RAIGAMBRE

Revista Cultural Hispánica

lunes, 5 de enero de 2015

"EL SANTO REY DON FERNANDO" O LA ESPADA DE LA ESPERANZA



TEOLOGÍA POLÍTICA EN EL AUTO SACRAMENTAL CALDERONIANO


Manuel Fernández Espinosa




Durante su reinado Fernando VI de España (1713-1759) había prohibido la representación dramática de las vidas de santos, pero la orden regia no había sido efectiva y se continuaban representando comedias religiosas para regalo de un amplio público de todas las capas sociales. Al no surtir efecto la orden promulgada por Fernando VI, su sucesor en el Trono reanuda la ofensiva contra el teatro religioso español: Carlos III promulga una Real Orden (en el año 1765) por la que se privó al pueblo español de uno de sus mejores y más queridos pasatiempos: el teatro religioso. Se prohibía por fin la representación dramática, no solo de la vida de los santos, sino hasta los autos sacramentales y esto supuso el final de uno de los géneros dramáticos con más acendrada tradición en España. La excusa que estos gabinetes ilustrados esgrimió para vetar el teatro religioso era que los corrales de comedias (los teatros) eran "lugares muy impropios y los comediantes instrumentos indignos y desproporcionados para representar los sagrados misterios". Así, protestando hipócritamente una piedad mojigata, las camarillas ilustradas (que no eran, a bien verdad, muy católicas) truncaron una de nuestras tradiciones nacionales más grandiosas que, recordémoslo, había sido la misma cuna de nuestro teatro nacional; pues parece que hay unanimidad en remontar el teatro español a los autos, habiendo sobrevivido (de los muchos que pudo haber) el "Auto de los Reyes Magos" (de cuyo manuscrito se desprende una lengua que los filólogos hispánicos identifican con la de finales del siglo XII o principios del XIII).
 
Los autos sacramentales suponían un instrumento óptimo para catequizar al pueblo, de la más eficaz de las maneras, esto es: haciendo realidad aquel adagio latino: "Docere et delectare" (Instruir y deleitar). Pero el auto sacramental reposaba sobre un cimiento teológico-simbólico, el de la contra-reforma católica (más medieval que renacentista) y el espíritu de la Ilustración no podía conciliarse con esos moldes que habían imperado en España. Como bien apunta el hispanista alemán Karl Vossler (1872-1949): "El pensamiento teológico-simbólico y la alegoría se han opuesto siempre al pensamiento humanista" (1).
 
De entre todos los dramaturgos de nuestro Siglo de Oro que compusieron "autos sacramentales" sobresale D. Pedro Calderón de la Barca. En D. Pedro Calderón de la Barca el género dramático del que tratamos se eleva a las cimas más altas. Menéndez y Pelayo pudo escribir: "Hay en la urdimbre complicadísima de los autos calderonianos un principio de unidad y armonía que salva todos los escollos, que atenúa todas las disonancias, que resuelve todas las antinomias y hace penetrar la luz en los recintos de la obscura y enmarañada selva" y, en virtud de esa genialidad -continúa diciéndonos Menéndez y Pelayo: "en el drama alegórico-espiritual [nuestro Calderón de la Barca] reina indudablemente solo, y como cantor de la Teología, como poeta del simbolismo cristiano, no tiene rival, después de Dante" (2). En Calderón el elemento filosófico es decisivo: la acción está subordinada al pensamiento y los personajes (hasta los históricos) devienen a ser símbolos. En Calderón, lo social, lo moral y lo teológico forman un todo. Muchas veces, sus detractores, han acusado a Calderón de la Barca de excesivamente envarado por su arquitectónica compositiva, sin entender que eso es lo que hace de él todo un teólogo, un filósofo católico riguroso y sin fisuras y también, algo que pasa casi desapercibido: un teórico del pensamiento político. Y eso es lo que ahora nos interesa de Calderón de la Barca.
 
Hemos tenido ocasión de exponer sucintamente el gran auto calderoniano "A Dios por razón de Estado" (3), pero el tema no se agota ahí. Ahora vamos a reparar en "El santo Rey Don Fernando" (para ser precisos en su I Parte: esperamos poder adentrarnos en la II Parte en alguna otra ocasión). Además de la grandeza del monarca que le da título, nos interesa este auto por lo que señaló en su día D. Manuel Fernández Escalante, a saber, que "El santo Rey Don Fernando" de Calderón era "todo un Tratado teológico-político" (4). Y, en efecto, la lectura del mismo da buena cuenta de ello.
 

 
"El santo Rey Don Fernando" (las dos partes) fueron encargadas por la villa de Madrid a Calderón de la Barca para las fiestas del Corpus Christi del año 1671 y se vieron publicadas en la Primera Parte de Autos de Calderón del año 1677. Como su título indica estamos ante una obra que aborda la "vida de un santo", pero a la vez la vida de uno de los Reyes más grandes que ha tenido España. Por lo tanto, el tema se presta no sólo a desplegar ante el público (hoy más bien, el lector) la vida y "milagros" de un santo cualquiera: sino la vida de un santo que a su vez fue Rey, un Rey de indeleble memoria que supo como pocos adelantar en la Reconquista de España lo que otros antecesores suyos habían retrasado y que pudo morir recomendando a su hijo estas mandas testamentarias: "Señor te dejo de toda la tierra del mar acá que los moros del [tiempo de] Rey Don Rodrigo de España ganado ovieron; en tu señorío finca toda: La una conquerida, la otra tributada; si en este estado que yo te las dexo las sopieres guardar, eres tan buen Rey como yo; et si ganases por ti más, eres mejor que yo; et si de esto menguas, non eres tan bueno como yo" (5).
 
En Fernando III el Santo el egregio dramaturgo halla el paradigma de Monarca que reúne en sí el "buen gobierno" de los asuntos temporales, fundado sobre sus heroicas virtudes que le valieron la canonización y, por lo tanto, el justo éxito de sus empresas reconquistadoras, entendidas en clave providencial.
 
Las señales de un buen rey parecen hallarse, a juicio de Calderón, en que en él convergen el amor y el temor de sus vasallos. Es una idea que se repite en la I y en la II parte del auto:
 
"Amado y temido a un tiempo,
le aplauden en enseñanza
de que no reina en las vidas
el que no reina en las almas". (I Parte)
 
Y en la II Parte:
 
"Pero qué mucho, qué mucho
viva en esta confiança,
si amado, y temido a un tiempo
le siguen todos con tanta
fe, y lealtad, que reyna aun más
que en las vidas en las almas". (II Parte)
 
Maquiavelo aconsejaba, en su capítulo XVII de "El Príncipe", que el gobernante que no pudiera hacerse amar, se hiciera temer; alegando que, como era difícil ser amado y temido a la vez, "el partido más seguro es ser temido". Calderón supera el dilema maquiavélico, mostrando a un Fernando III el Santo que es temido y amado al mismo tiempo y ello es, sin duda, merced a sus virtudes cristianas.
 
En la I Parte de "El santo Rey Don Fernando", Calderón abre la obra con una escena en la que tres personajes (de carácter simbólico) se encuentran trabajando: el "Alcorán" (el mahometano), el "Hebraísmo" (el judío) y el "Rústico" (que no es otro que el cristiano viejo español y que cumple el papel de "gracioso"). Más adelante nos enteramos que los tres (cada uno representante de una religión, pero todos súbditos de Fernando) están empleándose en labrar la Catedral de Santa María de Toledo:
 
"Apenas corrió sus líneas
la arquitectura en su planta
cuando la primera piedra
puso en su primera zanja;
y con deseo de que,
ya que no pueda acabarla,
quede al menos antes de irse
cuanto pueda adelantada".
 
