RAIGAMBRE

Revista Cultural Hispánica

martes, 6 de mayo de 2014

ESPAÑA EN EL MUNDO

 
Flechas de Guinea Española, 1937
 
PULSO INTERNACIONAL. SINTÉTICA OJEADA A LOS PROBLEMAS EXTERIORES DE NUESTRA PATRIA
Por Urcitanus
 
NOTA DE LA PRESENTE EDICIÓN:
 
Tenemos el gusto de publicar este artículo que, en su primera edición vio la luz el 11 de julio de 1936, en las páginas de la revista nacionalsindicalista "Nuestra Revolución". El autor firmó con el nombre de "Urcitanus", pero muy probablemente tras este pseudónimo se halle José María Cordero Torres, puesto que en la década de los 30, José María Cordero Torres gozaba de un vasto conocimiento de política internacional como en este texto se pone de manifiesto, además de que el gentilicio "urcitano" que emplea su autor para firmarlo correspondería a su ciudad natal, Almería (en cuyo emplazamiento ha sido frecuentemente localizada la ciudad ibérica de "Urci", citada por Pomponio Mela, entre otros geógrafos antiguos). 
 
 
Necesidad de liquidar el letargo
 
El hecho de que NUESTRA REVOLUCIÓN dedique una sección a la vida exterior española es todo un síntoma prometedor de que las juventudes españolas han decidido rectificar la estúpida política de avestruz que ha venido padeciendo España desde siglo y medio, como opio suministrado por vecinos interesados en proporcionarla dulce muerte, y agravada desde que Cánovas sostenía que era preciso "recogernos", y Castelar, tan orador como ayuno de Geo-política, decía que podíamos vivir felices sin ninguna amenaza exterior, pues nuestra posición geográfica nos ponía a salvo de ella.
 
Y el opio estaba y sigue tan arraigado que la gran liquidación de 1898 sólo sirvió para incrementar la especie de los literatos, acelerando el proceso de descomposición nacional; sólo que, como ya no había colonias que perder, el separatismo recurría al territorio patrio deshecho desde 1640.
 
La mentalidad negativista y cobarde de las capas dirigentes españolas, contagiada al pueblo, ha llegado a tales extremos de liquidación nacional, que los autores, o sus descendientes, se han asustado y creen oportuno dar marcha atrás. Hasta los movimientos revolucionarios no-nacionales, han comprobado que la cobardía les es funesta por si algún día tienen ellos que reconstruir el Estado. Por otra parte, los burgueses tocan de cerca las consecuencias de nuestro aislamiento comercial; no se trata ya de guerras, colonias o escuadras (palabras que, según el vulgo español, sintetizan lo superfluo y causa de todos nuestros males), sino que se trata de que nadie puede emigrar, de que nadie nos quiere comprar nada y de que la peseta vale menos que el papel impreso. Y esto ya no hay quien lo niegue. España tiene problemas exteriores planteados. ¿Tienen solución? Desde luego, auque ni corta ni fácil. Mundo una vida difícil, pero digna, que más si queremos, podemos vivir en el que sea preludio para que generaciones más dichosas conquisten para España un puesto apreciable entre los pueblos, y no un incómodo hueco como ahora.
 
Pasemos revista, en los límites que nuestro artículo ha de tener, a esos problemas prescindiendo del preliminar: crear una conciencia exterior española (Internacional, colonial y comercial), y preparar para actuar en el mundo a los españoles: a la minoría dirigente de modo especial; a la masa porque en las condiciones de la vida moderna, en la guerra como en la paz, hasta el último aldeano tiene su sitio en la gran competición entre las naciones.
 
