asentado en América. La ironía de Pound viene de las acusaciones que contra Gallatin se lanzaron, acusándolo de espía francés. Esta sospecha no solo cundió entre el partido de los federalistas norteamericanos, sino que también afectó al mismo Thomas Jefferson.

(21) James Madison (1751-1836), cuarto Presidente de los EE.UU., su mandato comprendió desde 1809 a 1817. Fue abogado, político y Padre Fundador de la Nación, siendo celebrado como Padre de la Constitución, por su labor en la redacción de la Constitución de los EE.UU. Junto a Thomas Jefferson asentó las bases del Partido Republicano. Durante la presidencia de Jefferson (1801-1809), Madison fue Secretario de Estado.

(22) John Adams (1735-1826), segundo Presidente de los EE.UU. y Padre Fundador de la Nación. Su mandato cubre desde el año 1797 a 1801.

(23) Ezra Pound cita literalmente un fragmento de una carta de Jefferson a William Harris Crawford en la que, además de lo que copia Pound, Jefferson da unos consejos prácticos para conservar la prosperidad. Crawford (1772-1834) era juez y político, siendo Secretario de Guerra de 1815 a 1816 y Secretario del Tesoro de 1816 a 1825.

(24) Abraham Lincoln (1809-1865), decimosexto Presidente de los EE.UU.; desde 1861 a 1865 en que murió, como todo el mundo sabe, asesinado por el confederado John Wilkes Booth, al grito de: “Sic semper tyrannis”(Así siempre a los tiranos), mientras disparaba contra su víctima.

(25) George Washington (1732-1799), Primer Presidente de los EE.UU. desde 1789 a 1797, Comandante en Jefe del Ejército Continental en la Guerra de la Independencia y Padre de los Estados Unidos de Norteamérica.

(26) William Henry Seward (1801-1872) había sido Gobernador de Nueva York y Secretario de Estado desde 1861 a 1869. John Wilkes Booth, el magnicida de Lincoln, no actuaba solo: había confeccionado toda una conspiración con el propósito de derrocar al gobierno, mediante tres magnicidios sincronizados: el de Lincoln, el de Andrew Johnson, vicepresidente de los EE.UU. y el de William Henry Seward, el Secretario de Estado; para eso había reclutado a David Herold, Lewis Powell y George Atzerodt. Pound insinúa que Booth trabajaba, a su vez, para una mano oculta que tal vez conociera o no.

(27) Charles Gravier, conde de Vergennes (1717-1787), diplomático francés y Ministro de Asuntos Exteriores bajo Luis XVI de Francia. Su odio a Gran Bretaña le condujo a apoyar a las colonias americanas en su guerra de la independencia, llevando a Francia a entrar en esta guerra. Firmó el Tratado de Alianza Franco-Americana el 6 de febrero de 1778.

(28) Charles Francis Adams, bisnieto de John Adams, al que se refiere Pound al principio de este ensayo.

(29) Davis Rich Dewey, (1858-1942), economista norteamericano. Hermano del filósofo John Dewey, estudió en la Universidad de Vermont y en la de Johns Hopkins y fue profesor de Economía y Estadística en el Instituto Tecnológico de Massachusetts. La obra que cita Pound, “Financial History of United States” se publicó por vez primera en 1902 y conoció una cuarta edición en 1912.

(30) Poco se sabe de Odon Por. Nació en 1883 y fue un economista de origen húngaro. Vivió en Inglaterra, donde escribió artículos sobre sindicalismo para la revista “New Age”, para más tarde afincarse en Italia, escribiendo en periódicos tan importantes como “L'Osservatore Romano” y “Civilta' Fascista”. Mantuvo una abundante correspondencia epistolar con Ezra Pound y fueron buenos amigos. La obra que cita Pound: “Politica economico-sociale in Italia. Anno XVII-XVIII” fue traducida por el mismo Ezra Pound (de esta manera Odon Por ayudaba al poeta norteamericano en sus estrechuras económicas) y en septiembre de 1941 apareció la traducción de Pound al inglés de la obra de Odon Por: “Italy’s Policy of Social Economics: 1939/1940”. Los años “XVII-XVIII” que aparecen en la edición italiana de la obra corresponden a los años de la llamada “Era fascista”.

(31) “Foundations of Leninism” es el título que cita Pound: en español, “Los fundamentos del leninismo”. Es la compilación de las conferencias que pronunció el sobradamente conocido José Stalin (1878-1953) en la Universidad de Sverdlov, pronunciadas en abril de 1924 e impresas en libro el año 1926.

(32) Joseph-Anne-Marie de Moyriac de Mailla (1669-1748) fue un jesuita francés misionero en China. Por su labor en las misiones de China tuvo un gran conocimiento de la lengua y la cultura china, convirtiéndose en uno de los primeros sinólogos europeos de mayor relieve. Su conocimiento del “Shujing” (la monumental colección de libros clásicos de la historia de China) le posibilitó la traducción de los mismos al francés, realizando también traducciones al chino de hagiografías católicas occidentales así como también literatura ascética católica para lectores chinos. Respetamos literalmente el título en francés que de este sinólogo aporta Pound.

(33) Thomas Louis Comparette (nacido en Dekalt County, Indiana, en 1868) estudió en la Universidad de Wooster (Ohio), pasando por las universidades de Michigan, Chicago y la American School of Antiquities, también en Roma y en las universidades de Halle y Berlín. Desde 1893 a 1897 fue profesor de Griego en la Texas Christian University de Waco y asistente de Latín en la Universidad de Missouri. En 1905 pasó a ser Conservador de la Colección de Numismática del Museo de Filadelfia. Fue a su vez miembro de la American Assotiation of Museums y del American Institute of Archeology. Falleció en Filadelfia a principios del mes de julio de 1922. Entre otras obras de las que fue autor, como el artículo citado por Pound, son destacables “The Debasement of the Silver Coinage Under the Emperor Nero” y “Aes Signatum”.

(34) Claude Gernade Bowers (1878-1958), politico del Partido Demócrata y escritor norteamericano, fue embajador en España y Chile.

(35) Willis W. Overholser nació el 20 de noviembre de 1868 en el condado de Lancaster, Pennsylvania, de ascendencia alemana, fue editor de la “Gaceta Sibley” desde 1906, órgano oficioso del Partido Republicano en el Condado de Osceola (Florida), siendo a su vez presidente del comité central del Partido Republicano en dicho condado. Era metodista y miembro de los Knights of Pythias (Caballeros de Pitias), sociedad semi-secreta y paramasónica fundada en Washingnton el 19 de febrero de 1864, entre cuyas filas militaron William McKinley, Franklin D. Roosevelt, Nelson Rockefeller y el trompetista Louis Armstrong. Overholser falleció el 25 de noviembre en Sibley, Iowa. Su libro “A short review and analysis of the history of money in the United States, with an introduction to the current money problem” constituye un hito para las teorías de la conspiración norteamericanas.

(36) Anatole France (Anatole François Thibault) nació en París el 16 de abril de 1844 y falleció el 12 de octubre de 1924. Escritor francés al que le fue concedido el Premio Nobel de Literatura en 1921. Políticamente estuvo propincuo a la SFIO (Sección Francesa de la Internacional Obrera que más tarde sería el Partido Socialista Francés), también mostró en un primer momento su inclinación por el Partido Comunista Francés, pero terminó criticándolo al término de su vida. “La isla de los pingüinos” es una de sus novelas que podría encajar en el género de ficción política con una gran carga satírica desde parámetros socialistas, se publicó en 1908. También merece la atención “Los dioses tienen sed” de 1912, una novela que se ambienta durante los años del Terror de la Revolución Francesa

FANDANGO PARAO

Un tesoro de reminiscencia astur-leonesa en Alosno (Huelva): 







martes, 1 de julio de 2014

LA EPOPEYA VILIPENDIADA: LOS REALISTAS HISPANOAMERICANOS (V)





Por Antonio Moreno Ruiz 


HUACHACA

¡Navala victoria!
¡Mamacha Rosario!
Antonio Huachaca,
Adalid del Incario.

