“Si creo, como fiel cristiano que soy, que el hombre fue hecho a imagen y semejanza de Dios, y redimido con la sangre de Jesucristo, claro es que he de tener respeto a las personas. Pero, ¿por qué he de tener respecto a las ideas, si son contrarias a la ley de Dios y al bien de los hombres, y malas y perversas?”
Ramón Nocedal y Romea
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