RAIGAMBRE
Revista Cultural Hispánica
jueves, 30 de enero de 2014
TRADICIÓN
"¡Ay del pueblo que olvida su pasado
y a ignorar su prosapia se condena!
¡Ay del que rompe la fatal cadena
que al ayer el mañana tiene atado!
¡Ay del que sueña comenzar la Historia
y, amigo de inauditas novedades,
desoye la lección de las edades
y renuncia al poder de la memoria!
¡Honra a los padres! ¡Goza de su herencia
gloriosa…! El sol es viejo, y cada día
joven renace y nuevo en su alborada…
Reniega de la vana seudociencia.
¡Vuelve a tu tradición, España mía!
¡Solo Dios hace mundos de la nada!"
Manuel Machado
martes, 28 de enero de 2014
RIP BLAS PIÑAR
Esta madrugada nos ha dejado Blas Piñar, y la verdad es que estamos muy consternados, porque se nos ha ido un gran patriota. El que de lejos fue el mejor orador de aquellos aciagos años de la transición, aquél que ponía nerviosos a tirios y troyanos porque no necesitaba un papel por delante para expresar sus brillantes ideas, que fueron proféticas ante la debacle de un país que a día de hoy es, según sus propias palabras, un "manicomio autogestionado".
Blas Piñar fue un patriota con todas las de la ley. Un hombre de una cultura superior, de una valentía que no conocía el desaliento. Fue de los pocos que entendió que hay que trabajar desde la base, desde la cultura, y desde el Instituto de Cultura Hispánica, promovió las más excelsas iniciativas para hermanar a la Hispanidad desde el espíritu, el fondo y la forma. Su valiente artículo "Hipócritas", denunciando a la farsante propaganda angloamericana, le costó el puesto y algunas enemistades y ostracismos de un régimen al que juró una obediencia regia. Viendo cómo se desguazaba por propios y extraños, su férrea posición constituyó el altavoz de un pueblo que era consciente de que iban a abortar el renacimiento de una patria que tenía hambre y sed de justicia, y que no quería volver a sus peores demonios.
Ante tantos insultos recibidos de todas partes, D. Blas no respondió sino con una caballerosidad incólume, santo y seña de la exquisita educación de un combatiente abnegado, herencia que han recibido sus descendientes como magnífico tesoro.
Ahora D. Blas velará por nosotros desde arriba, que falta nos hace.
Desde esta revista cultural hispánica, mandamos nuestro más sentido pésame a su familia, sabiendo todos, hermanos en Cristo, que la muerte no es el final, y como D. Blas decía enérgicamente, reiteramos: ¡Adelante españoles, sin miedo a nada ni a nadie, por la fe y por la patria, las banderas en alto! ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva España!
jueves, 23 de enero de 2014
"RAIGAMBRE" ENTREVISTA AL ESCRITOR ANTONIO MORENO RUIZ
*Entrevista coordinada por Luis Gómez
¿Quién es Antonio Moreno? Antonio es un sevillano algo diferente, un individuo lleno de contrastes y de sorpresas agradables. Alguien que cuando se conoce, es difícil de olvidar. Nacido en Bollullos de la Mitación (Sevilla) en 1981, se licenció en Historia hace ya muchos veranos. Eligió la especialidad americanista, quizás por esa pasión que sentimos los españoles por nuestros hermanos de ultramar, que es mucho más profunda en el alma, cuanto más al Sur de la Piel de Toro se nace. Por avatares del Destino, en la actualidad ejerce como profesor y traductor de lengua portuguesa en Lima, “Ciudad de los Reyes”.
Por altura y por su pelo rubio, más bien podría pasar por norteño que por un sevillano de pro, pero su acento le delata. Pero esa es otra de las grandes sorpresas que guarda la persona de Antonio Moreno una vez que se le va conociendo. Trabajador incansable, y profuso investigador, lo entrevistamos en RAIGAMBRE por que ha dado a la estampa una nueva obra poética (y es la cuarta) titulada CLAMORES DE UN ESPAÑOL
RAIGAMBRE: ¿Por qué la poesía como modo de expresarte?
A.M.R.: En verdad no sabría dar una explicación concreta. Hay quien me hace alguna alusión genética, pues es curioso cómo en mi rama materna y paterna ha habido cierto cultivo de la poesía. Pero yo no lo achaco a la genética. Desde muy niño sentía ganas de escribir, y de hecho, todavía conservo algunos diálogos que me inventaba en las vacaciones. Sentía mucha curiosidad por la literatura y la historia, y eran las dos únicas buenas notas aseguradas. Ya en el instituto, escribí algún poema, y poco a poco me fui atreviendo. Naturalmente, ahora provocan vergüenza ajena… Pero los fui puliendo, hasta que en el 2010 me decidí a publicar mi primer poemario. Y me arrepentí de no haberme atrevido antes, pues es algo que siempre ha estado en mi cabeza y en mi corazón, y hay que vencer la timidez y dar el primer paso. Primero me atreví con la poesía, con lo que me siento muy a gusto, aunque últimamente quizá le estoy dando más a la prosa, cultivando el artículo y la novela. Falta el ensayo, eso sí…
Quien conoce bien a Antonio, sabe que el hecho de estar a tantos miles de quilómetros lejos de sus seres queridos es algo que lleva con resignación. Las “saudades” son frecuentes, y un buen remedio para calmar esas nostalgias son las poesías…
RAIGAMBRE: Este no es tu último trabajo literario, pero si es tu primera incursión en el mundo digital de AMAZON. ¿Está mal el mundo editorial? ¿Hay otras razones?
A.M.R.: Pues la verdad es que considero que el mundo editorial está bastante mal. Me hace mucha gracia cuando tanto se emplea la palabra “cultura”, porque en la práctica, todo es dinero. La gran mayoría de las editoriales te exigen que pagues por adelantando, comprándote tú como cien libros o más, y luego que los vendas por tu cuenta y así recuperas ese dinero. Si en España eso era difícil, lo conseguía, pero estando en el extranjero es sencillamente imposible. No hay ninguna posibilidad para la mayoría de los jóvenes autores.
En España conocí, eso sí, El Taller del Poeta, editorial con la que publiqué “¿El amor es un embuste de poetas?” y “Cosas de mi Andalucía”, que no te exige eso. Es una honrosa excepción.
Con todo, estando en el Perú, vi a Amazon como la opción más acorde en todos los sentidos.
RAIGAMBRE: La temática de “Clamores” es muy particular. ¿Por qué ese tema y no otro?
A.M.R.: Pienso que, como los buenos flamencos, hay que tocar todos los palos. En “¿El amor es un embuste de poetas?” abordé el tema del amor. Fue algo muy lírico, aunque también con sus puntillos de picaresca y cinismo. “En voz alta” ya fue una lírica más integral, un poemario muy variado, donde me situé sobre las más diversas imágenes, sentimientos e inspiraciones. Luego vino “Pasión Llanera”, una novela ambientada en los Llanos de Venezuela, donde varias historias de amor se entrecruzan en un ambiente social y político cargado, coincidiendo con el bicentenario de las independencias americanas, acaso mi mayor obsesión académica. Y es que pienso que España no se puede entender sin el Nuevo Mundo, y menos todavía Andalucía y Canarias. Luego vino “Cosas de mi Andalucía”, un poemario de una lírica regionalista pero buscando una Andalucía alejada de ciertos tópicos cansinos, una Andalucía más normal, alejada de politiqueos y vanos exotismos, cantada sobre todo desde mi ámbito rural, porque al igual que García Márquez dice que tiene que escribir siempre pensando como caribeño, yo no puedo hacer otra cosa que escribir como andaluz integral que soy, desde ese Bollullos de la Mitación que me vio nacer y crecer entre olivos, naranjos, pinos, viñas y trigales, entre las tejas de las casas, la iglesia y las ermitas, en un barroquismo perenne oliente a azahar y exultante de música. Y como no hay patria chica sin patria grande y viceversa, pues yo soy español por andaluz y andaluz por español, sin engañosos galimatías, así que después de lo regional le tocaba el turno a España en todo su sentido.
Sólo hay que saber tocar el tema. Antonio, de particular reservado y expectante, se suelta y charla cómodamente si el interlocutor saca a la palestra un tema con el que él se sienta a gusto…, y hablar de las intimidades de su obra, es algo que no le desagrada, pues ve, con el paso del tiempo, como ha crecido en tamaño, pero también en profundidad…
RAIGAMBRE: ¿No temes que se censure o se te encasille por hablar de un tema tan “políticamente incorrecto?