Van los iquichanos,
Feroces y leales,
Tremolando orgullosos,
Las banderas reales.

Por la Religión y el Rey,
Los indios galopan,
Libres como cóndores,
Sudando su honra.

Nobleza hispánica,
Bien reconocida,
Adhesión popular,
Coraje realista.

Sin querer revoluciones,
Ni criollas ni peninsulares,
Por un imperio católico,
Braveza a raudales.

El Perú ya era libre,
Flor y nata de las Indias,
Su solera virreinal,
Provocó gran codicia.

Así, Huachaca, pues,
Fue el gran capitán,
De unas huestes indómitas,
de resistente fidelidad.

Y en la pampa de Quinua,
Aún se sigue escuchando,
¡Navala victoria,
Mamacha Rosario!





LA EPOPEYA VILIPENDIADA: LOS REALISTAS HISPANOAMER...
LA EPOPEYA VILIPENDIADA: LOS REALISTAS HISPANOAMER...


lunes, 30 de junio de 2014

SIN RECORTES PARA EL ORGULLO GAY

 
 


 

 

CONCHITA WURST EN MADRID... CONTANTE Y SONANTE.

 
Manuel Fernández Espinosa
 

Recortes en sanidad. Recortes en educación. Deplorable realidad en toda España (y, sobre todo, en las grandes urbes) que no es menester exponer al detalle, pero sí que recordar. Cuando gran parte de españoles (y madrileños) viven en la indigencia, cuando no en la incertidumbre ante el horizonte, sin trabajo ni expectativas, toda austeridad es poca. Se ha insistido en la austeridad, nos la han recomendado, lo ha hecho el gobierno y lo han repetido todos sus mamporreros periodistas de los corrinchos televisivos. Sin embargo, una cosa es predicar y otra dar trigo. Aquí el trigo se lo dan a los de siempre y a los demás, nos van dando por saco. Madrid, gobernado por el Partido Popular, se dispone a ser escenario del festival del orgullo gay que tendrá lugar del 2 al 6 de julio, reservando el 5 para su cabalgata.

                                    
 
Este año la diva (¿o el divo? Es que ya me he perdido -y no quiero faltarle el respeto a nadie) será Conchita Wurst, vencedor (o vencedora) del Festival de Eurovisión. Según algunas fuentes periodísticas, se estima que el contrato de Conchita Wurst ascenderá de 10.000 a 20.000 euros por su presencia en la carnavalada matritense (ver aquí). Sabiendo que las administraciones son tan generosas con las minorías, quisiéramos saber la aportación que el ayuntamiento de Madrid, regido por el Partido Popular (que no es el PSOE ni IU), realizará sufragando la intervención estelar de esta bizarra (en sentido etimológico: barbuda) estrella de la canción.
 

El lema de los organizadores para este año es: “Nos manifestamos por quienes no pueden”. Huelga decir que con él no se refieren a los parados de larga duración, ni a los jubilados, ni a todos los que están esperando las prestaciones sociales por “ley de dependencia”, ni a todos los españoles que tienen que emigrar por no ser contratados en España. Dudo mucho que la izquierda proteste esta vez, como sí lo hace en otras ocasiones, por este nuevo derroche del ayuntamiento madrileño del Partido Popular.
 
 

No nos hagamos ilusiones: en España no existe “izquierda” que verdaderamente se preocupe por los trabajadores ni por los desempleados… Y en España no existe “derecha” que le quede “valores”. Ambos se sienten como peces en el agua en el elemento que les es común: el nihilismo de la astracanada y la barraca de feria.

"LA DERECHA NO TENÍA NINGUNA IDEA" - JERRY RUBIN





LA TIERRA INCÓGNITA DEL ÁREA PATRIÓTICA ESPAÑOLA

Por Manuel Fernández Espinosa

 

Un intercambio de impresiones con un buen amigo italiano me inspiró un artículo estos días atrás; un artículo sobre la llamada Revolución de Mayo del 68. Me puse a buscar libros en mi biblioteca, leídos hace muchos años. Y revisando uno de esos libros encontré una entrevista que hacía Dany Cohn-Bendit (1945) a Jerry Rubin (1938-1994).

Uno y otro, el entrevistador y el entrevistado, fueron líderes de esa revolución. Dany, conocido como Dany el Rojo ha terminado con sus posaderas en el Parlamento Europeo: en 1994 se convertía en eurodiputado y en 2004 sería reelegido, representando a los Verdes, asimismo es portavoz del Partido Verde Europeo, pese a haberse visto involucrado en escándalos de pedofilia (ver aquí): no podrá quejarse de la posición que ocupa, demasiado privilegiada (tampoco del sueldo) para ser, tal y como él se presenta, un bastardo; y empleo la propia palabra que él se aplica: un "bastardo" (*).

Jerry Rubin, por su lado, hizo la revolución en Estados Unidos de Norteamérica, acaudillando las protestas contra la guerra de Vietnam y fundando, con Abbie Hoffmann (1936-1989) el "movimiento" de los Yippies (Partido Internacional de la Juventud). Rubin y Hoffmann discreparon con el curso de los años. Durante su último tramo de vida, Abbie y Jerry se encontraban en la Universidad de Filadelfia, ante un auditorio estudiantil, para debatir. Abbie seguía en sus trece (un "idealista" con canas) y Jerry Rubin se había convertido en un próspero hombre de negocios. Pero tampoco se sabe que el "idealista" Abbie rehusara los 1500 dólares que le daba la Universidad de Filadelfia por estos duelos con su antiguo "compañero de viaje": su contrincante percibía, es obvio, la misma cantidad de dólares.

La entrevista que Dany el Rojo le hace a Jerry Rubin tiene, entre otras perlas, una cita que no me he podido resistir a traer a colación. Dice así Jerry Rubin:

"En los años 60, la izquierda tenía todas las ideas. El debate se centraba en el interior de la izquierda. Se debatían todos los temas importantes: la familia, el matrimonio, el sexo, la creatividad, la política, la política extranjera... La derecha no tenía ninguna idea. Sólo mascullaba unos cuantos tópicos sobre Dios, la Madre, la Patria y el Militarismo. En los años 70 esto se invirtió lentamente. Hoy la izquierda ha quebrado, y es la derecha quien desarrolla las ideas interesantes. Al pronunciarse contra el éxito, simplemente porque el éxito era un valor de derechas, la izquierda creó las condiciones de su propio fracaso. Se desintegró a finales de los años 60. A causa de la filosofía antileadership (ya sabes, cuando la gente dice: "¡Rechazo la autoridad del líder porque me domina!"...".

En principio, conociendo la trayectoria de Jerry Rubin, podríamos interpretar este párrafo como una justificación de su mutación diríamos que alquímica: de un andrajoso líder revolucionario a un exitoso empresario. Sí, puede ser. Pero en lo que dice Rubin hay mucho más. Denuncia que la filosofía anti-liderazgo fue la causante del desmoronamiento de la izquierda de los años 60 y revela que uno de los elementos que más acariciaba la izquierda revolucionaria: el desprecio por el éxito (por entenderse que el éxito era de burgueses)... condenó la revolución al fracaso.

