Por Antonio Moreno Ruiz
Historiador y escritor
Imagen de
Se dice mucho en nuestro tiempo que España tiene la generación más preparada de su Historia. No obstante, si nos ponemos a pensar detenidamente, ¿cómo es que no sale una intelectualidad como la que sí tuvo en siglos como el XVII, el XVIII, el XIX y el XX?
Mi tío Ramón, que fue al colegio en los años 40 y a posteriori no llegó a acabar la carrera de magisterio, tiene unos conocimientos de geografía, literatura, matemáticas y latín, superiores a los míos.
España, hasta finales de los 60, tenía uno de los mejores sistemas de enseñanza. Cojeaba, eso sí, en eso de aprender idiomas. Si se hubiera arreglado eso, en enseñanza hubiéramos ido cerca de Finlandia o Islandia. Y no exagero. Era un sistema que premiaba el mérito, el sacrificio, el esfuerzo y el talento, es el sistema que creó la clase media de la que adolecíamos. Con todo, ya en los años 70, todavía en el franquismo, comenzó la decadencia y hasta hoy...
Generación más preparada de la Historia… Je…
No nos damos cuenta de que, gracias al capitalismo, ha triunfado la táctica comunista de la igualdad en la miseria. Dicen que se ha expandido el conocimiento y la técnica pero sin embargo, la realidad es que todos somos más mediocres. La expansión de fenómenos como los canis nos demuestra la bajeza social a la que hemos llegado. Y no es un problema de clase o de dinero, es simplemente la pérdida de lógica y educación.
Giovanni Sartori ha hablado del fenómeno del Homo Videns como contraposición al Homo Sapiens, al hombre que es capaz de entender conceptos abstractos, al hombre que es capaz de leer y escribir. El hombre actual es capaz de ver y teclear, pero a la hora de procesar y comprender, los resultados son un dolor.(*)
Somos líderes en consumo de cocaína. En pornografía infantil estamos de los primeros. ¿Qué decir de las familias desestructuradas y los problemas inmediatos que ello acarrea? Hemos dilapidado nuestra industria, nuestra agricultura, ganadería y pesca, para convertirnos en un país de turismo y especulación ladrillera. Sí, somos la generación con más universitarios, y asimismo, la generación que ha visto cómo se degradaba más y más la universidad. Lo comido por lo servido. Y encima los universitarios están emigrando a marchas forzadas, mientras tenemos millones de extranjeros que, según la política de Aznar, vinieron para echar cemento y cerveza. Ahora, a comérnoslo todo con papas, pensando encima que hay que ver lo listos que somos y los derechos que tenemos.
(*)Véase: ANTONIO MORENO RUIZ: MIS LECTURAS: GIOVANNI ...
RAIGAMBRE
Revista Cultural Hispánica
martes, 21 de octubre de 2014
lunes, 20 de octubre de 2014
RELACIÓN DE UN EXORCISMO REALIZADO POR EL CLERO ANGLICANO EN EL AÑO 1773
"La Leyenda Negra, la crearon los enemigos de España para desacreditar los logros culturales, sociales, militares y comerciales de la España Imperial"
Luis Gómez
En el s.
XVI, España era mucha España. El resto de estados europeos la temían y la
envidiaban a partes iguales. El protestantismo y la traición, se unieron para
socavar ese poderío por todos los medios a su alcance. El infausto Antonio
Pérez, secretario que fue del muy gran rey Felipe II, puso la traición sobre la
mesa, y merced a sus contactos y al dinero de los enemigos de España, se empezó
a extender libelos e infundios sobre esa España Imperial, que las generosas
bolsas de oro de los anglicanos, capitaneados por su corona,(es decir por la “reina de los piratas”) junto con los
protestantes holandeses, franceses, alemanes e incluso el papado, y alguna que
otra ciudad italiana, abrían gustosos y despilfarraban para sufragar con
celeridad y prodigalidad los infundios y mentiras con los que socavar la
credibilidad y poderío de lo español en
el mundo. Nacía así la “Leyenda negra
española” que tan magistralmente explotarían nuestros enemigos a lo largo
de los siglos. (Para saber del traidor Antonio Pérez pincha aquí).
"Quema de las Brujas de Salem. El protestantismo asesinó a más de doscientas personas en una supuesta caza de brujas"
Pasados
los años, ya con España inmersa en plena decadencia política y militar, esa
leyenda seguiría corriendo como la pólvora por todos las partes del mundo. A
perro flaco todo serán pulgas. El daño se extendía como un cáncer por doquier,
y las mentiras sobre españoles maltratadores de indios y explotadores de
negros, corrían a golpe de doblón por todas las naciones de la época Y no sólo
merced a la propaganda de los enemigos del catolicismo y de España, sino a la
credulidad de los mediocres gobernantes españoles de esos años, que en su
inmensa mayoría tenían muy poca valía y eran peor que el peor de los cánceres
que nuestro país podía padecer, ya que ellos fueron los primeros que se
creyeron esas mentiras y las hicieron suyas, y por hacerlas suyas, las hicieron
nuestras. ¡Señor que cruz!
No en
todas partes de nuestra maltrecha España se pensaba igual, y en algunos medios
de comunicación de esa época se veían las actuaciones de la “iglesia anglicana” como un esperpento
que provocaba la hilaridad en nuestro suelo.
Esas
matanzas de brujas que tanto se ha achacado a la Inquisición española (una
niñería si se compara con las que los herejes hacían en sus territorios, donde
se mataba a toda fémina viviente sólo por sacar una escoba y barrer la puerta
de la casa) no son sino delirios y exageraciones, llevados al papel de forma
magistral, como si de una telenovela se tratase, de forma que el público, ávido
de sensacionalismo y carnaza, se tragaba con avidez. Mientras tanto, ellos, los
verdaderos carniceros y fabricantes de esclavos (de cuerpo y alma), se hacían
pasar por los buenos y puritanos en
esta película tragicómica que es la Historia.
Traemos
en esta ocasión un exorcismo realizado por los anglicanos a una pobre mujer
anciana y flaca. Lean vuestras mercedes y disfruten de cómo se las gastaban, en
el año 1773, esos que tanto nos han vilipendiado por ser los creadores de la
Santa Inquisición. En ese año del s.XVIII algunos españoles se podían reír a
mandíbula batiente al leer este suceso tan propio y frecuente por parte de los
ingleses y otros como ellos.