Uno de los personajes que también aparecen en escena es la "Apostasía" (que en este auto se encarna en la herejía de los albigenses). El efecto de su entrada en escena nos recuerda otras escenas, como la que inicia "La vida es sueño". El personaje "Hebraísmo" nos anuncia la irrupción de la "Apostasía" con estas palabras:
 
"Del monte baja
un caballo que a su dueño,
desesperado, le arrastra".
 
El descenso del caballo que arrastra al dueño encubre un simbolismo muy querido a Calderón, de reminiscencias platónicas: es el caballo de las pasiones que arrastra a quien no las domeña, como el auriga platónico. En "El hijo del sol. Faetón" (otra obra de Calderón) también encontramos empleado parecido simbolismo, pues forma parte del mundo simbólico calderoniano el hacer que algunos de sus personajes aparezcan abruptamente de los montes (símbolo de lo selvático y hostil) sin controlar un caballo (símbolo de sus propias pasiones). El personaje de la "Apostasía" en escena será de vital importancia para el desenvolvimiento de la I Parte del auto calderoniano.
 
La I Parte de "El santo Rey Don Fernando" se abre con una escena -recordamos- que nos presenta a los súbditos de Fernando III el Santo: mahometanos, judíos y cristianos. La acción tiene lugar en Toledo, donde las tres comunidades están aplicadas a echar los cimientos de lo que será la "Dives Toletana" (la catedral toledana), hasta que irrumpe en escena el personaje que encarna la herejía albigense y que, como hemos visto, viene a rastras de su caballo. Acuden a socorrer al recién llegado y parlamentan, lo que sirve para pintarnos los rasgos de Fernando III por boca de sus súbditos y, estando en esas, ocurre un suceso prodigioso: el judío que había seguido sacando piedra para la fábrica catedralicia descubre al romper una piedra unas "tablas" de madera escritas en latín, griego y hebreo. El Rey Fernando aparece en escena y, enterado del hallazgo, dispone lo necesario para leer esas tablas y así es como se descubre un mensaje triple que condensa los principales dogmas del catolicismo y la refutación del judaísmo, el mahometanismo y la herejía, acabando con unas palabras finales que resultan proféticas para el reinado de Fernando III y, aunque es el texto griego, las leerá el moro:
 
"Tras que en virgen madre humana
carne Cristo tomará
y padecerá, remata
su lección en decir: y esta
profecía, en mis entrañas
ocultaré hasta que un rey
Fernando en Castilla nazca".
 
La reacción del Rey que se halla presente es rogar a Dios que lo libre de la soberbia, por verse en aquellas misteriosas tablas anunciado. En la intrincada escena de la lectura aparecen las alegorías de la tres virtudes teologales: la Fe, la Esperanza y la Caridad. Estos tres personajes van a guardar una relación muy estrecha con cada uno de los tres "enemigos" de la católica España: la Caridad con los judíos, como su antítesis hasta su conversión; la Fe con los herejes (la "Apostasía"), hasta su extinción si perseveran en la propagación de la increencia; y la Esperanza con los mahometanos (el "Alcorán", en la I Parte del auto), que harán todo por impedir los designios nacionales de restauración hispánica y amplitud del dominio que, por providencia divina, encarna Fernando III el Santo. Una vez que Fernando desaparece de la escena, la Apostasía urde un complot contra Fernando, reuniendo a las otras dos partes, y pronunciando estas terribles palabras:
 
"Tres profecías, que a un tiempo
nuestros tres dogmas agravian.
Tres virtudes en Fernando
los méritos adelantan;
tres vicios somos, entremos
en la desigual batalla,
tomando, cuando no en él,
en sus gentes, la venganza".
 
Calderón nos trazará posteriormente la conversión del "Hebraísmo", lo cual desata la furia de la "Apostasía" que le reprocha acerbamente:
 
"¡Oh infame hebreo! ¿Esta fue
la unión que dejamos hecha?".
 
La herejía (Apostasía) es considerada en esta obra como el enemigo capital de España, por eso en el tramo final de la I Parte de "El santo Rey Fernando" asistimos a una de las más grandiosas apoteosis de la Santa Inquisición que se han podido escribir jamás, toda una exaltación de la Inquisición. La Apostasía extranjera que conspira para destruir la integridad de España pagará caro su atrevimiento. El Rey Santo es santo por no poder tolerar que se hiera la fe de su pueblo, pues en juego está la salvación de muchedumbre de almas: él mismo lo declara, está dispuesto a entregar su vida antes que ver que se ofende a Dios y a la Santa Fe, como aquel dignísimo sucesor de Fernando III, su descendiente Felipe II, el Rey Prudente que prefería no reinar que reinar sobre infieles. Dice Fernando el Santo:
 
"Señor, muera yo y no haya
quien en mi reino os ofenda".
 
Y la Fe, más adelante, alaba esta ofrenda, tan cara a Dios:
 
"¡Ay de ti, Fe! A no tener
Rey que tus agravios sienta".

La misma Caridad que salva al judío que se convierte de corazón tendrá que ejecutar la justicia sobre el protervo hereje que quiere envenenar la nación de San Fernando. El mismo Rey toma la palabra y sentencia:

"...Lo que era
hasta aquí misericordia,
en justicia se convierta.
...
...La sentencia
pronuncia, y siendo de muerte
al brazo seglar le entrega,
advirtiendo en su castigo
que del cuerpo de la Iglesia
éste es nervio cancerado,
y así es forzoso que sea
su cura al fuego, que el cáncer
sólo el fuego le remedia".

Fernando III el Santo subirá al cielo el mes de mayo de 1252 y la Santa Inquisición española no sería tal hasta 1478, pero -otra vez el elemento prodigioso que siempre sirve para confirmar los destinos- Fernando III el Santo tendrá, en este auto calderoniano, una visión en que se le aparecerán San Leandro y San Isidoro de Sevilla, que lo consuelan y son su consejo celestial. Son San Leandro y San Isidoro los que le presentan a Fernando a las tres Virtudes Teologales que vendrán a anticiparle la solución de todos los conflictos: la Inquisición, con su correspondiente interpretación simbólico-heráldica del Santo Oficio.
 
La Caridad se corresponderá con el símbolo de la "Pacífica Oliva". La Fe, con el del verde tronco: los leños con los que se quema al apóstata y la  misma Cruz, que es el mejor trono que puede tener un Rey Cristiano. Y la Esperanza, que se cifra en la Espada y que dice:
 
"Esta es la que dio a España
y ésta es la que ha de volver
a restaurarle en tu mano,
y aunque ahora sus triunfos den
la Fe y la Caridad, yo
reservo el mío, porque
la Esperanza siempre guarda
sus triunfos para después".
 
Ante las Armas heráldicas de la Inquisición, que Fernando III el Santo contempla en esta maravillosa visión, exclama el Rey Santo:
 
"¿Qué jeroglífico es, ¡cielos!,
formado en el aire aquel,
que de espada, cruz y oliva,
uniéndose todas tres,
me proponen la Esperanza,
la Caridad y la Fe?".
 