En efecto, el "romanticismo" supérstite con el que siempre ha encandilado la izquierda (al menos a la juventud, utopista e ilusa) es un cáncer en cualquier actividad política. Y, de hecho, también hemos de darle la razón a Rubin en que cualquier organización que carece de líderes con autoridad se convierte en la negación de toda organización: en la desorganización.

Esto pudo pasarle a la izquierda de los años 60... O no tanto. No importa. Lo que sí importa es la lección.

Pienso que la dicotomía clásica de izquierdas y derechas es un convencionalismo vacío. En España, las cosas están claras: si existe algo... Es la izquierda y la derecha brilla por su ausencia. El Partido Popular se declara "liberal", "conservador" o "centro-reformista", dependiendo del electorado al que pretenda captar, pero si hubiera que calificar el signo de su política, éste signo es el de centro-izquierda. Y todo lo demás está a la izquierda. La situación que describe Jerry Rubin puede aplicarse a nuestra "derecha" nacional: "La derecha no tenía ninguna idea. Sólo mascullaba unos cuantos tópicos sobre Dios, la Madre, la Patria y el Militarismo". Y haríamos bien en suprimir, como tópico de nuestra derecha, la invocación a "Dios" (tan poco laicista y políticamente incorrecto), a la "Madre" (puede que se ofendan los homosexuales), a la "Patria" (¿eso qué es? -se preguntan mirando su cuenta bancaria) y, por supuesto, faltaría más... al "Militarismo" (ellos son pacifistas como las gaviotas).

Lo que en España llaman derecha (el Partido Popular, aunque se vista de seda) cumple la descripción de Rubin: si algo tiene es "ninguna idea".

Pero, ¿hay algo más... a la "derecha" del Partido Popular? Si hay algo más, amigo lector, es tierra incógnita. Eso que algunos llaman "área patriótica" viene perpetuando un "romanticismo" estéril, como el que cultivó la izquierda sesentayochista. El éxito parece que no se cohonesta con sus perspectivas en extremo idealistas, pareciera que se regocijaran en su propio aislamiento de la sociedad; dándose los unos a los otros, cada cual en su capilla, el santo y seña del próximo fracaso. Y, por si fuese poco, ese "área patriótica" también muestra el síntoma que acusaba Jerry Rubin: el anti-liderazgo. Cada cual se cree a sí mismo el mejor intérprete de la Patria, de la Tradición, de la política social, de los valores no negociables, de los valores eternos, de la "comunidad de destino en lo universal" y... ¡hasta de Dios!


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(*) "Bastardo" se llamaba a sí mismo el propio Dany Cohn-Bendit, esta es la cita literal: "Nacido en Montauban en 1945, hijo de judíos emigrados alemanes, ni francés ni alemán, soy, como suele decirse, un bastardo". ("La Revolución y nosotros, que la quisimos tanto", Dany Cohn-Bendit, Círculo de Lectores, Barcelona, 1997. El libro reúne unas entrevistas realizadas para una serie de televisión: "Nous l'avons tant aimée, la révolution", producida por Ludi Boeken, Blebo Films, con coproducción con FR3, NOS y INA, realizada por Steven de Winter a partir de una idea de Dany Cohn-Bendit.

jueves, 26 de junio de 2014

HONESTIDAD, VERDAD Y COMPASIÓN


Imagen de armonte.wordpress.com

"Nunca tengas miedo de levantar la voz por la honestidad, por la verdad y por la compasión, contra la injusticia, la mentira y la codicia. Si la gente de todo el mundo hiciera esto, cambiaría la Tierra". 

William Faulkner

domingo, 22 de junio de 2014

ATEOS IDÓLATRAS


*Imagen de 1000kitap.com

"El hombre no puede vivir sin arrodillarse. Si rechaza a Dios, se arrodilla ante un ídolo. No hay ateos sino idólatras."

Fiodor Mijailovich Dostoyevski

viernes, 20 de junio de 2014

"LA VITA SEGRETA DEL MEDIOEVO", DE ELENA PERCIVALDI

La historiadora italiana Elena Percivaldi

LOS ASPECTOS DE LA INTRAHISTORIA DE LA EUROPA MEDIEVAL

Manuel Fernández Espinosa

Nacida en Milán el 3 de mayo de 1973, Elena Percivaldi es una de las historiadoras que florecen en Europa. Se doctoró en la Universidad de Milán y es docente, ensayista y periodista en ejercicio, además de tener en su haber una bibliografía que ofrece el mejor perfil de su línea de investigación: del año 2003 es su libro "I Celti. Una civiltà europea" ("Los Celtas. Una civilización europea" que, por cierto, fue traducido al español y publicado por la Editorial Susaeta, asimismo este libro también conoció una edición alemana: "Das Reich der Kelten"); en 2008 realizó una traducción del latín al italiano de la preciosa Navegación de San Brendán ("La Navigazione di San Brandano"), introduciendo, comentando y anotando la obra original medieval. En 2013 dio a la estampa "La vita segreta del Medioevo" y "IN HOC SIGNO VINCES. L'eredità culturale e spirituale della "Rivoluzione Constantiniana" (313-2013 d. C.). "La vita segreta del Medioevo" pone de relieve que la Edad Media, tan a menudo identificada desde el Renacimiento como una "Edad Oscura" y "Milenio de la Superstición", fue a pesar de los prejuicios que todavía se mantienen contra ella una época en la que embrionariamente se contenían muchos de los aspectos que determinan la Europa Moderna. Después de tanta leyenda negra contra la Edad Media, parece que va abriéndose paso entre los historiadores europeos una idea bien distinta de la Edad Media y esto ha venido a ser así gracias a historiadores como Johan Huizinga o Régine Pernoud. En el siglo XXI una nueva saga de historiadores europeos, como Elena Percivaldi en Italia, han seguido la estela y contribuyen con su ciencia a desmitificar la imagen negativa de la Edad Media. 

El libro de Elena Percivaldi, con el fondo de los conflictos entre Imperio y Papado, nos invita a sumergirnos en la vida cotidiana medieval, poniendo de relieve los aspectos más desconocidos y curiosos de la época, mostrando la manera como se pasaba el tiempo libre, lo que se comía y de qué manera, cómo se vestía, el amor, la fiesta, la religiosidad en las más diversas capas sociales que componían aquel mundo del que procede Europa.

El libro puede obtenerse para su lectura, todavía en italiano, cliqueando este enlace "La vita segreta del Medioevo".  


 

jueves, 19 de junio de 2014

EL ENIGMA RUSO: DE LA LATENCIA A LA PATENCIA



Nikolái Berdiáyev (1874-1948)


UN FRAGMENTO "DE MOSCOVIA LAS MURALLAS.
MEDITACIÓN ESPAÑOLA ACERCA DE RUSIA";
PRÓLOGO DE
MANUEL FERNÁNDEZ ESPINOSA,
AL LIBRO
"EL NUEVO IMPERIO RUSO. HISTORIA Y CIVILIZACIÓN"
DE
SERGIO FERNÁNDEZ RIQUELME


"Reinando Alejo I de Rusia (1629-1676) el patriarca Nikon plantea el año 1654 una reforma litúrgica con la pretensión de aproximar la iglesia ortodoxa rusa a la iglesia ortodoxa griega. El amparo estatal a la reforma de Nikon impone ésta, pero no sin una resistencia que emerge de los fondos del pueblo ruso: el cisma de los “raskólniki” (los “cismáticos”, por otro nombre llamados “viejos creyentes”) que acaudilla Avvakum. Con anterioridad, en el año 1511 el monje ruso Filoteo había escrito al Zar Basilio III que, tras la caída de Bizancio (segunda Roma) y la anterior caída de la primera Roma (propiamente dicha), Rusia era la Tercera Roma. Esa creencia está profundamente arraigada en los ortodoxos rusos y se ha mostrado operante en muchas ocasiones cruciales de la historia de Rusia. Los “raskólniki” creían en la Tercera Roma y no querían trato con los ortodoxos griegos, por este motivo se mostraron insumisos a la reforma de Nikon y, por más que ésta viniera impuesta por la misma autoridad del monarca, se enfrentaron a la línea oficial por extranjerizante. El resultado fue el que era de esperar: persecución, masacres, destierros y marginación de los “raskólniki”. Como bien escribiera Nicolás Berdiaev, al hilo de este episodio histórico de Rusia: “A semejanza de la ciudad de Kitezh, el reino ortodoxo se vuelve invisible. Los disidentes huyen de las persecuciones y se esconden en la selva; los más fanáticos y exaltados se echan a las llamas”.