Dice así
la noticia que publicara el “Mercurio Histórico y Político”
"Protestantes a la caza de brujas"
"Nadie
ignora que el Clero Anglicano está desunido en orden a la Lithurgia. Los artículos relativos á hechiceros han
parecido á algunos Eclesiásticos juiciosos mui propios y oportunos para
extraviar al Pueblo, y perpetuar en él las mas absurdas preocupaciones, pero
otros (y estos componen el mayor número) no piensan del mismo modo. Un suceso;
estraño en el siglo en que vivimos, y acaecido en una Aldea del Condado de Wiír
(Wiltshire), ha apoyado la opinión de los primeros. Ve aquí el hecho. Sintióse
días pasados una mujer acometida de una calentura pútrida; Nada hai mas comun
que esta enfermedad; pero algunas amigas de la enferma, mujeres de pocos
alcances y llenas de superstición, pudiendo creer que la enfermedad fuese sospecharon
que la, enferma estaba hechizada: dixeronlo confidencialmente a sus amigas, y de
boca en boca cundió la misma voz por toda la Aldea. Los buenos aldeanos, con
curiosidad de vér una hechizada corrieron en tropel á casa de la enferma, que á
la sazon estaba delirando: y gritaba que me aboga, con lo qual, sin pararse siquiera á
dudar si hablaba de la calentura ó de la hechicera, fallaron que
indubitabiemente estaba hechizada. Quiso la desgracia que hubiese en la vecindad
una pobre vieja decrepita, que empezaba, ya a chochear, que frequentemente hablaba
sola, y se dlvertia mucho con los niños, a quienes su edad la acercaba, siendo
la vida un círculo cuyos dos extremos llegan á tocarse. Sobre esta pobre
anciana cayeran las sospechas, y á poco que se examinaron su vida y costumbres,
llegó á conviccion lo que á los principios habia sido congetura. Unos digeron
que la habian visto coger yervas, otros, que entre las gallinas que tenia habia
una negra; algunos observaron que unas veces solo se ponia una liga, y otras ninguna;
y muchos hicieron mencion de que una baca que el año anterior se habia muerto en
la Aldea, se habia parado muchas veces, antes de su enfermedad, delante de la
casa de la vieja; pruebas todas que les parecian incontestables, y según las
quales la vieja estaba convicta de sortilegio, sin necesidad de proceso, Sin
embargo las personas mas graves de la Aldea tuvieron por conveniente consultar
al Cura. Era este hombre de buena, índole, pero ignorante, y que. habia firmado
los articulos de la Lithurgia, y asi no les dixo que efectivamente la acusada
era hechicera, pero sí que él creía firmemente, y debian todos creer, que habia
hechiceras en el mundo. No necesitaron mas los aldeanos para concebir y poner
en práctica una expedicion digna de ellos. Fueronse á casa de la vieja, y habiendola
atado la condugeron á un estanque cercano, en el qual la sumergieron por tres
veces, creyendo que esta especie de bautismo la haria renunciar á todo comercio
con el diablo. La pobre muger era sumamente seca y flaca, y por consiguiente no
se fue al fondo, y este acontecimiento, que era mui natural; se tuvo por nueva
prueba de hechiceria: con todo la tropa de Aldeanos creyó deber ceñirse á esta corrección;
y habiendo desatado á la vieja, corrieron todos á casa dé la enferma, á quien
hicieron dár un baño de ciertas yervas que la credulidad mira como preservativo
contra los maleficios. Tuvo la enferma dos dias buenos despues de esta
operacion, y yá se la creyó curada y corregida la hechicera; pero al tercer dia
volvió el acceso, y la pobre vieja, á quien yá llevaban nuevamente al estanque
con una piedra atada al cuello, hubiera pagado con su vida la enfermedad de su
vecina si la Justicia, instruida del primer exorcismo, no hubiese llegado á
tiempo de impedir el segundo".
Intentan desacreditar la valía de D. Pío Moa.
"D. Pío Moa"
Luis Gómez
Traemos en esta ocasión a la bitácora, un
artículo publicado por nuestro colaborador y amigo el profesor D. Pío Moa, el
cual, por no ser complaciente con los postulados del Sistema, es
sistemáticamente atacado, desprestigiado o silenciado por este, pero nunca
refutado con argumentos válidos o con documentación histórica.
Hoy en día está claro que el que no diga o siga a
pies juntillas los paradigmas de los amanuenses del oficialismo, tendrá por
delante un duro camino de soledad y resignación. Desde RAIGAMBGRE, todo nuestro
apoyo a los profesionales independientes, que libremente y con rigor, expresen
sus ideas y conocimientos. Dejamos la mentira
y el doblez, para el mezquino y su fiel pagador.
"Jeremy Treglown"
Dice así el artículo de D. Pío Moa:
Creado el 1
Blog
I. El enfoque marxista sigue en pie:http://www.gaceta.es/pio-moa/enfoque-marxista-sigue-pie-17102014-2159
Parece que, aparte de Franco un balance histórico que, según
Treglown “exasperó a sus opositores” — y
al propio Treglown, lo que no es de extrañar, dada la cantidad de
embustes sobre Franco en circulación desde hace décadas–, nuestro profesor ha leído De un tiempo y de un país, mis memorias de la
época de la OMLE (Organización de Marxistas-Leninistas Españoles), más tarde
PCE (r)-GRAPO. Desgraciadamente le ha pasado como con el libro anterior, sea
por mala
comprensión lectora en español o por otras causas. Así, trata de
ilustrarnos: “Algo parecido sucede con
una misión a Bilbao donde se suponía que Moa
iba a formar enlaces con ETA, pero donde descubrió que los miembros de
esta organización eran insólitamente difíciles de encontrar. En situaciones
como esta no sería extraño que hubiera sospechas de que se trataba de un espía
de la policía, pensamiento que, una vez que penetra en la mente, es difícil de
desterrar”. Al leerlo no pude menos de exclamar: “¡pero qué bellaco!”. Una bellaquería repetida recientemente
por un caradura como César Vidal y una
locuela como Pilar Urbano
(http://www.gaceta.es/pio-moa/cesar-vidal-pilar-urbano-golfos-30042014-2035).
Y obedece, con toda evidencia, a lo de
siempre: la incapacidad de refutar mis libros conduce a los ataques personales
más infames. Así están las cosas.
Aparte de eso es
obvio, una vez más, que Treglown entiende
muy mal lo que lee. Yo fui a Bilbao, como después a Vigo, no para
enlazar con la ETA sino para reorganizar los núcleos de la OMLE allí, donde
había quedado casi desmantelada. Y a eso, y no a tratar con la ETA, dediqué mi
esfuerzo, como puede comprobar quien lea la historia con honestidad y un mínimo
de comprensión lectora (tampoco hace falta demasiada, porque creo que escribo
con mucha claridad ). ¡Y este es un
intelectual de prestigio en Inglaterra, cuyo libro entiende como “muy
perspicaz” el dudosamente perspicaz Muñoz Molina!
Siguiendo con su
bellaquería, escribe Treglown: “Moa explica
que su conversión al franquismo llegó entre los acontecimientos
descritos y su tarea de escribirlos. Uno se pregunta por qué necesitó tanto
tiempo para darse cuenta de que las acciones de la OMLE y su sucesora, los
GRAPO (…) se parecían al tipo de conducta que veían mal en el otro bando”. Ante todo, yo nunca me he convertido al
franquismo ni pienso que un régimen como aquel, aunque haya sido necesario
históricamente, deba volver. La frase de
Treglown es una majadería entre muchas. A lo que me he “convertido” es a la investigación de la realidad histórica,
con datos y argumentos que ni don Jeremy ni ningún otro en España han podido
desmentir (ya vemos los “argumentos” que utilizan). En segundo lugar, las
acciones del GRAPO no tenían que ver con
la conducta del franquismo: el 90% o más del terrorismo en aquella época y en
la democracia, como en la república,
tuvo carácter izquierdista o
separatista. En tercer lugar, en España ha cambiado “de camisa” casi todo el
mundo de la política y la intelectualidad, basta consultar las hemerotecas para
comprobarlo. Pero casi nadie ha explicado el por qué de sus cambios. Yo sí lo
he hecho, en De un tiempo y de un país y en otros escritos. Por lo demás, gran
número de antiguos comunistas (Koestler es caso típico) precisaron un largo
período de reflexión para romper con una doctrina tan absorbente. Una doctrina que ha disfrutado siempre, además, de gran
número de “compañeros de viaje”, bastante más repugnantes, si es cierta la
frase de Marx :“Hay alguien más despreciable que el verdugo: el ayudante del
verdugo”. Y en España e Inglaterra ha habido y hay muchos de esos ayudantes.
Con respecto a De
un tiempo y de un país ha ocurrido un hecho revelador. La izquierda en general,
en España, veneraba a la ETA y celebraba sus asesinatos (como veneraba a Castro
o a la URSS, según puso de manifiesto el episodio Solzhenitsin). Pero el GRAPO
empezó demasiado tarde, cuando aquella oposición (comunista la única real)
vislumbraba la legalidad. Entonces los atentados del GRAPO la asustaron tanto,
por temor a que los franquistas les echaran la culpa de ellos, que inventaron
la patraña de que se trataba de una organización de “extrema derecha” o
infiltrada por la policía. Cuando quienes sí estaban infiltrados eran el PCE,
el PSOE y tutti quanti. Pues bien, el libro, que clarifica plenamente esa
cuestión y unas cuantas cuestiones más, fue acogido con el silencio. ¡Si
sabrían ellos de qué se trataba!