A.M.R.: Ya no. No te niego que hace años tal vez se me pasó por la cabeza, pero habiendo tenido que emigrar por falta de trabajo y expectativas, y recibiendo tantos palos de un lado y de otro, si encima uno se calla, se muere en vida. Hay que escribir lo que uno siente, lo contrario es engañar no ya a los lectores, que por supuesto, sino engañarse a uno mismo, lo que constituye la indignidad más grande. Y expresarse a corazón abierto es el mayor tesoro de la auténtica libertad.
Diremos a los lectores que CLAMORES DE UN ESPAÑOL son una serie de poemas con una temática muy particular. Unos poemas desde donde el autor habla y canta con el corazón, sin miedo, y canta a España, sus gestas y sus logros. Sus miserias y sus glorias. No con odio ni envidia, pero si con pasión.
RAIGAMBRE: Háblame de tus otros trabajos anteriores. Qué cambiarías o que no cambiarías, ahora que ya ha pasado el tiempo desde su publicación.
A.M.R.: Hombre cambiar, cambiar, no cambiaría gran cosa. Lo hecho, hecho está, y a lo hecho, pecho. Con cuatro poemarios y una novela en mi haber, la verdad es que no me puedo quejar. Aunque si te soy sincero, a veces me da vergüenza, porque no estoy conforme con nada. “Pasión Llanera” fue un trabajo muy experimental en el sentido de que, como Valle-Inclán hizo en “Tirano Banderas”, jugué a conjugar el lenguaje español (principalmente andaluz) y el americano, basándome mucho en el ámbito del Caribe. Fue jugar con la imaginación a todo pasto, aun estudiando el paisaje y el lenguaje. A día de hoy quizá escribo más directamente desde una mentalidad andaluza lineal, y es que me he propuesto que mi terruño sea el centro de mi universo literario. Si García Márquez lo hizo con Macondo, ¿por qué el corazón del Aljarafe no? Yo creo que hay que darle valor a la tierra, ahora más que nunca, y aunque la realidad siempre supera a la ficción, mi pueblo siempre será una fuente máxima de inspiraciones.
La tierra, el pueblo, la familia y los amigos, los recuerdos y las añoranzas. Son el equipaje de los emigrantes, y Antonio Moreno, en estos momentos, es uno más de los que hay en el mundo…
RAIGAMBRE: Actualmente resides en Perú. ¿Qué diferencias hay entre la comunidad literaria española y la peruana?
A.M.R.: Por desgracia creo que ya no quedan comunidades literarias como tales. Pero para entendernos, digamos que en España ya se ha perdido la “autoridad intelectual” y muchos que van de literatos son iguales que el resto, mientras que en el Perú, lo que se entiende por literato, normalmente está en una atalaya farandulera, pero su expresividad no coincide con lo que piensa mucha gente. Por ejemplo, me causó mucha impresión que Vargas Llosa es un personaje muy impopular. Otros personajes parecidos están al nivel progre europeo, cosa que en determinados países hispanoamericanos no cuaja, y no es una cuestión de derecha/izquierda. Es más complejo. Y claro, otra cosa que ocurre aquí es que los precios de los libros suelen ser desorbitadamente caros, más que en Europa, por lo que la gente acaba acudiendo a otras fuentes.
En España, sin embargo, no hay una ruptura entre los pseudo-intelectuales y el resto porque por desgracia, ya todo el mundo es igual de progre, y el pensamiento único se impone como imperio del aburrimiento y la fealdad, sin creatividad ninguna, sin raíces, sin alma. Y tampoco tiene que ver con derecha o izquierda.
RAIGAMBRE: ¿Es más fácil editar allí o en España?
A.M.R.: En verdad en ninguna parte, aunque en España, gracias a El Taller del Poeta y alguna que otra iniciativa que se me puede escapar, digamos que hay cierto respiro. Aquí la única fórmula que veo para publicar es estar muy holgado de dinero.
RAIGAMBRE: ¿Qué tal es la acogida de tus obras en esas latitudes?
A.M.R.: En principio yo veía que ninguna, pero una vez hice un acto en la Bodega Ibérica, el comercio de un amigo alicantino donde podemos encontrar toda variedad de productos de nuestra tierra, y la verdad es que la acogida fue impresionante, me quedé sin libros. Gracias a los amigos del Centro Español de Lima, asimismo, tuve la oportunidad de impartir la conferencia “La influencia hispanoamericana en el flamenco”, y estamos pendientes de proyectos similares. Porque lo cierto es que la gente aquí tiene interés en aprender y sabe escuchar. No puedo decir lo mismo de España, donde todo el mundo se cree ser un sabio a base de gritos. Por desgracia el modelo de Belén Esteban ha calado demasiado.
Preguntar esto a una persona tan dinámica y activa como lo es Antonio Moreno, es pura retórica, pero el entrevistador debe hacer su trabajo, así que me decido y le pregunto…
RAIGAMBRE: ¿Algún proyecto nuevo?
A.M.R.: Sí, en breve, D.m., publicaré una novela sobre la mafia napolitana en Sevilla. Fuera aparte, tengo terminados varios proyectos novelísticos y poéticos, que irán viendo la luz, también D.m., en los años venideros. Y me enorgullezco en ser parte activa de la revista “Raigambre” y colaborar con otros proyectos, como la revista “La Razón Histórica” y el diario digital “El Contemporáneo”.
Gracias por citarnos, pues lo cortés no quita lo valiente. RAIGAMBRE tiene la vocación de servir de vehículo de expresión de escritores, ensayistas, historiadores que huyan de los tópicos. En este blog, sus trabajos o artículos son publicados sin censuras, sin ataduras y sin restricciones. Los autores noveles, o los ya consagrados, comparten el mismo espacio donde se forman y se nutren unos de otros.
RAIGAMBRE: Además de poesía has escrito novela “Pasión llanera”. ¿Con qué género te sientes más cómodo trabajando?
A.M.R.: Pues mira, en principio te diría que con la poesía. Desde el 2009 al 2013 escribí muchísima poesía. Pero el 2013 acaso ha supuesto un punto de inflexión y gracias a los artículos me he puesto mucho más con la prosa, lo cual me ha influenciado para atreverme a escribir novela. Así que creo que está habiendo ahora una evolución en mi producción.
RAIGAMBRE:¿Quiénes son los personajes que más influyen en la obra poética de Antonio Moreno?
A.M.R.: Sin duda mi pueblo. Treinta años de vida en aquel rincón de la Sevilla rural dan para mucho. Y creo que es de justicia que eso se refleje en mi obra. Y no es sólo ya por mi crianza, sino porque mi árbol genealógico está absolutamente enraizado en el sur. Es un dulce deber exteriorizar eso.
RAIGAMBRE: ¿Y en la literaria?
A.M.R.: ¡Uf, buena pregunta! Como mi producción, creo que va evolucionando. Por ejemplo, con veintipocos, podría decir que mi poeta favorito era Rubén Darío. En cambio, ahora mismo mis buques-insignias son Miguel Hernández y Fernando Pessoa. Aunque últimamente estoy leyendo mucho a Federico García Lorca.
Eso sí: Si tuviera que elegir un escritor por encima de todos, yo diría que como Quevedo, ninguno. Y eso que nuestro Siglo de Oro dio para mucho.
Luego por ejemplo me gustan mucho los literatos gallegos del XIX y el XX. Creo que en la cultura gallega el surrealismo es diferente del andaluz, que se supone más expresivo en sus formas. El gallego tiene un punto así como de humor negro y laconismo tajante que me causa mucha sorpresa. Leí mucho a Rosalía de Castro en su día, pero si he de nombrar a un escritor que me llama poderosamente la atención, ése sería Valle-Inclán, un genio creativo de la lengua española como pocos. Después de Quevedo, en ese sentido original y creador, creo que Valle-Inclán y muy pocos más. Pero bueno, no todo es surrealismo, porque el tronco galaicoportugués me encanta por su elevado sentido lírico, cuna peninsular en ello, como recordaba Menéndez Pelayo, quien con otro Menéndez, Pidal, han sido dos sabios cuyos estudios me han ayudado mucho a comprender el alma de nuestra patria. Y es que siempre he sido un lusófilo confeso, y aparte, en la emigración descubro que me entiendo bastante bien con los gallegos. Al final, todo calza.
