"D. Pío Moa"
Luis Gómez
Traemos en esta ocasión a la bitácora, un
artículo publicado por nuestro colaborador y amigo el profesor D. Pío Moa, el
cual, por no ser complaciente con los postulados del Sistema, es
sistemáticamente atacado, desprestigiado o silenciado por este, pero nunca
refutado con argumentos válidos o con documentación histórica.
Hoy en día está claro que el que no diga o siga a
pies juntillas los paradigmas de los amanuenses del oficialismo, tendrá por
delante un duro camino de soledad y resignación. Desde RAIGAMBGRE, todo nuestro
apoyo a los profesionales independientes, que libremente y con rigor, expresen
sus ideas y conocimientos. Dejamos la mentira
y el doblez, para el mezquino y su fiel pagador.
"Jeremy Treglown"
Dice así el artículo de D. Pío Moa:
Creado el 1
Blog
I. El enfoque marxista sigue en pie:http://www.gaceta.es/pio-moa/enfoque-marxista-sigue-pie-17102014-2159
Parece que, aparte de Franco un balance histórico que, según
Treglown “exasperó a sus opositores” — y
al propio Treglown, lo que no es de extrañar, dada la cantidad de
embustes sobre Franco en circulación desde hace décadas–, nuestro profesor ha leído De un tiempo y de un país, mis memorias de la
época de la OMLE (Organización de Marxistas-Leninistas Españoles), más tarde
PCE (r)-GRAPO. Desgraciadamente le ha pasado como con el libro anterior, sea
por mala
comprensión lectora en español o por otras causas. Así, trata de
ilustrarnos: “Algo parecido sucede con
una misión a Bilbao donde se suponía que Moa
iba a formar enlaces con ETA, pero donde descubrió que los miembros de
esta organización eran insólitamente difíciles de encontrar. En situaciones
como esta no sería extraño que hubiera sospechas de que se trataba de un espía
de la policía, pensamiento que, una vez que penetra en la mente, es difícil de
desterrar”. Al leerlo no pude menos de exclamar: “¡pero qué bellaco!”. Una bellaquería repetida recientemente
por un caradura como César Vidal y una
locuela como Pilar Urbano
(http://www.gaceta.es/pio-moa/cesar-vidal-pilar-urbano-golfos-30042014-2035).
Y obedece, con toda evidencia, a lo de
siempre: la incapacidad de refutar mis libros conduce a los ataques personales
más infames. Así están las cosas.
Aparte de eso es
obvio, una vez más, que Treglown entiende
muy mal lo que lee. Yo fui a Bilbao, como después a Vigo, no para
enlazar con la ETA sino para reorganizar los núcleos de la OMLE allí, donde
había quedado casi desmantelada. Y a eso, y no a tratar con la ETA, dediqué mi
esfuerzo, como puede comprobar quien lea la historia con honestidad y un mínimo
de comprensión lectora (tampoco hace falta demasiada, porque creo que escribo
con mucha claridad ). ¡Y este es un
intelectual de prestigio en Inglaterra, cuyo libro entiende como “muy
perspicaz” el dudosamente perspicaz Muñoz Molina!
Siguiendo con su
bellaquería, escribe Treglown: “Moa explica
que su conversión al franquismo llegó entre los acontecimientos
descritos y su tarea de escribirlos. Uno se pregunta por qué necesitó tanto
tiempo para darse cuenta de que las acciones de la OMLE y su sucesora, los
GRAPO (…) se parecían al tipo de conducta que veían mal en el otro bando”. Ante todo, yo nunca me he convertido al
franquismo ni pienso que un régimen como aquel, aunque haya sido necesario
históricamente, deba volver. La frase de
Treglown es una majadería entre muchas. A lo que me he “convertido” es a la investigación de la realidad histórica,
con datos y argumentos que ni don Jeremy ni ningún otro en España han podido
desmentir (ya vemos los “argumentos” que utilizan). En segundo lugar, las
acciones del GRAPO no tenían que ver con
la conducta del franquismo: el 90% o más del terrorismo en aquella época y en
la democracia, como en la república,
tuvo carácter izquierdista o
separatista. En tercer lugar, en España ha cambiado “de camisa” casi todo el
mundo de la política y la intelectualidad, basta consultar las hemerotecas para
comprobarlo. Pero casi nadie ha explicado el por qué de sus cambios. Yo sí lo
he hecho, en De un tiempo y de un país y en otros escritos. Por lo demás, gran
número de antiguos comunistas (Koestler es caso típico) precisaron un largo
período de reflexión para romper con una doctrina tan absorbente. Una doctrina que ha disfrutado siempre, además, de gran
número de “compañeros de viaje”, bastante más repugnantes, si es cierta la
frase de Marx :“Hay alguien más despreciable que el verdugo: el ayudante del
verdugo”. Y en España e Inglaterra ha habido y hay muchos de esos ayudantes.
Con respecto a De
un tiempo y de un país ha ocurrido un hecho revelador. La izquierda en general,
en España, veneraba a la ETA y celebraba sus asesinatos (como veneraba a Castro
o a la URSS, según puso de manifiesto el episodio Solzhenitsin). Pero el GRAPO
empezó demasiado tarde, cuando aquella oposición (comunista la única real)
vislumbraba la legalidad. Entonces los atentados del GRAPO la asustaron tanto,
por temor a que los franquistas les echaran la culpa de ellos, que inventaron
la patraña de que se trataba de una organización de “extrema derecha” o
infiltrada por la policía. Cuando quienes sí estaban infiltrados eran el PCE,
el PSOE y tutti quanti. Pues bien, el libro, que clarifica plenamente esa
cuestión y unas cuantas cuestiones más, fue acogido con el silencio. ¡Si
sabrían ellos de qué se trataba!
A Treglown, De un
tiempo…le parece “soso” y “cómico”. Está en su derecho, y más siendo tan
perspicaz como demuestra a cada paso, porque los gustos son muy personales. En
cambio al mismo Preston le pareció muy interesante en su momento (ahora quizá
diría otra cosa). El libro no está descatalogado, pero en general hay que
encargarlo en librerías o a la Editorial Encuentro
Hay algo en lo que
acierta Treglown: “La OMLE estaba frustrada
por encontrar tan poco favor popular”.
Así era. Solo que esa frustración acompañaba a toda la oposición
antifranquista. La única que podía presumir de cierta influencia popular, muy
limitada pero muy superior a los demás, era el PCE. Mas para ello llevaba actuando
desde el mismo final de la guerra civil, primero mediante el terrorismo del
maquis y después infiltrándose en los sindicatos franquistas y en la
universidad. En esta obtendría los mejores resultados, cuya influencia perdura,
también en patochadas como las de Treglown.
Y dejaremos aquí la
parte digamos personal, para entrar en
la próxima entrega en las pintorescas ideas de don Jeremy sobre el franquismo.
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