A Treglown, De un
tiempo…le parece “soso” y “cómico”. Está en su derecho, y más siendo tan
perspicaz como demuestra a cada paso, porque los gustos son muy personales. En
cambio al mismo Preston le pareció muy interesante en su momento (ahora quizá
diría otra cosa). El libro no está descatalogado, pero en general hay que
encargarlo en librerías o a la Editorial Encuentro
Hay algo en lo que
acierta Treglown: “La OMLE estaba frustrada
por encontrar tan poco favor popular”.
Así era. Solo que esa frustración acompañaba a toda la oposición
antifranquista. La única que podía presumir de cierta influencia popular, muy
limitada pero muy superior a los demás, era el PCE. Mas para ello llevaba actuando
desde el mismo final de la guerra civil, primero mediante el terrorismo del
maquis y después infiltrándose en los sindicatos franquistas y en la
universidad. En esta obtendría los mejores resultados, cuya influencia perdura,
también en patochadas como las de Treglown.
Y dejaremos aquí la
parte digamos personal, para entrar en
la próxima entrega en las pintorescas ideas de don Jeremy sobre el franquismo.
jueves, 16 de octubre de 2014
EL ARCANO NIETZSCHE
NIETZSCHE Y LA MASONERÍA
Continuación de "El Arcano Nietzsche: Año 170 después de Nietzsche"
Manuel Fernández Espinosa
El ateísmo
de Nietzsche no fue un ateísmo cómodo. No obstante Nietzsche pasa por ser el
filósofo ateo por excelencia. En "La Gaya Ciencia" preconiza la
"muerte de Dios", pero la anuncia un loco, un demediado ante la
indiferencia de unos paseantes. En "Así habló Zaratrustra", tal vez
el libro capital de su prolífica obra, se nos presenta como "Zaratustra el
ateo". En esos escritos publicados bajo el título rimbombante de "El
Anticristo", el cristianismo -entendido como producto elaborado por San
Pablo más que por Jesús- será el objeto de sus hostiles execraciones y mofas.
Para el
Solitario de Sils Maria el cristianismo no era otra cosa que "platonismo
para plebeyos", así sentenció el filósofo alemán. Pero, aunque el
cristianismo sea la religión más denostada por el filósofo de Dionisos, el
antisemitismo, el socialismo o la masonería -movimientos y pseudorreligiones
que se agitaban en vida del filósofo- no escaparon a su juicio más severo e
implacable.
No
obstante, para los intereses anti-cristianos que tanto tienen que ver en el
diseño de la enseñanza occidental, la obra de Nietzsche, convenientemente sesgada cuando
no malentendida, sigue siendo un buen pretexto para inocular la increencia en
las mentes más jóvenes. Por sesgada y malentendida que su obra esté, hay que
admitir que también Nietzsche es una fragua que nos forja para superar el
Nihilismo. Su obra ha sido sesgada, por intereses igualitaristas. Su obra ha
sido malentendida por faltar una lectura audaz que no se conforme con la superficie,
con lo meramente manifestado por el filósofo. Es más fácil para el profesor de
Filosofía repetir lo que los manuales de texto dicen de Nietzsche que hacer la
experiencia de leerlo a fondo, de paladearlo.
Si algún
masón ha leído a Nietzsche y lo ha entendido, no dudamos que prudente y
discretamente ha pasado de largo sobre las pullas que el Maestro del Eterno
Retorno dedicó a la sociedad fraterna y filantrópica. Nosotros no queremos
pasar de largo ese episodio, puesto que, además de tratarse de una de las
dimensiones de su obra que ha pasado desapercibida, es una pieza clave para su
interpretación.
Será en una
de sus obras más importantes y más difíciles de comprender en la que podemos
encontrar todo un capítulo dedicado a fustigar a la francmasonería. Se trata
del capítulo titulado "Las tarántulas", en la II parte de "Así habló
Zaratustra".
El
propósito de este capítulo es desenmascarar a los masones. Nietzsche ha
entendido que su genuina doctrina anticristiana puede ser manipulada y
pervertida por esas "tarántulas" que nos presenta en dicho capítulo,
por eso, con previsión se apresta a corregir el rumbo. Dice el filósofo alemán:
"Amigos míos, no quiero que se me mezcle y confunda con otros"...
"Con estos predicadores de la igualdad no quiero ser yo mezclado ni
confundido".
¿Quiénes
son las "tarántulas"?
Si se tiene
en cuenta que el triángulo es uno de los símbolos de la masonería, entenderemos
atinadamente las oscuras palabras con que Nietzsche nos describe a la
"tarántula": "Negro se asienta sobre tu espalda tu triángulo y
emblema...". Si los sacerdotes cristianos son calificados como
"arañas cruceras", Nietzsche reserva para los masones el apelativo de
"arañas venenosas".
Pero
Nietzsche conoce, así nos lo dice él mismo, lo que se asienta en el alma de la
"tarántula": "venganza", porque las "tarántulas"
son, para el filósofo, no otra cosa que "predicadores de la
igualdad". Y si la "tarántula" es el masón, las "cavernas
de la tarántula" que menciona en dicho capítulo no pueden ser
interpretadas como otra cosa que las logias, los recónditos lugares de reunión
de los masones: "cavernas de mentiras", "escondrijos" de
esta especie de hombres poseídos por "la presunción" y "la
envidia", en palabras de Nietzsche. Pues, lo que late bajo la palabra
"igualdad" es "la demencia tiránica de la impotencia". Bajo
el lema "Justicia" (entendida ésta como "igualdad") las
tarántulas tienen un plan: "...que el mundo se llene de las tempestades de
nuestra venganza -así hablan ellas entre sí".
La táctica
de las tarántulas consiste en picar, punción que causa con su veneno
"vértigos a las almas". "Quieren así hacer daño a quienes ahora
tienen el poder, pues entre estos es donde mejor acogida sigue encontrando la
predicación acerca de la muerte". Las "...más secretas ansias
tiránicas se disfrazan, pues, con palabras de virtud", y aunque se llamen
a sí mismos "los buenos y los justos", solo les falta llegar al poder
para ser la peor especie de "fariseos".
Por si
ofreciera alguna duda, al término del capítulo, aludirá Nietzsche a los
constructores -la masonería operativa en la que los francmasones modernos tanto
como los masonólogos hallan el antecedente histórico de la sociedad secreta y
conspirativa: "Aquí, donde está la caverna de la tarántula, levántanse
hacia arriba las ruinas de un viejo templo -¡contempladlo con ojos
iluminados!". La predicación de la igualdad que reprocha Nietzsche a las
tarántulas contradice, según Zaratustra, la enseñanza que se desprende de la
obra constructora fabricada por los antiguos masones operativos: "¡En
verdad, quien en otro tiempo elevó aquí en piedra sus pensamientos como una
torre, ése sabía del misterio de toda vida tanto como el más sabio!". El
misterio al que alude no es otro que la desigualdad entre los hombres. Los
hombres no somos iguales.
La
igualdad, uno de los términos del trilema revolucionario de inspiración
masónica (Libertad, Igualdad, Fraternidad) es una injusticia para Nietzsche.
"Los hombres no son iguales", le dice la justicia al filósofo, según
confiesa éste. Los hombres no somos iguales, y hacer iguales a los
voluntariosos y pujantes con los que no lo son es una auténtica injusticia:
"Igual que aquí bóvedas y arcos divinamente se derrumban, en lucha a brazo
partido; igual que con luz y sombra ellos, los llenos de divinas aspiraciones
se oponen recíprocamente".
Hay que
entender, pues, que la masonería y sus ideales -su "credo"- por
anticristianos que sean, no son para Nietzsche otra cosa que excrecencias de la
"moral de esclavos", la que ha sido producida por el resentimiento y
el error metafísico del que son culpables originales Sócrates y Platón, incluso
Eurípides con su celo por racionalizar la tragedia griega.