Hablando de surrealismo y cercanías, el realismo mágico me atrae bastante, sobre todo desde que leí “Las lanzas coloradas” del venezolano Arturo Uslar Pietri, un libro que ya en la universidad me impactó. Como libro, tal vez ha sido el que más me ha influenciado. Como artista de la novela, y siguiendo en este género, García Márquez me parece muy bueno. Yo pensaba que el realismo mágico exageraba, empero, desde que estoy en Hispanoamérica, veo que hasta se queda corto, aunque tenga sus manipulaciones. A los andaluces se nos presupone el surrealismo, pero lo de aquí es más intenso, complejo… Por más que uno crea estar más o menos versado en la literatura hispanoamericana, hasta que no lo vive, no se lo cree.
Por otra parte, gracias a la bibliofilia de Joseph Pearce, he conocido a literatos ingleses muy recomendables. No obstante, he aquí mi conexión rusa, porque si bien yo me había adentrado leyendo a Dostoyevski principalmente, fue gracias a la biografía que Pearce hizo de Solzhenitsyn como fui conociendo a este gran polígrafo que, sin duda, es el intelectual que más me ha influido. Le tengo mucho cariño a Dostoyevski y a otros literatos rusos, pero como Solzhenitsyn, ninguno. Y es que en verdad Rusia me interesa muchísimo en toda su dimensión histórica y cultural, y sin Solzhenitsyn creo que no podría decir eso.
Lo dicho. No hay nada más que saber tocar el tema, y Antonio se suelta y habla largo y tendido. La literatura le encanta, le encanta aprender, y en ese terreno se siente seguro y responde sin ataduras y sin miedos
PARA FINALIZAR:
Muchas gracias por darme la oportunidad de esta entrevista. Es un orgullo poder expresarme como literato en esta gran revista de la que formamos parte con todo nuestro fervor.
Para comprar “Clamores de un español”, hay que acceder al enlace:
Muchos saludos.
ANTONIO MORENO RUIZ
LO QUE OPINABA PABLO IGLESIAS (FUNDADOR DEL PSOE)
¿MEMORIA HISTÓRICA? PASEN Y VEAN:
"El partido que yo aquí represento aspira a concluir con los antagonismos sociales,... esta aspiración lleva consigo la supresión de la Magistratura, la supresión de la Iglesia, la supresión del Ejército... Este partido está en la legalidad mientras la legalidad le permita adquirir lo que necesita; fuera de la legalidad cuando ella no le permita realizar sus aspiraciones"
(Diario de Sesiones del 5 de Mayo de 1910).
EXOTISMOS Y BARBARISMOS
Por Antonio Moreno Ruiz
El gran intelectual francés Charles Maurras esgrimía la defensa de la cultura clásica frente al barbarismo en boga. Un siglo después, parece que seguimos en las mismas.
Sinceramente, no se entiende que siendo nosotros uno de los puntales de la más viva herencia romana, estemos desde el siglo XIX abducidos por toda clase de barbarismos y exotismos baratos, siempre como esgrimiendo una válvula de escape que encima busca un pasado remoto y legendario a base de subvencionadas invenciones. Como bien dice el profesor Manuel Fernández Espinosa, las tendencias ocultistas/esoteristas que entraron desde finales del siglo XVIII han hecho mucho daño. Si a eso le sumamos que en nuestro país, el despotismo ilustrado provocó un divorcio contundente entre la “élite” y el pueblo, que lejos del rupturismo de determinados ilustrados (1), continuó con un barroquismo bastante enraizado, y luego de la guerra contra Napoleón, todo ese caldo de cultivo estalló en un romanticismo bastante desubicado, donde los diferentes exotismos y barbarismos se fueron esparciendo, torturándonos con sus nefastos frutos hasta nuestros días.
Asimismo, el régimen zarzuelero aprovechó todo esto para desfigurarnos en un insoportable mosaico de taifas caciquiles donde cada cual se buscaba los más remotos y legendarios pasados, cuya coincidencia con la Historia es nula, y no es solo un problema de los separatismos de Vasconia, Cataluña y Galicia. En Andalucía, el problema, según se mire, es igual o peor. ¿Qué diremos de Canarias? Ah, pero no es sólo una cuestión de periferias, pues a Castilla también le han endosado lo suyo, amén de haber sido la región más perjudicada en “cuestión territorial” con la tiranía de 1978.
En nuestro complejo de inferioridad, “todo viene de fuera”… El difusionismo como tendencia arqueológica lo hemos asimilado pero al revés, sin darnos cuenta de que la historia no funciona sino con modos de interacción compleja. Sin entender eso, no entenderemos nunca el por qué del origen poliédrico del flamenco, por ejemplo, y seguiremos buscando una suerte de piedra filosofal exótica, y al final acabaremos en qué fue antes, el huevo o la gallina. Y no es eso, no es eso…
Con respecto a los ataques de sefarditis aguda, podemos decir que en todo caso, lo original de esa supuesta “música sefardí” y de toda una supuesta “cultura unificada milenaria”, que desde luego, se ve muy difícil dado el muy repartido exilio por todo el Mediterráneo hasta Holanda y el imperio británico; en fin, todas esas “facetas culturales” que sacan ahora como si se tratara del descubrimiento de la pólvora, o bien son cosas muy modernas, mixtificadas, cuando no directamente inventadas, o bien residen en un sustrato hispano, y que los que se negaron a reconocer a Cristo aun habiéndolo conocido, renegaron de su condición de españoles ipso facto, pues en verdad, nunca la tuvieron. Fueron gentes “en España”, no de España. Hubo muchos aculturados, seguro, al igual que los judíos rusos, donde el estado sionista, por más que se empeñe, no les hace aprender hebreo ni a la de tres y tiene que subtitular los telediarios, mientras se dedica a exterminar el ladino y el yiddish. No deberían reclamarnos tanto a los españoles, sino a su propio estado sionista, quien desprecia sus diferentes culturas en pro de un centralismo agresivo. Y de cualquier forma, ellos fueron una minoría en España, aunque hubo una época, como dijo el historiador francés Jean Dumont, en que quisieron mandar sobre todo el país, pero de cualquier modo, ¿no será que ellos tomaron de nuestra cultura y no al revés? Claro que dejarían algo, ¿pero y ellos no se influenciarían en nada?
Qué decir con respecto a los ataques de morisquitis crónica… Con el feliz descubrimiento de la jarcha, refrendamos que la invasión musulmana no pudo destruir nueve siglos de civilización latina, pues durante los tres siglos de dominio visigótico, la mayoría de la población siguió siendo romana (así nos describían los germanos recién arribados), y de hecho, siguió expresándose en latín, y por supuesto que el contacto con el árabe condicionó la evolución romance en amplias zonas del sur y el levante peninsular, ¿pero acaso no imitaron los invasores musulmanes, y también los hebreos, los estilos culturales de los cristianos? Pues sí, así fue, hasta en la poesía. Por lo que el fenómeno fue más de hispanorromano orientalizado que otra cosa. Claro que luego habría que contar con los aportes del norte de África en las distintas oleadas, ¿pero acaso la Giralda de Sevilla no se construyó con materiales de Itálica’ ¿Acaso la mal llamada “mezquita” de Córdoba no fue antes la basílica bizantina de San Vicente? ¿Acaso el norte de África en particular y buena parte del mundo islámico en general no copió el arco de herradura, que es un elemento arquetípicamente hispánico? Están contando la historia justo al revés. Las relaciones de España con el norte africano eran buenas y sólidas hasta que llegó el islam, arrebatándonos nuestra parte transfretana. El actual Magreb era cristiano y sin embargo el islam no ha dejado absolutamente nada de su anterior legado, ¿y venimos nosotros con culpas históricas y encima nos vienen con exigencias del extranjero?
