RAIGAMBRE

Revista Cultural Hispánica

domingo, 26 de mayo de 2013

LA INFLUENCIA DE MAURRAS



Como expusimos al principio de nuestra andadura, “Raigambre” es una revista en su más amplio sentido. No aspiramos a crear una especie de nueva política, sino a reforzar y organizar mejor lo bueno que ya hay. Queremos ser un cauce que a partir de lo cultural y lo metapolítico influya en la realidad, teniendo como modelo el excelso proyecto de “Acción Española”, que a principios del siglo XX tanto renombre obtuvo y tantos buenos autores promocionó. 

Con todo, “Acción Española” estuvo muy influida en su pensamiento y desarrollo por Charles Maurras y la Action Française, modelo que a mí personalmente me interesa muchísimo. Y es que Maurras constituyó un gran refuerzo, todo un soplo de aire fresco para el mundo tradicionalista y para la "Europa prefascista" en general. Al mismo tiempo, supo crear una escuela política, una línea cultural, una acción callejera, un grupo integrador y referente, así como una élite intelectual y combativa. 

Aunque Maurras partía de una filosofía contaminada de positivismo, pues no en vano en Francia, desde el galicanismo a la Revolución, la escolástica se fue perdiendo; sin embargo, no se puede negar su carácter visionario y el valor de su puesta en práctica. Antes que los “fascismos”, ya él tuvo conversaciones con el sindicalismo y reivindicó sin ambages una política social frente a los abusos del capitalismo y frente a la tiranía marxista, que por igual amenazaban tanto a su país como al continente. Frente a lo que él llamaba “el monstruo de las tres cabezas”, esto es, cisma protestante, romanticismo barbarizante (complejo de superioridad anglosajón y/o pangermanista) y Revolución, opone la monarquía, el catolicismo y el clasicismo. Fustigó con propiedad el liberalismo que, no en vano, había empujado todos estos nefastos productos rupturistas. 

Fue un movimiento tan radical como bien intencionado y centrado, que para comprender hay que situarse en el contexto, en un contexto que, quiera que no, es bastante parecido al nuestro. 

Para seguir el decurso maurrasiano, es imprescindible el libro del profesor Rubén Calderón Bouchet QEPD Maurras y la Acción Francesa frente a la IIIª República, publicado por Ediciones Nueva Hispanidad. Se puede ver la reseña en el siguiente enlace: 



Asimismo, recomendamos varios enlaces del blog El Matiner Carlí:






Buena lectura y buen ejemplo amigos. 



Antonio Moreno Ruiz

ELEGÍA CRIOLLA






sábado, 25 de mayo de 2013

jueves, 23 de mayo de 2013

ZAÑARTU, EL CORREGIDOR DE HIERRO

Don Luis Manuel de Zañartu e Iriarte


Luis Manuel de Zañartu e Iriarte fue un vasco ilustre, otro de los tantos que a la par con el General Urrutia, Cosme Damián Churruca, Blas de Lezo, etc..., sirvieron lealmente a la Corona e hicieron gala de la hidalguía que siempre se presumió a los vascongados desde la cuna, nacieran en la ciudad o en la aldea, fueran refinados o montaraces (para ello, explicando un poco los antecedentes, bastaba probar los ancestros vizcaínos o guipuzcoanos de los demandantes). Por supuesto, esta medida tuvo sus detractores, por ejemplo Juan García, fiscal de la Corona, en su De Hispanorum Nobilitate et Exemptione arremetió contra la hidalguía universal de los vascos, negando la posibilidad de que en un mismo territorio, todos pudieran ser hidalgos. Pero, por otro lado, Andrés de Poza, en su De Nobilitate en Proprietate. Ad Pragmáticas de Toro e Tordesillas, defendía que, en cumplimiento de las pragmáticas de 1398 y 1403, los vizcaínos podían desentenderse de la pragmática de Córdoba de 1492, desarrollando la idea de que la nobleza vizcaína era distinta de la castellana, pues era universal y primitiva, debido a que en tierra vascongada nunca hubo encomiendas, ni feudos, ni vasallajes. Finalmente en Vizcaya en 1526 y en Guipúzcoa en 1610, se reconoció el origen hidalgo para todos sus hijos.