SECTARISMO DE NIETZSCHE
No
obstante, algunos autores han apuntado el sectarismo de Nietzsche. Parece cierto
que en su juventud, al calor de la filosofía de Schopenhauer, Nietzsche aspiró
a estructurar una sociedad similar a la masonería, pero dotada de un contenido
muy distinto.
Así lo
revela en carta a su amigo Gersdorff, el 6 de abril de 1867: "No hace falta
decirte cómo me alegro contigo cuando descubres a alguien que comulga con
nuestras ideas, sobre todo si es además tan inteligente y digno de aprecio como
Krüger. Nuestra masonería aumenta y se extiende, aunque sin insignias,
misterios ni fórmulas de credo".
En otros
testimonios epistolares Nietzsche expresa su voluntad de formar una secta, para
ello evoca la escuela pitagórica: "Pitágoras fundó una orden para
escogidos, una especie de orden de templarios". Esta secta filosófica
tendría unos fines muy definidos: "Quiero fundar una nueva casta: una liga
o comunidad de seres superiores a la que los espíritus y las conciencias
acosadas puedan solicitar consejo; seres que no sólo sepan vivir, como yo
mismo, más allá de los credos políticos y religiosos, sino que hayan superado
también la moral".
Este anhelo
por constituir una comunidad iniciática no puede entenderse sin que nos hagamos
cargo de la tremenda soledad en que se vio inmerso el Solitario de Sils-Maria.
Siempre buscó este hombre atribulado la compañía que le fue negada.
Sus
rupturas con Wagner, con Paul Ree, con Lou Andreas Salomé le granjearon las
peores penalidades espirituales, dejando en su alma sensible indelebles
secuelas. Y en el caso de los amigos con los que no rompió sería la distancia
la que impidiera la comunión tan ansiada, así le ocurrió con el matrimonio
Overbeck y, en cierta medida, también con el músico Köselitz. La soledad le
hizo sufrir indeciblemente, y no parece que pudiera mitigarla hallando refugio
en la compañía esporádica y superficial que le pudieran brindar los inquilinos
de las pensiones en las que vivía o las excepcionales visitas a las que honraba
recibiendo por temporadas. Esa soledad que le acompañó durante toda su vida
encontró un alivio, por imaginario que fuera, en la idea de crear esa comunidad
selecta.
Pero una
cosa es querer fundar una hermandad de hombres superiores y otra muy distinta
adherirse a una sociedad discreta que promueve la "igualdad".
¿Nietzsche
... masón?
Su
concepción de la vida se lo impedía.
miércoles, 15 de octubre de 2014
EL ARCANO NIETZSCHE
AÑO 170 DESPUÉS DE NIETZSCHE
Manuel Fernández Espinosa
Hoy, 15 de octubre, se cumplen 170 años del nacimiento de Nietzsche en Röcken. Con el paso del tiempo su figura controvertida ha ido agigantándose. Sus frases más lapidarias y dinamiteras están en boca de muchos, aunque no todos saben su procedencia y menos son los que están en condiciones de entenderlas en su justeza.
Los furibundos ateos encuentran en un Nietzsche fragmentario y fragmentado la munición suficiente para cargar contra Dios y contra las creencias, especialmente contra el cristianismo. Pero, ¿leyeron a Nietzsche? En "Humano, demasiado humano", Nietzsche nos dice a todos: "Hay que haber amado la religión y el arte como se ama a una madre y a una nodriza, pues de lo contrario no se alcanza ninguna sabiduría". Es posible que los ateos que citan a Nietzsche con la frivolidad de quien no lo haya leído a fondo estén interesados en demoler la religión (y, repetimos, especialmente el cristianismo), pero -si hacemos caso a Nietzsche- en eso de la sabiduría no parecen mostrarse muy interesados cuando denigran y envilecen la religión (y, volvemos a repetir, especialmente la cristiana).
En el campo de los creyentes (y, sobre todo, en los cándidos e iletrados cristianos) Nietzsche levanta ampollas. Sin haberlo leído, han oído hablar de Nietzsche y su corazoncito (tan reblandecido por el cristianismo laxo y sentimental que cunde después del Concilio Vaticano II) reacciona contra Nietzsche. Nietzsche no era más que un loco -hemos oído decir; y se creerán que con semejante argumento ad hominem han neutralizado la filosofía nietzscheana. O todavía peor resulta aquella leyenda urbana que algunos cuentan por ahí y que, sea o no cierta, da idea de la capacidad intelectual de algunos piadosos creyentes. Me refiero a esa anécdota que cuenta que en cierta universidad (puede variar la localización), un estudiante anónimo escribió en una pared: "Dios ha muerto"/Firmado: Nietzsche)" y poco después, otro escritor rupestre respondió escribiendo debajo: "Nietzsche ha muerto"/Firmado: Dios". Es muy probable que el vándalo que escribió el "Dios ha muerto", invocando la autoridad filosófica de Nietzsche, no hubiera leído a Nietzsche y lo escribiera con el propósito de provocar y escandalizar (como al mismo Nietzsche le gustaba hacer); pero del cristiano que le contestó al ateo sí podemos asegurar que, aunque hubiera leído a Nietzsche, no entendió nada.
Pero, reuniendo todas las frases, anécdotas y leyendas urbanas que sobre Nietzsche corren por ahí, podríamos aseverar que el filósofo alemán podría darse por satisfecho. Si en vida apenas vendía sus libros (algo que también le había pasado a su admirado Arthur Schopenhauer), Nietzsche empezó a popularizarse una vez que se sumió en la demencia. Mucho tuvo que ver su hermana Elisabeth Förster-Nietzsche en la propagación de su obra, acompañada de toda una promoción de la figura del hadario filósofo, convertido en personaje legendario. En Alemania, el autor adquirió la categoría de icono como crítico de la cultura, se le leía (mucho más que ahora) y se le tomó como fuente de inspiración para piezas sinfónicas (Richard Strauss, Gustav Mahler), cuadros (Edvard Munch), esculturas (Max Klinger)... Fue el filósofo de cabecera de Thomas Mann, de Hermann Hesse o de Ernst Jünger, éste le apodaba cariñosamente "Der Alte Pulverkopf" (el viejo Cabeza de Pólvora). Podríamos decir que Nietzsche tuvo que volverse loco para convertirse en el mentor de la juventud alemana y, más tarde, en una figura de referencia para la juventud rebelde de toda Europa y de todo el mundo. En España su recepción fue temprana y su legado, aunque eclipsada su hegemonía por Karl Marx durante cierto tiempo, se perpetúa. Sobre este asunto escribió un enjundioso libro D. Gonzalo Sobejano: "Nietzsche en España (1890-1970)". Ni nuestros socialistas escaparon a los efluvios nietzscheístas. El gran intelectual socialista que por desgracia anda tan olvidado en sus propias filas, D. Fernando de los Ríos, en una de sus estancias en Alemania, logró visitar a la hermana de Nietzsche y pudo hablar con ella.
Pero una cosa es la fama de un autor y otra cosa es haberlo comprendido. Podríamos decir más todavía: cuanta más fama envuelve a un autor, más difícil es penetrar en su obra. Y podemos decir que a Nietzsche no se le ha leído todavía, al menos no se le ha leído como merece ser leído. Y, en estos 170 años de Nietzsche, pocos lo han leído, con la audacia y la perspicacia con que lo hizo Martin Heidegger que, sin ninguna duda, es uno de los mejores intérpretes de su compatriota.
170 años después del nacimiento de Nietzsche podríamos decir que Nietzsche sigue siendo un gran desconocido. No nos dejemos encandilar por todo lo que se dice sobre él, tampoco nos dejemos escandalizar por sus provocaciones. La ingenuidad es la peor de las condiciones con las que se puede afrontar a Nietzsche. Y tan perniciosa es la ingenuidad del ateo que lo celebra por hacerse la idea de estar ante un semejante tan burdo como él, como no menos ridícula resulta la ingenuidad mojigata del cristiano que lo aborrece. Ninguno de ambos lo han descifrado.