También tenemos los ataques de gitanitis… Y por si algún “sensible” se tira de los pelos y me acusa de racista y yo qué sé más, le diré que de “antigitano” nada. Ni “anti” nada, eso se lo dejo a otros. Yo me he criado escuchando a Antonio Mairena y Camarón de la Isla, al igual que me encantan la Fernanda, la Bernarda, Perrate… Y considero que la Niña de los Peines o el Gloria son puntales clásicos del flamenco. Ahora bien: El flamenco ni es invento ni es patrimonio de los gitanos. Ni tampoco lo gitano es lo más puro o representativo de la cultura andaluza. No, el flamenco, que como dice el musicólogo Faustino Núñez (sí, musicólogo, no “catedrático” de rumorología tabernaria), es la reinterpretación del folklore bajo una óptica andaluza, puede ser que agitanada artificialmente en algunos casos… ¿Pero qué es el gitano andaluz sino una intensa mezcla de castellano, morisco y negro? Señores: Los gitanos están muy mezclados, y la cultura andaluza no es una especie de secreto hermético que se haya conservado en cuevas y fraguas de iniciados. Ni tampoco es un símbolo de pureza el cantar como un borrico resfriado. Los cantaores antiguos, blancos o gitanos, buscaban las voces finas, las sutilezas, los matices, y hasta los refinamientos. Reitero: Así, mal que a algunos intelectualoides de amanerados laboratorios les gustaría, así no funcionan las cosas. La costumbre del pañuelo para comprobar la virginidad es una costumbre europea medieval. La tradición de lanzar peladillas a la novia en la boda es morisca, como las bodas de los descendientes de moriscos en África duran tres días. Qué casualidad, ¿verdad? Como casualidad será que el “censo gitano” aumente sospechosamente en el siglo XVII y con profesiones que a priori no se correspondían con los primeros que vinieron, fundamentalmente herreros y comerciantes. Asimismo, la zambomba es un instrumento de origen negroide y la filología no puede ser más clara, como palabras de negros son “zarabanda”, “tango”, “milonga”, “manguindoy”, “zorongo”, y tantas otras “jergas musicales”. Que tampoco quieren decir que fueran “músicas negras directamente exportadas de África”, sino que fueron aportes negros a la música que ya existía en España, la cual fue eclosionando especialmente en el Barroco, y en el contacto intenso con el Nuevo Mundo.
El caso gitano es relativamente parecido al caso judío: Minorías que si bien aportaron su granito de arena, se “confundieron” en el mar hispánico.
Tampoco es casualidad que antes de la llegada de los gitanos, en el arrabal trianero, amén de que con andaluces y otros españoles de distintos puntos de la Península, confluyeran moriscos y negros. Valga como ejemplo.
Así que de racismo, nada. Racistas son otros, los que encima pretenden ir de puristas por la vida cuando nos están negando nuestra condición de andaluces a la mayoría que, seguro que con más generaciones aquí que ellos, no compartimos sus absurdos delirios, afortunadamente, cada día más desacreditados.
Y bueno, a toda esta oleada de exotismos baratos se nos añaden, triste y “lógicamente,” los barbarismos. Celtitis y hasta vikinguitis si hace falta, con cascos con cuernos, Odines y Thores de Hollywood, que omiten el gusto de estos civilizadísimos escandinavos por pinchar a los niños con sus espadas, como si fueran aceitunas atravesadas por palillos, y otras cosas similares.
Gracioso es que a las fiestas horteras yanquis, las cuales irrumpen por mor de la globalización capitalista que nos uniformiza en la incultura y ayuda a agudizar todavía más nuestro complejo y desconocimiento, se les busque un origen celta. Tan gracioso como los masones, que se pretenden herederos no ya de los templarios, sino hasta de los constructores de las pirámides de Egipto. Y ahora, dizque de los reptilianos anunaki, tan famosos gracias al History Channel.
Y digo yo: Todos esos que sufren esos ataques de celtitis, ¿por qué no proponen celebrar el Samhain en Turquía, que al fin y al cabo fue una de las cunas celtas?
Como bien dice Paquirrín, ahora devenido en estrella del reguetón nacional: A papá mono no le vengas con plátanos verdes…
Una cosa es estudiar el sustrato que nos quedó de los pueblos indígenas, mayormente celtas e iberos (estos últimos, en líneas generales, mucho más desarrollados que los primeros, todo hay que decirlo), amén del casco vascón –ligadísimo al ibero- o del caso “guanche” (2) en las Canarias, lo cual es muy legítimo, o cómo por ejemplo la cultura romana pudo cambiar o nutrirse a través de la Península, empezando por la incorporación de armas como la falkata (como pasa en toda interacción cultural) y otra caer en un indigenismo a lo buen salvaje que no tiene ni pies ni cabeza, pues no en vano los gallegos hablan una lengua latina y celtas hubo por casi toda la Península: Una bisabuela mía era de Coripe, pueblo situado en la Sierra Sur de Sevilla, en el linde con la provincia de Cádiz. A los habitantes de esta zona los romanos los denominaban como “celtici”, al igual que usaban esa denominación para gentes de la Sierra Norte y de la serranía de Ronda y de otras partes. Al igual que hay muchos vestigios celtas en Teruel. Identificar lo celta con lo gallego como exclusividad no es solo un error, sino una mentira ya premeditada. Otra cosa sería analizar qué rasgos “celtas” pudieron quedar en el sustrato cultural de España. Arqueológicamente, parece que es mayor de lo que se pensaba, y eso es muy interesante y digno de estudio, hasta ahí de acuerdo. Pero de ahí a buscar determinismos politiqueros va un abismo, y un abismo que no busca sino rompernos en mil pedazos. Porque sin lengua derivada del latín –salvo en el caso vascuence, reiteramos, ligado al ibero, por lo tanto, preindoeuropeo-, sin Derecho Romano, y sin toda una estética y cultura forjadas en Roma (3), no podemos hablar de nada serio, de ninguna forma y de ningún fondo. Roma es nuestra principal base y nuestro principal molde, con todo el prurito nativo y todos los “rellenos” que explican nuestra posterior evolución.
Al igual que no hubo “unión americana indígena”, sino que América es un invento español, por supuesto, acriollado y mestizado, pero heredero de esa gran cultura que nació en una Roma que, mal que bien, supo cohesionar tres continentes, y que tuvo cinco césares hispanos.
Pero claro, luego nos viene un Carlos Núñez (gran músico, todo hay que decirlo), y dice que el Atlántico es una gran nación celta, nación que están formando ahora los músicos…
Reitero, damas y caballeros: No se entiende que siendo tan directos herederos de Roma, y con unas raíces tan claras que nos trazan un camino que no tiene pérdida posible –al decir de Ramiro de Maeztu-, llevemos tantísimo tiempo con tantísimas tonterías. O sí, por desgracia sí que se entiende, y acaso le tendremos que dar la razón a Bismarck cuando dijo que "España es el país más fuerte del mundo, los españoles llevan siglos intentado destruirlo y no lo han conseguido".
(1) No toda la ilustración española fue antipatriota o acomplejada: José Cadalso, Gaspar de Jovellanos y los virreyes Abascal y Liniers fueron excelsos ejemplos de cómo se encajó un patriotismo autocrítico mas leal, cabalgando del siglo XVIII al XIX. Pero desgraciadamente, estas figuras son las que han calado menos, teniendo mucho más influjo el nefasto “enciclopedismo”, antiespañol visceral desde su origen francés.
(2) Sobre los ataques de guanchitis, véase: "De modas y guanches". - Revista La razón histórica
(3) Una vez más: El patio interior es de época romana, y la palabra “zaguán” no es originariamente árabe, sino que en árabe se dice “stuan”, porque se importó del griego.
lunes, 20 de enero de 2014
EL VALOR DE LA HERENCIA
«Donde no se conserve piadosamente la herencia de lo pasado, pobre o rica, grande o pequeña, no esperemos que brote un pensamiento original ni una idea dominadora. Un pueblo nuevo puede improvisar todo menos la cultura intelectual. Un pueblo viejo no puede renunciar a la suya sin extinguir la parte más noble de su vida y caer en una segunda infancia, muy próxima a la imbecilidad senil.»
Marcelino Menéndez Pelayo
sábado, 18 de enero de 2014
LUIGI TAPARELLI CONTRA LAS UNIFICACIONES TRAMPOSAS
Luigi Taparelli |
A la memoria de mi madre,
fallecida el 14 de Enero de 2014
Manuel Fernández
Espinosa
Como concepto la “Justicia
Social” encuentra su origen en el pensamiento del italiano Padre Luigi
Taparelli (1793-1862), de la Compañía de Jesús. En gran medida, la Doctrina
Social de la Iglesia, trazada en la “Rerum Novarum” de León XIII, encontró su
inspiración en los tratados y textos varios de este filósofo y publicista católico, sobre
cuya recia personalidad y obra sus enemigos ciñeron un muro de silencio.