La evocación que hace Berdiaev de la “ciudad de Kitezh” merece una aclaración, puesto que se trata de una de las constantes más dignas de notar en el imaginario colectivo ruso. Según una antigua leyenda, la ciudad de Kitezh se sumergió bajo las aguas lacustres para no caer en las crueles manos de los invasores tártaros. Los “raskólniki” vieron en esta leyenda un símbolo del estado de latencia al que los condenaron las persecuciones del poder oficial. Evocar la “ciudad de Kitezh” era como decir que la Santa Rusia se ocultaba para no ser corrompida por el poder hostil que con sus reformas pretendía desfigurarla. El tema de la ciudad de Kitezh se convertiría en un perenne motivo para abrigar las esperanzas de una renacencia de Rusia incluso en las peores circunstancias. Siempre que Rusia se veía amenazada en su ser más profundo se ocultaba, como la ciudad de Kitezh, para preservarse de quienes pugnaban por corromperla: los eslavófilos (otra de las constantes rusas), los poetas simbolistas rusos, la resistencia silenciosa de millones de almas rusas oprimidas por el terrible marxismo… todos hallarían en la legendaria ciudad de Kitezh la imagen de su resistencia frente a las circunstancias más adversas y desfavorables. El gran compositor Nicolás Rimski-Korsakov inmortalizaría este mito ruso en su ópera “La leyenda de la ciudad invisible de Kitezh y la doncella Fevróniya”, estrenada el año 1907.

Rusia se ha caracterizado siempre por conservar celosamente su carácter. Si en el siglo XVII los “raskólniki” se alzaron frente a una reforma litúrgica que entendieron como una intromisión griega, con el siglo XVIII y la entrada en escena de los ilustrados, la resistencia rusa a occidente volvería a reeditarse; en el siglo XIX serían los eslavófilos frente a los liberales de cuño occidental y europeísta. Pero, prescindiendo de las particulares circunstancias de cada episodio de esta larga y constante resistencia a ser occidentalizados, ¿qué es lo que opera para que Rusia se resista una y otra vez a “occidentalizarse”?".
Manuel Fernández Espinosa
 
Para adquirir el libro "El nuevo imperio ruso. Historia y Civilización"
de Sergio Fernández Riquelme, contactar en: CROMÁTICA IMPRESIÓN DIGITAL.

lunes, 16 de junio de 2014

NO AL TRAPO TRICOLOR


Por Antonio Moreno Ruiz


Es difícil encontrar una moda que no sea estúpida. Con todo, si hay una moda estúpida en nuestros días es la evocación de la mediocre y criminosa II República y su bandera (la I República siguió usando la bandera roja y gualda). Un régimen que jamás llegó por el voto popular, pues éste se decantó por las formaciones monárquicas (hasta que Alfonso "XIII" pegó la "espantá", dejando en la estacada a tirios y troyanos), y cuyo significado vexilológico constituye un error histórico que provoca risa, resulta que es presentado como la solución a todos nuestros problemas... Nada más y nada menos.

Y no contentos con eso, muchos, cayendo presa de esta moda, aluden a un republicanismo bicolor con una ilusión que se antoja tan infantil como farsante.

En fin, resumiendo, que es gerundio:

-El régimen actual poco o nada se diferencia de una república. Con todo, tenemos muy cercano el ejemplo de nuestros hermanos portugueses e hispanoamericanos con respecto a las repúblicas. Una república per se no soluciona absolutamente nada. La república portuguesa, ruina de nuestros hermanos de allende el Guadiana, es más cara que el presupuesto de Juanca y compañía. Y eso por no hablar de repúblicas como la italiana o la francesa.

-El color morado no tiene ni sentido ni lugar en nuestra bandera. Primero, que ciertos masones del XIX evocaran a los comuneros (al igual que lo hacen ciertos dizque tradicionalistas actuales) resulta esperpéntico. La revuelta de las Comunidades (también ramificada por Galicia y Sevilla) no luchaba por ninguna "revolución libertaria": Fue un conflicto civil liderado por nobles y apoyado por buena parte de la comunidad judía; y aunque en principio estaba cargado de razón, acabó como el rosario de la aurora precisamente por el desorden entre ellos mismos. Luchaban por echar de la Corona de Castilla a los extranjeros, cosa que según el criterio progresista actual, sería xenófobo como mínimo... En fin, luchaban por poner a otro rey, ya fuera la madre o el hermano de Carlos I. Y jamás utilizaron un pendón morado. En el siglo XVII, el conde-duque de Olivares, uno de los paladines del absolutismo, usó un pendón de este color; y en el siglo XIX, Isabel "II", puesta en el poder por un golpe militar apoyado por la alta nobleza y el imperio británico, también. Pero ni los comuneros, ni Castilla la Vieja, ni la Corona de Castilla, usaron este color. Por ejemplo: En Salamanca (que no es Castilla la Vieja, sino reino de León) se conserva un pendón comunero y es carmesí... ¡Y con flores de lis!

Asimismo, resulta histriónico que los republicanos tricolores, tan filoseparatistas ellos, agiten este símbolo, puesto que los jacobinos del Ateneo de Madrid (entre ellos, Manuel Azaña, Alejandro Lerroux o José Ortega y Gasset), harto centralistas, creyendo ver otro morado en Castilla (en verdad por una bandera que estaba en mal estado, roja en el original), predicaron que Castilla era la médula de España. Sobre este terreno: Una cosa es Castilla la Vieja y otra la Corona de Castilla, en la cual nos insertábamos desde gallegos a andaluces y murcianos. ¡Pero es que esta institución es rechazada por muchos simpatizantes republicanos, como "andalucistas" y nacionalistas "vascos"! Entonces, ¿en qué quedamos? ¿No era Castilla la malvada, la culpa de todos nuestros males?  Cazada esta flagrante e hipócrita contradicción, vamos más allá: ¿Acaso la Corona de Aragón no fue médula de España? ¿Acaso no ayudó hasta la reconquista de Murcia y no extendió su influencia por África en particular y el Mediterráneo en general? O Navarra... ¿Acaso no estuvieron en la batalla de las Navas de Tolosa, que derrotó a los almohades y abrió el valle del Guadalquivir para la España cristiana?

No señores, el trapo tricolor, que sólo ha ondeado oficialmente cinco tristes años en nuestra historia (contra la voluntad de buena parte de nuestro pueblo), no tiene sentido se mire por donde se mire. Ni histórico, ni político, ni popular, ni nada de nada. Y ese trapo, al igual que ese supuesto "entusiasmo republicano", no es sino un símbolo de nuestra decadencia. Frente a ello, enarbolemos el orgullo de nuestra tradición, el pasado en marcha que nos hará renacer de nuestras cenizas.