Otro día podríamos hablar sobre la herencia de Nietzsche. Pero no quería dejar pasar esta fecha de hoy, 15 de octubre de 2014, cuando se cumple este 170 aniversario.
domingo, 12 de octubre de 2014
Unamuno y Ganivet
"Unamuno. Retrato de su época en la Residencia de Estudiantes"
Luis
Gómez
Traemos
en esta ocasión un artículo que hizo para la revista Mundo Gráfico, el periodista José Montero Alonso, publicado en
agosto de 1934. En él, el autor narra de manera vívida y clara la anécdota
sobre Ganivet y Unamuno cuando ambos, en Madrid, coincidieron para opositar a
la cátedra de griego, Unamuno para la de Salamanca, y Ganivet para la de Granada.
Se
titula así el artículo de José Montero:
Cuando
don Miguel hizo oposiciones a la cátedra en que ahora cesa La amistad con Ganivet,
la horchatería de la Carrera de San Jerónimo y las ranas que Unamuno pintaba sobre
la mesa del café.
Por imperativo de la Ley es ahora
jubilado don Miguel de Unamuno. La cumbre magnífica de sus setenta años mana,
con arreglo a esa Ley. El término de su vida de profesor universitario durante
más de cuarenta años don Miguel ha explicado griego en su cátedra de la
Universidad de Salamanca. Cuarenta años en los que su palabra tajante, ágil y
viva ha ido mostrando ante muchachos, que todos los años se renovaban, la piel
y el alma del lenguaje. Una labor fervorosa, entrañable, porque en él, inextinguiblemente,
todo es fervor y entraña.
Don Miguel gano en 1891 esa cátedra
de la que ahora sale, al cabo de cerca de medio siglo Una España y un Madrid
profundamente distintos a los de ahora. Aquella fecha es histórica en la vida
del escritor, no sólo porque ella se incorpora a la cátedra, sino porque es también
cuando hace amistad con aquella otra figura, gloriosa que se llamó Ángel Ganivet
Las dos vidas- -distintas antes y después— se cruzan en aquel instante, al
calor de las oposiciones que los dos muchachos están haciendo a cátedras
universitarias. Pasada aquella hora de convivencia, cada uno sigue su ruta, y
sólo al cabo de unos años el lazo epistolar les acerca de nuevo.
"Ángel Ganivet"
UN CARNAVAL Y
UNAS OPOSICIONES
El Carnaval de 1891 Ángel Ganivet
acude a un baile de máscaras en el Teatro de la Zarzuela. Traba conversación
con una máscara de capuchón negro con notas rojas. La mujer le interesa. Logra
el muchacho que la máscara se descubra: una fina belleza, que hace más viva la
naciente pasión de Ganivet. Ella es Amalia Roldán, que .será desde entonces
amor y tortura del escritor; que será, siete años después, la razón de su
muerte, allá, en las aguas heladas del Duina.
Convivían en Ángel Ganivet, aquellos
meses primeros de 1891, el amor por la mujer conocida en un baile de máscaras y
la desgana hacia su trabajo, hacia su profesión. El era entonces archivero, con
destino en !a biblioteca agrícola del Ministerio de fomento. Esto no le
gustaba, pero no sabía tampoco qué era lo que le gustaba en verdad. Fue luego,
durante algún tiempo, pasante en el billete de un ex ministro. Pero tampoco,
tampoco...
Pensó entonces ser catedrático. Es taba
vacante precisamente la cátedra de griego en la Universidad de Granada. Ganivet
se preparó apresuradamente en veinte días. Aquellas horas alegres de primavera
madrileña— Ganivet tenía entonces veinticinco años—habían de quedar a un lado,
vencidas por los libros. Otras oposiciones se estaban celebrando al mismo tiempo:
las de la cátedra de griego de la Universidad de Salamanca. Aspiraba a la plaza
d o n Miguel de Unamuno, un año mayor que Ganivet.
El tribunal encargado de juzgar las dos oposiciones estaba presidido por don Marcelino
Menéndez y Pelayo.
"Unamuno con apenas veinte años de edad"
EL TRIUNFO DE UNAMUNO Y LA DERROTA DE GANIVET
Así se conocieron Unamuno y Ganivet.
Los ejercicios de las dos oposiciones se celebraban separadamente. Ganivet presenciaba
los ejercicios de la oposición de Unamuno y, a la inversa, Unamuno asistía a
los de Ganivet. Mayo y Junio en Madrid: días claros, verbenas, toros. Los dos
muchachos se estimaban cordialmente. Se reunían a diario, después de almorzar,
en el café. A media tarde, cuando ya hablan acabado los ejercicios, marchaban a
tomar helados a una horchatería que había en la Carrera de San Jerónimo.
Luego, al Retiro. Don Miguel hablaba y hablaba. Era comunicativo y vivaz.
Ganivet era más callado, menos polemista. Sólo al cabo del tiempo se entregaba a la efusión.
Acabaron las oposiciones. Unamuno
ganó su cátedra de Salamanca, pero Ganivet no obtuvo la de su Granada. Le había
vencido—limpiamente —don José Alemany, Y Ganivet, frustrado aquel camino,
comenzó a pensar en otra cosa, en las oposiciones al Cuerpo Consular. Comenzaron
para los dos caminos distintos. Marchó Unamuno a su cátedra de Salamanca, y
Ganivet, ganadas las nuevas oposiciones, marchó a Amberes. Aquella amistad de
los veinticinco años fue quedando lejos. Hasta que unos años más tarde, cuando
publicó el escritor granadino su Idearium español, don Miguel recordó al
amigo y compañero de los días de oposición. Le recordó unido a aquellas horas
felices e ilusionadas de 1891 en Madrid. Recordó su rostro y sus palabras y sus
silencios.
Entre esos recuerdos, trazados ya
con perfiles borrosos en la memoria de don Miguel, estaba el de lo que Ganivet
le había contado un día sobre curiosidades y pintoresquismos de los gitanos de
Granada. Al conjuro de la amistad avivada, Unamuno escribió a su compañero de
oposiciones una carta, con la que se inició un interesante epistolario entre
los dos escritores. En una de esas cartas, Ganivet citaba, entre sus recuerdos
de don Miguel, el de las ranas que el futuro profesor dibujaba con lápiz sobre
el mármol de la mesa del café. «Una vez me pintó usted una rana con tan
consumada maestría que no la he podido olvidar: aun la veo que me mira
fijamente, como si quisiera comerme con los ojos saltones...»
"Unamuno cuando era rector de la Universidad de Salamanca"
DOS LIBROS.
Esa amistad, nacida al calor de unas
oposiciones a cátedras iguales, en 1891, y renovada en 1897, no tiene sólo un valor
anecdótico, de fecha biográfica. Hay en ella, en la coincidencia de los dos
nombres gloriosos, algo más hondo.
Ganivet publica en 1897 su Idearium
español: la preocupación de España, la busca apasionada de la verdad y del camino
de España. Pero dos años antes don Miguel de Unamuno ha publicado sus ensayos
de En torno al casticismo: también la preocupación de España. «Es decir—ha
escrito Unamuno- , que .si entre Ganivet y yo ha habido influencia mutua, fue mucho
mayor la mía sobre él que la de él sobre mí.» Hay un indudable nexo entre los
dos libros, cercanos a la fecha dramática
del 98. (En ese noventa y ocho de soldaditos a Cuba, de fiebre amarilla,
de derrota y de inconsciencia, Ganivet se suicida arrojándose al Duina.) De
aquella amistad nacida en los días en que don Miguel ganó la cátedra que deja ahora;
de todo lo que sugiere el nombre y el tiempo de Ganivet, habrá hoy un recuerdo
emocionado en la frente del escritor insigne.
Por sus últimos días de profesor universitario
cruzará la sombra melancólica de aquellas
horas en que los dos opositores charlaban juntos en el café o en aquella
horchatería de la Carrera de San Jerónimo.