Taparelli vivió y se vio envuelto
en las convulsiones revolucionarias del liberalismo decimonónico que, si en
otras naciones europeas se presentó bajo otros aspectos, en la Italia en que nació y
vivió Luigi Taparelli cobró un significado nacionalista, con aspiraciones
de una unificación largamente anhelada. Esta unificación italiana se logró, pero a costa de Austria, de los Borbones y de los
Estados Pontificios. Fue el Risorgimento bajo la égida de los Saboya, los
Cavour, los Garibaldi, los Verdi... Con la coordinación masónica y carbonaria; por cierto que un hermano de Luigi (Massimo
Taparelli) fue un conspicuo masón involucrado políticamente y nuestro Luigi Taparelli no se achantó, sino que arremetió contra las
ideas de su hermano en defensa de la Santa Iglesia. ¿Pero qué era lo que defendía Luigi Taparelli?
Lo que Taparelli defendía, como
buen neoescolástico, era la realidad frente a las utopías delirantes. Taparelli
no era hombre de ideas, sino de hechos. No en vano su obra más célebre se
titularía “Ensayo teórico del derecho natural fundado sobre los hechos”,
traducida al español el año 1867, poco después de la muerte de su autor, por el
neotomista español D. Juan Manuel Orti y Lara. El título es una declaración de
intenciones: derecho natural y nótese: “fundado sobre los hechos”.
Frente a la Italia y la Europa
que emergía en el siglo XIX, en medio de los dolores de parto de las
revoluciones industriales, liberales y obreras, Taparelli reivindicaba la
recobranza de la realidad, reclamaba la incontestable fidelidad a los hechos y daba un mentís a las
idealidades y las utopías que pretendían transformar el mundo sin atender a la realidad, negando a Dios a la vez que imponía una imagen del hombre
errónea: una antropología adulterada por el idealismo alemán y el romanticismo, una antropología que nos sumía en la zoología con el evolucionismo o una antropología reducida por el
positivismo de Comte y sus epígonos.
Bueno será recordar que existió
este filósofo a todos aquellos que lo tienen olvidado por su adhesión
incondicional a la Iglesia Católica y que hablan de “Justicia Social”;
rescatarlo del cautiverio al que lo redujeron sus enemigos connacionales
masones, en venganza por su lúcida posición y su denodada pugna contra los
enemigos del Papado.
La obra filosófica de Taparelli
está construida a manera de un sólido armazón lógico y fue inspiración, como
más arriba dijimos, de monumentales encíclicas y otros textos del Magisterio de la Iglesia que no han perdido su vigencia en
nuestros tiempos. Volver a Taparelli, saber al menos que existió, podría
hacernos mucho bien en esta época que entroniza fantoches de pensamiento
endeble, productores de ideologías perniciosas que atentan contra el derecho
natural, justamente por haberse basado en delirios y perversiones
extravagantes, en vez de haberse fundado, como hiciera Luigi Taparelli, sobre los
hechos.
Al igual que desarrolló la noción
de “Justicia Social” (apropiada más tarde por los más variopintos movimientos),
Taparelli también desarrolló la idea-fuerza de la “etnarquía católica”; lo que
algunos de sus comentaristas (poco informados o informantes maliciosos)
entienden como anticipación de la “Sociedad de Naciones”. La noción de
“Etnarquía Católica” en Taparelli exige una lectura más atenta de su obra para
no confundir su mensaje con lo que hoy sería la Organización de las Naciones
Unidas, tampoco con lo que es en la actualidad la Comunidad Europea.
La unificación artificial de
Italia tuvo, en aquel perturbado siglo XIX, un firme refutador en Luigi
Taparelli. La unificación artificial de Europa y del mundo que hoy se perpetra
sigue teniendo un gran refutador: su nombre es Luigi Taparelli.
domingo, 12 de enero de 2014
LA EPOPEYA VILIPENDIADA: LOS REALISTAS HISPANOAMERICANOS (II)
Por Antonio Moreno Ruiz
VIRREY LINIERS
Hablaban de libertad e independencia,
Los mayores servidores del imperio británico,
El mismo que humillado había sido por un
Virrey de origen francés y corazón hispánico.
Santiago de Liniers, terror de la Union Jack,
Orgullo victorioso de la Corona de Castilla,
El Río de la Plata tiembla y arde,
España está rota e invadida.
En Cabeza de Tigre se consuma la tragedia,
Mas no dejas de señalar a los cipayos,
No dudas, no te achantas, no retrocedes,
Identificas a los futuros tiranos.
En tu mente ondea la bandera blanca,
Con la borgoñona cruz de San Andrés,
Tu amor, tu defensa, tu lealtad,
Tu sino, tu símbolo, tu altivez.
Oh, augusto virrey Liniers,
Mártir de una épica fidelidad,
El argentino suelo por ti solloza,
Llorando por la ruptura de la Hispanidad.
Aunque tirios y troyanos quieran,
Justificar lo injustificable,
Tu memoria vuelve a llamear…
¡No quedará mudo el ejemplo de tu sable!
VIRREY LINIERS
Hablaban de libertad e independencia,
Los mayores servidores del imperio británico,
El mismo que humillado había sido por un
Virrey de origen francés y corazón hispánico.
Santiago de Liniers, terror de la Union Jack,
Orgullo victorioso de la Corona de Castilla,
El Río de la Plata tiembla y arde,
España está rota e invadida.
En Cabeza de Tigre se consuma la tragedia,
Mas no dejas de señalar a los cipayos,
No dudas, no te achantas, no retrocedes,
Identificas a los futuros tiranos.
En tu mente ondea la bandera blanca,
Con la borgoñona cruz de San Andrés,
Tu amor, tu defensa, tu lealtad,
Tu sino, tu símbolo, tu altivez.
Oh, augusto virrey Liniers,
Mártir de una épica fidelidad,
El argentino suelo por ti solloza,
Llorando por la ruptura de la Hispanidad.
Aunque tirios y troyanos quieran,
Justificar lo injustificable,
Tu memoria vuelve a llamear…
¡No quedará mudo el ejemplo de tu sable!
martes, 7 de enero de 2014
EL CLAMOR DE LOS PATRIOTAS ESPAÑOLES ES "UNIDAD"
Guillermo Rocafort |
LA UNIDAD DE LOS PATRIOTAS ESPAÑOLES.
ENTREVISTA A GUILLERMO ROCAFORT
Por Luis Gómez López y Manuel Fernández Espinosa
Una multitud de organizaciones heterogéneas de toda España (asociaciones culturales, juveniles, partidos políticos, movimientos) cuyo nexo es el patriotismo español ha convergido en UNIDAD, reconociendo que en los momentos que corren para España está en juego algo más que las discusiones bizantinas, esas que tanto han empantanado la efectividad política de los diversos grupos patriotas. Es el patriotismo (y no el patrioterismo) el santo y seña de todos los que se han sumado a esta iniciativa, pues todos los que forman UNIDAD se identifican (aparcando sus legítimas diferencias) con las más urgentes demandas de la verdadera España: la que sufre el paro y la ignominia, la que no se conforma con ser saqueada por la casta política convencional, esa que habla de "democracia", mientras vampiriza al pueblo. Es así como ha nacido UNIDAD, una formación de "patriotas" que aunan esfuerzos en un proyecto ilusionante: presentar una candidatura a las elecciones europeas. Una candidatura que represente fielmente las inquietudes y aspiraciones genuinas del patriotismo español. Con alguna frecuencia, el Partido Popular recurre con el reclamo de la bandera rojigualda para afanar votos, pero su patrioterismo claudica a los dictados de políticas supranacionales: solo las álmas cándidas pueden pensar todavía que el Partido Popular sea una formación de signo patriota. Y es la hora de que en España surja una iniciativa auténticamente patriota, como UNIDAD: una alternativa política que tenga como objetivo la conquista del poder político por los medios legales.
Creemos no equivocarnos si afirmamos que ninguna otra opción (de las que puede presentarse a los comicios europeos) cuenta con un candidato de más fuste como Guillermo Rocafort para representar a los baluartes que aún todavía, frente a la inercia general, defienden y luchan por la Soberanía de España, por la Unidad de España, por la Justicia Social en España y por la Renovación de las elites españolas (son los cuatro puntos de UNIDAD). Y esa cabeza de candidatura es D. Guillermo Rocafort, nacido en Madrid el año 1970, Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales, profesor universitario, historiador... Y Caballero Legionario del Tercio Gran Capitán, amén de autor de varios libros que van desde la denuncia de las injusticias tributarias a la recuperación de una de las páginas más gloriosas de nuestra Historia nacional: la de los Almogávares. En el curso de la presentación pública que hacía en la capital del Santo Reino de Jaén, tuvimos la oportunidad de volvernos a ver con él y realizarle esta entrevista a fondo, en exclusiva para RAIGAMBRE.
