RAIGAMBRE

Revista Cultural Hispánica

jueves, 2 de junio de 2016

EL ANTIHÉROE

Imagen de www.abc.es 



Por Antonio Moreno Ruiz
Historiador y escritor


Me siento muy orgulloso de que el Quijote sea considerado el mejor libro de todos los tiempos. Es un orgullo para nuestra universal lengua. No obstante, creo que ha tenido un aspecto negativo, y ha sido la propagación del antihéroe hasta convertirse en una suerte de arquetipo nacional, pesada losa que como nefasta imagen de acomplejados nos lleva acompañando ya siglos. Y es que también nos olvidamos que esta gran novela fue censurada en su día por personalidades tan importantes como Quevedo y Lope de Vega, colegas próximos de Miguel de Cervantes. Y las cosas pasan por algo.

Sobre los orígenes de Cervantes, se ha escrito absolutamente de todo: Gallego, catalán, judío, morisco… Sin embargo, yo me quedo más con la información que nos brinda Jean Dumont (1), aquel gran historiador que se consideraba “francés de España”, quien aseveraba que Cervantes procedía de cristianos viejos. No hay que buscar por ahí determinados “códigos secretos” que algunos pretenden sacar del Quijote, haciéndonos también a Cervantes como una especie de prócer liberal-progresista. No, nada de eso era Cervantes. Cervantes, como bien dice Dumont, adscrito a la corriente erasmista, corriente intelectual y religiosa que cautivó a no pocos intelectos españoles gracias al contacto con el mundo centroeuropeo de la época. Erasmo de Rotterdam, al cual protegió el mismísimo Carlos I, irrumpía en la escena cultural y espiritual con ideas que parecían renovadoras, sobre todo con respecto a la corrupción del clero y la falta de instrucción. Con todo, siempre dejó claro que “non placet Hispania”, y los “alumbrados” españoles, al igual que muchos ilustrados en el siglo XVIII, veían con mucha fatiga y pesimismo las costumbres y esencias de su propio país, creyendo que esta avalancha dizque humanista traería progreso. Cómo nos suena esto, constante tan manida en nuestra Historia… Ante el advenimiento de la ruptura protestante, Martín Lutero, quien años después exhortaba a los príncipes alemanes a “exterminar como a perros” (literalmente) a los campesinos rebelados, se declaraba heredero de Erasmo de Rotterdam. Sin embargo, Erasmo no salió del círculo pedagógico y ante la Reforma y la Contrarreforma, con una actitud más o menos “pacifista”, acabó por no gustar ni a unos ni a otros. ¿Será Erasmo un precursor de la Ilustración? ¿Del krausismo? ¿Todo se solucionaba con “educación”? ¿El problema era la traducción de la Biblia? Será y no será, porque uno de los problemas de Erasmo, sobre todo en los últimos tiempos, fue su “indefinición” ante uno de los máximos acontecimientos de Europa. Fue un hombre de gran conocimiento, sin duda, pero ese conocimiento no fue muy llevado a la escena práctica, y mucho menos en un mundo hispánico que se reafirmaba contra la iconoclastia y el determinismo de Lutero, Calvino y compañía; el cénit de la “cultura prometeica” según el filósofo y sociólogo letón Walter Schubart (2).

Con todo, como decimos, sus enseñanzas, sobre todo a través de la “cultura”, se hicieron eco en España, y parecido conflicto se viviría en el siglo XVIII, con una élite ilustrada y “afrancesada” ante un pueblo barroco; claro que en los siglos XVI y XVII la élite estaba mucho más mimetizada con el sentir popular en general, siendo que el erasmismo nunca salió de ciertas marginalidades.

En fin, aparte de este “humanismo renacentista-erasmista”, que se había anticipado en Italia con el rechazo de una época mal llamada “Edad Media”, siempre cuestionando el  “mundo anterior” y presumiendo de purismo y recogimiento mientras en verdad inyectaba un paganismo mal digerido, Cervantes tenía no poco resentimiento personal y en verdad no le faltaban algunas razones para ello. Sus servicios militares nunca fueron recompensados, y no le fue concedida la ansiada gobernación de Guatemala, lo que provocó que tuviera cierta visión negrolegendaria sobre las Indias. Aparte, como cobrador de impuestos, estuvo encarcelado, y de ahí a que dominara a la perfección el lenguaje hampón que con tanto arte plasmó en Rinconete y Cortadillo, por ejemplo. No nos olvidemos, asimismo, de hechos como su cautiverio en Argel, lo cual le dio para mucho en cuanto a los moros y el islam, no porque fuera morisco como algunos creen. Su mala situación personal, algunas inclinaciones intelectuales y sus continuos desencuentros en general, le imprimieron un carácter mordaz y satírico que no siempre fue bien comprendido.