JOSÉ
MONTERO.
sábado, 11 de octubre de 2014
MASCOTAS Y ANTITAURINOS
Por Antonio Moreno Ruiz
Historiador y escritor
Imagen de www.tumblr.com
Cuando el escritor inglés Gilbert Chesterton exponía en sus historias a plausibles vegetarianos violentos, era tachado de exagerado. Entre el siglo XIX y el siglo XX eso no era contemplado ni de lejos. Como mucho, el “vegetarianismo” era visto como una extravagancia inofensiva. Así también pasó con el anarquismo, y tal vez hoy con el islamismo. Y, como se dice en mi tierra, no pasa nada hasta que pasa.
El caso es que en nuestro tiempo, donde el infanticidio se considera un derecho, donde la gente está pendiente de un pulpo para ver qué selección gana el partido de fútbol y donde nos creíamos que el 21 de diciembre de 2012 se iba a acabar el mundo porque hubo quien dijo que eso es lo que predijeron hace muchísimo tiempo los mayas… En fin, en este mundo que encima creemos desarrollado y civilizado, ha entrado desde hace no mucho tiempo una supuesta fiebre animalista que acaba mezclando churras con merinas. Es tragicómico, porque de seguir así, dentro de poco los taurinos serán considerados unos terroristas. Y los que gustamos de comer carne, -así como los carniceros- seremos considerados unos sádicos. Tampoco se librarían los aficionados a la pesca. Y como todo se prohíbe, acabaremos en la cárcel. O en el campo de concentración, quién sabe. En nombre de la libertad, la igualdad y la fraternidad que fueron cimentadas por la guillotina, faltaría más.
Pero, y en toda esta onda expansiva, ¿qué diremos de las mascotas?
Yo, que soy de zona rural, he visto como siempre se ha tenido perros y gatos. Pero normalmente, el hábitat del perro y del gato, como el de la mayoría de los animales domésticos (A excepción de ciertos pájaros más o menos cantores), era el del corral. Tenían su función hacia la casa pero quiera que no, su sitio estaba más en consonancia con su hábitat natural. Ahora no hay corrales, entonces, por esta lógica que se dice animalista…. ¿Colegiremos que los que tienen mascotas pueden ser considerados carceleros que encierran a los animales en contra de su voluntad? ¿Qué son personas que encarcelan a los animales para regodearse en su capricho de cariño burgués? Si todo son “derechos”, claro, ¿por qué privar al animal? Digo, si hablamos tanto de “sufrimiento”, entonces…. ¿Por qué no autorizar la zoofilia, siempre y cuando sea consentida por el animal? ¿Por qué no le puede quedar una pensioncita al cónyuge de una burra? Dirán que es que los animales no saben contestar…. Entonces, ¿cómo sabemos si sufren? ¿Alguien les ha preguntado?
Y es que el problema no son los pobres y admirables animales. Ni tampoco la sufrida naturaleza, cada día más maltratada por tirios y troyanos sin que nadie haga nada real por preservarla. El problema es la estupidez, y más concretamente, la estupidez que viene abanderada por la progresía, la misma que nada dijo ni nada hizo con las barbaridades antiecológicas que propiciaron las dictaduras comunistas. Todavía está reciente Chernobyl como para que ahora venga el mutado rojerío con estas incoherencias y tonterías que ningún verdadero amante de la naturaleza –entre los que me incluyo- puede tomarse en serio.
En el mundo moderno nos educan para que expulsemos la trascendencia, la sacralidad, de toda nuestra vida. Y sin trascendencia no hay nada. La misma naturaleza pierde su bello, hermoso y grato sentido. Por eso se caen en tantas anormalidades.
Y habrá quien encima se crea un pagano redivivo…. ¿Desde cuándo los diferentes paganismos abogaron por el “ecologismo”? Los romanos, para fundar una ciudad, sacrificaban un par de águilas. De ellas extraían sus vísceras y según lo que saliera, seguían o no, iban en una dirección u otra. Y a todo hay que buscarle una especie de origen remoto y mítico, cuando en realidad es que procede de un presente mediocre.
Y es que al final, los vegetarianos también caerán. ¿O acaso no sufre la planta que es arrancada del suelo? ¿No es un ser vivo? ¿O es que un toro es más ser vivo que una lechuga?
¿Y por qué deberíamos hablar de “malas hierbas”? ¿No sería racismo?
Todo es posible para nuestro mundo de mascotitas. No obstante, lo claro es que los supuestos animalistas y los financieros tienen clara una cosa: El que está de más en este mundo es el ser humano. Así que apretémonos los machos.
Historiador y escritor
Imagen de www.tumblr.com
Cuando el escritor inglés Gilbert Chesterton exponía en sus historias a plausibles vegetarianos violentos, era tachado de exagerado. Entre el siglo XIX y el siglo XX eso no era contemplado ni de lejos. Como mucho, el “vegetarianismo” era visto como una extravagancia inofensiva. Así también pasó con el anarquismo, y tal vez hoy con el islamismo. Y, como se dice en mi tierra, no pasa nada hasta que pasa.
El caso es que en nuestro tiempo, donde el infanticidio se considera un derecho, donde la gente está pendiente de un pulpo para ver qué selección gana el partido de fútbol y donde nos creíamos que el 21 de diciembre de 2012 se iba a acabar el mundo porque hubo quien dijo que eso es lo que predijeron hace muchísimo tiempo los mayas… En fin, en este mundo que encima creemos desarrollado y civilizado, ha entrado desde hace no mucho tiempo una supuesta fiebre animalista que acaba mezclando churras con merinas. Es tragicómico, porque de seguir así, dentro de poco los taurinos serán considerados unos terroristas. Y los que gustamos de comer carne, -así como los carniceros- seremos considerados unos sádicos. Tampoco se librarían los aficionados a la pesca. Y como todo se prohíbe, acabaremos en la cárcel. O en el campo de concentración, quién sabe. En nombre de la libertad, la igualdad y la fraternidad que fueron cimentadas por la guillotina, faltaría más.
Pero, y en toda esta onda expansiva, ¿qué diremos de las mascotas?
Yo, que soy de zona rural, he visto como siempre se ha tenido perros y gatos. Pero normalmente, el hábitat del perro y del gato, como el de la mayoría de los animales domésticos (A excepción de ciertos pájaros más o menos cantores), era el del corral. Tenían su función hacia la casa pero quiera que no, su sitio estaba más en consonancia con su hábitat natural. Ahora no hay corrales, entonces, por esta lógica que se dice animalista…. ¿Colegiremos que los que tienen mascotas pueden ser considerados carceleros que encierran a los animales en contra de su voluntad? ¿Qué son personas que encarcelan a los animales para regodearse en su capricho de cariño burgués? Si todo son “derechos”, claro, ¿por qué privar al animal? Digo, si hablamos tanto de “sufrimiento”, entonces…. ¿Por qué no autorizar la zoofilia, siempre y cuando sea consentida por el animal? ¿Por qué no le puede quedar una pensioncita al cónyuge de una burra? Dirán que es que los animales no saben contestar…. Entonces, ¿cómo sabemos si sufren? ¿Alguien les ha preguntado?
Y es que el problema no son los pobres y admirables animales. Ni tampoco la sufrida naturaleza, cada día más maltratada por tirios y troyanos sin que nadie haga nada real por preservarla. El problema es la estupidez, y más concretamente, la estupidez que viene abanderada por la progresía, la misma que nada dijo ni nada hizo con las barbaridades antiecológicas que propiciaron las dictaduras comunistas. Todavía está reciente Chernobyl como para que ahora venga el mutado rojerío con estas incoherencias y tonterías que ningún verdadero amante de la naturaleza –entre los que me incluyo- puede tomarse en serio.
En el mundo moderno nos educan para que expulsemos la trascendencia, la sacralidad, de toda nuestra vida. Y sin trascendencia no hay nada. La misma naturaleza pierde su bello, hermoso y grato sentido. Por eso se caen en tantas anormalidades.