RAIGAMBRE: ¿Qué es Unidad? ¿Por qué ese nombre?
GUILLERMO ROCAFORT: Unidad es una iniciativa que surje de las
bases patrióticas para unificar todas las fuerzas nacionales de España, pero
huyendo del carácter “endogámico” que nos ha caracterizado y abriéndonos a la
Sociedad por la vía de rejuvenecer las estructuras y actualizar nuestro mensaje
a una Sociedad cada vez más compleja. Unidad representa este concepto y la
garantía de que serán esas bases patrióticas las que liderarán el proyecto, sin
intermediarios.
RAIGAMBRE: ¿Qué es lo que motiva a un hombre joven como
Guillermo Rocafort a adentrarse en el proceloso mundo de la política?
GUILLERMO ROCAFORT: Quizás el pensar que nada es casual en este
Mundo y que si me han llamado es porque debo valer. Soy muy consciente de mis
limitaciones y deposito siempre mis esperanzas en quien nunca falla. Yo no
importo. Importa mi Patria.
RAIGAMBRE: ¿Qué opina sobre el panorama político español?
GUILLERMO ROCAFORT: España muere por la acción de los políticos
convencionales y la omisión de nuestro Pueblo. Nuestro afán es invertir el
proceso y devolver España a su senda de Grandeza … y lo demás, volverá por
añadidura.
RAIGAMBRE: Usted, que es conocido por sus trabajos y libros
sobre los almogávares, y por su profesión como docente en la Universidad, ¿No
teme que su paso por la política le perjudique profesionalmente hablando? Me
refiero a que desde los medios de comunicación se le etiquete como de “extrema
derecha”, algo muy habitual en nuestro país.
GUILLERMO ROCAFORT: No tengo complejos, pero ninguno. He llegado
aquí por la vía de la Historia de España en unas épocas en que no había complejos.
Pienso en los Almogávares y todo me parece fácil. Es lo que tiene la Historia
de España, algo que jamás nos podrán arrebatar porque está escrita con letras
de oro en nuestra sangre.
RAIGAMBRE: Cuéntenos un poco quien es Guillermo Rocafort
¿cómo se definiría usted mismo?
GUILLERMO ROCAFORT: Una persona normal pero con ambición de
Patria. Cuando pienso en mi Nación, se me llenan los ojos de lágrimas. Creo que
los niños españoles del presente y del futuro merecen que demos esta batalla y
ya la estamos dando. Lucharemos por nuestra supervivencia porque “los lobos” ya
están a las puertas...
RAIGAMBRE: Los partidos “patriotas” españoles hace mucho
que se encuentran divididos y en algunos casos enfrentados entre sí. ¿Qué le
hace pensar que Unidad es la solución para ese problema?
GUILLERMO ROCAFORT: En que tenemos la clave, que no es otra que la
Unidad de todas las bases patrióticas, que demandan este proceso de confluencia
patriótica a los dirigentes de sus estructuras políticas. Apelamos directamente
al electorado español para que convenza a quien tenga que convencer.
RAIGAMBRE: ¿Qué ofrece Unidad que no puedan ofrecer otras
siglas ya consolidadas?
GUILLERMO ROCAFORT: Mensaje y entusiasmo dentro de un
planteamiento con ambición de poder … repito, con ambición de poder. Llevamos
casi 40 años en el desierto. Empieza nuestro ciclo.
RAIGAMBRE: ¿Cuáles son los problemas más graves por los que
atraviesa España en la actualidad con respecto a Europa y qué se puede hacer
desde el Parlamento Europeo para remediarlo?
GUILLERMO ROCAFORT: España entró en esta Europa de mercaderes,
fondos de inversión y banqueros de una forma humillante, destruyendo su propio
tejido industrial, social y económico. Somos partidarios de una Europa que se
respete a sí misma y que no haga de financiero extorsionador de las Naciones
con problemas. Y también creo en la Hispanidad, que es el proyecto inacabado de
España. Ah, y se me olvidaba, que nos devuelvan Gibraltar … no pararemos hasta
poner fin a esta humillación nacional e internacional. “¡British, Go Home!”.
RAIGAMBRE: ¿Cree que en España pueda existir un partido
como el Frente Nacional Francés? ¿Pretende ser su partido (Unidad) el embrión
de algo parecido?
GUILLERMO ROCAFORT: A mí, como historiador patriota, Francia no me
hace ninguna gracia por el daño que injustamente le ha hecho a España a lo
largo de los Siglos, pero he de reconocer que “nos dan mil vueltas” en cuanto
inteligencia política en lo que es el espectro patriótico.
Veo los mítines del Frente Nacional Francés en
youtube y he de reconocer que me emociona el entusiasmo que generan, la buena
energía que transmiten las Le Pen. Son jóvenes, muy guapas, inteligentes,
aguerridas,..., veo en ellas el espíritu de Juana de Arco, y yo sí que me
identifico con ella.
España es España en su Grandeza y en sus
miserias y no tenemos que ser imitadores de nadie, pero como les digo a mis
amigos: “si los gabachos han sido capaces de unirse, los españoles no vamos a
ser menos que ellos...”
RAIGAMBRE: Ahora
mismo ya existen en el panorama político para las próximas elecciones europeas
otras fuerzas similares a Unidad. ¿Qué opina de ellas?
GUILLERMO ROCAFORT: Todas son muy respetables y con personas
válidas. Yo no voy a practicar “el fuego amigo” al que estamos desgraciadamente
tan acostumbrados. Creo que debemos hablar con todos y lo estamos haciendo
hasta encontrar una fórmula que nos satisfaga, sobre la base de la inteligencia
y el interés común por el bien de España.
RAIGAMBRE: ¿Cuál
considera Guillermo Rocafort, que será el principal problema a solventar desde
el Partido Unidad?
GUILLERMO ROCAFORT: Las tensiones y las malas inercias dentro de
nuestro espectro político. Yo no me podía hacer idea de cómo estaba el patio.
Cerrar las heridas es algo prioritario. Si de verdad queremos servir a España y
tener un protagonismo, sólo la fuerza de la UNIDAD nos permitirá hacerlo.
Tendremos que hacer “borrón y cuenta nueva” y tragarnos mil sapos. Sólo el
“perdón” entre nosotros, nos dará la fuerza que precisamos. Perdón y
autocrítica, y escuchar el clamor de UNIDAD de los patriotas ...
RAIGAMBRE: ¿Podría
precisar Guillermo Rocafort la posición de UNIDAD frente a los llamados
“valores no negociables” de otras formaciones políticas?
GUILLERMO ROCAFORT: En UNIDAD no hay “líneas rojas”. Buscamos sumar
a las personas más capaces de todas las organizaciones patrióticas. Somos “el
momento cero” que hemos añorado y no cederemos a las presiones partidistas.
Somos la piedra angular del patriotismo futuro, sobre cuatro ideas fuerza
elementales; unidad nacional, regeneración política, justicia social y
soberanía, a lo que añadiría, para que que no haya lugar a dudas, la protección
de los más débiles y necesitados, tal y como relato en mi novela “El Elegido.
La Primera de las Siete Espadas”.
jueves, 2 de enero de 2014
PANCORVO, EL PERÚ Y LA HISPANIDAD
Por Antonio Moreno Ruiz
Me acabo de leer Demonios del Pacífico Sur (Editorial Mesa Redonda), la última obra del escritor peruano José Antonio Pancorvo, del cual hicimos no hace mucho tiempo una sincera apología (1). Y la verdad es que la sorpresa ha sido para bien, para muy bien. Hace poco, tuve la oportunidad de estar en casa del autor y, amén de aprender en cada palabra de este sabio, me llevé este tesoro que he devorado en pocos días.
Pancorvo trata de dos temas que hoy parecen harto controversiales: La posesión demoníaca y la crítica acendrada a la “independencia” hispanoamericana vista por sus propios protagonistas; todo ello a través de una óptica tan peruana como hispanista. Y cuando decimos “hispanista” (2) no nos referimos a un academicismo que excluya el legado mestizo o indio, pues fue durante los tres siglos virreinales donde todo se sintetizó. No existió una “unidad americana indígena” como en España no existió una “unidad celtibérica prerromana”: Al igual que la idea de Hispania nace con Roma, con la lengua latina y el Derecho Romano; ese mismo Derecho llega a América con la lengua española y la religión cristiana, sintetizado políticamente en los virreinatos, integrando y compartiendo instituciones dentro de una Corona donde no se ponía el sol.