 
Le responderá la Religión (que significa -como era sólito en aquel entonces: orden religiosa- y que, en este auto, corresponde a la Orden de Predicadores de Santo Domingo de Guzmán) proclamando la misión de salvaguardar la Fe, la Esperanza y la Caridad, misión que cumplirán los celosos y santos inquisidores dominicos. La I parte de la obra termina presagiando la Reconquista que está por llevar a cabo el monarca santo, y todos invocan a Fernando:
 
"¡Al arma, pues!
A lograr en los triunfos de la Esperanza
méritos que adquirieron Caridad y Fe".
 
CONCLUSIÓN: 
 
En conjunto podemos decir que la I Parte de "El santo Rey Don Fernando" es uno de los autos sacramentales más destacables de la dramaturgia calderoniana: es nuestra intención hacer la pertinente exégesis de la II Parte en otra ocasión, si Dios quiere.
 
La I Parte se trata de una comedia de vidas de santos, pero con el particular de que el santo sobre el que versa es a la vez uno de los Reyes más importantes de toda nuestra historia nacional. Por ello, Calderón ha plasmado en esta obra las características propias del Monarca Católico Hispánico, pudiendo encontrarse entreverados en sus versos muchos de los consejos propios de los Espejos de Príncipes de la época; aunque la obra no tiene como principal asunto la impugnación del maquiavelismo, pueden encontrarse sutiles referencias que lo refutan en virtud de la personalidad de Fernando III de Castilla, dechado de virtudes y espejo de las tres virtudes teologales. Puede parecer que, en algunos momentos de la pieza, Fernando III el Santo realiza o dice cosas parejas a las que sabemos que dijera e hiciera Felipe II; pero, aunque Calderón jugara con eso (sirviéndose de algunas anécdotas muy conocidas de Felipe II), lo importante de esa similitud es que estamos ante dos Monarcas Hispánicos miembros de una misma Tradición, a la que honraron con su santa vida.
 
Prevalece el ternario: son tres las comunidades que cabe distinguir por su religión y que coexisten en España en los tiempos en que tiene lugar la acción dramática; irrumpe un elemento que en la obra comentada es el centro de toda la aversión calderoniana que, como genuino español de su época, comprende que nada puede ser peor para la paz y la grandeza de una nación católica que la herejía: que la herejía reciba el nombre de "Apostasía" tiene su punto apocalíptico: baste recordar el énfasis que el Águila de Patmos pone en el tiempo de la gran apostasía. Pero el esquema triádico prevalece a lo largo de la obra dramática: el Alcorán, el Hebraísmo, el Católico Hispano (que englobaría a los personajes de: El Rústico, la Religión de Santo Domingo de Guzmán, San Isidoro, San Leandro, el Viejo, los Músicos y, por supuesto, el protagonista San Fernando); tres son los enemigos del Reino de Fernando el Santo (el judaísmo, el islam y la herejía) y, por último, las tres virtudes teologales que encuentran su correlato simbólico en los tres elementos que forman las armas heráldicas de la Santa Inquisición.
 
Los eventos maravillosos también son incorporados a la obra dramática: primero, con el descubrimiento de las "tablas proféticas" que desvelan la grandeza del reinado de Fernando y, en el tramo final, con la visión y comunicación que Fernando tendrá con San Leandro y San Isidoro de Sevilla.
 
Podemos decir que "El santo Rey Don Fernando" de Calderón de la Barca constituye uno de los monumentos de nuestra dramaturgia nacional, tanto por la grandeza paradigmática del personaje central de la obra (Fernando III el Santo), como por el genio del autor de la misma (D. Pedro Calderón de la Barca). Consideramos que no sólo merece la pena ser leída como una obra dramática más, sino como un Tratado de Teología Política que revela el ser de España y los designios para la misma. Es una obra que permanecerá incomprensible para cuantos han hecho del catolicismo una blasfema caricatura sensiblera, pues como español que es, Calderón vive como católico militante, siempre presto a defender la Fe con algo más que los "minutos de silencio" o la meliflua verborrea del irenismo.
 
 
NOTAS:
 
La obra comentada de Calderón la hemos leído en "Autos Sacramentales, Alegoricos, y Historiales del insigne poeta español Don Pedro Calderón de la Barca", en la edición de D. Pedro de Pando y Mier, Madrid, Imprenta de Manuel Ruiz de Murga, del año 1717.
 
1. Vossler, Karl, "Algunos caracteres de la Cultura Española", Colección Austral, Espasa-Calpe, Madrid, 1962.
 
2. Menéndez y Pelayo, Marcelino, "Sobre los autos sacramentales", en "San Isidoro, Cervantes y otros estudios", Colección Austral, Espasa-Calpe, Madrid, 1959.
 
3. Personalmente he sentido siempre una especial devoción por el teatro calderoniano, fruto de ello fue "A Dios por razón de Estado. Un auto sacramental de D. Pedro Calderón de la Barca", publicado en RAIGAMBRE.
 
4. Fernández Escalante, Manuel, "Schmitt en cuarentena", en "Estudios sobre Carl Schmitt" (coordinado por Dalmacio Negro Pavón, VV.AA.), Fundación Cánovas del Castillo, Madrid, 1996. D. Manuel Fernández Escalante (q.e.p.d.) fue un eminente catedrático de Filosofía del Derecho en la Universidad de Valladolid, recientemente fallecido el 27 de agosto de 2014, Dios lo tenga en su gloria.

5. Fernández de Castro, Sor María del Carmen, "Nuestra Señora del Arzón" (citado en "Vida de San Fernando: sus últimas voluntades" en el blog que recomendamos de la A. C.. T. Fernando III el Santo de Palencia).

miércoles, 31 de diciembre de 2014

INGLATERRA CONTRA EUROPA: PERSPECTIVA DE DONOSO CORTÉS


EN LAS CONSIDERACIONES DE JUAN DONOSO CORTÉS


Manuel Fernández Espinosa

DONOSO CORTÉS, UN PENSADOR ESPAÑOL PARA EUROPA


Juan Donoso Cortés (conocido en la Europa de su tiempo como el Marqués de Valdegamas) es uno de los pensadores españoles más universales. Su influencia europea se hizo sentir ya en los mismos días de su vida terrenal y, póstumamente, su obra siguió siendo objeto del estudio exhaustivo y la atención de eminentes personalidades europeas. Como diplomático, Donoso Cortés entabló relaciones de cordialísima amistad con otros colegas suyos de las embajadas europeas. Citemos algunos nombres, como el de Peter Barón von Meyendorff (1796-1863), embajador del Zar, al que Donoso Cortés conoció en Berlín; Meyendorff afirmaba en correspondencia epistolar que el "Discurso sobre la situación general de Europa" del Marqués de Valdegamas había sido leído por el mismo Zar (también se sabe que lo leyeron Federico Guillermo IV de Prusia y Napoleón III). En Viena, el gran estadista Clemente von Metternich (1773-1859) honró con su admiración a Donoso Cortés y, entre los prusianos, el gran amigo de Donoso Cortés fue el polaco Athanasius Conde de Raczynski (1788-1874), embajador de Prusia en Madrid desde 1848 a 1852, con quien se carteaba y cuyas cartas constituyen el cañamazo de este artículo.