El Quijote es un libro tan amplio, tan controversial, tan simbólico, tan realista, tan ácido, tan humorístico, tan pesimista… Y tantas y tantas cosas que abarca que ha provocado argumentos y visiones de todo tipo. Reitero: Debe ser motivo de orgullo el que nuestra lengua y cultura se haya embellecido con este ejemplo. Sin embargo, al no ser siempre bien comprendido, por encima de lo que pensara o dejara de pensar el propio Cervantes al criticar el manido gusto por los libros de caballería, lo cierto es que se fue extendiendo la idea del antihéroe como arquetipo español; idea en especial muy aprovechada por algunos ilustrados y luego por muchos liberales y marxistas; idea que asimismo han aprovechado determinadas oligarquía criollo-mestizas para, al servicio del imperialismo británico, hacer y deshacer en las Españas Americanas, ante un pueblo siempre humillado y cabizbajo, inconsciente de su grandeza histórica y sus inherentes capacidades. Fijémonos en cómo los españoles, cuando queremos hacer chistes, nos denigramos a nosotros mismos. Es algo que también le pasa a los portugueses. Otros han creado el absurdo mito del gallego tonto y bruto (3) para inventarse no sé cuántos chistes. Y así seguimos.

Está bien que haya molinos de viento que parezcan gigantes, está bien la cordura recuperada y la diferencia entre el quijotismo y el sancho-pancismo y todo eso, pero también está bien la realidad sin desdeñar ideales bellos, y menos los de una caballería que forjó una civilización cimentada en el espíritu, constituyendo un código histórico milenario; y está bien la autocrítica pero constructiva y también consciente de las virtudes y las buenas posibilidades. La idea del antihéroe se ha introducido y exagerado demasiado entre nosotros, y ya es hora de frenarla con ejemplos como el de José Cadalso (4), insigne patriota del siglo XVIII que murió intentando recuperar Gibraltar para España, mientras siglo después, toda una cohorte de acomplejados pseudo-intelectuales no hicieron más que, desde señoritingas posiciones, criticar y mentir sobre el pasado sin construir nada bueno y verdadero hacia el futuro.






NOTAS: 




(1)Sobre Jean Dumont:


jean dumont - antonio moreno ruiz





(3)Algo hablamos en este artículo:


RAIGAMBRE: ¿"ITALIANISMO" O IMPOSTURA?






domingo, 8 de mayo de 2016

COLÓN NO ERA DE HUELVA





Por Antonio Moreno Ruiz
Historiador y escritor 

Vive Dios que me cuesta la propia vida escribir este artículo, pero por causa de fuerza mayor, me veo obligado a hacer tal cosa.

Sobre los orígenes de Colón, se ha dicho un poco de todo: A la tradicional hipótesis de que era genovés, se le añade gallego, portugués, judío, catalán, mallorquín, francés, griego… Y qué se yo más. Aunque hay gente que pretendiera, asimismo, que Colón fuera de Huelva. Como si Huelva fuera una suerte de provincia ancestral y por supuesto separada de Sevilla por los siglos de los siglos amén. Cualquier ocasión puede ser válida para, desde una perspectiva “provincialista”, atacar a otra provincia. Y más si se trata de Sevilla. Que no digo que no haya en Sevilla gente que, asimismo, también se meta con otras provincias. Y así sucesivamente.

Pues bien, al final, esto es como todo: La realidad histórica siempre desmiente los histerismos y las ignorancias contemporáneas.

A saber:

-No existió una provincia de Huelva en Tartessos, ni en la Bética romana, ni en el emirato/califato o taifas musulmanas.

-Cuando en el siglo XIII el rey Fernando III el Santo reconquistó para la Cristiandad hispánica los territorios denominados como “reynos del Andaluzía”, éstos los reinos de Sevilla, Córdoba y Jaén. El reino de Sevilla abarcaba las actuales provincias de Sevilla, Huelva y Cádiz, así como parte del sur de la actual provincia extremeña de Badajoz. Las “marcas” de Algeciras y Gibraltar quedaron en una suerte de “dominio confuso” hasta que en el siglo XIV fueron detenidas las últimas tentativas musulmanas llegadas del norte de África a través de los benimerines; quedando, asimismo, estas “marcas” bajo la administración del reino de Sevilla.

Y por supuesto, los “reynos del Andaluzía” se encuadraban en la Corona de Castilla.

No sabemos a ciencia cierta el origen de Cristóbal Colón, pero sí sabemos que cuando zarpó del puerto de Palos de la Frontera, la provincia de Huelva no existía. Colón zarpó de un puerto del reino de Sevilla. Sanlúcar de Barrameda, otro puerto importantísimo para la ruta americana, también pertenecía al mismo reino.

-No es hasta el año 1833 cuando la administración española, dirigida por el ministro Javier de Burgos, cambia al sistema de provincias, eliminando las demarcaciones tradicionales.

No hay que olvidar que, en ese año, contra la ley, el liberalismo se impuso en el poder por la vía golpista, ayudado por el imperio británico, la Francia orleanista y mercenarios belgas.