Y habrá quien encima se crea un pagano redivivo…. ¿Desde cuándo los diferentes paganismos abogaron por el “ecologismo”? Los romanos, para fundar una ciudad, sacrificaban un par de águilas. De ellas extraían sus vísceras y según lo que saliera, seguían o no, iban en una dirección u otra. Y a todo hay que buscarle una especie de origen remoto y mítico, cuando en realidad es que procede de un presente mediocre.
Y es que al final, los vegetarianos también caerán. ¿O acaso no sufre la planta que es arrancada del suelo? ¿No es un ser vivo? ¿O es que un toro es más ser vivo que una lechuga?
¿Y por qué deberíamos hablar de “malas hierbas”? ¿No sería racismo?
Todo es posible para nuestro mundo de mascotitas. No obstante, lo claro es que los supuestos animalistas y los financieros tienen clara una cosa: El que está de más en este mundo es el ser humano. Así que apretémonos los machos.
jueves, 9 de octubre de 2014
LOS LAUBURUS EN EL REINO DE JAÉN
LAS ESVÁSTICAS CURVAS EN JAÉN: UNA APROXIMACIÓN
Por Manuel Fernández Espinosa
Vaya por delante la expresión de mi gratitud a los amigos comprovincianos que me han ayudado a documentar gráficamente este artículo: D. Rafael Galiano Puy, José Manuel Marchal, José Quesada Martínez y Luis Gómez López, todos ellos amantes de nuestra Historia, de nuestro Patrimonio y de nuestra Tradición.
Uno de los símbolos más universales es la llamada “esvástica”.
Los tratadistas la consideran una de las muchas formas de cruz, entre las que
podrían enumerarse la latina, la griega, la decussata, la patriarcal, etcétera.
Pero el hecho es que la “esvástica” no sólo se ha empleado en el contexto
simbólico del cristianismo (a partir del siglo III) sino que pueblos y culturas
de Extremo Oriente y hasta de la América precolombina, anteriores al
cristianismo, han empleado esta forma que, según René Guénon, es “una de las
formas más relevantes de lo que hemos llamado cruz horizontal, es decir, la
cruz trazada en el plano que representa un cierto estado de existencia” (1).
La esvástica también recibe el nombre de “cruz gamada” o “gammadion” debido a que, siendo
cruz de cuatro brazos (tetrakelion), puede formarse uniendo cuatro letras gamma.
La mayor parte de los estudiosos coinciden en que la
esvástica es un símbolo solar. Ludwig Müller pensaba que era el símbolo del
dios supremo en la Edad del Hierro. Mackenzie la relaciona con el periodo de la
agricultura y con los cuatro puntos cardinales. Schneider sostenía que esta
figura representa la sucesión de las etapas de la vida y el más arriba
mencionado René Guénon se desmarcaba de todas estas interpretaciones, aportadas por
historiadores y estudiosos de las religiones, tildándolas de “fantasiosas”, pues entiende que no hay que hacer de la esvástica un signo exclusivamente solar. Para
Guénon la esvástica hay que relacionarla con el movimiento, pero “no se trata
de un movimiento cualquiera, sino de un movimiento de rotación que se realiza
alrededor de un centro o de un eje inmutable; el elemento esencial al cual se
refiere directamente el símbolo en cuestión, repetimos, es el punto fijo” (2).
Por eso Guénon ve en la esvástica el “signo del Polo”.
En el cristianismo aparece tempranamente. En el primitivo arte
funerario cristiano las cruces no proliferan. Comentando la
iconografía y la simbología de las catacumbas un especialista como Monseñor
Eduardo Junyent nos revela que “No abunda en el primitivo arte sepulcral la
expresión del símbolo de la cruz como señal de Cristo, aunque se ofrecen
algunos casos raros en los que se identifica este símbolo en la figura del
tridente, en la llamada cruz esvástica…” (3).
Con anterioridad a la cristianización de la Península
Ibérica, la esvástica sí parece ser símbolo extendido entre los celtíberos;
notable es el caso de las representaciones de la esvástica en la cerámica
numantina: “En la cerámica de Numancia aparece el disco radiado, al igual que
esvásticas o cruces” –refiere J. M. Blázquez (4).
En Vasconia también encontramos la esvástica en las estelas
funerarias de época romana, aunque tampoco faltan otras representaciones que se
asimilan a la esvástica de cuatro brazos, como son la rueda de radios curvos. La
esvástica vasca que todavía pervive es un tetrakelion de brazos curvos y recibe el nombre eusquérico de “lauburu” (cuatro cabezas). El símbolo del “lauburu”
pervive todavía entre los vascos que han sabido conservar sus tradiciones mejor
que otros pueblos ibéricos actuales. El “lauburu” no estaba confinado a las provincias
vascongadas y Navarra, sino que desde tiempos inmemoriales se difundió por toda
la península ibérica, pudiéndose hallar “lauburus” en los hórreos asturianos y
gallegos, también por Aragón en donde es llamado “quatrofuellas” y, cuando tienen más de
cuatro brazos, se les llama “religadas”.
Aunque su simbolismo es tan remoto y se vincula con el
simbolismo del centro inmóvil alrededor del cual gira todo, la esvástica curvilínea
ibérica adquiriría el valor simbólico de Cristo como centro del universo. Es
por eso por lo que la podemos encontrar plasmada en templos cristianos de
factura románica y gótica; no sólo ocurrió en Hispania, la “Cruz del Verbo”,
formada por cuatro “gammas” (cada una de las cuales representa a uno de los
cuatro evangelistas) es la versión geométrica del tetramorfos, donde Cristo ocupa el
centro y los cuatro evangelistas cada uno de los cuatro brazos. Sin embargo, con el tiempo, el símbolo del “lauburu” va desapareciendo
del contexto arquitectónico religioso y “en muchos casos es un simple motivo de
decoración”, según nos dice el Padre José Miguel de Barandiarán (5), aunque
el mismo antropólogo vasco no dejará de recordar su carácter sagrado. La misma suerte correría la esvástica en otras
latitudes, como ocurre en Lituania y Curlandia, en donde los campesinos dibujaban
este símbolo en sus casas a manera de talismán protector.
LAUBURUS EN EL REINO DE JAÉN
Después de esta introducción general, nos concentramos en la
profusión de “lauburus” en la actual provincia de Jaén. En la mitad norte de la
península, la presencia de esvásticas curvas es muy antigua (Numancia) y se
halla en tierras asturianas, gallegas, castellanas y aragonesas. En Vascongadas
no solo se conservan monumentos arqueológicos, sino que goza de total vigencia en
la actualidad siendo uno de los símbolos identificativos de la cultura eusquérica. En
cambio, un hecho menos conocido es la presencia de “lauburus” en Andalucía y,
para ser más precisos, en la provincia de Jaén.
En una superficial investigación hemos podido hallar varios
ejemplares de “lauburus” dispersos por la provincia jiennense y de diversa
antigüedad y función. Vamos a comentarlos aunque sea someramente:
LAUBURU EN HUELMA
Ubicada en el este de la provincia, a unos 50 kilómetros de
la capital, Huelma es un municipio de considerable antigüedad, reconquistado
por Don Íñigo López de Mendoza, el célebre Marqués de Santillana, famoso en la
literatura por sus “serranillas” y por su vinculación con la escuela alegórica de
Dante. La concepción de la primera fase de la construcción de la iglesia
parroquial de la Inmaculada Concepción de Huelma parece que se debe a Diego de Siloé,
interviniendo en su edificación Francisco del Castillo el Viejo y Domingo de Tolosa; más tarde, en 1559 se haría cargo de las obras Andrés de Vandelvira y, tras la muerte del maestro Vandelvira, retomaría las obras
de la misma Francisco del Castillo el Mozo, hijo de Castillo el Viejo. El “lauburu” que encontramos en Huelma puede verse en la clave del
dintel de una casa antigua todavía en pie, en lo que se llama hoy la Avenida de Andalucía, pero el emplazamiento corresponde, según Ángel del Moral, a lo que se llamaba
en el callejero la Calle Maestre Domingo. Todo hace suponer que el Maestro
Domingo que daba nombre a la calle en que se alza esta casa era el Maestro
Domingo de Tolosa, pudiendo tratarse de la misma casa del maestro cantero. No
sería de extrañar que este cantero que, como hemos dicho más arriba, trabajó
con Francisco del Castillo en la erección de la parroquia huelmeña, decorara el
dintel de su puerta con un “lauburu”, dado que el Maestro Domingo de Tolosa era
guipuzcoano.
