RAIGAMBRE

Revista Cultural Hispánica

sábado, 2 de noviembre de 2013

POLVO, SUDOR Y HIERRO...




CASTILLA

El ciego sol se estrella
en las duras aristas de las armas,
llaga de luz los petos y espaldares
y flamea en las puntas de las lanzas.


El ciego sol, la sed y la fatiga
Por la terrible estepa castellana,
al destierro, con doce de los suyos
-polvo, sudor y hierro- el Cid cabalga.


Cerrado está el mesón a piedra y lodo.
Nadie responde... Al pomo de la espada
y al cuento de las picas el postigo
va a ceder ¡Quema el sol, el aire abrasa!


 

A los terribles golpes
de eco ronco, una voz pura, de plata
y de cristal, responde... Hay una niña
muy débil y muy blanca
en el umbral. Es toda
ojos azules, y en los ojos, lágrimas.
Oro pálido nimba
su carita curiosa y asustada.



-Buen Cid, pasad. El rey nos dará muerte,
arruinará la casa
y sembrará de sal el pobre campo
que mi padre trabaja...
Idos. El cielo os colme de venturas...
¡En nuestro mal, oh Cid, no ganáis nada!


Calla la niña y llora sin gemido...
Un sollozo infantil cruza la escuadra
de feroces guerreros,
y una voz inflexible grita: "¡En marcha!".


El ciego sol, la sed y la fatiga...
Por la terrible estepa castellana,
al destierro, con doce de los suyos
-polvo, sudor y hierro- el Cid cabalga.


Manuel Machado.



Fuente de la imagen: Camino del Cid

Manuel Machado

viernes, 1 de noviembre de 2013

LEJOS DEL CORRINCHO





RUSIA: ÉGIDA DE LA CRISTIANDAD PERSEGUIDA... Y ROMA:
URGENCIAS ARGENTINAS

Por Manuel Fernández Espinosa

Esta semana Forbes publicaba a los cuatro vientos que Vladimir Putin era la personalidad más influyente de todo el mundo. Obama pasaba al segundo puesto en la escala. El tercero lo ocupaba el presidente de China, Xi Jinping, y el Papa Francisco quedaba en cuarto lugar. La noticia, más allá de lo anecdótico, merece una glosa.

Donde Forbes pone nombres propios pongamos nosotros las entidades político-sociales-culturales que representan cada uno de los cuatro grandes hombres. ¿Y qué tenemos? Los Estados Unidos de Norteamérica declinan. Aunque todavía no está todo dicho en Siria, la tensión y el ten con ten que, a cuenta del asunto sirio, ha sostenido USA con Rusia ha servido para que Rusia salga fortalecida ante la opinión pública mundial y, todavía más, su prestigio es a día de hoy incuestionable en todos los órdenes: en Europa (y en el resto del mundo) se observa el devenir actual de Rusia. Rusia es censurada por los medios de comunicación del decadente occidente: la oposición de Rusia a la implantación de las más variadas aberraciones que en occidente se patrocinan, protegen y fomentan, causa el escándalo de nuestros anormales, a la vez que sirve para júbilo de todos aquellos que, al margen de nuestras posiciones políticas o ideológicas, celebramos que en una nación prevalezca el imperio de la sensatez, desacreditada en el mundo entero. En Rusia se actúa con mano firme: los transgresores de las costumbres van a la cárcel, y los rusos no ceden al chantaje del lobi homosexual mundial. El Nuevo Orden Mundial que se las prometía tan felices está mohíno desde que el oso ruso le ha enseñado las zarpas.
 
Pero si USA se apaga, el Nuevo Orden Mundial tiene a China. Eso explicaría que de unos meses a esta parte los Rothschild estén desplazando reservas de oro hacia China. China lleva años saliendo de sí misma, expansionándose comercialmente por todo el mundo, pero además de producir réplicas de los artículos más diversos, tantas como para inundarnos, ¿qué puede aportarnos China? Ninguna cultura. Así las cosas, con USA desfalleciendo, las dos grandes potencias que se perfilan para el futuro serán China y Rusia.
 