Javier de Burgos, natural de Motril, llevó mucho más allá las intendencias borbónicas del siglo XVIII y suprimió la división tradicional en reinos, señoríos, etc.; siendo en el sur las más perjudicadas -con diferencia Sevilla- y Granada. Así como Sevilla abarcaba Sevilla, Huelva, Cádiz y parte de Badajoz, Granada abarcaba Granada, Málaga y Almería. Las medidas del ministro liberal, lejos de agilizar o facilitar la administración, desordenaron a un país exhausto, creando problemas y divisiones artificiales donde nunca había habido eso; donde nunca había hecho falta.

Lejos de la supuesta “primacía” sevillana con la que se obsesionan algunos, Sevilla fue muy perjudicada desde el siglo XIX, al igual que Castilla la Vieja lo será especialmente en 1978, con el régimen de las autonomías; desastre similar al que provocó el liberalismo isabelino en su día.

Por cierto que hasta Javier de Burgos, Granada no formaba parte de Andalucía. Reiteramos: Los “reynos del Andaluzía” eran Sevilla, Córdoba y Jaén. Del siglo XIII al siglo XIX. Aunque en el siglo XVIII ya hay alguna referencia a “los cuatro reinos” en Andalucía, oficialmente no es sino hasta el XIX.

Así que la teoría de los que hablan de una supuesta “nación cultural milenaria andaluza” con el notario Blas/Ahmad Infante por bandera (1) caen en el mismo, ridículo y cateto yerro que los que piensan que Colón era de Huelva, o que Sevilla siempre ha sido la capital de Andalucía.

Lo que sí es un hecho es que durante seis siglos, onubenses y gaditanos fueron tan sevillanos como los trianeros. Como provincias apenas tenemos/tienen dos siglos.

-Asuman tirios y troyanos que en Sevilla no hay más “derby” que el Sevilla-Betis/Betis-Sevilla. Cuando sevillistas y béticos jugamos contra otros equipos del sur, no los consideramos “partidos especiales”. Son inventos recientes y de un canal que, curiosamente, se dice “andalucista”. Pero es ese mal llamado “andalucismo” (en verdad alandalusismo) el que ha creado las rivalidades que empezaron sus legítimos padres liberales.  Pero en Sevilla hay “derby” también en las familias, pues rara es la familia que no tiene su división en sevillistas y béticos. Hace años, un presidente que tuvo el Córdoba y que era conocido como “el Sandokan” hizo notar esto de una forma muy gráfica: “¿Cómo vamos a ser nosotros igual que los sevillanos, si el sevillano desde que está en el coño de su madre es del Betis o del Sevilla?” Y es que así es. “El Sandokan” lo decía poco más o menos como queja porque no veía mucha raigambre cordobesista en Córdoba. Y es que de verdad: No se entienden tantos insultos a Sevilla y tanto supuesto “provincialismo” cuando en el fútbol se ve que poco caso se le hace al equipo de la provincia y muchos a otros de Despeñaperros para arriba.

Por supuesto que cada uno puede ser del equipo que quiera, pero en cuestión de odios y fijaciones, hay cosas que no cuadran.

 ¿”Rivalidad histórica”? Al contrario: Nos une mucho más de lo que nos separa. Con o sin fútbol de por medio. Es el liberalismo y su epílogo “andalucista” el que nos ha enfrentado. Su nefasta herencia es la que amenaza con romper toda España.

Otrosí, tanta obsesión con Sevilla denota un complejo muy grotesco. Porque el que está seguro y orgulloso de su identidad ama, no odia. Por eso los nacionalismos resultan tan histéricos, mentirosos y ahistóricos. Por eso este “provincialismo” moderno y ramplón se le parece tanto.

Para remachar, he de recordar que yo soy de Bollullos de la Mitación, pueblo situado unos dieciséis kilómetros de la ciudad de Sevilla, y que a su vez, está a veintipocos kilómetros de pueblos que ya pertenecen a la provincia de Huelva. Pues bien, propongo un reto: Póngase a dos tipos que gusten mucho del “provincialismo” mamarracho, uno de la ciudad de Huelva y otro de la ciudad de Sevilla; y al frente, individuos de Chucena, Bollullos de la Mitación, Aznalcázar, Hinojos, Pilas, Villamanrique de la Condesa, Almonte, Carrión de los Céspedes, Villalba del Alcor o Rociana del Condado. Y a ver quién es capaz de distinguir quién pertenece a la provincia de Huelva o de Sevilla por su forma de hablar o comportarse.

Somos la misma gente. Asumámoslo. Querámonos. Y dejémonos de divisiones que nos han impuesto los enemigos de nuestro pueblo.

Por favor: Demasiados problemas importantes tenemos para andar con tamañas estupideces que parecen tonterías de niños chicos. Ya está bien. Que quien escribe esto es un aljarafeño que, lejos de su tierra, se muere de nostalgia por Granada. Y por Córdoba. Y que se siente más en casa con algunos pueblerinos de la actual provincia de Huelva que con ciertos sevillanos citadinos.