En el feudo ancestral de los Velas y Guevaras, el Señorío de Oñate, nacería el año de Nuestro Señor de 1720 don Luis Manuel de Zañartu, reinando sobre las Españas el primero de los Borbones hispánicos, Felipe V.

Hizo las Américas rumbo al Reyno de Chile junto a sus padres y tíos cuando todavía era un niño, y, como era condición de buena parte de los vascongados que se asentaban en tierras de los Virreinatos de la Nueva España y del Perú, se dedicó a la actividad mercantil que tanto había florecido entre los novohispanos, hasta que compró el oficio de Corregidor, lo que le llevó de vuelta a la metrópoli para probar su pureza de sangre (esto era requerido para probar la ausencia de ascendencia inmediata de judíos o moros), la cual, una vez probada en pergamino oficial, le facultó para tomar el cargo de Corregidor de la Nueva Extremadura, para el que fue nombrado por el Gobernador de la Capitanía General de Chile, don Antonio de Guill y Gonzaga.

En 1760 casaría con una española, también vascongada, doña María de Carmen Errázuriz, quien le daría dos preciosas hijas.

Cuando asumió su cargo, Santiago había caído en cierto grado de corrupción y violencia, lo que aprovechó Zañartu para elaborar un programa que comprendía la realización de un plan de obras públicas necesarias y que además servirían para dar trabajo remunerado a ociosos, vagos y maleantes, que en aquellos tiempos, alfombraban por doquier las calles de Santiago. Su programa tuvo un gran éxito, lo que le valió para ser ascendido a Coronel del Regimiento de Infantería de Milicias de Santiago en 1778. Pero mas allá de su eficacia en la planificación, lo que le hizo ganar celebridad, fue el mantenimiento del orden público en la ciudad y su esmero en inculcar en las muchedumbres los buenos hábitos de moralidad y decencia harto olvidados en el Santiago de la época, en especial entre negros y mulatos, pero también entre individuos de más alta alcurnia que en algo se desmandaban y cuyas buenas costumbres habían caído en el relajamiento.

Zañartu, el corregidor de hierro, no fue aborrecido únicamente, debido a su rigor, por la canalla y la chusma, sino que también se ganó la enemistad de buena parte de los caballeros de Santiago y de los criollos. Zañartu, muy al contrario de lo que siempre se ha escrito como una especie de nota al margen, en la ya repetitiva y falaz leyenda negra, nunca fue impetuoso, ni pecó de impulsivo, antes bien, era un funcionario público ceñido a las leyes judiciales imperantes en el Antiguo Reyno de Chile. Fue una autoridad ejemplar en el Virreinato, a la par que una institución también ejemplar: la Real Audiencia.

Bien es cierto que fue una persona un tanto excéntrica y algo desconcertante, lo que se demuestra en la decisión que tomó sobre sus dos hijas: Teresa y Dolores, cuando las recluyó en un convento, debido principalmente a su paranoia sobreprotectora, habida cuenta de como estaban las cosas en la urbe: violencia y corrupción a la orden del día, aunque posteriormente él mismo las atenuara e incluso acabara erradicando alguos vicios con severidad. Así pues, la necesidad de salvaguarda, le llevó a tomar esa decisión un tanto descabellada, a todo ello se unió el fallecimiento de su amada esposa, que lo llevó a endurecer aun más si cabe su duro carácter. El Rey Carlos III le autorizó a fundar un nuevo convento de monjas contemplativas en 1766. Empleó para ello fondos personales e hizo traer a siete monjas, incluidas sus hijas, que habitaron el convento en 1773, y que tomó el nombre de Convento de Nuestra Señora del Carmen de San Rafael. Cuenta la leyenda, que un hombre acompañó a Zañartu en el camino de regreso a casa, sugiriéndole que se desviara del camino habitual y tomara otro un poco más tortuoso, salvándole la vida con esta sugerencia, pues tres hombres lo esperaban en el camino habitual para quitarle la vida. Él atribuyó esa decisión providencial al Arcángel Rafael, patrón de los peregrinos; esta fue la razón por la que tomó a San Rafael como santo patrono de su convento.

Admirado por muchos, odiado por tantos otros, este vasco ilustre, para bien o para mal, no dejó indiferente a nadie...y todavía hoy, un halo de misterio envuelve su vida y hechos.

Luis Baraza

FLAUTA Y TAMBORIL ROCIERO


Todo un emblema de la tradición folclórica de la Baja Andalucía, herencia de los repobladores del Noroeste. 

ORÁCULO DE JAUME BALMES



"Cuando en momentos críticos y de desesperación oiga Cataluña hablar de independencia, convénzase, desde luego, que se trata de engañarla con esperanzas imposibles de realizar".

 Mosén Jaume Balmes, del artículo titulado "La suerte de Cataluña", publicado en el periódico "La Sociedad", el 15 de marzo de 1843.

miércoles, 22 de mayo de 2013

VARIOS VÍDEOS DE SERAFÍN FANJUL


EL FILÓSOFO JIENENSE D. MANUEL GARCÍA MORENTE Y SU OBRA “IDEA DE HISPANIDAD”


"Retaro del filósofo jienense manuelo García Morente de David Padilla"

Extracto y resumen de la conferencia pronunciada por el historiador Luis Gómez, sobre la figura y libro “Idea de la Hispanidad” de D. Manuel García Morente, pronunciada para la “Asociación Cultural Iberia Cruor” de Jaén el 15 de diciembre de 2012
BREVE BIOGRAFÍA DEL AUTOR
D. Manuel García Morente fue un gran filósofo español, oriundo de la localidad de Arjonilla (Jaén), que vio la luz del mundo un lejano día de 1886, y que dejó este valle de lágrimas allá por el año 1942. Eduardo Forment lo describe en el prólogo de su obra como un hombre que fue ante todo “un gran divulgador, un filósofo de los más importantes del s. XX, un gran traductor”, y se podría decir que ante todo y pese a todo, supo convertirse en un patriota.
Aunque su vida daría para pronunciar por sí misma una conferencia, detengámonos sólo en unos pocos aspectos de su vida. En su faceta de docente primero, y en su “conversión” después.
Durante la primera década del s. XX, García Morente estudia y se relaciona con los métodos de la Institución Libre de Enseñanza en la Residencia de Estudiantes donde imparte clases. Su viva capacidad para el aprendizaje y sus ansias de conocimiento hacen que pronto se le otorgue una beca de estudio con destino Alemania. Allí estudiará y se empapará de las nuevas corrientes neokantianas. Siempre se asociará a García Morente con el estudio de Kant, y con su traducción de “La Decadencia de Occidente” de Spengler.
El Manuel García Morente de estos primeros años, no tiene nada que ver con el García Morente del final de su etapa final. Ahora se nos presenta como un hombre inmerso en los problemas políticos que convulsionan España y Europa, coquetea con las ideas republicanas y liberales. Participa, junto con Ortega y Gasset, Manuel Azaña, Fernando de los Ríos, Gabriel Gancedo en la “Liga de Educación Política Española”, que creara en su día el filósofo Ortega y Gasset en 1913. Y es que por aquel entonces, muchos intelectuales españoles participaban del reformismo de las instituciones educativas, coqueteando ora con la Sociedad Fabiana, ora con los las ideas socialistas o reformistas.
El republicanismo de ese entonces es un espejismo. Su verdadera cara, feroz y totalitaria, se mostrará apenas unos pocos años después. Ortega terminará por publicar el 9 de septiembre de 1931 en Crisol, su artículo “Un aldabonazo” en donde escribirá las famosas palabras de “No es esto, no es esto”, en relación a la deriva radical que estaba postulando la República por ellos promovida.
La masonería no está alejada de muchas de estas nuevas corrientes que pululan por los nuevos espacios del saber y del poder de esa España revolucionaria. De hecho, el biógrafo José María Montiu nos dice en su libro que: “En suma, es evidente que con lo que llevamos investigado ya podemos establecer la existencia de las siguientes relaciones: masonería-institucionismo, institucionismo-reformismo, reformismo-Liga, reformismo-masonería. Liga-masonería, Liga-socialismo”. Poco después, el mismo autor, establecerá la relación existente entre socialismo y masonería. 
En los primeros años de la década de los treinta, García Morente es nombrado subsecretario de Educación Pública y, en 1932, decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Madrid. Cada día está más próximo el estallido de la Guerra Civil y por lo tanto, su conversión.
En 1936, debe abandonar España y se refugia en París; pertenece al exilio intelectual que provocó el Frente Popular (para algunos solo existe el exilio provocado por Franco, pero hubo otro que impulsó a abandonar España a intelectuales moderados como Ortega y Gasset o el mismo García Morente y fueron los republicanos los responsables de este otro exilio silenciado). García Morente es destituido de todos sus cargos, y allí en el exilio francés, es donde sufre una experiencia que lo lleva a convertirse a Cristo; tal y como el propio autor comenta y la define, se trata de un “Hecho Extraordinario
Morente reflexiona sobre su vida. Se da cuenta de que en todos los hechos trascendentales de su biografía, él no ha sido el sujeto activo, sino que más bien, se ha dejado llevar. Ha hecho lo que se esperaba de él, mas no ha hecho lo que él esperaba. Vuelca su conocimiento en la filosofía, y vuelve al tomismo como explicación posible para su situación y su reflexión. Encuentra otra vez a Dios y a la Providencia como causas y motores de Todo.
Con ese nuevo “ser” viaja a Tucumán, Argentina, para impartir clases con las que ganar el sustento para su familia. En 1939 -ya de vuelta en Esapaña- pide el ingreso en el Seminario. No podía dejar de ser coherente con su nueva forma de entender la vida, y en 1940, es ordenado sacerdote presbítero. Estaba viudo y tenía hijas a las que comunicó su decisión. 

D. Manuel García Morente con sotana


Pero no nos perdamos en nuestro personaje y vayamos a su obra.


IDEA DE LA HISPANIDAD” es en realidad una compilación de unas conferencias pronunciadas por D. Manuel los días 1 y 2 de junio de 1938 en la Asociación de Amigos del Arte, de Buenos Aires.
En dichas conferencias, el autor trataba de explicar a los concurrentes, qué era o qué definía la idea de Hispanidad. Es decir, qué es lo que nos hace ser españoles.
Al principio de su disertación, contextualiza sobre el papel destacado que ha tenido España a lo largo de la Historia, y que a decir del pensador arjonillero son 4.
1.      La época Romana, cuando el Imperio romano abre su expansión y penetra en lo que todavía no es ni España. Roma intentará doblegar por la fuerza de las armas a los nuevos pueblos que va encontrando a su paso y ve con tristeza que no consigue nada. Dos siglos le costará a la otrora poderosa Roma pacificar este territorio, (y no lo logrará del todo). En ese proceso, España dará al mundo Emperadores y filósofos.


2.      La era de la invasión islámica. Después de la caída del impero visigodo, los musulmanes penetran en España. Esta invasión, supuso el acrisolamiento de los valores cristianos en nuestros genes. La repulsión que nos ofrecía el “otro” con su nueva religión y sus costumbres, frente al cristianismo y su cultura. Mucho se ha exagerado sobre el influjo que la cultura árabe produjo. Serafín Fanjul con “Al-Andalus contra España. La forja del Mito” y D. Luis Suárez con ”Lo que el mundo le debe a España” son autores que nos hablan con profusión de datos sobre este tipo de exageraciones, dejando claro que la influencia cultural aportada por los agarenos, ni fue tanto, ni tan importante como nos hacen creer los apologetas de esta corriente doctrinal.