Breve historia de la política exterior en los últimos treinta y dos años
 
Perdida Ultramar, ajustó España (1900) apresurados acuerdos con Francia, asegurándose algunos jirones en Guinea y el Sahara. La cuestión de Marruecos siguió en las preocupaciones nacionales, y las potencias forjadoras del asedio contra Alemania la contentaron con una buena parte de Marruecos (1902) que torpemente rechazó Maura, y que se aminoró mucho dos años después en nuevo reparto. La Conferencia de Cartagena (1907) incluyó a España en el cortejo franco-inglés, pero la división de la opinión nacional y la debilidad de todos, gobernantes y Estado, aseguraron una forzada neutralidad en la Gran Guerra. Antes (1912), habíamos sufrido un nuevo despojo de los despojos dejados a España por Francia en el Rif y Yebala.
 
Durante este tiempo, el proteccionismo impuesto por los industriales catalanes y vizcaínos y los agricultores castellanos fue el santo y seña de la política comercial, trampeando España, con déficits presupuestarios y déficits comerciales, la situación. En 1908, se hizo un intento de arreglo de una escuadra, y en 1909 de fomento de nuestra Marina.
 
La guerra sirvió para fortalecer la producción española y atesorar valores extranjeros y oro, rescatando muchos valores españoles en manos extranjeras, pero la miopía de nuestros financieros y potentados fue dejando salir sin provecho este acopio durante la postguerra.
 
Como los vencedores nos miraran con malos ojos, en 1923 se consumó el despojo de Tánger. La Dictadura tonificó sin duda la disciplina nacional y las relaciones con Portugal y América hispana. Pero en otros órdenes fue funesta: introdujo a los yankis en el edificio del Estado, regaló trozos del territorio nacional a Portugal y permitió que Francia ocupara otros africanos. Nuestra indecisa veleta empezó a orientarse hacia Italia por situaciones sin duda políticas (1926).
 
La República supuso una revulsión total. La gran ocasión de 1931 se dejó pasar por la mentalidad retrasada de los directores de la acción política. El acercamiento a Francia llegó a tomar caracteres de adulación política (1932, visita Herriot) sin producir frutos.
 
La orientación actual de la España oficial tiene por norte exclusivo una confesión de impotencia nacional, con retórica pacifísta (art. 7 de la Constitución), y por medida, tres políticas poco armónicas y siempre perjudiciales.
 
1.ª Adhesión incondicional al aerópago ginebrino (siete artículos de la Constitución dedicados a consagrar el protectorado de Ginebra sobre España),llegando a tal extremo que Barcia en el Consejo acaba de proclamar una fe que no siente nadie, ni los "inspiradores" de España al reconocer el entierro del Pacto, con la excepción de España.
 
2.ª Vagos movimientos de confraternidad retórica, pacíficos-democráticos, que encubren una efectiva y tradicional servidumbre respecto a los imperialismos occidentales (Francia e Inglaterra), con ligeras conexiones con los E.U. y U.S.
 
3.ª Desorientación absoluta colonial, comercial y emigratoria. Desnivel de la balanza comercial y de la de pagos, astronómico; marasmo comercial; contemplación impasible de las vejaciones a nuestros nacionales y a nuestro Estado. Nadie podrá ver un exceso de pesimismo en el cuadro. Ni un propósito de crítica política interior. Creemos en la resurrección de España si los españoles se deciden a hacerla. Y creemos que si la República en cinco años de existencia ha mantenido la debilidad de España es porque la Monarquía, desde los doscientos últimos años la consagró y le legó un Estado inservible. No hacemos pronósticos ni programas. Sin embargo anotamos:
 
La realidad actual
 
1º La debilidad nacional no aprovecha a nadie ni dentro ni fuera de España. Nos desprecian porque no podemos servir. Si fuéramos fuertes, molestaríamos a quienes nos dirigen, pero podríamos llegar a serles útiles en el concierto de naciones con decoro y provecho para nosotros y con compensación para ellos. Por ejemplo: el Imperio británico podría pensar que además de ser la nación de Gibraltar-Río Tinto-Portugal, podíamos ser una fuerza colaboradora en la defensa de la civilización occidental, y pensaría que valía más.
 