Más tarde, en el siglo XX y en el campo académico, Donoso Cortés continuaría siendo el foco de atención de alemanes como el hispanista Edmund Schramm (1902-1975) que contribuyó como pocos a poner en valor la obra donosiana, a partir de su ensayo "Donoso Cortés, Leben und Werk eines spanischen Antiliberalen" (publicado en Hamburgo por el Ibero-Amerikanisches Institut, año 1935). El ensayo de Schramm es una pieza de obligada lectura, pero con antelación a Schramm nuestro pensador extremeño había captado el interés de Carl Schmitt (1888-1985) que ya en fecha tan temparana como el año 1922 había dedicado uno de sus primeros artículos (y no sería el último, por cierto) a Donoso Cortés. Puede decirse que Donoso Cortés es una de las constantes del pensamiento de Carl Schmitt. Aunque Oswald Spengler no lo cita expresamente, muchos de los pensamientos más resonantes de Spengler se encuentran esbozados en los escritos de Donoso Cortés. Valga esta somera aproximación para llamar la atención sobre la influencia que el pensamiento donosiano ejerció sobre Europa, cuestión apenas estudiada a fondo y sobre la cual el socialista Luis Araquistáin (1886-1959) pareció tantear algo con su artículo "Donoso Cortés y su resonancia en Europa" (1953), aunque desatinando mucho; hacemos bien en suponer que Araquistáin erraba por sus prejuicios ideológicos y el contexto en que escribía. Sin embargo, lo que aquí queremos explanar es harina de otro costal. Como indica el título: queremos aproximar al lector a la percepción que Donoso Cortés tenía de la política inglesa, tan determinante para el devenir de España, Europa e Iberoamérica.


SU ENFOQUE CATÓLICO


Para abordar nuestro tema, hemos de tener en cuenta que por mucho que Juan Donoso Cortés figure -a efectos de clasificación- en el elenco de autores tradicionalistas españoles, la cuestión no es tan fácil de despachar si atendemos a la evolución de su pensamiento. Donoso Cortés no fue nunca, por ejemplo, carlista, sino que permaneció siempre leal a la línea ilegítima del Trono: la regente María Cristina y su hija Isabel. Otros le ponen la etiqueta de "doctrinario", pero aunque en sus inicios como autor pudiera entreverarse un cierto doctrinarismo, sin embargo bien pronto se alejó de esas posiciones por entenderlas como componendas y tachándolas de "eclécticas", mientras sostenía fuertes polémicas con doctrinarios como Pellegrino Rossi (1787-1848). Al término de su vida incorporó en su pensamiento elementos propios del tradicionalismo francés, con especial mención de Louis Vizconde de Bonald (1754-1840), Hugues-Félicité Robert de Lamennais (1782-1854) o Joseph Conde de Maistre (1753-1821). Podemos decir que Juan Donoso Cortés -al margen de las influencias que le vinieran de aquí o allí- constituye en todo caso el de un pensador católico español (a la manera de Jaime Balmes) y, por católico coherente, antiliberal.

La evolución del pensamiento de Donoso Cortés está indisolublemente unida a los avatares de su vida personal (que siempre reservó celosamente, confiando algo de ella tan solo a los contados amigos en la correspondencia epistolar) y, por supuesto, dicha evolución de pensamiento sería imposible de comprender prescindiendo de su circunstancia histórica. El punto de inflexión del pensamiento de Donoso Cortés (que coincide con su madurez filosófica) lo marca la fecha 1848, con las revoluciones ("primavera de los pueblos", se le llamó) que sacudieron Europa.

Donoso Cortés había sido muy crítico en su primera etapa con la Santa Alianza (y en especial, con el principio de intervención) y, como afirma D. Luis Sánchez Agesta: "...a través del prisma del doctrinarismo, ve la reconstrucción de Europa como un triunfo de las clases que con su inteligencia crean riqueza y cultura y son expresión de las nuevas naciones: las clases medias" (1). Para Donoso Cortés el intervencionismo de la Santa Alianza se convirtió en cuestión de patriotismo herido, por eso reprochaba en 1834 que: "El emperador de Rusia, que en 1812 había reconocido como legítima la Constitución de Cádiz, en 1820 la consideraba como la obra del crimen [...] Así, un tirano extranjero condenaba a una nación independiente y libre al suicidio y a la ignominia o a una muerte segura en una contienda desigual" (2). Es el principio de la intervención lo que reprobaba Donoso Cortés en esas fechas. En cambio, ya en 1834, Donoso Cortés parece columbrar el jaque que Gran Bretaña había dado a España en 1820, para arrebatarle la España de Ultramar, provocando la revolución (tanto en la España peninsular como en la americana) y, aunque enemigo de la intervención de la Santa Alianza, Donoso Cortés escribía: "La Inglaterra desaprobó también [la intervención recomendada por el Zar de Rusia en España para frenar el pronunciamiento de Riego], porque su sistema no es vencer por medio de la victoria, sino por medio de la desorganización, a los Estados a quienes asesta sus tiros". No obstante, a pesar de ello, Donoso Cortés no puede sufrir la injerencia extranjera en los asuntos de España y, en aquellas fechas, para él parece que la Constitución de 1812 todavía es considerada como algo propio y, por eso mismo, cualquier intento de inmiscuirse en nuestros asuntos era considerado por Donoso Cortés como una intolerable invasión, incluso en el supuesto de venir a suprimir una ley de muy dudosa legitimidad como aquella Constitución lo era.


INGLATERRA, LA EMISORA DE LA REVOLUCIÓN CONTINENTAL


Sin embargo, con el tiempo, Donoso Cortés comprobará que la radicalización del liberalismo (revolución larvada y silenciosa) en toda Europa, su consecuente recrudescencia, darán a luz posturas cada vez más abiertamente revolucionarias que ponen en peligro la misma existencia de la civilización. Por eso mismo, para la introducción que hace el mismo Donoso Cortés a los dos volúmenes de sus obras escogidas (y publicadas en el turbulento año de 1848), podía escribir nuestro insigne extremeño: "Resuelto a seguir de hoy más nuevos derroteros y rumbos en las ciencias sociales y políticas, ha creído [el autor; se refiere a sí mismo] que esta Colección podía servir para señalar a un tiempo mismo el término de una época importantísima de su vida y el principio de otra, que no ha de ser menos importante". A partir de 1848 es cuando podemos decir que tenemos al Donoso Cortés más genuino, sin la candidez juvenil que confundía el patriotismo con la Constitución gaditana de 1812.

Los cambios que afectan al escenario europeo provocarán que Donoso Cortés, cuando joven tan crítico con la Santa Alianza (y, particularmente, tan acerbo para con el Zar de Rusia), entienda que los grandes resortes del Orden en Europa son, a mediados del XIX: Rusia, Austria y Prusia. Y sobre la paz y el orden siente planear un nubarrón preñado de calamidades: Inglaterra. Por descontado que la aversión de Donoso Cortés por Inglaterra no obedece a fobias emocionales, sino que es fruto de un estudio de la historia y de la situación en que está instalado; surge por lo tanto de la reflexión ponderada. Donoso Cortés había expresado en enero de 1849 que: "yo quiero la alianza más íntima, la unión más completa entre la nación española y la nación inglesa, a quien admiro y respeto como la nación quizá más libre, más fuerte y más digna de serlo en la tierra" (3), pero lo que ya tenía muy claro es que Inglaterra ("o por mejor decir, por su Gobierno y sus agentes durante la última época") se ha echado en los brazos del más abominable error: "apoyar en todas partes a los partidos revolucionarios".