3.      La tercera fase sería la de los Reyes Católicos, donde España enseña al mundo lo que es ser una nación, con su labor colonizadora.


4.      La cuarta sería la Guerra Civil española, donde García Morente habla de cómo durante ese período los españoles lucharon por no convertirse en una provincia del comunismo soviético, lucharon por su libertad e independencia. 
Pero lejos de esas matizaciones temporales, lo que personalmente más llama la atención de esta obra de García Morente, es como el autor define –y al mismo tiempo destruye- los tópicos que a lo largo del tiempo se han formado sobre “qué es ser español”.
El tema de estas conferencias
En palabras de García Morente “¿En qué consiste la hispanidad? ¿Qué es esa España idéntica y diversa a lo largo del tiempo? ¿Qué es ese ser de lo hispánico al cual la historia de España se subordina de una punta a otra de su largo camino?” En definitiva, el autor nos plantea la respuesta a la pregunta: ¿qué es ser español?
El autor comienza así a desgranar lo que será el eje central de su exposición. Comienza por definir las teorías naturalistas, las que todo el mundo ha dicho alguna vez, para definirse como español, andaluz, catalán o cualquier ejemplo parecido.


·         Tesis naturalistas 

El Idioma. Somos españoles por hablar español. La lengua es lo que nos une.
Pero nos plantea el siguiente interrogante. También hay gente que es española, pero que no habla el español. Así que esa premisa no llena del todo la duda que plantee al principio.
El hecho geográfico, el haber nacido en España.
Ocurre lo mismo. Uno individuo puede haber nacido en otro país, y sin embargo, sentirse más español que un nativo. Esa premisa tampoco es válida.
La Sangre de los padres.
Si mis padres son españoles, entonces yo, por ese mismo hecho, debo ser español. Aunque claro, aquí García Morente nos habla de personajes “españoles”, propios de la Historia de España como Alejandro Farnesio o El “Greco”, cuyos progenitores no eran españoles y que hicieron por España mucho más que otros que sí lo eran.
La Raza.
El concepto de raza, asociado a una determinada región, tampoco es suficiente. No es un hecho concluyente. Ni mucho menos el esgrimir la pureza de la misma, sin mezcla o tacha de otras, como argumento. Y menos en España, que ha sido transitada por íberos, celtas, romanos y visigodos…
Aquí es cuando se empiezan a derrumbar algunos tópicos, pues en la idea de nacionalidad desde el punto de vista del naturalismo –que es el factor más extendido- es el que tiende a considerar que la esencia de la nación la determinan la sangre, la raza, un determinado territorio, el cuerpo material e inmaterial de un idioma, etc.
Nada más lejos de la verdad, pues la sangre y la raza, en nuestro país se han fundido a lo largo de milenios: celtas con íberos, nativos con visigodos,  griegos, romanos, vamos, que no podemos decir que nuestro RH sea más que eso, sangre y nada más que sangre, pero eso no nos da la españolidad.
En cuanto al elemento racial, aunque determinante no es exclusivo, pues como advierte el filósofo, “El Greco”, -por ejemplo- Doménico Teotocópulos, era griego de nacimiento, pero sin embargo asimiló perfectamente el “ser” español y así lo reflejó en sus cuadros. O que me dicen de un Alejandro Farnesio de los Tercios -son ejemplos
Tampoco podremos decir que se es de tal o cual nación por el sólo hecho de vivir o nacer en un determinado territorio geográfico. Todos sabemos que eso es una estupidez, pues ni España ha sido siempre así, sino una amalgama de reinos, y entre otras causas, el nacer en Francia, no restaría al individuo español el sentirse español en vez de francés, o viceversa.
Tampoco es el idioma lo que nos une o nos da nuestra esencia, por mucho que quieran los nacionalistas periféricos escudarse en la lengua como símbolo diferenciador de lo español. Todo lo contrario, es enriquecedor y hasta unitario, pues la lengua está viva y cambia constantemente.
La patria, la nación española es algo superior a todo eso, porque ha hecho todo eso. La lengua, la raza, la cultura, el arte, el idioma, las costumbres, todo lo visible e invisible que se contiene en el vocablo España, todo eso es el cuerpo mismo de la nación.
El fracaso de las teorías naturalista estribaría en presentarnos a la nación como “una cosa”, como “una cosa natural”. Pero la nación está por encima de estas realidades naturales.

