Historiador y escritor
No
tenemos constancia de que Valle-Inclán haya tenido mucho contacto con la Acción
Francesa de Charles Maurras, pero lo cierto es que esta escuela política
francesa influyó en España más de lo que se piensa. Y no sólo en España: Antes
de la irrupción del fascismo y adláteres, hasta Rumanía habían llegado sus
ecos. El pensamiento maurrasiano, tradicionalista, también encarnaba los
ideales jerárquicos, latinistas/clásicos, monárquicos, cristianos; y se
replanteaba la constitución histórica francesa frente al cada vez más
asfixiante centralismo; así como fue pionero en contactar y dialogar con los
sindicalistas; siendo que en Francia se formó algún sindicato legitimista que
el rey D. Jaime conocería muy de cerca. También trabajaría el carlismo en esta
dirección.
Con
todo, hay quien le achaca a Maurras contaminación del positivismo, y como buena
parte de su vida fue agnóstico, al final tuvo hasta que soportar la condena del
Vaticano. Y si bien es cierto que no faltan razones en cuanto a la
contaminación positivista, la verdad es que las desviaciones de Maurras eran
inocentes en comparación a la infame y manipuladora democracia cristiana (4) apoyada por muchos obispos, poniendo la
religión católica al servicio del interés politiquero liberal o progre, si hace
falta. (5)
Y
hablando de desviaciones, Valle-Inclán las tuvo, y muchas veces por intereses
personales.
Lo
que negamos de plano es que Valle fuera un bolchevique convencido, y mucho
menos, un “libertario” o anarquista, tal y como pretendería el escritor Suso de
Toro; el cual omite el poco aprecio que Valle le tuvo al “galleguismo”, siendo
que dejó dicho que Rosalía era una poetisa menor. Llegó hasta las boutades contra el “galleguismo”, aunque
fue buen amigo de personalidades como Brañas o Murguía; pero jamás le dio
pábulo a un regionalismo cuyas derivaciones acaso acertó a denunciar en alguna
medida.
Por
supuesto, jamás le dio bola al separatismo, teniéndole especial inquina al
“catalán”. Valle siempre fue un hispanista férreo, las cosas como son.
En
cuanto al marxismo, Valle jamás asumió los postulados del materialismo
histórico-dialéctico, y mucho menos los del ateísmo. Lo que vio en Lenin fue un
hombre que sabía disciplinar a las masas. Vio en la revolución algo inevitable
y según él, mejor que se hiciese desde arriba. Con todo, el caso es que lo
mismo le daba declararse absolutista que partidario de una dictadura sin
problemas.
Y lo
que también suelen omitir los que pretenden enrojecer ideológicamente a
Valle-Inclán es que en su escaso tiempo en Italia como director de la Academia
Española de Bellas Artes de Roma, no dejó de alabar a Mussolini por activa y
por pasiva, sin cortarse ni un pelo.
¿Qué
le pudo, entonces a Valle? A nuestro juicio, su incompleta formación, amén del
oportunismo. Fue eso más que los tumbos ideológicos en sí.
Resulta
curioso que tanto su familia como en su día Manuel Azaña digan que Valle-Inclán
siempre fue tradicionalista. Nosotros decimos que, en todo caso, siempre fue un
heterodoxo. A día de hoy, Valle encajaría más entre evolianos o duguinianos que
entre carlistas. Probablemente, eso de la Cuarta Teoría Política le hubiera
interesado (6).
No
tenemos constancia de que Valle-Inclán conociera a Julius Evola ni siquiera en
su estadía en Italia; no obstante, sorprende que en algunas de sus
declaraciones, comparta el mismo “elitismo” que el filósofo italiano; así como
muchas concepciones sobre la “política”. No hace mucho que leí Más allá del fascismo (7) y
doy fe que me han sorprendido muchas declaraciones de Valle-Inclán recogidas
por Manuel Alberca en ese sentido.
Sea
como fuere, más que “evolución ideológica”, Valle lo que tuvo fue amistades.
Como otros tantos intelectuales de su época, criticó mucho el turnismo pero se
aprovechó de él cada vez que pudo. No es que Valle se hiciera rico, pero desde
luego, participó de algún que otro “momio”, esto es, trabajo por enchufe, del
cual cobraba sin hacer gran cosa. Si bien dizque tradicionalista, buena parte
del carlismo (o del integrismo, mejor dicho (8)), siempre
consideró que su literatura era altamente inmoral y nunca lo vio con buenos
ojos. Y a pesar de ello, nuestro escritor logró hacer buenas amistades en el
carlismo, y de hecho fue reconocido por muchos carlistas importantes, que
fueron a agasajarlo en sus estrenos teatrales.
¡El
teatro! Bien merecería un apartado sólo para expresar esa suerte de amor-odio
que constituyó para Valle-Inclán, siendo que fue una de sus máximas
aspiraciones y dedicaciones, como renovador estético-cultural que se
consideraba, y sin embargo, le dio muchas insatisfacciones y malos entendidos.
A partir de aquí comenzó a cultivar su “personalismo”: Por ejemplo, la ruptura
de la amistad con Benito Pérez Galdós no vino por motivos “políticos”, sino
porque Valle interpretó que su isleño colega le había vetado una obra. También
se acabó peleando con la famosísima María Guerrero.
