ALEXIS DE SARACHAGA Y LA RESTAURACIÓN DE LOS ARCANOS CATÓLICOS
Manuel Fernández Espinosa
El R. P. Fray Amado de Cristo Burguera y Serrano conoció a D. Alexis de Sarachaga Lubanov de Rostov en 1914, cuando el P. Burguera viajó a Francia y, después de pasar por Lourdes y París, visitó el Hieron de Paray-le-Monial. El encuentro fue providencial para el P. Burguera, al que Sarachaga instó a crear la sección española del Hieron. El P. Burguera lo intentó, pero -como dijimos en su momento- el proyecto no cuajó. No obstante, a su regreso a Valencia el P. Burguera fundó, en unos terrenos a las afueras de Sueca, el Studium Catholicum (invocando la experiencia pedagógica del P. Manjón), cuyo edificio se inauguraría en 1931; pero un valiente sermón del P. Burguera contra la II República provocó que las autoridades municipales republicanas clausuraran este centro.
Pero, ¿quién fue uno de los inspiradores más notables del P. Burguera? El inspirador de Burguera fue Alexis de Sarachaga Lubanov de Rostov, el Barón de Sarachaga. Alexis había nacido en Bilbao el 8 de noviembre de 1847, hijo de Jorge de Sarachaga Uría-Nafarrondo, militar español al servicio del principado de Baden, que solicitó pasar a la legación de San Petersburgo en Rusia. Allí conoció y se casó con la princesa rusa Katerina Lubanov de Rostov. El matrimonio se mudó a Vizcaya, donde nacieron sus tres hijos. Cuando estos quedaron huérfanos pasaron a la tutela del abuelo ruso, Alexis Lubanov de Rostov que había sido ministro de Justicia del Zar. Alexis de Sarachaga se instruyó en academia militar, como un aristócrata ruso y con los mismos hijos del Zar, posteriormente estudió ingeniería en Suiza y, más tarde, solicitó pasar a formar parte del cuerpo diplomático ruso. Había sido bautizado en la iglesia ortodoxa rusa, pero por la época en que el Zar Alejandro III lo nombró Barón de Sarachagov tuvo una experiencia mística: durante una misa ortodoxa en la catedral de San Basilio, Alexis pudo ver al Sagrado Corazón de Jesús y se convirtió a la confesión católica de sus antepasados vascos y de su ínclita antepasada Santa Teresa de Ávila.
Su catolicismo adoptó la militancia tradicionalista de Joseph de Maistre y frecuentó la amistad del aristócrata Ferdinand Eckstein (1790-1861), Barón de Eckstein, filósofo y orientalista convertido al catolicismo bajo la influencia de Friedrich Schlegel. Eckestein viajó a España y escribió, entre otros, un libro de viajes favorable a los carlistas españoles. Las coordenadas filosóficas de Sarachaga eran las del tradicionalismo europeo de la Restauración post-napoleónica y el Sagrado Corazón de Jesús era, para Sarachaga y el grupo que congregó a su alrededor en Paray-le-Monial, la clave de bóveda de toda su labor místico-intelectual. El Hieron du Val d'Or tuvo, entre sus colaboradores, a un enigmático Conde Esteban de Alcántara, también español (algunos lo hacen gallego, aunque este personaje no está suficientemente identificado), que declaraba en un artículo suyo publicado en una de las revistas del centro: "...tenemos necesidad de retornar al simbolismo que, en la primitiva Iglesia, velaba el arcano, a cuya iniciación se procedía mediante exámenes de aptitud" y "sabemos el número de mártires que rehusaron revelar el arcano, consistente en signos criptológicos. Hoy todo esto está olvidado, puesto que no existe la iniciación a las dos formas de enseñanza superior que poseen los católicos".
En la obra del P. Burguera también se aprecia esta urgencia por rescatar la olvidada "disciplina del arcano", así en su "Compendio de la Enciclopedia de la Eucaristía" llegará a escribir el valenciano:
"Según la famosa Doctrina del secreto primitivo, que obligaba a que los principales misterios del Cristianismo estuviesen ocultos a los infieles y aun a los catecúmenos, hemos de observar que subsistió por mucho tiempo en la Iglesia, de tal manera que, debido a ella, no eran conocidos de todos, tanto los lugares como los vasos sagrados eucarísticos".
Sarachaga patrocinó de su bolsillo la edificación del Hieron de Paray-le-Monial y la actividad editorial ligada a esa labor a que se consagraron los hombres y mujeres del Hieron; pues también hubo mujeres, como Madame Favre-Boissonet. El Instituto de Fastos Eucarísticos, fundado por Sarachaga, fue aprobado por S S. León XIII. El grupo también propuso unas Cátredras Eucarísticas, a las que no accedió el Papa, pero sí puede decirse en su abono que los del Hieron fueron los máximos impulsores de la canonización de Margarita María de Alacoque, transformando la Sociedad del Reino en Liga Universal de Cristo-Rey. Sin embargo, el hermetismo del Hieron du Val d'Or y el milenarismo que se acusaba en esta institución, focalizaron la sospecha de la Iglesia sobre ellos y la Iglesia terminó expulsándolos de Paray, entregando el Hieron (financiado por Sarachaga) a los jesuitas.
Entre los hombres que recibieron las enseñanzas de Sarachaga cabe mencionar al poeta lituano Oscar Vladimir Milosz, el P. Félix Anizan, amigo de René Guénon, y hasta el mismo Guénon, aunque éste siempre acusó al Barón de Sarachaga de tener demasiada fantasía. Cuando el Barón de Sarachaga falleció en Marsella, le sucedió Felix de Rosnay al frente del Hieron. Pierre Dujols du Valois pensaba que el Hieron de Sarachaga estaba vinculado a algún centro místico y oculto español (de vinculación ignaciana o anterior) y éste mismo llegó a escribir:
"Por lo tanto el Hiéron es un fracaso. Pero este ensayo se volverá a repetir bajo otra forma".
En efecto, a la luz de los resultados: con su expulsión y olvido, parece que el Hieron du Val d'Or había fracasado. Pero su actividad sirvió para revelar el Reinado Social de Jesucristo-Hostia, al que todos los trabajos de la congregación tradicionalista iban dirigidos, con el afán de promover la adoración, el conocimiento y el amor a Cristo Rey que vendría -y vendrá, sin duda- a reinar como nos está prometido.
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