RAIGAMBRE

Revista Cultural Hispánica

jueves, 18 de agosto de 2016

GUSTAVO BUENO: GENIO Y FIGURA


Por Antonio Moreno Ruiz
Historiador y escritor

El pasado 7 de agosto del 2016 fallecía Gustavo Bueno Martínez luego de 91 años de vida, que se dice muy pronto. Un par de días después que su mujer. Acaso la simbología más viva de la calidez de un corazón que vivió sin relajarse un minuto.

Escribía hace poco un excelso artículo mi amigo el filósofo Manuel Fernández Espinosa donde ya el título nos dice mucho: 


Como bien dijo hace tiempo nuestro mentado Fernández Espinosa, a los españoles nos gustan las grandes personalidades. No por nada los romanos ya hablaban impresionados de la Devotio Iberica de nuestros más remotos antepasados. Y sí, Bueno poseía una personalidad arrolladora que no dejaba indiferente a nadie.

Ciertamente, se han escrito muchas líneas sobre Bueno estos días. Sus discípulos le están honrando como se merece. Fernández Espinosa apunta bastante alto sobre lo que ha significado este gran pensador y su escuela.

Comencé a seguir a Gustavo Bueno ya hace bastante tiempo, junto con mi primo Gonzalo Moreno Castro, que a, la sazón, amén de eminente neurólogo, es un excelente guitarrista flamenco:



Gonmoca

  • Última actividad: Hace 1 semana
  • 19 videos
"...porque la experiencia me mostraba que la música compone los ánimos descompuestos y alivia los trabajos que nacen del ...

  • CANAL
 50


Y fíjense ustedes que un servidor, amén de historiador, resulta ser profesor de portugués y de español para extranjeros, amén de poeta y escritor. Cosas de la vida, supongo.

Ni mi primo ni yo somos perfectos ni por asomo (ni Bueno tampoco lo era), pero convenimos con el torero Curro Romero en que no nos gusta la mediocridad. Y tal vez por eso comenzamos a bichear cada vez más vivamente la filosofía desarrollada por D. Gustavo, comenzando por los debates y las entrevistas televisivas a la que fue más asiduo luego de que le denegaran el continuar su pasión en la enseñanza como catedrático emérito. Yo, como Manuel Fernández Espinosa, lo recuerdo especialmente en las entrevistas que le hacía el escritor Fernando Sánchez-Dragó, aunque no desmerezco sus diatribas contra videntes, curanderos y demás gentes de malvivir –en otros debates- que le sacaban de quicio.

Siendo sinceros, yo poco sé de filosofía. Lo justo para llegar a la universidad. Empero, con los años, me fui reconciliando con esta disciplina, pues como le dijo Gustavo Bueno al periodista Jesús Quintero en una lapidaria entrevista, “todos somos filósofos” y “todos somos sabios”. Aunque yo me atrevería a espetar que unos más que otros.

Luego de las entrevistas, gracias a la Fundación Gustavo Bueno y a internet, con la revista “El Catoblepas” mediante, tuve un privilegiado acceso a los escritos de este gran filósofo y de su escuela. Gracias a estos medios fui descubriendo también los escritos de discípulos suyos como Atilana Guerrero Sánchez, Iván Vélez y Pedro Insua. Como especializado en historia de América y estudioso del proceso secesionista y también investigador de los lazos musicales como agente antropológico vigente por mor de la ruta Andalucía-Canarias-Cuba-continente, sigo vivamente interesado en los trabajos de Iván Vélez refutando a la pesadez negrolegendaria y continuando el desarrollo de la idea real de España como imperio generador (continuador de la tradición romana) frente a imperio depredador, concepto que si bien no “exactamente original”, sí que le debemos en cuanto a sistematización a la escuela de Gustavo Bueno, conocida como materialismo filosófico.

Del gran maestro de Santo Domingo de la Calzada y recriado en Asturias, me quedo con:

-        - La defensa de la tradición hispanocatólica desde un punto de vista civil y racional frente a la soberbia protestante, ahíta de determinismo y sentimentalismo. Como católico que me confieso (y seguramente sea un muy mal católico), ya quisiera yo que muchos que van con las vestiduras rasgadas hubieran defendido a la catolicidad hispánica con el mismo acierto y talento que D. Gustavo y muchos de sus discípulos.

-         -La defensa de la unidad de España. España como realidad, no como mito. España como imperio católico frente al islam y, por consiguiente, salvaguarda del Viejo Continente; España como imperio generador en América. 

-        -Los mitos de la cultura, de la derecha y de la izquierda Sus repercusiones ante una sociedad nuestra cuyos cerebros están cada vez más quemados, por no decir podridos.

-         -España frente a Europa. España contra Europa. España como Contraeuropa. España hacia América. La importancia del ser español y su concienciación ante el mundo hispanoamericano sin complejos frente al europeísmo que no es más que una entelequia que nos está llevando al abismo. Dando la vuelta cual calcetín a la tesis de José Ortega y Gasset: España sería el problema y Europa la solución. No, Europa es el problema, y un problema moderno.

-    -La prevención frente a la ramplona anglofilia de muchos políticos y la señalación del “yugo germánico” en la filosofía, con lo cual se ha creado un complejo de inferioridad en los pueblos latinos que en absoluto se corresponde con la realidad.