Amén
de las amistades que hizo como militante carlista, tenía otras muchas del mundo
literario. De ahí viene su amistad con Manuel Azaña y Cipriano Rivas Cherif; amistad
que mantuvo hasta su muerte. De ahí vienen sus conexiones con personajes de
todas las tendencias. Literariamente, siempre estuvo en el ojo del huracán, no
dejando indiferente a nadie. Su fuerte personalidad, su carácter peleón y sus
largas barbas (y de joven también las melenas) o provocaban odio o provocaban
admiración. Y el cultivo de amistades en todas las esferas ideológicas a través
de los cafés sin duda dio sus frutos en la república, donde más que al
comunismo, se acercó al Partido Radical de Alejandro Lerroux, a quien
consideraba luchador republicano de toda la vida y capaz de disciplinar a las
masas. No sabemos si se le olvidaba decir que Lerroux, como otros tantos
políticos republicanos, era masón… Sobre este particular Valle no sabemos que dijera
gran cosa.
Eso
de las masas siempre fue una obsesión en Valle-Inclán: Nunca gustó de esta
sociedad preludio del mundo moderno. Sin embargo, no nos parece que escudriñara
correctamente en las causas.
Sea
como fuere, si bien Azaña nunca lo consideró republicano, lo cierto es que
Valle sí que se consideró “hombre de la República”, y no polemizó con Unamuno a
pesar de las muchas diatribas liberales/anticarlistas del profesor vascongado.
No
podemos negar, asimismo, que Valle-Inclán denunciara muy acertadamente el
corrupto régimen turnista; así como que tuvo una intuición desbordante al
denunciar lo que había detrás de la dictadura primorriverista, en verdad, un
postizo para justificar o salvar al impresentable Alfonso “XIII” (el primer
productor pornográfico de España); ahora bien, según su carácter fantasioso,
también agrandó sus “méritos” al respecto.
Con
todo, hay algo que Manuel Alberca nos cita y que es fundamental para comprender
este universo ideológico y hasta espiritual, si se quiere: La teosofía. El
filósofo Manuel Fernández Espinosa insiste mucho en este aspecto, y con razón,
y a sus estudios remitimos:
los supuestos ideológicos de la novela de valle-inclán
Manuel
Alberca no trata este tema. Sólo alude vagamente a la afición espiritista de
Valle, que pudo desarrollar en su primer viaje a México. Y sin embargo, esto es
capital; porque los vínculos con esta gran nación hispanoamericana tienen mucho
que ver con espiritismo y teosofía. Su estrecha relación con presidentes iluministas
y anticlericales como Obregón o Calles no es casualidad. Recordemos que
defendió a capa y espada las descabelladas políticas de estos mandatarios; así
como el anticlericalismo brutal de Calles, que se cebó contra los pobres
cristeros, una rebelión contrarrevolucionaria en un país donde la gente llegó a
tener que bautizarse a escondidas. Puede que la actitud de buena parte de los
residentes españoles en México no fuera la ideal, y que no miraran más allá de
intereses más o menos mezquinos. Entiendo que Valle se pudiera pelear con
ellos: Yo mismo he decidido cortar relaciones con la inmensa mayoría de la
colonia española en el Perú; la gran mayoría, gente francamente prescindible y
culpable directa y cómplice del neoturnismo. Entiendo, asimismo, que pudiera
distanciarse tanto de liberales como de conservadores; o que, como nos pasa a
muchos, al final acabemos abominando todavía más de la derecha que de la
izquierda precisamente por la mezquindad individualista y la falta de interés y
sensibilidad cultural (9) de
esos que se dicen liberales, conservadores o lo que sea; vale, todo eso se
puede entender. Pero lo que no se entiende ni se justifica es que apoyara
especialmente a Plutarco Elías Calles, auténtica mala bestia masónica e
iluminista que masacró al pueblo católico mexicano, cuya lucha era muy similar
a la del carlismo. Y no se entiende en una época en la que Valle seguía
diciéndose cristiano y tradicionalista.
Con
todo, esta es, acaso, la principal desviación que podemos encontrar en el
“universo ideológico-espiritual” valleinclanesco. Lo de sus amistades
republicanas y su colaboración activa con el régimen tricolor queda casi en
peccata minuta. Muchas veces se hizo por interés personal-pancista. Aunque se
lo tomaba en serio.
De
México siempre recibió buena prensa, servicios y prebendas. Y durante toda su
vida se quiso rodear de este país.
Valle
siempre conservó un gusto por lo “irracional” desmedido; sin embargo, era más
racional de la cuenta cuando le convenía. Sobre todo a la hora de obtener
trabajos. Su “problema” era que esos enchufes se los acababa tomando en serio...
CONTINUARÁ...
NOTAS:
(4) Sobre Charles Maurras y la Acción Francesa, recomiendo especialmente:
Maurras y la Acción Francesa frente a la IIIª República
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Desde el «Caso Dreyfus» que lo origina, el autor recorre todo el desarrollo histórico de uno de los movimientos tradicionalistas más importantes del siglo XX: «La Acción Francesa»; el enfrentamiento con el Vaticano, la condena papal y posterior rectificación, así como también las definiciones doctrinarias de Maurras en pos de una Francia católica, monárquica, antimasónica y antiliberal.
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(5) Lo que sabiamente opinaba Rafael García Serrano:
RAIGAMBRE: LO QUE ES LA DEMOCRACIA CRISTIANA
(6) Sobre Alexander Duguin y la Cuarta Teoría Política:
(7) Mis impresiones sobre Más allá del fascismo:
mis lecturas: "más allá del fascismo" - antonio moreno ruiz
(8) Sobre el integrismo, se puede empezar por:
Partido Integrista - Wikipedia, la enciclopedia libre
(9) Recuérdese: