Por Antonio Moreno Ruiz
Historiador y escritor
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Que un dirigente político (y hasta religioso…) vaya a hacer el paripé al Muro de las Lamentaciones en Tierra Santa, poca importancia podría tener a priori. Pero resulta que el que ha hecho este gesto ha sido Pablo Iglesias, cabeza visible de Podemos, el marxismo cultural bajo solapa del chavismo mágico que está creando amores y odios a tutiplén en España.
Una vez visto este gesto dentro del estado sionista, se vienen varias ideas, condensables en dos bloques:
-Por un lado, no se entiende ni tanto amor ni tanto odio a Podemos. No es más que un producto del sistema, un hijo muy legítimo del régimen del 78. Algunos en la universidad, cuando avisábamos de estos gérmenes, se nos tachaba de exagerados y radicales. ¿De qué se extrañan unos y otros? ¡Asuman sus consecuencias!
-El gesto del muro de las lamentaciones confirma algo que hemos sabido siempre; a saber: Que la izquierda española nunca ha sido atea, ni tan siquiera laicista: Simplemente es anticatólica. Por ejemplo: La II República le dio todo tipo de facilidades a los protestantes, a los cuales jamás molestó. En cambio, vio con regocijo toda suerte de barbaries contra edificios, religiosos y seglares católicos. Si es que es lo de siempre: Estos de Podemos ya hablan de suprimir la Semana Santa pero tienen un Círculo de Musulmanes, (liderados por el “exfacha” Yusuf Oroza, que lo mismo escribe para medios frikifachas que para los más progres del globo… ¡Eso es reciclaje y lo demás son tonterías!) y felicitan el Ramadán. Eso: Nada nuevo. Siempre tirarán contra la historia del pueblo español. Exaltarán la conquista musulmana pero deplorarán la de América para convencer a sus financiadores narco-petroleros. Y por supuesto, no van a tocar el imperialismo británico en Gibraltar, al igual que el cristinato kirchneriano nada va a hacer por las Malvinas. Y por supuesto que Pablo Iglesias ha ido a hacer el paripé a Israel. El mismo estado, por cierto, que está alentando la separación de Cataluña y al que el gobierno del PP le está dando todo. Y al final, todo queda en casa.
¿Y acaso nos parece casualidad que a entrambas orillas del Atlántico se endiose a Bolívar, aquel oligarca esclavista acomplejado, de discursos llenos de odio e ignorancia? ¿Nos parece casualidad que aunque el mismísimo Marx lo pusiera como mil trapos parezca resucitar como icono laico? ¿Es que de verdad no vemos lo ilustrativo que es todo esto; lo que supuso en el XIX y lo que va a suponer en el XXI?
En fin: Tanto los que quieren vender a estas alturas el “miedo a los rojos” (¡a buenas horas, mangas verdes!), o los que hablan de “aires nuevos” con el Coleta (ese que tiene tipo de cantaor malo), por favor, no vengan a robar a la cárcel, que esto ya está más visto que el tebeo. Podemos es más del sistema, y al sistema no se le combate con actitudes de viejas asustadas ni invocando ulteriores cabreos o supuestas y maravillosas ayudas exteriores, sino yendo a la raíz: Al liberalismo destructor, alienado, apátrida y acomplejado que, recogiendo lo peor de la Ilustración (y no lo mejor, como Cadalso o Jovellanos) y aliado al imperialismo anglosajón, impuesto siempre por golpes militares y apoyado por las oligarquías, nos está aplicando el divide y vencerás hasta volarnos en mil pedazos. La izquierda no germina sino allá donde el liberalismo ha dejado su nefasta semilla, y este auto-odio es anterior incluso al propio Gramsci al que el Coleta dice reverenciar. Por desgracia, esta onda expansiva no es nueva, reiteramos.
Así las cosas, que el ejemplo histórico de Covadonga y la resistencia de los mozárabes nos guíe, porque es donde nos encontramos. Y en todo caso, Podemos forma parte del mismo bando witiziano que el PP, el PSOE y compañía; siendo que todos se arrodillan ante quienes les abrieron las puertas de las ciudades a las huestes de Tarik Ben Ziyad. Ah, y eso sin hablar de los Oppas…
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