Aunque Rusia es percibida todavía como una enigmática Extremadura de Europa, confinante con la impenetrable Asia, Rusia forma parte, de alguna manera, de la civilización europea. Lo que no es el caso de China. Y el componente cristiano es el que hace que Rusia sea espiritualmente Europa. Los hediondos gabinetes del Nuevo Orden Mundial, en su enconada hostilidad por todo lo cristiano, pactarán (si no es que han pactado ya) con China, antes que con una Rusia orgullosa de llamarse Tercera Roma y Santa Rusia, celosa defensora de su acervo cristiano.
 
Si USA, decíamos, está declinando, ¿qué decir de Europa? Europa está corrompida. Espiritualmente aquí no queda en pie nada más que la influencia de un Papa que, además, ni es europeo. Pero el Papa Francisco no se entera o no parece enterarse de que Roma, amén de ser un poder espiritual, es un poder terrenal. Que el Papa Francisco defendiera la laicidad del Estado ha servido para que un personaje tan siniestro como Rubalcaba haga un chiste (un chiste malo, ni que decir tiene), pero no ha hecho más influyente al Papa. Uno no sabe a ciencia cierta a qué juegan los hombres de la Iglesia actual, pero hay que ver el empeño que cierto sector del clero (por desgracia no es minoritario) pone en perder su influencia social. Si en lo que llamamos occidente (América y Europa) nos olvidamos de que la mayor parte de nuestras conquistas políticas y culturales se las debemos al cristianismo, el enemigo (Satanás y su cuerpo místico) no va a recordárselo a nadie. Renunciar al derecho que Dios tiene sobre el mundo que es creación suya y redimido por Cristo. Renunciar a los derechos históricos de la Cristiandad en las naciones, en virtud de esa estúpida conformidad con el espíritu inmundo moderno, es una flagrante boludez, querido Papa Francisco. Y si no servimos para Papa, pues nos vamos a una ermita a rezar y sanseacabó. Pero el mundo no está para que el Papa le ceda al Estado laico todas las ventajas para descristianizar las  naciones.  Va siendo hora de dejar de decir frases ingeniosas, llega el momento de renunciar a fotografiarnos simpaticonamente. Si el Papa Francisco no tiene en la agenda una reunión con Vladimir Putin, va siendo la hora de concertar la cita. Se lo agradecerán de corazón los cristianos que en tantas partes del mundo están sufriendo la persecución cruenta. Tanto se lo agradecerán como los cristianos sirios agradecen a Vladimir Putin haberles ofrecido su protectorado.
 
 
LEJOS DEL CORRINCHO es el título de los artículos de opinión de Manuel Fernández Espinosa.

HALLOWEEN (O SEA, JALOGÜÍN), POR JOSÉ JAVIER ESPARZA


HALLOWEN (O SEA, JALOGÜÍN)

por José Javier Esparza

Cuando uno pierde su identidad, lo más fácil es que pierda todo lo demás. De postre, el estrambote: Halloween, léase Jalogüín, como dicen las comadres y los compadres. Aquí tenemos a centenares de miles de españoles, quizá millones, niños o adultos, que lo mismo da, dispuestos a disfrazarse de zombi, bruja, cadáver o calabaza al ritmo que marca la mercadería cultural de masas. Este país de pacíficas gentes solidarias que tanto detestan al yanqui se traviste de ridículo monstruito norteamericano cuando llega la fecha marcada por el Dios Mercado que nos rige. Los hierofantes del misterio mediático sahúman al ídolo bobo de la tele, que no habla con parábolas, sino con SMS. Ya no conocemos nuestra Historia –porque en la escuela no se enseña- ni recordamos a nuestros muertos, pero quizá por eso nos disfrazamos todos de muertos ajenos, como para dejar clara cuál es nuestra secreta voluntad: muerte de niños en el vientre de sus madres, muerte de la nación en la eutanasia de la paz y el buen rollito, muerte de la cultura en la jungla escolar, muerte de la identidad en el disfraz del american way of life –o way of death, más bien. Ya no somos más que eso: el ridículo espantajo de una fiesta postiza. Va haciendo falta que una generación sin complejos agarre por las solapas a este país y lo agite. Para que recobre la conciencia, para que salga de este nihilismo blandorro que nos atenaza.