La anglofobia donosiana es, por lo tanto, una aversión a la política inglesa fomentadora de revoluciones; no a Inglaterra como nación. Donde se pone más de manifiesto esta frontal hostilidad de Donoso Cortés frente a Inglaterra será en las cartas al Conde Raczynski, su corresponsal en Madrid; cartas que se escriben mientras que el Conde Raczynski era embajador en España y Donoso era su homólogo en Berlín y, más tarde, en París. La colección epistolar está presidida por un tremendo pesimismo sobre la situación europea y, concretamente, española, así como un tono de sincera amistad que franquea en confianza las inquietudes políticas de aquella hora entre un polaco al servicio de Prusia y un español. En cuanto a la percepción de Inglaterra como la gran enemiga del orden, el español y el prusiano están mutuamente de acuerdo. En carta desde Dresde (17 de septiembre de 1849), Donoso Cortés le dice a Raczynski: "Inglaterra, vos lo habéis dicho, es el mal; tenéis mil veces razón" (4). Son muchas las menciones que los dos amigos hacen sobre Lord Palmerston (1784-1865), pero Donoso Cortés reconoce que la política británica, fomentadora de revoluciones, no es algo que pueda simplemente personificarse en Lord Palmerston: "Es un error creer que Palmerston sea en su país el solo amigo de la revolución; los ingleses lo son tanto como él por su cualidad de ingleses; entre Palmerston y Aberdeen no hay otra diferencia que la forma; de modo que la política de Palmerston no ha sido una política personal, sino nacional, y los que piensen lo contrario son unos niños" (carta a Raczynski, París, 10 de enero de 1852). Ni la caída de Lord Palmerston despeja el peligro que solo pueden conjurar Rusia, Prusia y Austria, pues si estas -dice Donoso Cortés: "se dejan seducir por Inglaterra, que no es otra cosa que una personificación diabólica, estamos irremisiblemente perdidos".

El peligro para la paz y el orden de Europa, comentado en sus cartas por el Conde Raczynski y el Marqués de Valdegamas es Inglaterra. Donoso Cortés lo apunta muchas veces: "El establecimiento de la influencia de los piratas es el signo precursor del mal que es más de temer" (París, 18 de febrero de 1852); los "piratas", es obvio, son los ingleses. Es por eso que, según confiesa: "He hecho contra Inglaterra el juramento de Aníbal... A mí, que una nación extienda sus fronteras o pierda una parte de su territorio, me importa poco; lo que me importa es que la revolución sea decapitada".


En cuanto a su carrera política Donoso Cortés siempre fue bastante modesto en sus aspiraciones, incluso cuando sus amigos (como Raczynski) lo animaban a ambicionar más altos cargos, solía quitarse importancia, dándosela más a sus pronósticos. En París, llega a confesar su agotamiento: "Creo que acabaré por irme a esconder en lo interior de una provincia, donde nadie se ocupe de mí ni yo de nadie. En este mundo todo es vanidad" (París, 29 de mayo de 1851). Sin embargo, la amenaza revolucionaria que supone la política británica para la estabilidad continental es capaz de espolearle a desear un cargo más elevado, sincerándose con Raczynski:

"Nunca he deseado tan vivamente como ahora ser ministro; si yo fuese ministro, España tomaría la iniciativa para fijar los términos de ese problema [se refiere a la confrontación entre Inglaterra y la Europa continental] e Inglaterra no olvidaría mi nombre. Sin embargo, en la esfera de mis funciones no dejo obrar a esta formidable potencia sin inquietarla; pero de esto no puedo hablar" (24 de febrero de 1852).

Sin embargo, este deseo no pasó nunca de un desiderativo: "¿No es triste, ¡gran Dios!, ver el medio de salvarse la Patria, poder uno salvarla y tenerse que reducir a la inacción? No es otra, a la verdad, mi situación" (había escrito Donoso Cortés, meses antes: el 21 de diciembre de 1851). Es interesante el último tramo del pasaje de la carta del 24 de febrero de 1852, que hemos citado arriba: por lo que parece insinuar Donoso Cortés los servicios de inteligencia británicos tenían que tener al embajador español en el punto de mira: "pero de esto no pueblo hablar".

Inglaterra venció: venció la Revolución. No sin ayuda de la banca Rothschild. Las intrigas financieras y políticas dieron paso a la Revolución. Donoso Cortés murió el 3 de mayo de 1853 en París. En la etapa final de su vida Donoso Cortés experimentó una  profunda conversión (dijéramos con mayor propiedad "sumersión") religiosa. Confió al gran escritor católico francés, su amigo Louis Veuillot (1813-1883), que en su ánimo rumiaba "dejar el mundo, no ya para ir a meditar en algún lugar solitario, sino para entrar en una Orden religiosa. Todo lo tenía ya dispuesto -nos dice Veuillot- y su elección se había fijado en la Compañía de Jesús" (5). La muerte le sorprendió antes, pero sin desatender sus ocupaciones diplomáticas, el pueblo de París pudo ver al embajador español dedicado a recorrer personalmente las casas de los barrios más miserables de París, para sentarse a la cabecera de los enfermos, mendigando el pan para los indigentes, despojándose de sus vestidos para darlos a los que no tenían abrigo, apadrinar a los hijos de los pobres, escuchar la Santa Misa en las iglesias más humildes de las barriadas más deprimidas. Un ataque al corazón le sorprendió en abril de 1853 y por un mes guardó cama, para fallecer cristianamente, diciendo: "Dios mío, criatura vuestra soy, Vos habéis dicho: ¡Yo atraeré a mí todas las cosas. Pues atraedme, recibidme!".

Las mediocridades fueron la tónica dominante de los gabinetes de gobierno español durante todo el siglo XIX, mientras los hombres más lúcidos, como Donoso Cortés, eran apartados a las embajadas, lejos de la Corte, el Congreso y los órganos de decisión. Por eso España tuvo, gracias al liberalismo, el deplorable papel que tuvo. Sin embargo, en París, el embajador de España, el gran pensador que era leído por el Zar y los reyes de Europa, dio sus últimas lecciones, ya sin pronunciar grandilocuentes discursos, ni escribir ensayos monumentales, sino con la humilde entrega a los más desfavorecidos, como aquellos católicos españoles que se agrupaban alrededor de San Ignacio de Loyola, a la conquista del cielo, mientras Inglaterra obturaba el paso a nuestra conquista del mundo.

Pero su obra -más valorada por los extraños, que por los propios- está ahí, para que volvamos a reemprender el camino del que tanto hace que nos hemos extraviado.



LAS REFERENCIAS DE LOS TEXTOS DE JUAN DONOSO CORTÉS PROCEDEN TODAS TODAS DE LAS "OBRAS COMPLETAS DE DONOSO CORTÉS" (dos tomos), publicados por La Bac.

(1) Luis Sánchez Agesta, "España al encuentro de Europa", La Bac.

(2) Juan Donoso Cortés, "Consideraciones sobre la diplomacia".

(3) Juan Donoso Cortés, "Discurso sobre la dictadura".

(4) Juan Donoso Cortés, "Correspondencia con el conde Raczynski".

(5) El testimonio de Louis Veuillot es citado por el P. Constantino Bayle (S. J.) en su introducción a las "Obras escogidas de Donoso Cortés", Editorial del Apostolado de la Prensa, Madrid, 1930.

 

sábado, 27 de diciembre de 2014

"LAS CUESTIONES PERMANENTES" DE ESPAÑA, SEGÚN JUAN DONOSO CORTÉS






EL GERMEN DE
LOS DOGMAS NACIONALES
DE VÁZQUEZ DE MELLA

Manuel Fernández Espinosa


Fue Ernst Jünger quien, en uno de sus viajes a Portugal, reparó en el paralelismo biográfico (diríase que plutarquiano) que hay en dos de los más grandes poetas peninsulares: Luis Vaz de Camoens y Miguel de Cervantes, pudiendo Jünger escribir: "Las similitudes entre el destino de Camões y el de Cervantes causan una impresión extraña: batallas navales, prisión, disfavor de los príncipes, celebridad mundial después de la muerte. Cervantes fue alcanzado en un brazo en Lepanto, Camões perdió un ojo ante Ceuta. Como en muchas vidas ibéricas, también en la suya interviene el mar con sus mudanzas engañosas; es algo que podría ampliarse a Colón y a los conquistadores".
 
