RAIGAMBRE

Revista Cultural Hispánica

lunes, 6 de julio de 2015

APUNTES HISPÁNICOS PARA DUGUIN (III)

APUNTES HISPÁNICOS PARA DUGUIN (I)








LA IDEA DE EUROPA


Uno de los puntos que nos parece más chocante es el europeísmo, máxime al comprobar que España y Portugal entramos en una Europa falsa y por la puerta falsa. La Cristiandad, el Imperio Bizantino, el Sacro Imperio Romano-Germánico, y otras entidades herederas de estas tradiciones como la Monarquía Hispánica, el Imperio Austrohúngaro o el Imperio Ruso, fueron realidades concretas; pero la palabra “Europa” no alude más que a geografía. Y ni España ni Rusia son “exclusivamente europeas”, geográficamente hablando. Si Rusia es Eurasia, España puede jugar su papel también como Euráfrica y Euramérica. Y en ambos sentidos, si Rusia se siente la Tercera Roma, España no dejó de ser la que llevó Roma a América. No por nada el libro de cabecera de Hernán Cortés, conquistador de México, era la Guerra de las Galias de Julio César. No son pocos los historiadores que han subrayado el carácter romano de la conquista y el poblamiento español en el Nuevo Mundo. 

Con todo, Europa no es una realidad política, ni cultural, ni racial, ni política, ni espiritual. Nunca lo ha sido. Si nos referimos a términos como “indoeuropeo”, estamos ante una realidad tan europea como extraeuropea; y no deja de ser algo bastante impreciso. “Indoeuropeo” es un término que puede servir para determinados estudios históricos, pero no para hacer política; ni tan siquiera “metapolítica”. Máxime porque buena parte de países como España, Italia, Hungría, Finlandia, Bulgaria, Grecia, Rusia, y en menor medida, hasta Francia, Noruega y Suecia, se nutren de contingentes poblacionales que no proceden de troncos indoeuropeos. Ugro-fineses o iberos/vascones eran pueblos de raza blanca pero que no hablaban un idioma indoeuropeo, y difícil es que tuvieran un patrón cultural o espiritual indoeuropeo (si es que esto existe); sin embargo los gitanos, que no son originariamente un pueblo de raza blanca, hablan un idioma de tronco indoeuropeo. Hacer de lo indoeuropeo una bandera política, o un conjunto de valores dominantes, no es transitar por un camino serio ni seguro; porque ahí todavía hay mucha tela que cortar.

No creemos que sea posible la creación de un “bloque europeo”. Atendiendo al beneficio de un mundo multipolar (cosa en la que sí creemos), pensamos que en Europa siempre habrá varios bloques. España por ejemplo padece la vergüenza de Gibraltar, una invasión británica de su territorio. Todavía en el seno de Europa hay muchos problemas motivados, otrosí, por fronteras artificiales impuestas por criterios nacionalistas o liberales, si es que finalmente no viene a ser todo lo mismo. Y qué decir de Rusia, cuyos problemas en el “frente ucraniano” ya fueron anunciados por Solzhenitsyn años ha, el mismo cuya actitud profética en la España de 1976 hizo rasgar vestiduras tanto democristianas como marxistas; el mismo que señaló con fina y matemática precisión los errores de un Occidente sordo, ciego y mudo, preso de la precipitación y la superficialidad, obnubilado en un confort que es un gigante con pies de barro, y con la misma base materialista y atea que el marxismo. (15)



Imagen: Alexander Solzhenitsyn. Extraída de www.nndb.com




No en vano el jurista español Álvaro d´Ors decía, en La violencia y el orden (libro escrito en 1987): "No quisiera ocultar mis reservas frente a aquellos que, ante el conflicto Este-Oeste, toman decidido partido por el Oeste: Prefieren el Capitalismo al Comunismo. Esta opción, corriente en España como en todo Occidente, es explicable, pero no sé si es del todo acertada; en todo caso, estamos de nuevo en el error de la política del 'mal menor'. Es evidente que en el hemisferio del Capitalismo la vida es más llevadera, y no deja de haber aquí un cierto aire de libertad, aunque las elecciones suelen estar muy condicionadas por la seducción de las masas, que ha alcanzado una perfección técnica irresistible, y que esta apariencia de libertad falta en el hemisferio comunista. Pero no es menos cierto que el deterioro humano del Capitalismo, al ser más placentero e insensible, resulta por ello mismo mucho más letal que la brutal disciplina del Comunismo. Este, por lo menos, puede hacer mártires, en tanto que el Capitalismo no hace más que herejes y pervertidos". En este mismo libro, también escribió: "En este sentido he dicho alguna vez que el marxismo se ha convertido en la nueva religión del capitalismo, una religión que resulta para éste mucho más cómoda que la cristiana. Y por eso vemos que no son las empresas las dejadas al socialismo, sino las actividades tradicionalmente competían a la Iglesia: predicación, educación y beneficencia."



Imagen: Álvaro D´Ors. Extraída de movimientoraigambre.blogspot.com


Y es que el espíritu profético y la altura de miras se cruzan desde las Rusias a las Españas.

Empero, volviendo a qué es Europa, no creemos que Turquía tenga papel ninguno. La invasión turca de Bizancio, de la añorada y necesaria Romania, nos parece una calamidad se mire como se mire, y entendemos que los griegos quieran reconquistar su territorio, tal y como España reconquistó el suyo, tal y como los rusos se defendieron de los tártaros. El imperialismo turco, de cariz eurasiático, ha supuesto un extrañamiento para los pueblos de herencia bizantina, e incluso también para los árabes. Y eso por no hablar del terrible holocausto armenio (y también asirio y griego) que la nación de la media luna se niega a reconocer. Gracias a Dios la España de Felipe II en el XVI y los húsares polacos de Juan Sobieski en el XVII pudieron frenar las pretensiones invasoras de una corriente peligrosísima que se enseñoreaba desde Asia Central al norte de África y los Balcanes. Vade retro! 