"Portada del libro Idea de la Hispanidad de HOMOLEGENS"
·         Tesis espiritualista

Llegados a este punto, el autor nos hace entrar en la otra corriente que podría dar significado a lo que es el sentido de nación: las tesis espiritualistas.
Sobre estas teorías han hablado sobre todo autores como Ortega y Gasset y el erudito francés Ernest Renan. En el segundo caso, el historiador galo le ocurre lo que a nosotros. Después de buscar la nacionalidad en las cosas naturales (raza, sangre, idioma etc.) se da cuenta de que son insuficientes para llegar a concretar que una nación debe bastarse sólo en esos datos. Llega a la conclusión de que una nación es, además de todo eso, la suma de su Historia, su pasado, sus costumbres, y en definitiva, la comunión diaria de los individuos con esos parámetros.
Pero también está coja esta teoría, pues uno puede comulgar y sentirse unido a la historia de otro país, y no ser de ese país. Ortega y Gasset ofrecerá una versión muy parecida, pero en vez de pretender que nos fijemos en el pasado, el filósofo pretende que lo hagamos sobre el futuro que compartirán todos los individuos de una misma raza, idioma, territorio etc. Es decir, en la adhesión colectiva al proyecto comunitario.
El error que advierte García Morente en la teoría de Renan –y que mucha gente comparte hasta que se lee la obra de “Idea de la Hispanidad”- es que los nacionalistas por ejemplo, no son un mero romanticismo de un pasado más o menos glorioso. Éstos, además de apoyarse en el pasado, perfilan una teoría sobre un futuro. Un futuro bastardo y truncado, como es el caso de los nacionalismos periféricos que estamos acostumbrados a tratar, pero que pueden servir de ejemplo.
·         España como Estilo
Es en este punto donde el filósofo arjonillero nos revela su intención. En la página 226 de su obra, dice: 

España, la nación española, no es, pues, un territorio mayor o menor; no es una determinada raza; no es un determinado idioma; es un estilo de vida, el estilo español de vida (…) Considerad por ejemplo, las figuras de Guzmán el Bueno y del General Moscardó. ¿Qué hay de común entre ellas, si atendemos solo al contenido material de las dos vidas? Nada. Sin embargo, el estilo es el mismo. ¿Qué hay de común entre Numancia y la defensa heroica del Alcázar toledano? En el contenido material, nada. Pero el estilo es el mismo”.
Como ven, el autor es claro y conciso.
El profesor sigue repasando su teoría minuciosamente, y define, como no podía ser de otra manera, qué es el estilo para él. De esa manera podrá llegar a una conclusión sobre qué es el “ESTILO ESPAÑOL” o cuál es el estilo español.
·         El caballero cristiano