Es difícil leer este pasaje y no percatarse del uso implícito que está haciendo Jünger de una de las categorías interpretativas de la filosofía de la historia y la geopolítica abordadas por el amigo de Jünger, Carl Schmitt, en "Tierra y mar" (1942). Jünger interpreta las "vidas ibéricas" como vidas anfibias, entre el elemento terrestre y el mudable elemento marino. Sin entrar en honduras schimittianas, la similitud histórica que presentan Portugal y España (ejemplarizadas en las vidas de Camões y Cervantes) es un hecho que, sin prescindir de la tierra y el mar, apunta a un destino común que se asienta en la geografía y en la comunidad de intereses vitales.
 
Ni Schmitt ni Jünger fueron ajenos al pensamiento de Juan Donoso Cortés, que lo precisó con esa lucidez que le caracterizaba. En el "Discurso acerca de las relaciones de España con otras potencias", pronunciado por el filósofo extremeño en el Congreso de los Diputados el día 4 de marzo de 1847 es suficientemente elocuente.
 
Este discurso de Donoso Cortés atraviesa el tiempo para interpelarnos con la fuerza de lo ineludible. Como la mayor parte de sus discursos, nos encontramos ante una pieza que trasciende la oratoria y la trivialidad de los asuntos políticos, para adquirir una vigencia perenne. En él se afirman las "cuestiones permanentes" (también pudiéramos decir los "intereses permanentes") que condicionan nuestra política según la situación geográfica:
 
"Nosotros no podemos ser una gran nación continental, porque la Francia tiene guardadas las puertas del continente. Nosotros no podemos ser una gran nación marítima, porque los buques británicos están a tiro de cañón de nuestros puertos".
 
El tema principal que trata este discurso es la explanación de los dos grandes peligros que se ciernen en ese momento para España: la colonización francesa de África y la influencia que Inglaterra ejerce sobre Portugal. Son cuestiones que pudieran parecer de rango histórico y, por ello, "superadas" a día de hoy; pero merece la pena la lección que se nos da. No es cuestión baladí para Donoso Cortés esta peligrosa proximidad de Inglaterra y Francia. Si por un lado Francia se instala en África, España quedaría bloqueada y económicamente se infligiría un daño irreparable por la competencia de los productos franceses en África. Sin embargo, el consuelo es que Francia no podrá realizar plenamente su proyecto, pues Portugal y España son las dos naciones que, por sus condiciones étnicas y culturales, más fácilmente podrían "civilizar" África, colonizándola. Sin embargo, esto no puede hacerse -opina Donoso Cortés- por la intromisión británica en Portugal. Cumple, por lo tanto, ejercer una influencia -a ser posible exclusiva- de España en los asuntos lusitanos. La unidad con Portugal que se insinúa no puede ser -bajo ningún concepto- por la conquista, sino por la influencia. "El día que la nación se redondee, por decirlo así; el día que la nación sea señora de sí misma, ese día esta nación podrá ser poderosa, una de las más poderosas de la tierra".
 
Donoso Cortés niega que España tenga (a mediados del siglo XIX) una política exterior. La tuvo en sus gloriosos tiempos y no se descarta que pudiera tenerla en un futuro, pero en 1847, cuando está dirigiéndole la palabra a los diputados del Congreso, afirma la inexistencia de esa política exterior y le asiste toda la razón. El mismo Donoso Cortés nos proporciona la definición de lo que hay que entender por "política exterior". Hay que entender política exterior como "un sistema calculado de alianzas", una dirección de "la actividad nacional en sus relaciones con las potencias extranjeras hacia un fin glorioso", "un conocimiento profundo de los intereses extranjeros que nos son contrarios", así como su envés: "un conocimiento profundo de los [intereses extranjeros] que nos son afines".
 
Así las cosas, España no dispone en ese momento (hoy en día podemos aseverar que tampoco) de una "política exterior", pues el fin de la gran política exterior es, como dice Donoso Cortés: no doblarse a influencias directas o indirectas del extranjero. Y España, en ese entonces (como hoy también) malgasta sus fuerzas vitales en discusiones estériles y en "domar a las facciones", quedando a merced del extranjero. 
 
Donoso Cortés es uno de los primeros que declaran el bastardo interés que Inglaterra y Francia tienen en dividirnos. Desde ese punto de vista hay que entender su polémica de 1838 con el doctrinario Doctor Pellegrino Rossi (1787-1848) y en el mismo discurso que estamos comentando el mismo Donoso Cortés nos dice: "lo que tenemos que temer  nosotros de la Inglaterra, lo que por la Inglaterra está realizado ya, si puede decirse así, es el rompimiento de nuestra unidad territorial".
 
Despejar las dos amenazas -la francesa y la británica- "no son para nosotros cuestiones de engrandecimiento, sino cuestiones de porvenir, de existencia".
 
Donoso Cortés señala, como ningún otro en su época, que la urgencia por la reintegración de la Península Ibérica es cuestión de vida o muerte. La lúcida exposición de Donoso Cortés no sería atendida tanto por los de su sector político, como por los que pudiéramos llamar la izquierda de la época. Así fue como, más tarde, el catalán Sinibaldo de Mas y Sanz (1809-1868) escribiría su libro "La Iberia. Memoria sobre la conveniencia de la unión pacífica y legal de Portugal y España", siendo uno de los pioneros españoles del iberismo, que tampoco carecería de eminentes pensadores portugueses. Y Juan Valera, algo más escéptico, también apuntaría a la necesidad de un entendimiento entre Portugal y España para los intereses de una expansión en África. En el campo tradicionalista, el que más brillantemente trataría las "cuestiones permanentes" esbozadas por Donoso Cortés, sería Juan Vázquez de Mella que las expuso como los tres "dogmas nacionales":
 
-Dominio del Estrecho.
 
-Integridad peninsular.
 
-Imperio espiritual con las naciones hermanas de Iberoamérica.
 
En conjunto, queda claro que, España no disponía en los días de Donoso Cortés de una política exterior. Pero, hoy en día, España tampoco dispone de política exterior alguna. Mientras estemos sometidos a las directrices que marcan ONU, OTAN y UE, España seguirá siendo una desgraciada nación con tendencias suicidas de desgarramiento, fragmentación y destrucción. Nuestra política nacional es la más deplorable muestra de una política ficticia que no es más que la gestión de nuestros recursos por unos "políticos" indígenas que, como cipayos, obran a manera de recaderos de extraños y hacen de capataces en una nación sierva, rendida a intereses extranjeros y siempre nocivos. Sería cuestión de abordar con más detenimiento lo que debiera ser una política exterior española, pero para eso habría que redondear la nación: no solo con la amistosa re-unificación de Portugal. Y para eso, puede que vaya siendo tarde: pues, si nos descuidamos, no habrá ni España.


BIBLIOGRAFÍA


Ernst Jünger, "Pasados los setenta I (1965-1970). Radiaciones", Tusquets Editores.