¡DESPERTA FERRO!

¡JAUNGOIKOA ETA LEGE ZAHARRAK! 

¡SANTIAGO Y CIERRA ESPAÑA!







NO AL TRAPO TRICOLOR

¡VIVA ESPAÑA! 

VIVAN LAS ESPAÑAS Y SUS BANDERAS 

domingo, 15 de junio de 2014

CASA PEPE EN DESPEÑAPERROS: UN ENCLAVE DE REFERENCIA NACIONAL

 
LA POSADA QUE NO SE RINDE
Luis Gómez
 
EVOCACIÓN DE DESPEÑAPERROS
 
 
Cada vez que alguien menciona el nombre de Despeñaperros o Sierra Morena, trae a mi memoria gratos recuerdos de mi infancia. En primer lugar por el hecho de haber tenido que pasar por ese angosto desfiladero en multitud de ocasiones camino de La Mancha, y eso cuando no había autovía ni desdoble de carretera ni viaductos ni nada por el estilo.
 
De pequeño, cuando uno andaba en las aulas infantiles y los maestros se esforzaban por hacernos entender cuál era la diferencia entre una cordillera montañosa y una sierra, siempre se recurría al ejemplo de  identificar a la sierra con los dientes de una sierra de carpintero. Los picos de las montañas se recortan en el horizonte y simulan parecer ese instrumento. Al pasar por Sierra Morena, a mi se me venía el alma abajo. No veía picos altos y puntiagudos en las montañas, antes bien, me parecían bastantes romos y achatados esos montes, y no entendía bien el porqué había de llamarle “sierra”. Tampoco entendía el porqué de llamarla “Morena”, pues a mis ojos bien verde que estaba. Sólo los incendios que cada verano asolaban algunas laderas de Despeñaperros, podían quitarme de la cabeza el que en vez de Sierra Morena” debería de llamarse “Sierra Verde”
 
Con el paso de los años pude aprender los muchos nombres y la cantidad de historia que encerraba cada uno de esos cerros que pueblan Sierra Morena. Los “Montes Marianos”, les llegaron a denominar antaño, y  aquí también tuve mi pequeña confusión, pues yo, iluso de mí, creí que el sobrenombre de “mariano” era debido a que en estas montañas se le apareció al pastor de Colomera la “Reina de Sierra Morena”, la “Morenita”, nuestra venerada Virgen de la Cabeza; pero tampoco era por este motivo, sino que se debió al general Mario, romano que apaciguó la comarca de bandoleros de la época. Otro apelativo por el que se la reconoció es el de “El Muradal”, por el muro que representaba la sierra y que separaba Andalucía de la Meseta.
 
Pero dejémonos de etimologías. El traspaso de Despeñaperros desde el Sur hacia el norte, era una  odisea. Los camiones atestaban la carretera, y los coches, caminaban en procesión tras ellos, despacio, muy despacio. A ambos lados, entre curvas de ciento ochenta grados y barrancos profundos, se colocaban los puestos de miel y alfarería que los vendedores ambulantes de las localidades vecinas tenían instalados por allí. De vez en cuando, se divisaba la línea de ferrocarril, y si había suerte, se veía el tren pasar por ella. El verde y el agua del río que atraviesa por esos parajes hace de ese recorrido uno de los mejores parques naturales con los que cuenta Jaén.
 
Con tanto ajetreo y viaje, de vez en cuando, uno paraba para reponer fuerzas. Los viajes eran muy largos, y no había tanta prisa por llegar al destino como hoy en día.
 
Si el recorrido se hacía desde La Mancha hasta Jaén, la cosa estaba clara. El punto de parada era “Los Jardines de Despeñaperros”. Allí, se disfrutaba de una estupenda zona verde, con sus fuentes de agua clara y albercas con carpas de colores, que hacían que los turistas y los viajeros nos apeásemos de nuestros coches para deleitarnos con nuestros bocadillos de tortilla o filetes empanados. Al otro lado de la carretera, subiendo un empinado terraplén se encontraban los restos arqueológicos del Santuario prerromano de “Collado de los Jardines” en el que los antiguos pobladores de esos montes realizaban sus ofrendas y depositaban sus exvotos.
 
Con el paso de los años, ya con mi vehículo y con sustanciales mejoras en la carretera, subo  y bajo por Despeñaperros y contemplo los muchos cambios que se han producido en el entorno.
Ya nada es igual. Nada, salvo el irreductible y acogedor mesón de Casa Pepe.
 
CASA PEPE
 
Es este restaurante una vieja posada en mitad de la ruta aunque modernizada con el paso de los años, pero aún así y todo es un hito histórico en toda regla. Se podría decir que es un nuevo santuario para peregrinos colocado en medio de todo ese fragor y vegetación que rodea el contorno.  
 
Es un lugar estupendo para hacer una parada y tomarse un café con media tostada de jamón serrano y tomate de huerta.  El lugar está siempre a rebosar de viajeros, y en eso influye mucho lo peculiar de la decoración del establecimiento.
 
Poco antes de llegar, ya llama la atención los colores de su fachada con su amarillo y rojo de la bandera nacional por sus paredes. Al entrar, dos toneles hacen las veces de veladores para los que desean fumarse un pitillo mientras degustan el café, pues debido a las nuevas normas que impiden fumar en el interior de los establecimientos ésta es la única solución.
 
Penetramos en Casa Pepe y una vez que la vista se adapta a la tenue y cálida luz del interior, dejando atrás la luminosidad de la calle, nos vemos sorprendidos por una decoración abarrotada, casi barroca. Detrás del mostrador, insignias de las fuerzas armadas grapadas a la pared, de todos los colores y para todos los gustos. De tierra, mar y aire. Los hay de la Guardia Civil, de la Policía Nacional e incluso alguna insignia de un agente municipal de algún pueblo de España. Esos son los nuevos exvotos…
 
Si uno consigue hacerse un hueco en la larga barra, puede ver la indumentaria de los camareros, con sus polos ribeteados con la bandera nacional. Es más: si uno está interesado en adquirir alguno, allí puede hacerlo. En la tienda aledaña, el viajero pude adquirir todo tipo de figuritas, banderas, toallas, recordatorios, pulseras, comida típica de la zona, etc. Eso sí, cada cosa va adornada con la bandera de España. En ninguna falta la bandera nacional.
 
Mucho antes que el fútbol hiciera que la gente sacase la bandera nacional a los balcones, o se colocase en pulseritas y llaveros, mucho antes que la moda pusiera sus comerciales ojos en los colores rojo y amarillo, ahí estaba ya Casa Pepe para vender esos abalorios sin ningún tipo de problema.
 
Es curioso pues, cuentan las leyendas, que en plena gobernanza del socialismo zapateril y mucho antes cuando regenteaba España el socialismo felipista, los viajeros que más visitaban esta posada eran esos mismos socialistas que no querían ver el pasado español ni en pintura. Y es que el “santuario de Casa Pepe”, además de tener la bandera nacional por todas partes, es un local nostálgico donde los haya y en sus paredes también se encuentran retratos de Franco en días de caza o almanaques de José Antonio Primo de Rivera. Más de uno cuenta como anécdota, que algún senador o diputado socialista (e incluso de IU) se ha realizado una instantánea a las puertas del local. Eso sí, en compañía de sus seguidores y familiares.
 