Bueno, pues si para ser español no basta con haber nacido en España, con hablar español, con tener las costumbres españolas ¿Cómo podemos saber o definir qué es la hispanidad o el ser español? ¿Cuál es el estilo español?
El ideal de caballero español es el modelo. Es decir, si recordamos de los muchos ejemplos que nos ha dado el arte figuras españolas que definirían perfectamente qué es ser un español las encontraríamos enseguida. El Cid Campeador, Don Quijote o Sancho, El cuadro de las Lanzas de Velázquez… Cada una de esas representaciones históricas o noveladas representa en su esencia el ideal de caballero español y todos pueden reconocer en esos personajes la esencia del ESPAÑOL.
Pero todas ellas se quedarían cojas. Además tendríamos un problema, pues cada una de esas referencias se centran mucho en una determinada época, por lo que siendo válidas en lo genérico, tendrían sus más y sus menos si las aplicamos a la ahora actual.
Al leer el libro se nos caen muchas vendas y descubrimos muchos errores comunes al tratar de definirnos como españoles. Por una parte se comprenden las tesis de García Morente, pero por otra parte no sabemos dónde nos quiere llevar.
Al parecer hay que tener en cuenta que hay cosas que no se pueden explicar con palabras. El color por ejemplo, pero que sí podemos definir estos aspectos mediante símbolos que son perfectamente definibles. Por ejemplo el rojo es el color del tomate.
Bien, pues el profesor oriundo de Arjonilla encuentra en el caballero cristiano los valores y referencias necesarios para definir el estilo español, y por extensión, definir claramente lo que es y significa ser español. Esos valores son:
Simbolización del estilo español
  • El Caballero cristiano.
  • Paladín.
  • Grandeza contra mezquindad.
  • Arrojo contra timidez.
  • Altivez contra servilismo.
  • Más pálpito que cálculo. Personalidad.
  • Idea de la muerte.
  • Vida privada y vida pública.
  • Religiosidad del caballero.
  • Impaciencica de eternidad
Ese es el conjunto de argumentos para definir el “ser español”. El ideal de caballero cristiano condensa todo lo que estamos pensando y mucho más. Morente nos abre una puerta, que la cultura oficial y que los ingenieros sociales llevan atascando más de cuarenta años para intentar que las nuevas generaciones de españoles olviden qué son y quiénes son.
Por último, queda sintetizada la idea de hispanidad y del caballero cristiano como mejor ejemplo del estilo español en la descripción del hombre moderno a quien aquel se opone diametralmente: 

El hombre moderno anda por la vida como náufrago; va buscando asidero de leño en leño, de teoría en teoría. Pero como ninguna de esas teorías cree de veras, resulta siempre víctima de la última ilusión y traidor a la penúltima. El caballero, en cambio, cree en lo que piensa y piensa en lo que cree”. 

En este texto, se muestra ya la clara conversión efectuada en el filósofo pocos años antes. Observa como todas las corrientes ideológicas o políticas son vanas, si uno no permanece fiel a su esencia. En el español, el cristianismo y la religión, han hecho que seamos así. Y así se ha convencido él mismo. Pocos meses después de pronunciada esta conferencia, el profesor tomará la decisión de ingresar en el Seminario.
La lucha de la Grandeza frente a la Mezquindad, el ideal de paladín, el sentimiento religioso católico, tan particular en todos los españoles, desde los más creyentes hasta los descreídos momentáneos…, las páginas finales del libro es un sin fin de sensaciones que no quiero desvelaros, pues hacer eso sería tanto como contar una película hasta el final. Merece la pena que el que siga interesado haga por encontrar un ejemplar y que lo lea detenidamente. Es así como se aprende. Así me enseñaron a mí, y así os lo transmito a vosotros.
Me viene a la memoria ese gran lema del dramaturgo español Eduardo Marquina que dice:
QUIEN AL OIR UN ¡¡VIVA ESPAÑA!!
CON UN ¡¡VIVA!! NO RESPONDE,
SI ES  HOMBRE, NO ES ESPAÑOL;
SI ES ESPAÑOL, NO ES UN HOMBRE
Luis Gómez
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
·         Morente García, Manuel. “Idea de la Hispanidad” HOMOLEGENS, Madrid, 2008.
·         Fanjul García, Serafín. “Al-Andalus contra España. La forja del mito”, Siglo XXI editores, Madrid, 2003
·         Suárez Fernández, Luis. “Lo que el mundo le debe a España” Ariel, Madrid, 2009.