-         -Su crítica acertada sobre la figura de Blas Infante Pérez de Vargas en particular y del andalucismo en general. Como hijo de la Andalucía profunda, lejos de molestarme, me siento vivamente identificado al soportar la pesadez de estos símbolos que en absoluto nos representan, siendo que Séneca o Fernando III el Santo son mucho más padres de la patria nuestros que el notario que renegaba hasta de sus apellidos.

-        - Su defensa de la lengua española y su papel filosófico desde sus orígenes.

-         -Su defensa de los no nacidos.

Cada vez estoy más convencido de que, siendo la universidad desbaratada por el propio régimen del 78, gran artífice y beneficiario del embrutecimiento que padece el pueblo español, y siendo que los mitos que combatía D. Gustavo están tan extendidos, no hay mejor forma que cambiar las cosas que crear escuela, crear “estilo”, alimentar un camino, una transmisión, una tradición. La frenética actividad intelectual que desarrolló como ejemplo de vida pública así lo atestigua en el presente y lo demarca para el futuro.

No me extrañaría que terminaran con su docencia emérita por motivos puramente “políticos”: Bueno nunca fue políticamente correcto, y mucho menos acomodaticio. No se casaba con nadie. No entraba en los planes de ese destrozo de la universidad que se ha hecho, máxime cuando sus clases eran toda una atracción que congregaban a multitud de estudiantes entusiastas.

Siempre hay una de cal y otra de arena: Reconozco que a veces me chocaba un poco. Hablaba muy rápido. Se exasperaba fácilmente y en ocasiones me costaba entenderlo. Y puestos a ser sinceros, yo no soy materialista de ningún tipo, y dudo mucho que aun en, mi desconocimiento, coincida con D. Gustavo en cuestiones como el marxismo o el evolucionismo. Pero es que la vida es así, quiero decir: Es normal no coincidir al 100% y justamente por eso nobleza obliga, porque hasta sus detractores deben reconocer la magnificencia de su obra; porque D. Gustavo era un hombre capaz de agarrar por las solapas y hacer pensar.

Eso sí, en cuanto a detractores, no me refiero a las ratas y marujonas cobardes que se crecen en internet, porque el anonimato sectario piensa que todo lo puede en su totalitaria cerrazón. Ya se sabe: Es inmaculado quien es su amigo; quien no, se llevará toda su mediocre mala baba en la red u otros mentideros propios de cínicos e hipócritas. En fin: Allá ellos con sus miserias. A nada ni a nadie llegan. 

Con todo, puede ser que últimamente esté muy pesado con mi idea sobre los arquetipos que se nos están marchando. Puede ser que sea más pesimista de la cuenta. Pero es que ya no esperemos escuchar la irrupción de un torrente verbal que, brava y claramente, diga que no cree en el diálogo; que la opinión no tiene validez per se; que sea capaz de hablar de "fundamentalismo democrático"; que diga a las claras que Baltasar Garzón es un peligro público; que tire de las barbas a los separatistas; que no tema al que dirán; que no se amedrente ante palizas o amenazas de bombas… Que sea imposible de encasillar y, por lo mismo, incomprendido y hasta atacado de izquierda a derecha.

Definitivamente: Gustavo Bueno Martínez ha sido único, inimitable. Ha sido un gran español. Y será irrepetible: No esperemos otro como él, porque se nos va un símbolo de reciedumbre de esa raza fuerte y valiente que fue moldeada por la durísima postguerra. Se le va a echar más de menos de la cuenta porque, amén de su irrefutable valía, estamos asistiendo a la desaparición de un tipo humano sin duda superior al tristemente conocido y ya habituado de este país nuestro, tan paradójicamente desquiciado y frustrado cuando tanto potencial tendríamos si estuviésemos unidos y conscientes tal y como hubiera querido el maestro al que hoy lloramos.

Hasta siempre, genio y figura. Fue un placer haber aprendido de usted. Valgan buenos vinos de Rioja por su inmortalidad. Con usted digo que, si alguien se sonríe de España, yo me sonrío de su puta madre. Por su memoria y para los suyos dejo estos versos, prometiéndole seguir a su escuela y sus aportaciones. 


A LA MEMORIA DE GUSTAVO BUENO

Estoico hispano frente a Europa,
navegante del mar hispanoamericano,
verbo nervioso contra cantamañanas,
corazón tan arquetípico como cálido. 

Artífice del justo destierro de mitos
y encasillamientos varios, con razón
de sabor helénico por delante para un
Occidente que se deshace en la sinrazón. 

¡Don Gustavo: Todos somos filósofos!
Pero unos más que otros; la verdad es 
que no todos inventamos sistemas, ni
todos creamos escuela con aroma de prez.

Y quien crea escuela se hace inmortal,
porque perpetuo hace su legado, y sólo así
se pueden cambiar las cosas, interviniendo
en el mundo con inteligente frenesí. 

Gracias, Don Gustavo, por su docta vida,
por el fruto prolongado de su existencia.
Gracias por ser sabio y referente, porque 
gente como usted, de verdad, ya no queda. 

Hasta siempre maestro. Siento como una
pena familiar, pero también una alegría
contagiosa y entusiasta, como si le hubiera
conocido. Por usted el futuro nos anima. 



Requiescat in pace

No hay comentarios:

Publicar un comentario