Para ellos, esa foto supone la verdadera victoria de la Memoria Histórica. Es el trofeo de caza más preciado…
 
Pero Casa Pepe, permanece impasible desde 1923. Allí, no importa nada más que atender al que entra por la puerta. Da igual quien sea. Las posadas en el camino están para eso mismo, para atender al viajero, refrigerarlo y ayudarlo a reponer fuerzas y luego, quizás, poder contar en el lugar de destino alguna anécdota curiosa o divertida.
Si uno para en Casa Pepe no le faltará ni lo uno ni lo otro, y para demostrarlo, nada mejor que llevarse de la tienda algún recuerdo como testigo de que uno estuvo allí, para que todos los amigos lo sepan.

sábado, 14 de junio de 2014

REIVINDICACIÓN DE ROMÁN PERPIÑÁ: ECONOMISTA Y GEOPOLÍTICO ESPAÑOL

Román Perpiñá Grau



Manuel Fernández Espinosa.

 
Licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación. Escritor y diplomado en Ciencias religiosas (España).

 
Resulta hasta cierto punto indignante que, mientras los maestros hispánicos de cualesquiera ciencias son por lo frecuente olvidados, ninguneados y desconocidos, la supuesta elite intelectual se entregue con fervor a seguir cualquier paradigma procedente del extranjero. No me cabe la menor duda de que es éste uno de nuestros males endémicos: en España se es secuaz de cualquier botarate que proceda del extranjero, mientras que nuestros más preclaros genios son arrinconados en vida y póstumamente olvidados. Y eso lo será por muchísimos factores: psicológicos, ideológicos, religiosos... Pudiendo constituir un complejo nacional.
 
En las Ciencias Económicas, como en muchos otros ramos del saber, España ha contado con eminentes economistas a lo largo del siglo XX: Antonio Flores Lemus, Enrique Fuentes Quintana, Juan Velarde Fuentes y Ramón Tamames son nombres que han alcanzado una considerable repercusión en las Ciencias Económicas y que pueden darse por satisfechos, pues todavía se les menciona. Sin embargo, en la misma área científica, una de las figuras a nuestro juicio más interesantes y notables de la Economía por sus estudios, por su labor docente y por su incuestionable patriotismo, no ha tenido tanta suerte en cuanto a su fama póstuma: esa figura es la que quiero reclamar con este artículo que no va más allá de una rápida semblanza, esa figura es la del catalán Román Perpiñá, maestro a la sazón de los susodichos Fuentes Quintana, Velarde Fuentes y Tamames. Creo que por justicia y por lo útil que además puede resultar para los nuevos economistas y sociólogos, merece la pena llamar la atención sobre Román Perpiñá y el magisterio que nos ha dejado en sus libros: su figura y obra merecen ser reivindicadas, tras décadas de injusto soslayamiento.
 
Román Perpiñá es uno de esos catalanes cuyos servicios a España están todavía sin retribuir por los españoles: el abyecto vicio atávico de la ingratitud y el complejo nacional contra los que más arriba advertíamos se han cebado sobre su figura, sepultando su obra bajo el polvoramen y el silencio de las bibliotecas. Como todos los españoles que les tocó vivir la Guerra Civil, el estallido de ésta supuso para la vida y el pensamiento de Román Perpiñá un punto de inflexión.
 
Había nacido en Reus (Tarragona) el año 1902 y estudió en Bilbao, cursando exitosamente Ciencias Económicas en la Universidad de Deusto; más tarde pasó a la Escuela Superior de Comercio. Merced a una beca de las que otorgaba la Junta de Ampliación de Estudios pudo estudiar en Alemania, realizando su tesis doctoral bajo la guía del profesor Robert Liefmann (1874-1941)y presentándola bajo el título “Sociedades de promoción de empresas en Alemania”. El magisterio del profesor Bernhard Harms (1876-1939)orientará los estudios de Román Perpiñá hacia lo que será uno de los conceptos económicos neurálgicos de toda su producción: el de “infraestructura económica”. Román Perpiñá mantendrá fecundas relaciones con el mundo académico alemán, sobre todo con el Instituto de Economía Mundial de Kiel (Schleswig-Holstein), y este buen entendimiento verá sus frutos el año 1935, cuando el mentado Instituto germano publique en su prestigiosa revista de economía (“Weltwirtsches Archiv”) una de las obras más destacables de la vasta producción de Perpiñá: “De economía hispana”.
 
Perpiñá fundó el Seminario de Estudios de CHADE, mientras colaboraba con Francesc Cambó. En 1930 se había instalado en Valencia, donde permanecerá hasta 1936 al frente del Centro de Estudios Económicos Valencianos que también había fundado y dirigía. En 1936, cuando estalla la Guerra Civil, el profesor Román Perpiñá tiene que escapar de Valencia, debido a la persecución que desata contra él un alumno resentido que aprovecha la confusión para tomarse la revancha por haber sido suspendido por el profesor Perpiñá. Habiendo pasado las líneas se pone a disposición del bando nacional como teniente auxiliar del Estado Mayor, prestando sus servicios como asesor en asuntos relativos a información. Con la victoria de Francisco Franco, Perpiñá desarrollará una gran labor en el campo de la formación de cuadros de mandos y propaganda del Movimiento. También será Consejero de Economía Nacional, desarrollando una meritoria labor de estudio de las condiciones infraestructurales de las todavía colonias en posesión de España. Estos estudios se desarrollaría “in situ” y quedaron plasmados en sus obras: “De colonización y economía en la Guinea Española: investigación sobre el terreno de la estructura y sistema de Colonización en la Guinea Española” (1941), “Preeconomía en la Guinea Española” (1942), “La economía marroquí: aportación al estudio de la economía marroquí referida especialmente a las zonas españolas” (1943), “De colonización africana en especial referencia a los factores económicos de Guinea” (1944) y “De colonización y economía en la Guinea Española: (misión Económica durante el segundo semestre de 1941)” (1945). Desarrollará también su labor docente en la Universidad Pontificia de Salamanca y en la Complutense de Madrid.
 
Sin embargo, sus muchos y brillantes servicios a los intereses nacionales no serán correspondidos, pues en 1955 el profesor Román Perpiñá pierde sus oposiciones a la primera cátedra de Estructura Económica de la Universidad Complutense y en perjuicio del catalán, que tantos méritos acumula, se alza con la plaza José Luis Sampedro (sí: el novelista, el autor de “La sonrisa etrusca” que al final de su vida sería uno de los iconos de la izquierda española contemporánea). La resolución de las oposiciones a favor de Sampedro estuvo envuelta en la controversia, puesto que el mismo Perpiñá confesó que, con el tiempo, se enteró de que la cátedra fue otorgada a José Luis Sampedro en el despacho del ministro. Y es oportuno que recordemos que cuando Sampedro se convierte en catedrático de Estructura Económica no tenía en su haber ni mucho menos el currículo y la trayectoria de Perpiñá y además de eso tampoco ha de olvidarse que José Luis Sampedro, durante la Guerra Civil, había sido combatiente republicano en un batallón anarquista; sin embargo, no parece que su militancia republicana fuese obstáculo para ganar las oposiciones (y mucho peor todavía: “ganarlas” por graciosa concesión de un ministro franquista); más tarde, en 1969, cuando todo presagiaba el final del régimen de Franco, José Luis Sampedro abandonó la cátedra, justo a tiempo para no ser confundido con un prebendado del régimen franquista. A consecuencia de este fracaso académico de 1955, Román Perpiñá proseguiría sus estudios económicos, pero apartado de la universidad oficial y trabajando en centros e institutos al margen del mundo universitario. En 1981 Román Perpiñá restañaría muchos de sus amargos tragos, cuando recibiera el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales.
 