2º El statu quo es ilusorio mantenerlo: el no mejorar, el retroceder y el camino actual, conduce inexorablemente a las tribus ibéricas desunidas, bajo la tutela exterior, y con la miseria y explotación interior.
 
3º Se impone una conciencia amplia y nacional sin distinción de matices, que dé de lado a las preocupaciones interiores cuando de las exteriores se trata. Hoy día, nuestras derechas piensan en Roma o Berlín (sin conocerlos), y en que la intervención extranjera les salve la digestión (ésta es la mentalidad de nuestros "patriotas"). Las izquierdas en Francia (tomando lo malo y despreciando el sentido nacional, colonial y trabajador). Ginebra o Ámsterdam para ir soportando el "progreso" bajo el control extranjero. Los marxistas en la Unión Soviética, sin pensar en que, en efecto, lo mismo que hay burgueses y proletarios hay naciones burguesas y proletarias, y que mientras la Unión Soviética, magníficamente dotada por la naturaleza en la sexta parte del Mundo, desarrolla una magnífica política imperial comunista, y al par soviética; España es el gran pueblo proletario cuya redención frente a las garras de los capitalismos internacionales mil veces más rapaces y peligrosos que los nacionales que sostiene, está por hacer.
 
Somos un pueblo proletario porque nos faltan materias primas y espacio cultivable. Porque nos han robado nuestros territorios de expansión, donde ejercíamos una misión civilizadora, sin explotaciones coloniales y sin prejuicios de raza, ya que somos mestizos por excelencia. Porque no nos dejan emigrar ni comerciar. Y porque ni siquiera nos dejan vivir sino supeditados a quienes nos han dividido, desgarrado, empobrecido y envilecido todo lo que han podido. Pero si nos dedicamos a redimirnos ¿quién puede negar lo que podremos ser?
 
Problemas pendientes. Territorio y conciencia hispana
 
Los que se escandalizan ante los separatismos catalanes están conforme con que Portugal (lo mejor y más estratégico de la Península) nos ignore. Nadie más respetuoso que yo con su voluntad nacional y más dolorido de que ésta sea antiespañola. También ignoran nuestros "sabios" que el Rosellón y la Vasconia francesa son tierras españolas, afrancesadas violenta y secularmente.
 
Respecto del África berberisca, no se percata nadie de lo que significa estar emparedado entre dos Francias (con la comunicación cortada por el estrecho), de la que una se debe al esfuerzo de nuestros olvidados colonos.
 
Y respecto de América, abunda el lirismo. Yo no creo que América lo sea todo o lo decisivo en España. Pero bastante lo es. Ciertamente que los pueblos americanos miran a muchos lados más que a España. Bien; las empresas difíciles son las mejores. Por ejemplo, ¿no es urgente desenmascarar los propósitos panamericanos de quienes esclavizan a Puerto Rico, yankizan a Filipinas y retienen a Panamá y otros sitios? Es tarea común, como la de crear órganos y situaciones internacionales comunes a la hispanidad. Empezar es factible, como el empezar a crear una conciencia hispánica peninsular, desde el Rosellón al Atlas. No era más difícil hacer una Francia en el siglo XIII; también Alemania e Italia, hechas en el XIX, se prepararon rozamiento con el Imperio británico, la Gibraltar es el único punto grave de cuarta parte del Mundo. Pese a recuerdos imborrables, a la larga tendríamos que escoger entre él y otros equivalentes. Pensemos en hipótesis en él. Yo afirmo que hay solución posible para ambas naciones. Mientras tanto, en nuestras manos están medidas que hagan pensar que Gibraltar no es superior a Malta en 1935.
 
TÁNGER- La masa es española e hispanoafricana. La cotidiana vergüenza que el Estatuto supone, no tiene inmediato arreglo; pero con cautela e inteligencia, todos saben que podemos asfixiar, muy lentamente, eso sí, a Tánger; hacer imposible la vida del Estatuto. Y algún día demostrar que sabemos respetar los intereses extranjeros con administración hispanomarroquí.
 