¿Estás de acuerdo? ¡Pues pásalo!



RASCAYÚ CUANDO MUERAS ¿QUÉ HARÁS TÚ?




Por Manuel Fernández Espinosa
 
 
En vísperas de la Festividad de Todos los Santos, la otrora católica España y hoy diezmada España -a secas España, y mientras duren las lañas- se nos trasviste de bruja, le crecen los colmillos postizos de vampiro y, liada en una manta, hace la fantasma. Los ayuntamientos se apuntan a la campaña de adoptar Halloween, patrocinando la disparatada mascarada de hombres-lobo, hechiceras a verrugosas narices pegadas. Y, dando la guerra por perdida, hasta la Conferencia Episcopal nos pide que, ya puestos en faena, disfracemos al niño de San Cucufato. Braman los paladines de la pureza de nuestras tradiciones; bramamos. Reacciona esa minoría silenciada (pero no silenciosa), reacia a la extranjerización de nuestras costumbres y tradiciones; reaccionamos. Todo en balde: una enorme calabaza hueca se nos ríe a carcajadas con una mueca siniestra.
 
Para que la invasión de las calabazas triunfara, colonizando nuestras ciudades y pueblos, malos defensores tuvieron nuestras propias tradiciones. Nos olvidamos de ellas. Las arrumbamos en los desvanes, no nos confundiera la extranjería con palurdos atrasados, paisanos pardos de la pana parda. Y, olvidados de nuestras costumbres, dejamos de ser nosotros. Por eso nos place disfrazarnos a la menor ocasión: la terrible vaciedad que sentimos nos impele a ponernos la carátula: mejor que el espejo nos devuelva el reflejo compuesto de las fingidas protuberancias óseas de una calavera, con sus oquedades, que vernos sin saber que somos catalanes, vascos, extremeños, andaluces… Españoles. Malos tiempos para el “Don Juan” de Zorrilla. Vivimos como si Bécquer no hubiera escrito “El monte de las Ánimas” o “Maese Pérez el Organista”. Trocamos nuestra herencia literaria de siglos por una película del Jinete Sin Cabeza (Sleepy Hollow), que enhorabuena se la cortaron. Que a los niños les den caramelos: siempre y cuando no estén envenenados. Que los niños se vistan de muertos: siempre y cuando estén vivos. Lo que para mi gusto está sobrando es toda esa galería compuesta por esos personajillos del mundillo terrorífico e infernal: vampiros condales, satanases cornudos y rabudos, diablesas mundarias, momias enrolladas en papel higiénico… Esos disfraces tendrían que ser multados por las autoridades municipales.
 
 
No hay que ver aquí más perversa conspiración que la de los renegados (una minoría muy bien equipada). Ni más colaboracionismo que el de los pasivos. Pero a los pueblos no se les puede arrebatar sus tradiciones sin que vayan a otra cultura a buscarlas. Por mucho que digan, el hombre –también el joven y el sano- necesita encararse con el misterio de la Muerte. Durante décadas, ese sector del clero progresista prefirió hablarnos de cualquier cosa, menos de la Cruz: del Dolor y de la Muerte vencidos. Algunos curas, tan modernos ellos, aparcaron a un lado la contemplación de las Postrimerías, y organizaron las parroquias a guisa de soviets: y así nos luce el pelo, que cuando quitaron el “memento mori”… Por el postigo de la sacristía se les coló de rondón un niño, disfrazado de calavera, y pidiendo caramelos.
 