En 1988, después de vivir treinta años en la Residencia de Estudiantes, Román Perpiñá abandonaba Madrid para irse a vivir con sus sobrinos a su Cataluña natal. En 1991 fallecía este gran patriota y economista español, maestro de economistas.
 
Lo que más resalta del perfil intelectual de Román Perpiñá es que era un hombre con una formación cultural muy amplia. A diferencia de esos especialistas que no saben nada más que de lo suyo, Perpiñá (como hombre de su época) tenía una sólida cultura humanista, lo que le permitía leer a los clásicos griegos y latinos en su lengua original; y fueron precisamente sus estudios clásicos los que le aportaron los instrumentos adecuados para escribir libros como “Origen y ocaso de las talasocracias” (publicado por el Instituto de Estudios Políticos el año 1965). En sus estudios económicos siempre prevaleció un interés geopolítico, tan descuidado por otros economistas, lo que indica una firme voluntad de engrandecer a España. En “Las constantes de Europa” (publicado por el Instituto de Ciencias Sociales, en 1969) ahondó en la oposición de pueblos continentales (Epirocracias) y pueblos marineros (Talasocracias), estableciendo una caracterología aplicable a las Epirocracias y las Talasocracias. Para las Epirocracias (potencias continentales), el profesor Perpiñá establecía una serie de notas idiosincrásicas, como eran: dioses inaccesibles y justicieros; templos grandiosos; príncipes guerreros; nobleza por concesión real; grandes pompas públicas; fueros, privilegios y honores por concesión; clases sociales estáticas; tendencia a someter por la guerra de conquista e imponer su derecho en los territorios conquistados; agrícolas y ganaderos; espíritu autárquico; literatura marcadamente guerrera, heroica y mística; sentido burocrático y centralizador; grandes empresas bajo patronato estatal; los habitantes son súbditos, vasallos. Así podemos esbozar aquí las señas de identidad de las Epirocracias, según Perpiñá, mientras que las Talasocracias (potencias marítimas) se han notado –según el profesor catalán- por características distintas, como son: dioses antropomorfos; templos a medida humana; príncipes con virtudes y vicios humanos; aristocracia por reconocimiento; lujos privados; prestigio por quehaceres individuales y no de clase; clases sociales dinámicas que consagran la laboriosidad; flexibilidad para adaptarse a las coyunturas; espíritu de lucro; contribuciones pactadas con el Estado; el valor dominante es la empresa; los habitantes son ciudadanos, pragmáticos y regidos por leyes consuetudinarias; cultura del pacto; comerciantes e industriales; libre competencia; literatura en la que predominan los libros de viajes, epopeyas marítimas y cortesano-burguesas; arte a medida humana; individualistas en lo empresarial y percepción del mar como aventura y riesgo para lucrarse.
 
Sería empezar y no acabar si tuviéramos que elaborar un exhaustivo análisis de las aportaciones de Román Perpiñá, no sólo en el terreno de la economía, sino en el de la geopolítica. Hasta tal punto que un tanteo de geopolítica española sería muy deficitario sin volverse a los estudios de Román Perpiñá. Pero no es la intención del presente artículo ir más allá, sino que éste se conformaría con haber suscitado el interés por la personalidad y la obra de un gran español. Para dar por acabada hasta aquí esta semblanza con tan superficial recorrido por la obra de este maestro de maestros digamos que, ya en 1988, soltero, con 85 años y en posesión de todas sus facultades, el maestro Perpiñá se mostraba muy crítico con la sociedad española, a la que veía declinar: cuando fue preguntado por un periódico por la opinión que le merecía la “beautiful people”, Perpiñá declaró que: “las enfermedades han existido siempre en las personas y en las sociedades; algunas son divertidas, y otras, escandalosas, que son la que menos duran, afortunadamente” y se mostraba en extremo crítico con el papel que desempeñaba España por aquellos años, alegando que España se había convertido en una colonia económica de Europa del Norte. Creo que la opinión que en 1988 expresaba Román Perpiñá en lo que concierne a la presunta elite denominada con ese vil anglicismo, así como la valoración que hacía de la situación de España en Europa, son suficientes como para llamar la atención sobre un hombre de convicciones que mantuvo hasta el final una coherencia filosófica digna de elogio en un mundo donde medran (y pretenden pasar a la historia) todos los oportunistas que, cuando escrutan los signos del tiempo, barruntan la mudanza de las circunstancias políticas y ágilmente cambian de bando.
 
 
Para una información con más detalle de la singular obra de Román Perpiñá sugerimos la lectura de sus libros y como introducción los estudios especializados que al eminente economista catalán ha dedicado D. Juan Pablo del Río Disdier.
 
Publicado en la Revista LA RAZÓN HISTÓRICA, Revista Hispanoamericana de Historia de las Ideas. Número 26. MEMORIA E HISTORIA. Mayo-Agosto 2014. Enlace aquí.

LOS BOMBARDEOS DE BARCELONA



TERCIAMOS EN UNA DISPUTA HISTÓRICA

Manuel Fernández Espinosa


Don Francisco Pérez Abellán es uno de nuestros más reputados periodistas criminólogos. A él debemos una formidable obra de investigación: "Matar a Prim" (2014). Conste nuestra simpatía personal por el Señor Pérez Abellán. El otro día pudimos verlo intervenir brevemente en 13TV exponiendo una serie de desafueros que se habían cometido, con motivo del Primer Centenario del General Prim. Juan Prim (1814-1870) nació en Reus (Tarragona) y fue un heroico militar, es cierto, como no menos cierto es que fue un intrigante político, conspirador laborante. El hecho de ser catalán y ser, a su vez, una de las figuras más notables de la política española del siglo XIX es algo que a los nacionalistas catalanes no parece gustarle; lo cual es lógico. Es así como podemos entender la excasa difusión que le han concedido a la conmemoración de su primer Centenario. Pérez Abellán ha estudiado a fondo la muerte de Prim, como ha demostrado en su libro "Matar a Prim" y no oculta sus simpatías por el personaje histórico. Para Pérez Abellán resulta intolerable que, por ejemplo, algunos historiadores universitarios, como Emilio de Diego o Borja de Riquer Permanyer, hayan, según el criterio de Pérez Abellán, mancillado el nombre del General Prim. No nos extrañaría ver la mano de la manipulación histórica allí donde existen intereses políticos tan manifiestos como en el nacionalismo separatista. Pérez Abellán ha llegado a decir:  "Borja Riquer Permanyer, que confunde al de Reus [se entiende que el General Prim] con Baldomero Espartero y afirma sin ciencia que Prim bombardeó Barcelona en 1843, cuando precisamente estaba persiguiendo a Ametller de Girona" (este pasaje entrecomillado puede leerse aquí).
 
Pues, bien, aunque tenemos un sincero respeto y verdadera simpatía por Pérez Abellán es la hora de terciar en este asunto y aclarar un poco las cosas. Y aunque le llevemos la contraria a Pérez Abellán, vamos a intervenir en este asunto para tratar de arrojar luz; y lo vamos a hacer aunque tengamos que darle la razón a Borja de Riquer (del que no tenemos razones para tenerle hasta la presente simpatía alguna, ni lo contrario). Si Borja de Riquer ha dicho que Prim bombardeó Barcelona, no le falta razón; aunque será bueno que expliquemos con mayor precisión lo que ocurrió. Pérez Abellán también lleva razón: Baldomero Espartero, en efecto, sí que bombardeó Barcelona. Pero, entonces...
 