Imagen de es.globedia.com




NOTAS:

(1)Sobre el islamismo de Blas Infante en particular y el alandalusismo en general, recomendamos:




el andalucismo, ¿quinta columna del islam en la península? -





martes, 3 de mayo de 2016

LA INVENCIÓN DE LA ASEXUALIDAD

Peter Paul Rubens - “Venus frígida” (1614)

LA VENUS FRÍGIDA: CONGELAR LA SEXUALIDAD


Manuel Fernández Espinosa



"Mantener a la humanidad bajo 500,000,000 en perpetuo equilibrio con la naturaleza." reza el primero de los renglones del extraño monumento llamado Georgia Guidestones. Los portavoces del Nuevo Orden Mundial han expresado en multitud de ocasiones su firme voluntad de controlar la natalidad mundial. Y ahora se hace todo más evidente.
 
¿Por qué la insistente propaganda gay en el mundo occidental y en todas las partes de la tierra que quedan bajo su influencia? La homosexualidad es estéril. ¿Por qué el aborto planetarizado? Para detener la natalidad. ¿Por qué la difusión de los más diversos métodos anticonceptivos? Relaciones sexuales, sí; pero natalidad, no. Y como todo esto no era suficiente ahora se ha descubierto (tatachán) una nueva -¿cómo lo diríamos para no ofender?- una "nueva" tendencia: la asexualidad.
 
Desde hace una semana estoy leyendo aquí y allá artículos que nos presentan la asexualidad, con la insidiosa manera que tienen "ellos" de persuadirnos de que lo "anormal" es "normal" y lo "contranatura" es "natural". Incluso una campaña publicitaria de colchones se ha apuntado a este carro de los locos. Dicho anuncio es todo un catecismo envenenado, para conseguir "normalizar" esta nueva tendencia que tratan de imponer para todos aquellos que, por los motivos que sean, se vean reflejados en ella. Dicen en el anuncio, por ejemplo: 

"Antes el sexo era pecado y ahora parece que el pecado es que no te guste".

Algo fácilmente aceptable incluso para los vigilantes de la más estricta moralidad sexual de signo cristiano. El sexo en sí mismo no es pecado, por mucho que se empeñen los puritanos o los depravados: es pecado desordenarlo.

"Los asexuales no vemos al resto de personas como una fuente de placer".

Parece una versión asexualista del imperativo categórico kantiano: norma contra la cual sólo los violentos sexuales (esos egoístas irredentos que no parecen querer otra cosa que explotar al "otro" y tener hijos como conejos) pueden oponerse. Es un error encontrar en los "otros" una simple "fuente de placer", pero no es todo tan simple como dicta ese sofisma.

"Normal es todo aquello que nos hace sentir a gusto y bien con nosotros mismos".

Toda una ética hedonista y privada, para justificar cualquier despropósito, a la que pudiéramos espetarle: ¿Y si a mí me hace sentir a gusto y bien conmigo mismo liarme a repartir mamporrazos a diestro y siniestro... también es "normal"?

Como vemos, mensajes de apariencia inocua, de ahí su efectividad. Y el propósito de todo es generalizar lo que, si es cierto que existe, es algo extra-ordinario, que se sale de lo normal precisamente: el hecho de no sentir ninguna atracción por el sexo.

De lo que se trataba, en el fondo, era de abrir otra brecha en la sociedad para esterilizar otro sector de población, ese que -por la razón que se quiera: desde una mala racha, un desengaño amoroso... se identifique con una moda que nos están imponiendo en los colchones.

Ellos saben muy bien cómo funcionan estas cosas: inventas el "nombre", lo aireas y empezarán a salir del armario asexuales que desarrollarán incluso psicosomáticamente todo el cuadro sintomatológico: así se controla bien al rebaño, así se neutraliza el apareamiento y (lo que para esta gentuza que nos domina es nefasto) la natalidad.

domingo, 24 de abril de 2016

EL AGUA Y EL ACEITE



Por Antonio Moreno Ruiz
Historiador y escritor

Si mezclamos el "optimismo científico" de la Ilustración con el darwinismo y lo aliñamos de una suerte de sensación de "belle epoque", nos queda un desprecio absoluto del pasado y un aislamiento de la historia que es fetén para el más fanático de los individualistas. El problema es que todo eso nada tiene que ver con la realidad, y la entelequia, con el tiempo, se va haciendo cada vez más pesada y grotesca. Porque lo que va "avanzando" no es el conocimiento, sino el atrevimiento que proporciona la ignorancia.

Para entendernos: Pensar que a lo que día de hoy se llama “democracia” tiene algo que ver con la "democracia de los griegos", cuando hace dos mil y muchos años ni se pensaba que pudiera haber “partidos políticos”, y asimismo, no podían votar ni mujeres ni esclavos ni extranjeros (sí, con la democracia siempre hubo esclavos), y cuando los griegos consideraban que la "democracia absoluta" era la antesala de la peor tiranía, queda muy ridículo. Los griegos (y de ellos copiaron y heredaron los romanos) creían en una suerte de combinación entre monarquía, aristocracia y democracia. Pero intentar explicar esto a día de hoy...