LAUBURU EN VALDEPEÑAS DE JAÉN
Otro “lauburu” podemos contemplar en la bóveda de la tercera
nave de la Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol de Valdepeñas de Jaén.
Valdepeñas de Jaén fue fundada en 1539 siendo poblada en un primer momento por
un contingente de colonos procedentes del servicio palaciego de Carlos I de
España y V de Alemania, también vendrían a poblarla vecinos de otras localidades del Reino de
Jaén: de Jaén capital, de Torredelcampo, de Jamilena, etcétera y no serían pocos los vascos que se asentaran en ella a juzgar por los apellidos de aquella época de fundación. Las bóvedas, nos informa
José Manuel Marchal, se terminaron a mediados del siglo XVII y la bóveda en la
que podemos contemplar el “lauburu” tuvo que acabarse de hacer el año 1650, siendo
prior Cristóbal Ruiz de Villaviciosa.
LAUBURUS EN EL MONASTERIO DE NUESTRA SEÑORA DE LA ESPERANZA
DE BARRANCO CAZALLA
Sabemos por las investigaciones de D. Rafael Galiano Puy que
este lugar de Cazalla era un castillo que fue reconquistado por Fernando III el
Santo el año 1244, con Pegalajar y Mata Begig. El castillo de Cazalla (también
Caztalla) pasaría a manos del Obispo de Jaén, por concesión de Alfonso X el
Sabio. En el siglo XVI aquel paraje se había convertido en una cortijada,
siendo propiedad de Don Rodrigo Ponce de León, vecino de Jaén. En un barranco
llamado Almonester, próximo a Cazalla, se erigiría un monasterio que,
ocupándolo los agustinos, sería conocido como Monasterio de Nuestra Señora de
la Esperanza; era el primero de los monasterios agustinos en el Reino de Jaén.
Documentalmente, la primera referencia de este monasterio se hace en el año
1541 y a partir del año 1578 el monasterio fue abandonado por los agustinos y
ocupado por los padres basilios. La familia del cantero Francisco del Castillo estaría
muy ligada a este cenobio y, con mucha probabilidad, el elemento
arquitectónico en que aparecen esculpidos dos “lauburus” fuese obra de los canteros de
Francisco del Castillo el Viejo. Los “lauburus” aparecen en la portada del
convento.
LAUBURU EN EL PALACIO DEL CONDESTABLE IRANZO
(CIUDAD DE JAÉN)
(CIUDAD DE JAÉN)
El Condestable Miguel Lucas de Iranzo fue uno de los
personajes más singulares de la Baja Edad Media de Jaén. En 1462 adquirió un
lugar donde erigiría su residencia, llamada desde entonces Casa Palacio del
Condestable Iranzo. La suntuosa residencia palaciega de tan importante personaje
ocupada una amplia superficie. Pero desde el año 1462 a la actualidad este
edificio ha sufrido muchísimos avatares, dividiéndose, empleándose para
funciones muy distintas (Casino, Cine, etcétera…) y, pese a tantas vicisitudes, ha mantenido muchos
elementos de diversas épocas. Uno de los elementos que parece de los más antiguos
es el hermoso “lauburu” que puede contemplarse en uno de los arcos de las
galerías que dan al patio y que parecen que son elementos antiguos del edificio tan
modificado a lo largo de tantos siglos.
LAUBURUS EN LA BÓVEDA DE LA BASÍLICA DE SAN ILDEFONSO
(CIUDAD DE JAÉN)
Declarada Basílica-Santuario el 9 de junio de 2010 por S. S.
Benedicto XVI, la iglesia de San Ildefonso de Jaén es una de las de más solera
de la ciudad. Su fundación se fecha en 1248. En 1430 este templo y su collación
fue escenario del milagroso Descenso de la Virgen de la Capilla, patrona de
Jaén, y en su sagrado suelo reposan los restos del gran arquitecto Andrés de
Vandelvira. En los arcos góticos de la bóveda de San Ildefonso podemos
encontrar varios “lauburus” esquemáticos.
CONCLUSIÓN
Los “lauburus” localizados en diversos puntos de la
geografía del Santo Reino de Jaén que hemos comentado no son de tanta
antigüedad como los que pueden hallarse en otras partes de la Península
Ibérica. Pero son, sin lugar a dudas, vestigios de un pasado que incorporó el
sagrado símbolo al acervo jiennense, símbolo que puede hallarse en culturas tan remotas en el tiempo y en el
espacio como son la India, los pueblos americanos precolombinos, los germanos,
los celtas y los vascones.
2. Los “lauburus” jaeneros pertenecen, por su fecha, a una
vertiente simbólica indudablemente cristiana, con ellos se trata de representar
figurativamente el Centro del Universo: Cristo Rey, en el punto central del que
arrancan los cuatro brazos curvilíneos que habría que interpretarlos como símbolo
de los cuatro evangelistas.
3. Su funcionalidad pertenece al lenguaje simbólico de edificios sagrados: el Monasterio de Nuestra Señora
de la Esperanza en Cazalla, la iglesia de Santiago Apóstol de Valdepeñas de
Jaén y la Basílica-Santuario de San Ildefonso, pero también se muestra como elemento
decorativo de la arquitectura civil: Casa Palacio del Condestable Iranzo o Casa
de Huelma.
4. El superficial rastreo de los edificios en donde hallamos
estos “lauburus” nos lleva a pensar que si hay unas personas históricas
relacionadas con estos edificios son Francisco del Castillo el Viejo, Francisco
del Castillo el Mozo y Domingo de Tolosa, el vasco que trabajó con los Castillo. Pensamos
que, debido a su oriundez vascongada, Domingo de Tolosa es la clave a
investigar para poder precisar el origen de estos “lauburus” en Jaén. Y nos
inclinamos a pensar que fue este cantero guipuzcoano el que, lejos de su tierra
vascona, labró los “lauburus” que hoy podemos contemplar y de los que, como
jaeneros, podemos sentirnos muy orgullosos. Hemos ofrecido una aproximación, pero creemos que es muy probable que, a partir de este artículo, sean muchos más los lauburus que sean redescubiertos en otros puntos de la provincia de Jaén. Nos daríamos por satisfechos si así fuese.
1. “El simbolismo de la cruz”, René Guénon, Ediciones
Obelisco, Barcelona, 1987.
2. “El rey del mundo”, René Guénon, Luis Cárcamo, Editor,
Madrid, 1987.
3. “Los cementerios cristianos de Roma”, Eduardo Junyent, en “La
Tumba de San Pedro y las Catacumbas Romanas”, de Engelberto Kirschabum S. J., Eduardo
Junyent, Pbro y José Vives, Pbro. Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1954.
4. “Primitivas religiones ibéricas. Religiones Prerromanas”
(tomo II), J. M. Blázquez, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1983.
5. “Mitología vasca”, José Miguel de Barandiarán, Editorial
Txertoa, San Sebastián, 2001.
6. "Del monasterio de Nuestra Señora de la Esperanza, en el Barranco de Cazalla, al Convento de Santa Isabel de Huelma, ambos de la Orden de San Agustín", Rafael Galiano Puy, Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, Nº. 176, Jaén, año 2000, págs. 337-392.
7. "Diccionario de Símbolos", Juan Eduardo Cirlot, Labor, Barcelona, 1969.
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