Demonios del Pacífico Sur traza dos siglos en dos historias paralelas en unos escenarios muy cambiados, pues desde finales de los años 70 del siglo XX, la Ciudad de los Reyes en particular y el Perú en general sufrieron transformaciones brutales. Empero, el conocimiento del autor es tan amplio que su trazo se hace matemático, ya que, como una aguja, va hilando dos épocas en un mismo terreno, sin que el lector se pierda en ningún momento sino al contrario, manteniendo la linealidad y la inteligencia del suspense. Esto es: Justo lo contrario de lo que hace Vargas Llosa…
Es curioso el paralelismo entre España y el Perú desde principios del siglo XIX, válido en verdad para todo el mundo hispánico. La Revolución política siempre busca hacer tabla rasa del pasado. Cuando ese “pasado en marcha” (Tomando la expresión del pensador brasileño Arlindo Veiga Dos Santos) (3) se resiste a ser aniquilado, hay que agarrarse a un poderoso leitmotiv que lo desbarate y que, asimismo, justifique fácilmente todo lo que se vaya llevando a cabo por la nueva oligarquía, que entrambos casos, se apegó al golpe militar y al liberalismo, abriéndole, en una “progresión” vertiginosa, las puertas de par en par a la hoz y el martillo, así como al separatismo.
Al peruano se le inculcó la conciencia de “agachar la cerviz, arrastrando cadenas”, y primero se le dijo que la culpa de todo era de los malvados españoles, una suerte de marcianos que vinieron de no sé dónde a robar el oro y violar a las indias, privándoles de un Incanato que era el paraíso en la tierra. Tanto se ha machacado esta idea en todos estos años que, poco a poco, buena parte del pueblo peruano no parece saber lo mucho que tiene de sangre y cultura española, y que insultar a los “españoles” es maldecir su propia sangre. O como si esos “españoles” no hubieran sido aliados de chachapoyas, chancas y huancas… O en México de tlaxcaltecas, zapotecas, tarascos, otomíes…. Tan conquistadores estos bravos indígenas como los morriones y los caballos. Sin esos “españoles”, asimismo, no se entiende el tan característico mestizaje de estas tierras.
En España, el liberalismo golpista y usurpador, al comprobar su nula popularidad, refrendada por un pueblo que, en 1823, acogió a los Cien Mil Hijos de San Luis como libertadores y finiquitó el nefasto, corrupto y traicionero Trienio Liberal (que terminó de pactar la separación de las Españas Americanas), también se revolvió contra su propia sangre y, tras extender la idea de que los frailes envenenaban las aguas y convertirlos en las mayores bestias negras, acogió la Leyenda Negra fabricada por traidores inescrupulosos como Bartolomé de las Casas y Antonio Pérez (curiosamente entrambos descendientes de judíos….) y de las potencias extranjeras y rivales de España, tan conocidas por sus ¿humanitarias medidas?: Francia, Gran Bretaña, Holanda…. Todo el pasado español era un estorbo que, cristalizado en el Antiguo Régimen, no era sino un cúmulo de tiranías que nos habían privado de la libertad, la libertad que ahora nos traían los militares golpistas, los masones y la mayor parte de la nobleza, aquellos que querían que solo votaran los más ricos, que los gremios no tuvieran representación y que se aboliera el juicio de residencia; aquellos, pues, que dejaron bien sembrado el camino para esta oligarquía siniestra de politicuchos y banqueros que está arruinando y terminando de destruir a España. Los ingleses trazaron en 1711 su Plan para humillar a España y pienso que jamás habrían soñado en encontrar tan buenos servidores en la propia sangre ibérica; tan así que, como dejó dicho el ínclito Gaspar de Jovellanos, España perecerá antes por sus traidores hijos que le devoran las entrañas que por tiranos extranjeros. El caso de Jovellanos constituye una afrenta más del liberalismo, pues se han querido apropiar de este gran intelecto que los condenó en su día como “herejía política”, distinguiéndose por su férrea defensa de la tradición política hispánica, incluso contra el despotismo ilustrado. A los años, sería reivindicado por paisanos suyos pertenecientes al tradicionalismo, como Cándido Nocedal (quien lo definió como “un monárquico a la inglesa”) y Juan Vázquez de Mella. Sin embargo, la poca vergüenza y la impostura de los de siempre no tiene límites…
Y es que la historia mal contada, o directamente la antihistoria, ha sido un arma arrojadiza tanto en el caso peruano como en el caso español, con un telón de fondo hispanófobo que no ha hecho sino aumentar y empeorar, en especial desde la Península. En los dos casos, ha ido acompañado de un brutal complejo de inferioridad inyectado artificialmente desde arriba, y eso explica buena parte de nuestra psique y nuestro miedo para enfrentarnos a cuestiones como el terrorismo y la corrupción, salvando algún que otro parche/paréntesis que haya habido en estos dos fatídicos siglos.
Por eso, en España no se enseña que, luego de cerrar las puertas al imperialismo islamista turco, siglo y pico después, como el que no quiere la cosa, fue Blas de Lezo, un marino vascongado cojo, manco y tuerto, quien derrotó el intento invasor de Inglaterra y sus colonias sobre Cartagena de Indias, infringiéndole la humillación más grande de su historia. Sin embargo, barcos españoles van a Inglaterra a conmemorar no sé qué de Trafalgar….
En el Perú, no se recuerda que fue el extremeño Valdivia que, aliado de los incas, conquistó Chile y lo incorporó al virreinato del Perú, y que el último episodio de conquista e incorporación de Chile lo realiza el virrey Abascal a principios del siglo XIX, con una mayoría abrumadora de soldados peruanos. Después de que en la época borbónica se desgajase el virreinato, fue José Fernando de Abascal quien reuniera a toda la Sudamérica española bajo la corte de Lima. Reiteramos: Con soldados peruanos. Y nada de eso se recuerda. Se recuerdan, sin embargo, como “días nacionales”, estrepitosas derrotas de la Guerra del Pacífico, de un Chile que venció pero que, salvo una franja norteña, no incorporó al Perú bajo su jurisdicción. Un imperio milenario, que continuó siendo imperio con una Corona de Castilla que respetó la estructura incaica, y sin embargo, sólo celebra derrotas relativamente recientes…
Y digo yo: ¿Es que esta psicología derrotista que tanto coincide en España y el Perú, donde no hay más orgullo nacional posible que el fútbol y la gastronomía, es acaso “ingenuidad”? He ahí el quid de la cuestión: De ninguna manera. Otra vez vamos al asunto: A las oligarquías traicioneras les viene muy bien un pueblo humillado, derrotado y acomplejado, y por supuesto, ignorante de su grandeza y potencial. Al igual que en otros pagos hispanoamericanos les viene muy bien silenciar la sana y respetuosa política de la época virreinal para con araucanos y mapuches, quienes gestionaban su zona con plena autonomía, reconociendo nominalmente al “Pichi-Rey”, mientras que a posteriori, las repúblicas de Argentina y Chile entraron a sangre y fuego hasta la Patagonia (4). No fueron los únicos casos, pues como bien dice desde Colombia el Dr. Pablo Victoria, con las repúblicas se siguió una política contraria a los indígenas. El general bolivariano Joaquín Posada Gutiérrez dijo que: “He dicho poblaciones hostiles porque es preciso se sepa que la independencia fue impopular en la generalidad de los habitantes… los ejércitos españoles se componían de cuatro quintas partes de los hijos del país; que los indios en general fueron tenaces defensores del gobierno del Rey, como que presentían que como tributarios eran más felices que lo que serían como ciudadanos de la República”. (5)
Como bien dijo Pancorvo en una entrevista que le realizó la periodista Cecilia Valenzuela para Willax Tv con motivo de la publicación de la novela que aquí tratamos (6), no se trata de propagar revanchismos ni odios hacia Chile, sino de reconocer la historia, y de hecho, volver a mirar a Chile como pueblo hermano, sin que tampoco, por parte de Chile, haya odios ni humillaciones para con el Perú.
Y he ahí que nos encontramos con un problema importante propiciado por las repúblicas: El nacionalismo/estatismo, cuyos frutos disgregadores para con el mundo hispánico han sido, son y serán desastrosos. Y es que al fragmentarse el continente hispanoamericano en tantos estados diferentes, se cae en la contradicción de, por una parte, invocar a la “autodeterminación”, y por la otra, se acude a las fronteras virreinales… Y no se tiene en cuenta que antes de todos estos estados-nación, que tanto aplaudió el imperio británico (divide y vencerás…), un correntino estaba más ligado a Asunción que a Buenos Aires, lo mismo que un mendocino lo estaba más a Chile o un guayaquileño a Lima; y todos eran hijos de una gran patria común que iba desde el Mississipi al cabo de Hornos. Una gran patria que está destinada a reunirse, así como la madre no se puede ni se debe alejar mucho de sus hijos tampoco.
