Por Antonio Moreno Ruiz
Volviendo a ver este interesantísimo reportaje:
Los muros que tejen el silencio y el olvido son los más difíciles de derribar. Lo que esconden son voces matizadas por el miedo, donde hay un largo recorrido entre lo que se dice y lo que se piensa...
percibimos cómo el bravo cabo de las Tropas Nómadas, Mokhtar Ahl Cheick, habla sobre el minuto 10 algo que a tirios y troyanos les resultará incómodo. Mejor no les adelantamos nada y les invitamos directamente a verlo....
Con todo, es curioso cómo en nuestro tiempo se ha producido un maridaje surrealista e hipócrita entre izquierdismo y morería, que en verdad, no tiene base histórica ninguna. Más bien al contrario, como nos recuerdan Serafín Fanjul, catedrático de Literatura Árabe y autor de libros imprescindibles como Al Andalus contra España, la forja del mito y La quimera de Al Andalus, la propaganda republicano-marxista fue maurófoba/islamófoba radical. A día de hoy, intentando apoyar el islamismo por su odio visceral al cristianismo y a su propia sangre, no se acuerdan de cómo siguen enfilando una odiosa propaganda sobre los soldados moros que combatieron en el bando nacional, en gran medida voluntarios, sobre todo tras el torpe bombazo de Tetuán (en 1936). Les dieron fama de saqueadores, violadores, sanguinarios, y no sé cuántas barbaridades más. Por otra parte, el agresivo ateísmo marxista despreciaba sistemáticamente la espiritualidad musulmana.
Que haya musulmanes que aprovechen la ignorancia de la izquierda y la traición de la derecha para sus fines se puede llegar a entender; no obstante, es difícil de entender que los ateos les abran las puertas a la media luna, cuando ellos serán los primeros degollados. Pero bueno, aquí en verdad no hay que buscarle lógica: El odio, y más aún, el odio alentado y subvencionado por la más canallesca oligarquía, es autodestructivo y carece de razón.
Por ello, desde estas líneas, exigimos a las hordas rojas que pidan perdón por su actitud racista y discriminatoria para con las gentes del África Española. Que pidan disculpas, entre otras cosas, por infringirles una leyenda negra tan falsa como injusta, por no respetar sus tradiciones e idiosincrasia, y por querer entregar tierra hispana al imperialismo alahuita. Porque nosotros, al contrario que ellos, reconocemos, aun siendo conscientes de las diferencias, a aquellos que combatieron por la bandera española.
Basta de mentiras. Basta de pseudo-memoria histérica. Valgan estos versos y este vídeo por un bravo caudillo rifeño que ayudó a liberar a España de la tiranía internacional que destruyó al pueblo ruso; y valga siempre esta bitácora para reivindicar la historia de nuestra patria y los que lucharon por ella.
Por ello, desde estas líneas, exigimos a las hordas rojas que pidan perdón por su actitud racista y discriminatoria para con las gentes del África Española. Que pidan disculpas, entre otras cosas, por infringirles una leyenda negra tan falsa como injusta, por no respetar sus tradiciones e idiosincrasia, y por querer entregar tierra hispana al imperialismo alahuita. Porque nosotros, al contrario que ellos, reconocemos, aun siendo conscientes de las diferencias, a aquellos que combatieron por la bandera española.
Basta de mentiras. Basta de pseudo-memoria histérica. Valgan estos versos y este vídeo por un bravo caudillo rifeño que ayudó a liberar a España de la tiranía internacional que destruyó al pueblo ruso; y valga siempre esta bitácora para reivindicar la historia de nuestra patria y los que lucharon por ella.
A BEN MIZZIAN
Caballero berberisco,
al servicio del cristiano,
cabalga Ben Mizzian,
por el suelo hispano,
¡El moro, el moro!
gritan los rojos aterrados,
la orina de sus pantalones,
ya se ha apoderado,
Con el gorrito colorado,
llega el general,
guerra a los sin Dios,
bien sabe ofrendar,
La salvaje Revolución,
está asolando España,
mas un adalid moro,
combate tal desgracia,
La tetuaní mezquita,
han querido bombardear;
a la república no dará tregua,
El bravo Ben Mizzian,
Con sus héroes norteafricanos,
de los regulares avanza,
sus alfanjes contra el ateísmo,
en un ejército entusiasta,
"Allah, al Watan!", grita el buen Mohamed,
contra las impías hordas,
sirviendo con lealtad,
a las rojigualdas tropas,
Luchando con el general Franco,
como la rauda guardia mora,
¿Los últimos días de heroísmo,
que vivió la tierra española?
Rojos y progres variados,
que ahora llamáis al islam,
recordad cómo los musulmanes,
bien os hicieron temblar.
En aquel alzamiento florido,
Ben Mizzian brilló con luz propia,
para ustedes el dinero y la mentira,
para él la justa gloria.