Juan Donoso Cortés, "Obras completas de Juan Donoso Cortés" (dos volúmenes), recopiladas y anotadas por el Dr. Don Juan Juretschke, Editorial Biblioteca de Autores Cristianos.
     

viernes, 26 de diciembre de 2014

NAVIDAD SIN NAVIDAD

 
Por David Guerrero González
Es algo muy repetido, pero no por ello menos cierto, que vivimos en una sociedad entregada en cuerpo y alma al consumismo y al hedonismo. Una prueba fehaciente de ello es como la Navidad ha sido desprovista de su verdadero sentido, para ser convertida en algo así como el mayor exponente del descontrol juerguista y consumista, todo aliñado, eso sí, con frasecillas sentimentaloides,  que desprovistas de toda espiritualidad, mueven a un falso buenismo que desaparece, cual pompa de jabón, en apenas unas horas.
No hace falta ser muy avispado para percatarse de lo anteriormente expuesto. Sólo basta mirar a nuestro alrededor, incluso en círculos de amistades que se autodenominan cristianos, para comprobar que el desastre es mayúsculo, y si osamos llamar la atención lo más mínimo seremos pronto llamados intransigentes y, por si cabe mayor barbaridad, seremos acusados de no vivir el espíritu navideño. Como decimos por mi tierra… “Pa reventá…”
El colmo del despropósito es comprobar que personas que presumen de ateísmo celebran la navidad con todo entusiasmo y sin ningún complejo, y es que si a esta fiesta se la descompone y se la desnuda de su sentido religioso, pues todos se sienten con “derecho” a celebrarla con fiestas orgiásticas y excesos de todo tipo.
¿Cómo se lucha contra todo esto? Pues viviendo estos días con la íntima alegría que derrama el Belén, con un sentido austero de la alegría y dando testimonio de Aquél que, siendo ejemplo de Santa Humildad, quiso compartir nuestros sufrimientos haciéndose niño en un pobre establo, pero eso sí, acariciado del amor de la Virgen María y su castísimo esposo San José. Aprendamos de ellos a permanecer como familia ante los envites de un tiempo y una sociedad que han perdido el norte.

jueves, 18 de diciembre de 2014

CATALONIA AND THE WORLD




Translation by Txio Basauri 


With regard to the last events about so-called separatist 'referendum' in Catalonia, locals and foreigners are wondering (and really do not understand) what happens in Spain. And to give them answers is never easy, but we believe we must try it, because this kind of prolonged agony that seems to suffer Spain imposes plain speaking. Even british Prime Minister Cameron tried to call to sanity asking the unity of Spain, which gives us an idea of how the situation is.

Anyway, let’s see step by step:

- Several european and south american media are spreading a false story in which an alleged 80% of Catalans voted for independence. This is false, basically because not even 30% of catalans have gone to vote, in an illegal farce, where catalan residents in other regions of Spain could not to vote, and where immigrants and children have voted. The polls have been open for several days according to its organizers, and as we have seen in many images, some people have voted several times. And yet, neither it has reached more than 30% for the "Yes". Then, how will want 80% of the Catalan people separate from Spain?










- Truly the Cameron's words are understood after what happened in Scotland. But what Cameron and many others do not know is that Scotland in no way compares to Catalonia. For example, Do you imagine that in Scotland would have been made a referendum for independence from the Hebrides? Well that would be the most serious parallelism that could be done. Catalonia, unlike Scotland, never was an independent kingdom. If you would like to make a real paralelism, an independence referendum would have to do it in the Kingdom of Aragon, ie the current regions of Catalonia, Aragon, Valencia and the Balearic Islands. The catalan separatists speak about of fictitious "Catalan Countries", which have never existed either historically or even culturally or linguistically, yet they never will dare raise a referendum in these regions they consider their property, because they know that would lose overwhelmingly. Neither Aragonese or Valencian or Balearic people and most Catalans want to separate from Spain, our common and ancient homeland. However, the catalan separatists, in addition to using foul play in his homeland, want to force other regions as well, and without asking opinion.

Returning to Scotland, do you imagine that the separatists say that Scotland also must take Wales and Ireland, without even asking? Well, this is the clearest parallels can be found on this issue.

Furthermore (because some people are so fond to parallels), Would Switzerland break into pieces because of hosting four languages? Not only in Spain several languages are spoken, indeed it happens in most of Europe. In France are also spoken Breton, Provencal and Corsican, even Basque and Catalan. In Germany are spoken Serbian, a Slavic language very minor, and in some areas, Polish, spoken by descendants of immigrants in this country. In Italy are spoken Sardinian, Xeneize, Genoese, Neapolitan ... And don't mention some countries in Eastern Europe. Also in USA some areas already speaks more Spanish than English. And in Peru, which in addition to Spanish, Quechua and Aymara, numerous native languages and dialects are spoken. And the same can be said of all the countries bordering the Amazon river. In North Africa, in addition to an arabic dialect that has little to do with classical Arabic language, spoken more to east from Egypt, is spoken Tamazight, the Berber language.  And what about the Black Africa? Do people know how many languages are spoken in China? Even Andorra is a catalan and spanish speaker country!

It means that according to catalan separatist beliefs, no country in the world could be in calm.

Historical ¿Reasons? Let's see how the separatists act: In Andalusia, the so-called "andalucistas" say that all our misfortunes are due to an atrocious conquest by barbarians from the north of the peninsula (among which are Basque and Catalan) that destroyed an idyllic islamic world. However, the Catalan separatists say exhort James I the Conqueror, King of Aragon in the thirteenth century conquered Valencia and the Balearic Islam, and whose help was instrumental in taking Murcia. However, the separatists in both sides say they're comrades. But if they were consistent they would be faced, since the "andalucista" doctrine criticizes the "barbarians of the North", among which are the Catalans ... But apparently, hatred, falsehood and injustice is stronger than knowledge . Anyway, Jaime I the Conqueror, when he wanted to organize a crusade that ultimately was unsuccessful, said: "Barons, we can leave, because today, at least we have left in good stead honor in Spain" (1). We say this because according to the fanciful theories of the separatists, Catalonia was an independent country until 1714, in which the Borbon dynasty annexed Catalonia by force, and becoming Rafael Casanova in a kind of Catalan national hero like "Braveheart" . But at that time Catalonia was part of the Crown of Aragon and was not independent from Spain, and Rafael de Casanova, who struggled because the Archduke of Austria were the king of Spain, proclaimed: "(...) save freedom of the Principality and all Spain; avoid slavery that awaits the Catalans and the rest of the Spaniards under French rule, shedding the blood gloriously by the king, on his honor, for their country and for the freedom of all Spain "; as well remembers Casanova's descendant (2), who doesn't like to use the name of his ancestor to distort history, a history that has ever existed rather than in lying heads. Because what was experienced in Spain in the early eighteenth century was a war of succession, where the Archduke of Austria did not accept the will of Charles II and, aided by the Netherlands and the British Empire, he faced Felipe V, the house of Bourbon, and rightful King of Spain by which Basques (3) and Navarres fought tooth and nail, and whom were rewarded conscientiously.