No estamos diciendo que haya que volver a un pasado romántico, pero Turquía siempre va a ser un problema, y no sólo para Europa. La actual nación turca es un engendro artificial resultado de la dominación de un pueblo eurasiático sobre una masa de esclavos de distintos puntos del Mediterráneo y el Cáucaso. El estado laicista de Ataturk, que llegó a cambiar el alfabeto, apenas ha mantenido el islam como foco de cohesión. La solución desde luego no es fácil, pero hay varias naciones europeas y asiáticas que están reclamando los robos de los turcos, y tarde o temprano será algo que estallará.

Y es que no todas las “vías” o “tradiciones” conectan. Por eso en Europa (que como idea no deja de ser algo moderno), siempre habrá diversos bloques, y de hecho no deja de ser saludable que así sea. Nosotros, como españoles, siempre nos sentiremos atraídos a un “bloque latino”, pero podremos colapsar con los intereses de Francia, como tantas veces nos ocurrió en el pasado. Y este ejemplo podrá valer para muchos pueblos.

Asimismo, reiteramos: Por supuesto que debe haber “políticas europeas” y que España debe tener su sitio en Europa, donde nunca dejará de tener raíces y conexiones; pero no podremos entrar mucho si antes no resolvemos nuestros Dogmas Nacionales, que empiezan en su Europa, pero que abarcan de por sí toda una geopolítica.




CONCLUSIONES

Decíamos al principio que la corriente metapolítica (o “política integral”) liderada por Alexander Duguin recibe tanto adhesiones como odios; el caso es que a nadie le deja indiferente. Se podrá pensar que somos críticos, y de hecho lo somos; pero lo somos porque nos parece un fenómeno lo suficiente fuerte e importante como para querer trabajar sobre él.

Si bien sobrevolamos por aspectos que pueden ser problemáticos, no dejamos de reconocer los muchos méritos que tiene el movimiento eurasiático. Su militancia antiabortista y antihomosexualista es muy clara, y esto no es moco de pavo. Asimismo, el movimiento eurasiático ha conseguido que muchos jóvenes que andaban en cosas raras se hayan acercado al cristianismo. Y estas cosas son muy de valorar, dada la desorientación existente en temas importantes como estos.

Otrosí, no entendemos los odios encendidos de algunos sectores que se niegan a salir de la marginalidad, o lo que es peor: La automarginalidad. Ni Duguin ni nadie es perfecto, pero reconocemos los logros: Que en relativo poco tiempo, se hayan convertido en una referencia mundial; que hayan pujado en el mundo universitario y cultural (teniendo asociaciones de estudiantes y artistas, cosa que parece imposible en España a no ser que se sea progre…); que tengan influencia hasta en los ámbitos militares… Algo están haciendo bien, sin duda. Y esto parece despertar la envidia y el recelo de quien no quiere aceptar la dificultad de la práctica y vivir toda su vida en el romanticismo infantiloide de unas teorías que reputan como infalibles pero que jamás se molestan en poner en práctica. En cambio, a día de hoy en Nueva Rusia se está peleando a muerte contra el Nuevo Orden Mundial. Y aunque desde Occidente a veces podamos no entender determinadas simbologías u otros aspectos, desde luego es de admirar que todavía en el pueblo eslavo oriental haya quien es capaz de morir por defender su patria y sus ideas, cosa que no vemos que abunde mucho en Occidente. Y como dice Duguin, acaso en Nueva Rusia se está formando el tipo de sociedad resistente que será receptiva a sus ideas, hacia la construcción de un mundo más tradicional frente a una guerra en verdad impuesta por Estados Unidos en una de las encrucijadas del Viejo Continente. 
Y bueno, para terminar: Con la humildad que viene demostrando Alexander Duguin al querer construir la Cuarta Teoría Política, no pretendemos con estos escritos establecer algo definitivo ni taxativo, válganos Dios. Simplemente nos gustaría aportarle algunos apuntes hispánicos, tanto a él como a la gente de su escuela. Porque nos interesa que cada vez haya más lazos entre las Españas y las Rusias; porque como españoles hemos estado muy acomplejados artificialmente al compararnos con nuestros vecinos y nunca nos hemos comparado con el mundo eslavo-oriental; un mundo rico y complejo, fronterizo, espiritual, que estaba ahí llamándonos; pero que por desgracia vimos como “Terra Incognita”. Y es que como decía el mentado Walter Schubart, "entre rusos y españoles no existen tan sólo semejanzas sorprendentes en la periferia de la vida, sino coincidencias en el centro del alma [...] Misión de ambos es pregonar la realidad de Dios en el mundo de lo inconsistente. Por esto hubieron de hacer penitencia ante todos los pueblos de la tierra, mediante una múltiple miseria. Cuando quede cancelada la culpa, se levantarán en el nuevo eón a una nueva grandeza y renovarán la fe en la primacía del espíritu sobre el poder, en la primacía del alma sobre la cosa". 


Seguiremos atentos a lo que viene de Rusia, y ojalá si desde Rusia se lee más sobre España, lleguemos a esa interconexión que tanta falta nos hace a los puntales de un mundo que, aun siendo viejo, tiene siempre algo nuevo que ofrecer.





FIN





NOTAS:


(15) Sobre Solzhenitsyn en España, véase:

Solyenitsin en España en 1976 - Hispanidad Futura



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