Otrosí, ello desemboca en intentar mezclar la pseudofilosofía progre con el realismo de la filosofía perenne, y no digamos ya con la religión. No sólo porque desprecien cientos y hasta miles de años de historia –que por supuesto-, sino porque no puede ser. Ninguna religión ni ningún sistema filosófico serio puede casar con las coñas marineras de Mayo del 68, antesala de los falsos "valores" de la modernidad. Pero tampoco casa con el liberalismo económico/político, esencialmente anticristiano. No por nada dijo Pío XI en su brillante encíclica Divini Redemptoris (1) que  “Para explicar mejor cómo el comunismo ha conseguido de las masas obreras la aceptación, sin examen, de sus errores, conviene recordar que estas masas obreras estaban ya preparadas para ello por el miserable abandono religioso y moral a que las había reducirlo en la teoría y en la práctica la economía liberal. Con los turnos de trabajo, incluso dominicales, no se dejaba tiempo al obrero para cumplir sus más elementales deberes religiosos en los días festivos; no se tuvo preocupación alguna para construir iglesias junto a las fábricas ni para facilitar la misión del sacerdote; todo lo contrario, se continuaba promoviendo positivamente el laicismo. Se recogen, por tanto, ahora los frutos amargos de errores denunciados tantas veces por nuestras predecesores y por Nos mismo.”

Las consecuencias que estamos pagando ahora, mucho después de la encíclica del Santo Padre Pío XI, se deben en muy buena medida a querer mezclar el agua con el aceite con cada vez más desenfado. Algo muy parecido ocurrió en la época de los arrianos. Muchos jerarcas eclesiásticos del siglo V d.C. o eran semiarrianos o abiertamente arrianos. Y todo eso desapareció. Aunque hizo mucho daño. 

O se cree o no se cree. O se es o no se es. Pero no se puede mezclar el agua con el aceite. La religión a la carta, tan a gusto de los protestantes, fue el mismo concepto que exhortó a Lutero a aconsejar a los príncipes alemanes que exterminaran como a perros a las rebeliones campesinas. Al final los heterodoxos son los más celosos de su supuesta ortodoxia. No deberíamos despistarnos por mor de los cantos de sirena, ni avergonzarnos ni acomplejarnos, ni dejarnos guiar por las siempre estúpidas modas.

Las ideologías se pretenden como sustitutos de la religión. Relegar la religión al servicio del interés ideológico es fabricar ateísmo. 

Hay verdades y valores de eternidad que están por encima de las “opiniones”; opiniones que, dicho sea de paso, hay muchos que sobrevaloran grosera y grotescamente.

El pseudocristianismo obsesionado con la masa, el número, el caer bien, los globitos, las palmas, las guitarritas ñoñas, las sonrisitas bobaliconas, el “éxito profesional” (con conceptos de “éxito” y “fracaso” propios de los yanquis), el estilo hippie y demás inyecciones más o menos protestantes/más o menos revolucionarias ya está cayendo por su propio, viejo e incongruente peso. Afortunadamente. Aunque algunos sigan queriendo santificar la usura y otras tropelías, como se dice en Sudamérica (donde la nefasta e hipócrita teología de la liberación sigue campando a sus anchas), “ya fueron”.

El cristianismo auténtico, ante los tiempos que se avecinan, será de catacumbas, pero fue, es y será un cristianismo vivo.

Reiteramos: El agua no se mezcla con el aceite. Todos los intentos, amén de contraproducentes, irán agrandando los ridículos y las desazones.  





Imagen de www.forosperu.net





NOTAS: 

(1)Puede leerse la encíclica completa en el enlace: 