Los demonios que en su día infestaron todo el Pacífico Sur y acaso llegaron desde la propia España, por desgracia, están más vivos que nunca. Los que gustaron de la película “El exorcista” de William Friedkin, con toda seguridad, van a gustar de esta ilustrativa obra de nuestro gran literato criollo. La demonología, tan olvidada por un clero cada vez más corrompido, se detalla en el espacio y en el tiempo maravillosamente, así como sus múltiples y terribles reflejos.
En fin, todo ello se me ha venido a la mente leyendo esta aguda y concienzuda novela, esta gran obra de mi amigo y maestro Pancorvo que da para reflexionar hacia múltiples frentes, y que ya huele a clásico imprescindible, máxime ahora que ya nos dejaron el argentino José Manuel González y el colombiano Luis Corsi Otálora (7), quedando nuestro Pancorvo como estandarte perenne de una verdadera memoria histórica indiana, como guía de una Hispanidad latente.
(1) Véase: http://movimientoraigambre.blogspot.com/2013/07/hace-ya-tiempo-que-tuve-la-suerte-de.html
(2) Sobre el hispanismo, véase: http://www.revistalarazonhistorica.com/24-1/
(3) Sobre Arlindo Veiga Dos Santos: http://reconquistabr.blogspot.com/2007/03/arlindo-veiga-dos-santos-o-poeta.html
(4) No hay que dejar de recordar la interesantísima carta de este indígena chileno:
http://www.theclinic.cl/2011/10/13/mis-disculpas-a-espana/
(5) Consúltese en: http://coterraneus.wordpress.com/2012/08/10/
(6) Para ver la entrevista: http://sites.willax.tv/ceciliavalenzuela/entrevistas/jose-pancorvo-autor-de-demonios-del-pacifico-sur/
(7) http://poemariodeantoniomorenoruiz.blogspot.com/2013/12/rip-luis-corsi-otalora.html
CLAMORES DE UN ESPAÑOL (II)
Por Antonio Moreno Ruiz
CANTOS IBERO-CELTAS
A la memoria del poeta Gabriel Celaya.
Somos a muerte lo ibero,
somos a muerte lo celta,
somos la grandeza romana,
contada en goda epopeya.
Hay algo de chispa rifeña,
en nos, peninsulares e isleños,
somos a muerte los celtas,
somos a muerte los iberos.
Hoy somos leones mellados,
hoy somos águilas sin alas,
hoy somos castrados bueyes,
y no toros de lidias bravas.
Hoy somos osos sin zarpas,
hoy somos linces sin vista,
hoy somos lobos sin fauces,
somos una triste pantomima.
Mas un nervio de atávica sangre,
de Iberia Sumergida e Hispania Arcana,
un nervio de espada de libertad,
truena en nombre de España.
Ay, esta Iberia sumergida,
en sus rumores clandestinos,
empeñada en ser anormal,
empeñada en viles cainismos.
Empeñada en el robo y la mentira,
empeñada en odios y desquiciamientos,
siempre la vida complicando,
con artificiales y tormentosos sufrimientos.
No es cuestión de vivir,
sólo del esplendor del pasado,
mas inaceptable es el suicidio,
la queja inactiva y el descaro.
Inaceptable el odio a nuestra historia,
inaceptable el odio a nuestro ser,
inaceptables rencores acumulados,
inaceptable tantísima hiel.
¿Nos avergonzamos de lo nuestro,
pero sólo nos sabemos divertirnos?
¿en esquizofrénicas contradicciones,
habremos de sumirnos?
España enlutada de sangre y polvo,
sucia, sedienta, hambrienta,
¿no somos príncipes de Occidente?
¿no hay cantos de lo ibero y lo celta?
Será que podemos ser volubles,
será que no aprendemos a vivir,
será que el esperpento nos mata,
será que insistimos en morir.
Lloro contra los babosos mediocres,
lloro de rabia e impotencia,
somos a muerte lo ibero,
somos a muerte lo celta.
Estas lágrimas son pensamientos,
estas lágrimas son hachazos,
olas marinas y crespos montes,
son ibero-celtas cantos.
La ruina de nuestro presente,
va a aniquilar nuestro futuro,
han de sonar cantos de vida y esperanza,
en lo alto del crepúsculo.
Resuenen cantos de iberos,
resuenen cantos de celtas,
proyectados y universalizados,
sobre las Españas enteras.
Somos cuerpos estremecidos,
somos sentimientos exagerados,
somos espumas torrenciales,
somos los ibero-celtas cantos.
Hacemos nerviosa la lengua latina,
somos sobrios y austeros,
pero parece que nuestras bocas,
quieren ahogarse con venenos.
Somos a muerte lo ibero,
somos a muerte lo celta,
nuestra bronca textura se acicala,
con el rayo y la centella.
Somos la leyenda golpeada,
somos las piedras habladoras,
ahora los cantos ibero-celtas,
siempre es el momento. ¡Ahora!
Basta de enrevesados refunfuños,
nuestra alma no está muerta,
¡somos a muerte lo ibero!
¡somos a muerte lo celta!
CANTOS IBERO-CELTAS
A la memoria del poeta Gabriel Celaya.
Somos a muerte lo ibero,
somos a muerte lo celta,
somos la grandeza romana,
contada en goda epopeya.
Hay algo de chispa rifeña,
en nos, peninsulares e isleños,
somos a muerte los celtas,
somos a muerte los iberos.
Hoy somos leones mellados,
hoy somos águilas sin alas,
hoy somos castrados bueyes,
y no toros de lidias bravas.
Hoy somos osos sin zarpas,
hoy somos linces sin vista,
hoy somos lobos sin fauces,
somos una triste pantomima.
Mas un nervio de atávica sangre,
de Iberia Sumergida e Hispania Arcana,
un nervio de espada de libertad,
truena en nombre de España.
Ay, esta Iberia sumergida,
en sus rumores clandestinos,
empeñada en ser anormal,
empeñada en viles cainismos.
Empeñada en el robo y la mentira,
empeñada en odios y desquiciamientos,
siempre la vida complicando,
con artificiales y tormentosos sufrimientos.
No es cuestión de vivir,
sólo del esplendor del pasado,
mas inaceptable es el suicidio,
la queja inactiva y el descaro.
Inaceptable el odio a nuestra historia,
inaceptable el odio a nuestro ser,
inaceptables rencores acumulados,
inaceptable tantísima hiel.
¿Nos avergonzamos de lo nuestro,
pero sólo nos sabemos divertirnos?
¿en esquizofrénicas contradicciones,
habremos de sumirnos?
España enlutada de sangre y polvo,
sucia, sedienta, hambrienta,
¿no somos príncipes de Occidente?
¿no hay cantos de lo ibero y lo celta?
Será que podemos ser volubles,
será que no aprendemos a vivir,
será que el esperpento nos mata,
será que insistimos en morir.
Lloro contra los babosos mediocres,
lloro de rabia e impotencia,
somos a muerte lo ibero,
somos a muerte lo celta.
Estas lágrimas son pensamientos,
estas lágrimas son hachazos,
olas marinas y crespos montes,
son ibero-celtas cantos.
La ruina de nuestro presente,
va a aniquilar nuestro futuro,
han de sonar cantos de vida y esperanza,
en lo alto del crepúsculo.
Resuenen cantos de iberos,
resuenen cantos de celtas,
proyectados y universalizados,
sobre las Españas enteras.
Somos cuerpos estremecidos,
somos sentimientos exagerados,
somos espumas torrenciales,
somos los ibero-celtas cantos.
Hacemos nerviosa la lengua latina,
somos sobrios y austeros,
pero parece que nuestras bocas,
quieren ahogarse con venenos.
Somos a muerte lo ibero,
somos a muerte lo celta,
nuestra bronca textura se acicala,
con el rayo y la centella.
Somos la leyenda golpeada,
somos las piedras habladoras,
ahora los cantos ibero-celtas,
siempre es el momento. ¡Ahora!
Basta de enrevesados refunfuños,
nuestra alma no está muerta,
¡somos a muerte lo ibero!
¡somos a muerte lo celta!
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