MARRUECOS- No tenemos una política panislámica, porque no queremos dedicar a ello tiempo, hombres y recursos. Tenemos material aprovechable. Somos hermanos de muchos musulmanes. Podríamos convertir en favorable para nosotros la reacción antieuropea del Islán. ¿A quién debemos más: a Europa o a África? Menos agravios y peligros tenemos en esta. Marruecos español debe ser un excelente campo de experimentación. Empezando por recobrar nuestro prestigio, y con él el territorio de Francia, en virtud de caducos acuerdos de 1925 y cartas del dictador de 1928, nos quitó y mantiene; lo mejor de la zona. Algo semejante ocurre en Ifni y el desierto cien por cien del Sahara español. Mientras todos reclaman algo, España, la eternamente despojada, ¿siempre ha de ser la conformista?
 
GUINEA- Pequeña, pero útil. No es ya una carga para nosotros. Más bien son nuestros colonos y nuestra administración cargas para ella. Puede servirnos política y sobre todo económicamente. Pero dedicando tiempo, dinero y hombres a una política colonial que no existe en quien ha colonizado medio globo. Entonces dejaríamos de ser blancos de tercera para los negros.


 

Política comercial y social
 
Parece imposible en las actuales circunstancias del mundo salir del ultrarestriccionismo existente. Nada adelantábamos con suprimir contingentes, aduanas, etc., sin la conducta semejante de las demás naciones. También es evidente que no está por completo en nuestras manos transformar la gravedad de nuestro declive comercial (1). Pero aminorarlo sí, y más tarde transformarlo. Es ésta una cuestión enojosamente ligada a la economía interior española: sin precios baratos, moneda estable, disciplina productora, etc., nadie puede competir ni triunfar. Las derechas alegan la indisciplina social, la falta de rendimiento de la mano de obra y el encarecimiento de la producción. Las izquierdas, la miopía, el espíritu de usurero pueblerino de nuestros empresarios y capitalistas, especialmente de los Bancos y empresas. Todos aciertan, ninguna pone remedio.
 
Creemos fracasada la tendencia de intercambio de materias primas y agrícolas por transformadas e industriales, con medios de transportes extranjeros, además, y consagradora de nuestra sucesiva pérdida de valores (2).
 
Los productos transformados (a veces reimportados duplemente), incorporan más valor y remuneración a la mano de obra y al capital. Los naturales, extraídos, etc., dejan menos utilidad en el territorio, y menos distribuida desde un punto de vista económico. Creemos (solución nada original) que el remedio y programa está: en un plan económico interior, más o menos quinquenal, férreo y estudiado; incrementando las exportaciones "sobre utiles", controlando las importaciones a las precisas, y aplicando un poco sabiamente el adagio argentino "comprar a quien nos compre "que aquí además puede ser: a quien nos respete los tratados comerciales, nos despoje menos de nuestras riquezas y nos veje menos. La política de apertura de muchos y pequeños mercados es útil y debe continuar. Transitoriamente se precisarán medidas de sacrificio, porque la situación lo exige, y el Gobierno que las implante -desde el Soviet a la Monarquía- merece el apoyo de todos.
 