Divini Redemptoris (19 de marzo de 1937) | PIUS XI

lunes, 4 de abril de 2016

LA MENTIRA REPUBLICANA

Imagen de twitter.com

Por Antonio Moreno Ruiz
Historiador y escritor
Eso de repetir mucho las mentiras para convertirlas en verdades no es un invento de los nazis, sino de los revolucionarios franceses. Está muy de moda culpar de absolutamente todo a Hitler y tal, pero la mayoría de las cosas que se le adjudican en exclusividad vienen de mucho antes, recorriendo desde el liberalismo hasta su legítimo hijo marxista.
Y bueno, en resulta que en España se nos repite como narcotizados papagayos aquello de que la república era un régimen legal, apoyado por el pueblo, que fue asaltado por unos militares fascistas. Por supuesto, no es la única mentira que se nos ladra; pero es a partir de aquí donde empieza la retahíla; por lo tanto, el cáncer debe ser extirpado de raíz. Porque la verdad es que la república ni fue apoyada por el pueblo ni fue “legal”. En 1930 hubo un golpe frustrado de militares republicanos apoyados por algunos burgueses que en verdad, ni tan siquiera eran de izquierdas. La mayoría procedían de la derecha liberal a la que el general Primo de Rivera no había dado bola en sus siete años de dictadura (1923-1930) y que se sentían traicionados por Alfonso “XIII”, a la sazón, el primer productor pornográfico de España. El golpe fue secundado por Queipo de Llano, entre otros, y Mola no lo vio con antipatía, pero desde primera hora dijo que así no podía a ser, que eso era un fracaso. Mola acertó y el golpe dirigido por Galán y García Hernández fue un sainete absoluto, siendo ejecutados los mentados cabecillas. El PSOE participó poco, aunque fiel a su idiosincrasia, pronto se cambió de bando. Y digo se cambió de bando porque Primo de Rivera nombró a Largo Caballero consejero de la presidencia, y porque en contra de los anarquistas, confió en ellos para la cuestión sindical. Luego de sentirse muy cómodos, pronto empezaron a hablar de memoria histórica…
Y bueno, en abril de 1931 hubo elecciones, claro que las hubo. Pero resulta que esas elecciones fueron ganadas por los partidos monárquicos. Sin embargo, Alfonso “XIII”, demostrando su sempiterna indignidad, tras consultar con el corrupto Romanones, pegó la espantá y se fue con viento fresco. Los republicanos, que habían ganado en las capitales pero que habían perdido las elecciones, tomaron el poder a placer y lejos de crear un régimen que uniera a todos los españoles, comenzaron dividiendo, con una ridícula bandera que jamás tuvo que ver con nuestra historia ni con nuestra cultura, ni con Castilla ni con la revuelta de los comuneros, y sí con unos revolucionarios masónicos del ejército que a finales del XIX ya estaban dando por saco con aquel feo contrasentido vexilológico. Y así, desde la derecha liberal a la extrema izquierda, al mes de proclamarse aquel ilegítimo régimen, comenzó la quema de conventos.
Reitero, porque es algo en lo que ciertos escritores e historiadores no caen a la hora de enjuiciar a aquel nefasto régimen y a la posterior Guerra Civil: Los republicanos jamás ganaron las elecciones. Los números y las hemerotecas ahí están.

El republicanismo en España siempre ha sido una mentira, y de mentiras y odios se alimenta. No obstante, lo más grave no es eso: Lo más grave es que haya supuestos patriotas que se acojan a este viaje a ninguna parte. Por lo visto no aprenden, y se creerán que domesticarán para sus antojos al republicanismo para convertirlo en patriótico, porque ellos lo valen. En fin...

domingo, 6 de marzo de 2016

HONOR Y GLORIA A ALEJANDRO FARNESIO

Imagen de www.abc.es



Por Antonio Moreno Ruiz
Historiador y escritor

Uno tiene la suerte de tener un señor padre harto aficionado a la Historia. Desde muy niño, empecé a leer biografías, amén de una enciclopedia que Domínguez Ortiz dirigió con notables profesores con la Editorial Planeta. Y uno de los personajes predilectos de mi padre para con nuestra Historia es Alejandro Farnesio. Por supuesto, es un sentimiento compartido. Y sin embargo, estamos ante un gran olvidado, cuando no desconocido. No aparece apenas en los planes de estudio, por no decir nada, y ya les adelanto que la universidad es más de lo mismo. Y lo más triste y amargo es que apenas hay biografías sobre este gran héroe en lengua castellana.

Y a todo esto, ¿quién fue Alejandro Farnesio?

Me temo que para responder correctamente no cabrían páginas en el mundo.

Por mi parte sólo puedo realizar un pequeño homenaje pues a este gran guerrero católico, defensor de la Hispanidad hasta los tuétanos:

Alejandro Farnesio fue el Tercer Duque de Parma. Nacido en Roma en el 1545 y falleció en Arras en el 1592. Fue hijo de Octavio Farnesio y de Margarita de Austria y Parma, siendo ésta era hija natural del Emperador Carlos I. Se educó en la Corte de Madrid y en el 1565 contrajo matrimonio con María de Portugal, nieta de Manuel el Afortunado. Una política muy seguida de cerca desde los Reyes Católicos y la Maestría de Avís; siendo su mejor artífice a posteriori Felipe II. Y es que nuestro héroe también fue educado codo con codo con Carlos, hijo de Felipe II, y con Juan de Austria, hermanastro del mismo glorioso y mentado rey.

Desde muy niño, Alejandro Farnesio mostró gran habilidad para la milicia y un gran interés por las letras, siendo desde muy pronto destacado en las mejores Cortes de la Europa.