Es que se trata de dos sucesos distintos: El bombardeo de Barcelona, propiamente dicho, fue el que ordenó Baldomero Espartero. La razón fue una sublevación barcelonesa motivada por la política librecambista de Espartero, que beneficiaba a los intereses comerciales de Inglaterra mientras perjudicaba severamente los intereses textiles de la Ciudad Condal. La sublevación del vecindario forzó al ejército a refugiarse en el castillo de Montjuïc y desde allí, por orden de Espartero, el Capitán General Van Halen ejecuta la orden, emprendiendo el bombardeo cuando era el día 3 de diciembre de 1842, a las 11:15. Se emplean unos 1014 proyectiles y se estima que el resultado final fueron 462 edificios destruidos o dañados y unas 20 o 30 víctimas mortales. A las 24:30 del 4 de diciembre, después de la negociación realizada entre dos comisiones de ciudadanos, enviadas a tal efecto por la Junta Revolucionaria, y la autoridad militar gubernamental, los sublevados se rinden incondicionalmente y cesa el bombardeo.

Mosén Jaume Balmes, el gran filósofo catalán, dejó constancia de la consternación y la rabia que el bombardeo de Barcelona produjo en todos los españoles. No fue España, señores nacionalistas, la que bombardeó Barcelona: fue Baldomero Espartero, el gran amigo de Gran Bretaña. Así escribió Balmes sobre el regreso de Espartero a la villa y corte de Madrid, tras saberse en toda España que el Regente había bombardeado la Ciudad Condal: "A su vuelta en Madrid encontró [Espartero] una acogida fría y desdeñosa, a pesar de los amigos que por diferentes causas se había granjeado en la Corte: tanta era la fuerza de los acontecimientos, que no fué posible no diremos excitar el entusiasmo, mas ni siquiera la apariencia de la más ligera simpatía. Habiendo entrado por la puerta de Atocha, no obstante la concurrencia atraída por la curiosidad y la hermosura del día, no pudo el bombardeador de Barcelona recabar algunos vivas de la multitud [..] La multitud se mantuvo silenciosa y sombría, y fuerza le fué al Regente cesar en sus saludos y trocar su semblante risueño en aspecto grave y disgustado [...] Tan fría acogida, tan chocante diferencia entre la entrada de 1840 [Balmes se refiere a la entrada de Espartero en Madrid, tras sellar con Maroto la Traición de Vergara: los madrileños vitorearon a Espartero, agradeciéndole el término de la Primera Guerra Carlista, al menos en Vascongadas] y la de 1843 revelaban con bastante claridad que el Regente estaba desconceptuado aun entre los mismos progresistas, los que no querían ya lisonjear a un hombre que tenía contra sí el anatema de la nación" (Jaime Balmes, "Espartero" en "Biografías", tomo XII de las Obras Completas, Biblioteca Balmes, Durán y Bas, 11. Barcelona, año MCMXXV).
 
En efecto, la cita de Balmes nos pone en el zaguán de lo que será la caída de la dictadura, encubierta de Regencia, de Baldomero Espartero. El bombardeo de Barcelona indignó incluso a los correligionarios progresistas de Espartero y a éste no le quedó más apoyo que los de la facción llamada de los Ayacuchos (sus conmilitones más leales que le profesaban devoción ibérica): en el parlamento, incluso los progresistas le recriminaron su actitud tiránica y Juan Prim, militar progresista y catalán, pero antiesparterista, se unió a la conspiración que se urdía entre los militares. La llamada Orden Militar Española promovió en 1843 algunos alzamientos en Andalucía que culminaron el día 17 de Julio en Sevilla. En Julio de 1843, Prim y Milans del Bosch se pronunciaron en Reus contra Espartero; Narváez, del partido moderado (la derecha del sistema liberal), Concha, Pezuela y Fulgorio se levantaron en Valencia y Serrano lo hizo en Barcelona. Los militares progresistas anti-esparteristas, al frente de una coalición de progresistas anti-esparteristas y el radicalismo barcelonés habían pactado con los moderados que acaudillaba Narváez. Espartero se vio obligado a abandonar España, embarcando en el "Malabar" rumbo a Inglaterra, donde recibiría un excelente recibimiento en pago a sus desvelos por favorecer la economía inglesa en perjuicio de la catalano-española.
 
Y ahora viene cuando Prim bombardea "en" Barcelona. Espartero ha salido de España, pero la coalición que le jaqueó y lo había empujado a exiliarse de España no duraría: estaba formada por elementos muy heterogéneos. Así nos lo cuenta Gabriel Carmona: "Los progresistas en el gobierno resultaron desgastados por el ala izquierda de su propio partido. Los radicales pretendieron sustituirlos por una Junta General, se alzaron en armas, secundados por la guarnición de Barcelona y resistieron más de dos meses en la capital catalana y en Figueras casi cuatro, atacados por el Ejército gubernamental, al mando de generales de derechas acompañados por el mismo Prim que reprimió ferozmente a los obreros sublevados en Barcelona" (Gabriel Carmona, "El problema militar en España", Historia 16, Madrid, 1990).
 
En efecto, en Barcelona había rebrotado la revuelta de la Jamancia (vocablo que procede del caló gitano y significa en castellano "comer"),  esta revuelta estaba protagonizada por soldados que estaban en el batallón para asegurarse las lentejas y que, como difuso motivo político, esgrimían su malestar por la centralización excesiva que imponía el sistema liberal desde Madrid. El 22 de septiembre de 1843, Juan Prim bombardea en Barcelona a los jamancios (con los que estaban algunos de los antiguos camaradas que formaron en las filas de Prim contra Espartero) y lo hace, según el historiador Joan Pallarès, desde el muro donde estaba la masía de Cal Borni, más o menos en la actual calle del Pare Manyanet. Incluso todavía a día de hoy existe, como reliquia de aquel bombardeo, un proyectil incrustado en la fachada de una casa: la de la Cansaladería Puig (antiguamente Can Arestá).
 
Valorando estos acontecimientos históricos con la perspectiva actual podemos terminar concluyendo que el liberalismo español decimonónico (en sus variopintas formas) ha sido una de las peores lacras de nuestra historia. Estos señores: Espartero, Narváez, el mismo Prim... Por mucho que pueda decirse de su presunto talento militar y político, incluso de su heroísmo militar, vivieron en una confusión ideológica por la cual todo estaba permitido: también bombardear la ciudad de Barcelona. Comparando los dos bombardeos (el de Espartero y el de Prim) salta a la vista que el de Espartero es a todas luces repugnante, en cuanto que se hace para sofocar una revuelta causada por la política anti-española y pro-británica del Regente Espartero; éste bombardeo se realiza sin escrúpulos sobre el caserío y la vecindad barcelonesas. En el caso del que se le atribuye a Prim, el bombardeo es consecuencia de las tensiones entre facciones liberales, y se bombardea de un modo más selectivo a los rebeldes opuestos al gobierno, pero no a la población civil que nada tenía que ver con las hostilidades litigantes entre gobierno y rebeldes.
 
Que los historiadores nacionalistas utilicen estos hechos históricos para presentarse como víctimas nos parece una manipulación inadmisible, pero tampoco vale (para defender a figuras catalanas de acendrado patriotismo español) que ocultemos la verdad histórica. Si los españoles aparcáramos a un lado nuestras trifulcas domésticas y serenamente condujéramos nuestra mirada a nuestra historia del siglo XIX, tendríamos que terminar concluyendo que el liberalismo decimonónico es la raíz de todos nuestros males: la raíz de los problemas de articulación territorial, el gran enemigo centralista que falta el respeto debido a las particularidades de los pueblos de España, el cómplice de potencias extranjeras (como Inglaterra) a las que sirve como cipayo, el generador del capitalismo y la pobreza... etcétera.