RAIGAMBRE

Revista Cultural Hispánica

domingo, 25 de septiembre de 2016

ENSEÑANZA BILINGÜE



Cecil Rhodes, uno de los artífices del imperialismo lingüístico inglés




EL SERVILISMO DE UNA MALA GOBERNANZA


Manuel Fernández Espinosa


Cecil Rhodes (1853-1902) explicitó en su testamento que uno de sus ideales era la expansión del imperialismo británico por todo el mundo, teniendo el idioma inglés como instrumento de dominación hasta convertirlo en lengua mundial. Que los países anglófonos se afanen en ello entra dentro de lo natural. Que prácticamente el mundo entero haya entrado en esta dinámica, sin apenas crítica ya es harina de otro costal. El idioma inglés ejerce una hegemonía planetaria debido a muchas razones: la influencia del cine, la música y otros fenómenos culturales facturados en USA para las masas mundiales es innegable: es el poder del dinero. No obstante, el fenómeno contra el que planteamos una corrección es otro: la imposición en las aulas españolas de lo que se hace llamar "enseñanza bilingüe" y que supone un estropicio incalculable para nuestras generaciones más jóvenes.

En primer lugar, oponerse a la "enseñanza bilingüe" no significa estar en contra del aprendizaje de otras lenguas: no sólo del inglés, sino del francés, alemán, italiano, portugués, ruso... No ponemos objeción alguna al conocimiento de otras lenguas: bien en el marco de la enseñanza pública, concertada y privada, o bien en centros especializados como las Escuelas de Idiomas o academias.

Existe un bilingüismo natural que tampoco es objeto de nuestra oposición: niños cuyos padres han formado un matrimonio mixto (español/inglesa, p. ej.) es normal que se eduquen en las lenguas nativas de sus padres.

Lo que consideramos una aberración por muchas razones es imponer el bilingüismo con calzador, como se pretende hacer, como se está haciendo. O sea, impartir otras asignaturas en inglés.

Si a un alumno ya le cuesta trabajo asimilar una disciplina (sea la Historia, sea la Física) en su propia lengua vernácula, ¿qué podemos esperar de su rendimiento si le forzamos a estudiar esa materia en inglés? Y, la verdad, por muchos títulos que los profesores puedan alegar, previo pago de matrículas y otros gastos, ¿de verdad nos creemos que los españoles somos capaces de expresar mejor en inglés una asignatura que en nuestra lengua nativa? Hay que ser ingenuo, por no decir estúpido.
   
Creemos que, además de nociva, la enseñanza bilingüe es otro rasgo más de servilismo lacayuno que se somete a las directrices del imperialismo anglosajón (bien sea británico o estadounidense).

Por ello creemos que ha llegado la hora de plantear una resistencia cívica a este nuevo desaguisado que se pretende perpetrar -que se está perpetrando- en la ya de por sí maltrecha enseñanza española. Son muchas las razones que a ello nos mueven: 

1. Consideramos que los "experimentos" no hay que hacerlos con generaciones enteras que sufrirán un daño incalculable en su formación.

2. Por patriotismo: como españoles tenemos una lengua que hablan millones y millones de almas. Que en la misma cuna de esa lengua se esté privilegiando a la lengua rival que compite con la nuestra en la expansión, nos parece otra nueva y clamorosa claudicación de nuestros representantes políticos que, en sus complejos de inferioridad, se muestran ineptos para defender los intereses nacionales y, en este caso, el patrimonio cultural más valioso y universal que una nación tiene: su lengua. 

Estos políticos que han configurado una enseñanza bilingüe para españoles, ¿para quién trabajan? ¿Para Cecil Rhodes?

 

1 comentario:

  1. Buen artículo, comparto la visión y es algo que he manifestado en mi círculo familiar: nos hemos dejado vencer por nuestros enemigos, los ingleses, quienes desmembraron nuestro Imperio y nuestra Religión, y ahora reemplazan nuestra lengua; lengua mucho más fructuosa en cuanto a cantidad de palabras y expresiones.

    Saludos desde Montevideo, los invito a visitar mi bitácora.

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