MONEDA- Sin moneda estable no hay prosperidad, y sin oro sigue sin haber moneda estable. La estabilidad puede ser, sin embargo, flexible y no ligada al medio deshecho bloque continental, verdadera Liga ginebrina de la moneda. Hay varios puntos de capital interés y acometimiento inmediato: recatar paulatinamente las fuentes enajenadas al extranjero. Podemos adoptar medidas "legales" que obliguen a considerar seriamente a los capitalistas extranjeros la conveniencia del traspaso. Sin desechar un poco el miedo no haremos nada, pues creemos en intervenciones de países que tienen veinte millones parados, y estas intervenciones van siendo cada vez menos factibles. Intensificar el intercambio con Guinea; que Canarias deje de ser extranjera "económicamente"; que cese el acta de Algeciras, que sirve de "taparrabo" para que a nuestro Marruecos exporte China y Siam, como nosotros (en 1933 su 96'7 por 100 de exportaciones fueron para España; y de ella le fueron el 32 por 100 de sus importaciones); (en igual fecha Marruecos francés nos exportó 43,3 M. F. oro y le exportamos 58'7), etc., etc. El hispanoamericanismo y las relaciones con Portugal (pese al tratado de Methuen) podían ser algo palpables en cifras y no en discursos. En cambio, en las liquidaciones de pagos y divisas, tenemos menos defensa, aunque sí la de computar los pagos invisibles cuando dejen de serlo.
 
 
Migración y Comunicaciones
 
Lo que menos puede hacer un Estado es asegurar el respeto a sus nacionales en el exterior, respeto que se ofende, más que con medidas atentatorias a las personas y los bienes, con desnacionalizaciones y con privaciones de trabajo. Tenemos extranjeros con fabulosos ingresos en el País. ¿Son tabú? Nuestros obreros emigrados no lo son en los suyos.
 
La bandera española ha desaparecido de la mayoría de los mares. Sin política marítima jamás levantaremos cabeza. Incrementar la Marina será siempre remunerador, cueste lo que cueste, aunque haya que pasar por encima de los navieros españoles enemigos de cuanto no sea su lucro personal.
 
CULTURA- La defensa del castellano en Filipinas, América y la de otros idiomas españoles amenazados, es vital para España. La creación de un sistema educacional exterior, también. Con nuestros recursos actuales puede acometerse. Y sin la preparación de todos: pueblo y técnicos, no haremos nada. También aquí hay "tabús" de los que monopolizan la ciencia oficial, que habrá que superar.(3)
 
CONCLUSIÓN- No debe asustarnos lo que hay que hacer y la escasa cuantía de nuestras fuerzas para hacerlo. Para empezar nunca es tarde. Ni impaciencia excesiva, ni optimismo exagerado. Pero tampoco pesimismo o indolencia.
 
 
(1) Déficit comercial: 1932: 16'79 M. P. Oro. 1933: 13'15. 1934: 20'80. 1935: 24'57. Hay que calcular casi duplicado el de la balanza de pagos). Los intereses de la propiedad y capital extranjero, las exportaciones del español, y las demás llamadas invisibles, son formidables y sobretodo no hay datos para calcularlas. Las contrapartidas españolas débiles y desde 1929decrecientes. En economía exterior nada tan exacto como el adagio "al perro flaco todo se le vuelven pulgas", poco académico pero expresivo.
(2) Intercambio por materias (1935): IMPORTACIÓN: materias primas 243 M. P. oro. Fabricadas, 350. Agrícolas, 98.EXPORTACIÓN: materias primas 83 M. P. oro. Fabricadas, 62. Agrícolas, 248.Compárese con 1933: Imp., 257 y 113, respectivamente. Exp., 88 y 89 y 351respectivamente.
(3) Por razones fáciles de comprender omito el tema de la defensa nacional, de suyo tan vital en esta materia. Sin procurar hacernos respetar, todo será infructífero. Desde luego que nuestra irresponsable despreocupación es original en un Mundo en el que hasta Bélgica o Rumania poseen mejor ejército que nosotros, y Noruega mejor Marina. Portugal lleva camino de superarnos muy en breve, de lo cual yo, español cien por cien, me alegro, aunque sentiría que su fuerza se empleara mal para España. El tema de los gastos de guerra y la impopularidad de las fuerzas armadas (quizá por haberse utilizado en fines no militares), son dos prejuicios dañosos que destruir, aunque contrariemos a los militaristas disfrazados que nos lo sirven para mantenernos inermes.

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