 
En estos días los esqueletos de Valdés Leal se retozan de la risa. Se levantan de sus ataúdes, se desempolvan la cadaverina y se van de copas. Toman el taxi los émulos de las osamentas danzantes de Holbein el Viejo. Pero es inaudito: con ese paisaje tan propicio y que falten predicadores para recordarnos que esta efímera imaginería viviente de muertería es recuerdo de la deuda que tenemos con Caronte… En el comedio, que Rascayú le haga un corte de mangas a la estúpida calabaza de los gringos.

 
Este artículo fue publicado por vez primera en: Diario Ya 

miércoles, 30 de octubre de 2013

CONFERENCIA "LA HERENCIA HISPANOAMERICANA EN EL FLAMENCO", EN EL CENTRO ESPAÑOL DE LIMA.







CÓMO PIENSAN LOS LIBERALES



Para entender cómo y por qué estamos así:

"Se ha dicho que el costo del desgaste de un esclavo lo financia su amo, mientras que el costo del desgaste de un trabajador libre va por cuenta de éste mismo. Pero el desgaste del trabajador libre también es financiado por su patrono. El salario pagado a los jornaleros, servidores, etc., de toda clase, debe en efecto ser lo suficientemente elevado para permitir a la casta de los jornaleros y servidores que se reproduzca según la demanda creciente, estacionaria o decreciente de personas de este género que formula la sociedad. Pero aunque el desgaste de un trabajador libre sea igualmente financiado por el patrono, el mismo le cuesta por lo general mucho menos que el de un esclavo."

Adam Smith (La Riqueza de las Naciones)

COMBATIR CONTRA LOS ENEMIGOS



"Es lícito combatir contra los enemigos para que dejen de pecar, lo cual redunda en bien de ellos y de los demás. Del mismo modo, también es lícito pedir en la oración para los enemigos males temporales a fin de que se corrijan. De este modo no habrá contradicción alguna entre nuestra oración y nuestras obras"

Santo Tomás de Aquino

martes, 29 de octubre de 2013

POR ESPAÑA



“Quien deja de ser amigo de mi Patria deja de serlo mío. España no lidia por los Borbones, ni por Fernando. Lidia por sus propios derechos. Derechos originales, sagrados, imprescriptibles, superiores, e independientes de toda familia o dinastía. España lidia por su religión, por su constitución, por sus leyes, sus costumbres, sus usos… En una palabra: España lidia por su Libertad.”

Gaspar Melchor de Jovellanos

domingo, 27 de octubre de 2013

GRANADA



Granada, calle de Elvira,
donde viven las manolas,
las que se van a la Alhambra,
las tres y las cuatro solas.
Una vestida de verde,
otra de malva, y la otra,
un corselete escocés
con cintas hasta la cola.

Las que van delante, garzas
la que va detrás, paloma,
abren por las alamedas
muselinas misteriosas.
¡Ay, qué oscura está la Alhambra!
¿Adónde irán las manolas
mientras sufren en la umbría
el surtidor y la rosa?

¿Qué galanes las esperan?
¿Bajo qué mirto reposan?
¿Qué manos roban perfumes
a sus dos flores redondas?

Nadie va con ellas, nadie;
dos garzas y una paloma.
Pero en el mundo hay galanes
que se tapan con las hojas.
La catedral ha dejado
bronces que la brisa toma;
El Genil duerme a sus bueyes
y el Dauro a sus mariposas.

La noche viene cargada
con sus colinas de sombra;
una enseña los zapatos
entre volantes de blonda;
la mayor abre sus ojos
y la menor los entorna.

¿Quién serán aquellas tres
de alto pecho y larga cola?
¿Por qué agitan los pañuelos?
¿Adónde irán a estas horas?
Granada, calle de Elvira,
donde viven las manolas,
las que se van a la Alhambra,
las tres y las cuatro solas.


Federico García Lorca