If we continue in history, in the war against Napoleon, the Catalans fought as one man with the rest of Spain. So much so that Agustina de Aragón, great heroine of this conflict was a full blooded catalan. As José Javier Esparza (4) says: "It's very clear the Catalan case. France, supported by a minority of separatists, offered even declare the Catalan as official language for a conceived Catalonia as an extension of the Napoleonic empire of the south Pyrenees. Facing the French offer, the vast majority of the Catalan population preferred to continue defending Spain and indeed, after the war those separatists had to leave the country as "Frenchified". Recall that Agustina de Aragon was Catalan. The Catalans also fought in the Bruc, in Gerona and many other points, guerrilla bands that became a nightmare for the French. In Catalonia, as in the rest of Spain, people fought for religion, country, crown and freedom, and it was for them one and the same thing, and all by the name of Spain. Equally clear is the case in the Basque Country, where, incidentally, the French repression was very bloody from the first moment. Also from the first moment it was clear the determination of Basques together to defend Spain and the Crown against the Napoleonic invasion. And besides, they do it precisely in the name of their Spanishness. There's an irrefutable document, the proclamation of the Board of Biscay in the same year, 1808, just triggered the insurrection against the French, and is a genuine appeal to the Spanish national unity. It read: "The Spanish Basques others Spanish: we are brothers, one spirit animates us all. Aragon, Valencia, Catalonia, Andalusia, Galicia, Leon, Castile, forget for a moment these same names eternal harmony and do not call yourself, but Spaniards. Receive as incontrovertible proof of the spirit that animates us, the burnt offering to the spanish freedom from the Eguías, the Mendizábales, the Echevarrías and other infinite Basques families".




Agustina Saragossa i Doménech 
catalan heroine of the spanish independence


Years later, the Catalans living in Cumaná (Venezuela) would organize and fight to the death to defeat the Bolivarian troops, who wanted to separate Venezuela and other american Spains of the common homeland. And they would with numerous canaries that then became prominent royalist leaders, as was the Spaniard José Tomás Boves.

And in the most contemporary history, It's true that during the early years of the Franco regime there wasn't unfair treat to regional languages, against the advice of many people who were not against the regime. But it passed soon, being that Catalonia was the region that flourished with Francoism, attracting crowds of La Mancha, Aragon, Murcia, Basque, Galician, Extremadura, especially Andalusians, to work in its industry; industry that there wasn't in other regions of Spain, much more dependent on primary resources. And of course, many tributes were made to Franco in Catalan, of which we put illustrated examples:


  1. Barcelona recibe con entusiasmo a las tropas de Franco - www.dolcaCatalunya.com

    El nacionalismo catalán nos ha contado que la Guerra Civil fue un conflicto deCataluña contra "España", y que la Cataluña de ...



  1. Franco visita Cataluña

    http://catalibanes.blogspot.com/ No-Do sobre la visita de Franco a Cataluña en 1962 con motivo de las terribles inundaciones ...


  1. 1970 Visita de Franco a Barcelona - Catedral de Barcelona - Pedralbes - Cataluña

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    1970 Visita de Franco a Barcelona - Catedral de Barcelona - Pedralbes - CataluñaRetroclips es un canal dedicado a recopilar ...








Plaque honoring General Franco in Catalan language in 1964


Las fotos no mienten: así agasajaba a Franco el Orfeó Català.

Franco Orfeó



El Barça ¿bastión de resistencia al franquismo? Condecoró ...





Well, we could have saved all these examples because even since before there was a name "Catalonia", the franks named those lands as the Spanish Mark, and "Hispani" to its inhabitants. It was there when it started to form the word "hispani-ol" (español = spaniard) the historic demonym of our homeland. And not surprisingly, from catalan language have come numerous words we use in Castilian - spanish and american lingua franca par excellence -, such as "peseta" (penny), "papel" (paper), "avería" (error), "añoranza" (longing), "butifarra" (sausage), "Capicúa" (palindrome), "linaje" (lineage), "rol" (rol), "reloj" (clock), "turrón" (nougat), and so many others (5).

So things, many people, with quite fair logic, might ask How it have penetrated so many lies, being as clear history, in a region like Catalonia, which until recently was the industrial engine of Spain?. It's one of the many things anybody can understand ... And is that few people can understand that in 1978, the regime leaded by Juan Carlos and Adolfo Suarez, established an electoral law regime unworthy and unfair as D'Hondt Act, which doesnt mean "one man, one vote ", but is governed by a misleading account of constituencies and proportionalities. In a system like the British constituencies, ie one candidate per hundred thousand inhabitants with an obligation to have an office in the territory, and where one man, one vote, separatism would never have gone from being a minority. But it turns out that separatism uses a spanish constituency system where parties with 300,000 votes have more deputies than matches with over one million voters. Also, by law, the state subsidizes political parties, trade unions and employers well. That is: The separatists use an unfair electoral system and taxes of all Spaniards to also impose a crazy educational system which can not be studied in spanish, a language that we share more than four hundred million people, and it is the mother tongue of most catalan families. Furthermore, it is added the system of autonomous regions, each region studied geography and distinct history, and all with differential invented facts ... And on top, receiving state subsidy. Because, if you do not know, the ghostly "Catalan embassies" and the "Basque etxeas" (6), ie, branches of "Basque" separatism also receive government subsidies; of the same State that in Lima, capital of Peru, funds the homosexual associations and "art" expos where they present to Santa Rosa de Lima as a transvestite (7); while thousands of young Spanish graduates are forced to emigrate, unable to return home soon.

All the separatist "catalan" oligarchy is steeped in tragicomic corruption, offshore accounts, in favors and dealings with mafias, and so on. And yet, all they can think of (in a Catalonia where the name "Muhammad" is becoming more common than "Jordi" ,where crime, insecurity and unemployment are rampant, where Islamism grows as foam); is to make a "referendum" that, rather than remembering a genuine Catalonia, ie model region around the Mediterranean, looks like a third-world show, where voted from children to women in hijabs. Total disfigurement for one of the greatest regions of Spain.

And you see, the facts are too clear.

Finally, I can only tell foreign friends who ask me about this topic: What would you think if in your own country, a regional separatist movement was receiving state funding, in an electoral system that continuously benefits them against parties with up to three times more votes; they were having ghostly embassies paid with money from all of you, and against state laws, they were organizing a referendum vote, banning the native residents in other cities to vote, or letting minors vote, and in addition to several times, or newly arrived immigrants vote?. And yet, nor the third part of that region have gone to vote to this farce. And despite everything, much of the international press would say that 80% of the population voted for independence. How would you feel?

Well, this is how Catalonia looks to the whole world. In contrast, although the corrupt state abandons it, a tide of catalans of good will grows and consolidates, thanks, among others, to the movement Somatemps, which is endorsed and energized, among others, by Professor Javier Barraycoa (8). The real Catalonia, full of people and tradition, is barely contained and can not hold more than its name is handled by corrupted people filled with lies and hate; and it's - perhaps - destined to lead a healthy, just and necessary reaction in a Spain punished everywhere. Hopefully so, because as Juan Vázquez de Mella, the great tribune of the Spanish tradition said: "After a terrible May 1, a May 2 will come more glorious than on 1808" (9).




By elmatinercarli.blogspot.com





(1) Jaime I, «el Conquistador - Gran Enciclopedia Aragonesa




(2) Una descendiente de Rafael Casanova: "Él era un patriota ...




(3) For example, Blas de Lezo. Blas de Lezo, el vasco que humilló a Inglaterra




(4) España no nació el 2 de mayo - El Manifiesto




(5) Palabras de origen catalán en el castellano - Hispanismo.org




(6) la euskal etxea no es la casa de los vascos - raigambre




(7) Urgente convocación: ¡protestemos contra infame ...





(8) SOMATEMPS | secretaria@somatemps.com



Javier Barraycoa | - DolcaCatalunya



Javier Barraycoa, autor de 'Cataluña Hispana ... - YouTube









(9) Juan Vázquez de Mella - Portal Avant!