Participó en la victoriosa Batalla de Lepanto (1571), batalla en la que la victoria de las armas españolas y sus aliados libró a buena parte del Viejo Continente del peligro turco-islamista que asolaba a través del Mediterráneo. En el año de 1577, pasó a los Países Bajos, reclamado por el que era su gobernador, su tío Juan de Austria, quien, poco más tarde de alcanzar sepultura, le nombró como su sucesor en tan ardua tarea. Alejandro Farnesio se mostró no sólo como un valiente e inteligente soldado, sino también como un habilidoso diplomático. En el 1579, por el Tratado de Arras, logró que las Provincias del Sur, católicas, rompieran su alianza con las protestantes y reconocieran a Felipe II como rey. Como respuesta, Guillermo de Orange y las Provincias del Norte firmaron la Unión de Utrecht en el 1579, y en el 1581 proclamaron gobernador de los Países Bajos al Duque de Anjou, hermano del rey de Francia. Tropas gálicas acudieron en apoyo de los protestantes y lograron adueñarse de varias plazas, entre ellas Amberes, en el 1585; pero pronto hubieron de replegarse. Con la recuperación de Amberes en el 1585 y la derrota de las fuerzas inglesas llegadas en socorro de las recién constituidas Provincias Unidas (Conquista de La Esclusa, en el 1587), Alejandro Farnesio aseguró el dominio español sobre Flandes y Brabante. En el año de 1590, desatiendo sus consejos y aíno de noble entusiasmo, Felipe II le ordenó pasar a la Francia y apoyar a la Liga Católica. Alejandro Farnesio obligó a Enrique de Borbón-esto es, el futuro Enrique IV-a levantar el Sitio de París, y luego le derrotó en Ligny. “París bien vale una misa“ es el recuerdo de la Victoria de San Quintín.

Nuevamente en Flandes, socorrió a Nimega, cercada por las Provincias Unidas. En el 1592, retornó a Francia, liberando Ruan, sitiada por Enrique de Borbón. Poco después, cuando preparaba una nueva campaña en la Francia, murió en Arras.

Alejandro Farnesio fue uno de los mayores y mejores consejeros de Felipe II. Ante la empresa de la Grande y Felicísima Armada, bien sabía que los puertos de los Países Bajos se encontraban bloqueados por los protestantes (con la inestimable ayuda de los judíos, por cierto); ante lo cual era partidario primero de asegurarse y esperar para efectuar pues el socorro a Irlanda y preparar mejor una plausible derrota de la Pérfida Albión. Asimismo, no se veía con recursos para cumplir su papel y emprender tan costosa tarea, como bien han puesto de relieve Carlos Canales y Miguel del Rey en su genial Las reglas del viento (1).

Para la festividad de la Epifanía del Señor del 2004, le hice un regalo a mi padre que le causó mucha ilusión (de las pocas ilusiones que le he causado en la vida, para qué nos vamos a engañar…) Rebuscando por internet, fui a dar con Iber-Libro (2) y encontré una biografía de Alejandro Farnesio escrita por Julián María Rubio en 1939. Porque todo lo que se informe uno sobre la gran vida de Alejandro Farnesio es poco, y de esos datos, sumados a los que yo sabía, escribo como puedo de este gran prócer, que es un gran ejemplo de una parte de nuestra Historia que con orgullo mostramos como nuestro mayor tesoro. No porque pensemos que cualquier tiempo pasado fue mejor, sino porque admiramos aquella España que se erguía orgullosa desafiando a lo imposible. Frente a la Leyenda Negra y al complejo de inferioridad, hemos de amar lo nuestro, y para amar hay que conocer. Y es por eso que reivindicamos la figura de Alejandro Farnesio, uno de tantos que merece honor y gloria y no desmemoria y vilipendio.


(1) Para más detalles sobre este libro, véase:



(2) Página de Iber-Libro: www.iberlibro.com

miércoles, 2 de marzo de 2016

HIJOS DE CASTILLA


Momento del Acto en las Navas de Tolosa

Rafa Bocero,
Asociación Juvenil Gran Capitán de Córdoba


Y otro año más, Castilla vuelve a ser olvidada, Fernando III sustituido, la historia manipulada.
 
Roma no paga a traidores, le dijeron a los asesinos de Viriato, pero la España contemporánea sí. En las escuelas se concentran los alumnos para conmemorar la invención de un terrateniente islamista, un vividor que hablaba sobre los males de la sociedad y traidor a la auténtica Fe española. Soñador con una quimérica tierra de paz musulmana, mientras pisoteaba con sus palabras y acciones el recuerdo de todos aquellos que murieron bajo el yugo islámico. En las escuelas de nuestra tierra, los alumnos, en vez de estudiar la auténtica Historia de España, son obligados a escuchar un himno que no representa en justicia a ningún pueblo. Supuestamente toman un desayuno "típicamente" andaluz, pero diferente en cada una de las provincias de la tierra llamada Andalucía.
 
Hoy vemos tristemente como este personaje, es alabado como mártir,  y como sus infaustos planes se van cumpliendo.

Pobre Andalucía, histórica Castilla la Novísima, tierra de españoles; pobre historia de cada ciudad y pueblo, pues según la doctrina oficial del andalucismo, nunca ha habido mayor esplendor en nuestra tierra que con el islam. Tierra de paz hablan algunos, de las tres culturas dicen otros. Cuando lo cierto es que el terror era la única realidad para quien no profesase la fe de Mahoma; y la miseria, la esclavitud y la muerte su único destino. Y aun así, en pocas tierras como en esta, fecundó con tanta fuerza la Fe cristiana gracias a la sangre con que sus mártires regaron sus tierras.
 
Pero saben que se equivocan, por eso nos quieren callar la boca, pues saben que a poco que excavemos los cimientos, en Cádiz, Huelva, Málaga, Granada y Almería saldrán restos fenicios, así como en Córdoba, Sevilla o Jaén romanos.
 
Qué mal hemos hecho Señor para que se nos castigue de esta manera, donde muchos ciudadanos no quisieron la creación de una Comunidad, siendo Almería la última resistencia. Que a prisa y corriendo provocó que cambiaran las leyes para que de Castilla fuéramos desterrados.

Yo no soy hijo de la Andalucía islámica, mi madre es Castilla, quien junto a los leones nos protegió.
 
Renuncio pues a dicha maldición, y con esperanzas resisto siempre en guardia a que Castilla vuelva para liberarnos. Cual misma hazaña realizara el rey Santo, que Sevilla guarda.

Algunos de los participantes en los actos de Navas de Tolosa (Jaén)
 

viernes, 26 de febrero de 2016

28 DE FEBRERO: NADA QUE CELEBRAR (2016)

Pendón de San Fernando III de la Reconquista de Sevilla, expuesto en la catedral.



Por Antonio Moreno Ruiz
Historiador y escritor



Ante la llegada de un nuevo 28 de febrero, desde esta revista cultural hispánica manifestamos que no celebramos a Blas Infante Pérez de Vargas, individuo al que el pueblo andaluz jamás le dio ni su adhesión ni su voto; individuo que renegó de su apellido compuesto de nobleza castellana reconquistadora. No celebramos su camaradería con los separatistas antiespañoles que odiaban a Andalucía. No celebramos su islamismo, ni su odio a la tauromaquia, ni su odio a la Corona de Castilla y a los visigodos. No toleramos que un señorito que hacía las veces de ensayista pedante quisiera arrebatarnos nuestros valores espirituales y culturales más preciados en nombre de un exotismo que no existe. Y por supuesto, tampoco celebramos a este régimen corrupto y ladrón que, desde el PSOE y el PP a Podemos nos ha llevado a la miseria más absoluta, en nombre de banderas musulmanas y odios irracionales que sólo disfrazan un choriceo señoritingo-progre que nunca cesa.

Exigimos memoria histórica: En el año 711, jinetes moros atravesaron el Estrecho de Gibraltar e impusieron por la fuerza su cultura y su religión, oprimiendo a los indígenas hispanos y destrozando la Spania visigótica. Esta terrible invasión duró casi ocho siglos; ocho siglos en los que toda España peleó para liberarse del yugo extranjero.

Vinieron a llevarse nuestras riquezas.

Vinieron a llevarse a las mujeres para sus harenes, forzándolas, violándolas.

Vinieron a explotarnos, humillarnos y someternos.

Ningún pueblo celebra a sus genocidas.

No hay nada que celebrar en este vergonzoso día, y mucho menos, con forasteros o extranjeros como el holandés Kichi, ocupante del ayuntamiento de Cádiz, que en vez de reprochar a sus paisanos sus años de esclavismo y piratería, viene a insultar el día de la Hispanidad. No es de recibo que vengan extranjeros desagradecidos a escupir sobre nuestra memoria; como no es de recibo que el imperio británico siga invadiéndonos en Gibraltar.

Basta ya.

Derecho a decidir:

Derecho a celebrar a Ben Hafsún como el precursor de nuestra independencia y a Fernando III el Santo como nuestro patrón y libertador.

Derecho a que se hable claro sobre el fraude que supuso la votación del estatuto de autonomía, votación a la que se negó a acudir más del 60% del pueblo andaluz, y muy especialmente Jaén y Almería.

Derecho a que los pueblos de las Españas no vivamos enfrentados, sino hermanados.

Derecho a que se reconozca a Andalucía como encuentro del Atlántico y el Mediterráneo, como artífice de la hispanidad de Canarias y América y de la consiguiente expansión de la lengua de Cervantes, la misma que tuvo a Elio Antonio de Lebrija como gran gramático.

Derecho a que no se olvide nuestra herencia céltica, ibera, romana y visigoda.

Derecho a que se reconozcan nuestros lazos de hermandad con Portugal (especialmente con el Algarve) y con los pueblos del sur de Italia, y a dejarnos de zarandajas de imperialismo marroquí.

Derecho a que la Unión Europea deje de perjudicarnos para beneficio de Marruecos y Turquía.

Derecho a que se restablezcan los blasones tradicionales de nuestros cuatro reinos.

Derecho, sí, derecho a decir no a una pantomima neomorisca más.

NO AL 28 DE FEBRERO DE BLAS INFANTE, SÍ AL 28 DE FEBRERO CON "F" DE FERNANDO III EL SANTO.





 Cuadro de San Fernando III en la catedral de Jaén.
Imagen de www.rafaes.com